Drink Deep- 17, 18, 19 y epílogo

Perdonen la demora!! Todavía no volvi a mi casa y el internet que tengo acá deja mucho que desear, los capítulos 17 y 18 están sin corregir. En esta semana voy a tratar de tenerlo todo corregido para poder armar el pdf, o mejor dicho pedirle ayuda a Glad con el pdf jaja. Espero sus comentarios!!

Capítulo diecisiete: Siento la tierra moverse

“¿Qué demonios es eso?” Preguntó el, mientras observábamos a esta nueva montaña irrumpía en el medio de Wrigleyville. El asfalto a su alrededor se resquebrajaba y movía, deteniendo el tráfico y volcando autos a la orilla de la carretera. Alarmas de autos y bocinazos empezaban a resonar a través de la vereda mientras el caos explotaba, las personas corrían desde los bares para gritar a la burbuja de tierra frente a ellos.
Los dos demasiado aturdidos para movernos, nos quedamos en la vereda de la calle, el brazo de Jonah aún rodeándome, mirando fijamente a la burbuja. Me arriesgue a mirar al cielo, y vi exactamente lo que esperaba ver.
Estaba flameante y rojo de nuevo, el cielo destellando mientras los relámpagos iluminaban las nubes desde adentro. Y yo apostaría bastante dinero a que los lagos y ríos eran negros de nuevo y estaban aspirando magia.
“Esta es la tierra” dije, con un presentimiento reunido pesadamente en mi abdomen. “Hablé con Tate. Los problemas ocurren cuando alguien mezcla magia buena y mala, y el balance de los elementos es sacudido en el proceso”
“Vamos a dejar de lado el hecho de que fuiste a ver a Tate sola de nuevo,” Jonah dijo oscuramente. “De momento. El punto más grande- quien sea o lo que sea responsable de estos problemas está haciéndolo de nuevo”
Antes de que pudiera responderle, el ruido inició de nuevo. “Jonah,” Le advertí, y él me soltó, escaneando la calle por la nueva erupción. “Puedo sentirlo” convino él, y miramos, horrorizados, como otra montaña perforaba la acera frente a una oficina de bienes raíces un poco más allá de la cuadra. Antes de que pudiéramos reaccionar, una tercera surgió, un par de cuadras abajo.
“Ellos siguen viniendo.”
“Y ellos se dirigen a la Casa Grey,” dijo él frenéticamente, sacando su teléfono. Él marcó algún número, pero entonces maldijo. “No puedo hacerlo.”
“Ve,” le dije, “vuelve a tu Casa. Llévate contigo a tus vampiros si crees que necesitas ayuda.”
Cuando él me miró, por primera vez, vi miedo en sus ojos.
“Nos enterrarán con esto, Merit. Ellos nos enterrarán.”
La pesada carga en mi estomago no estuvo en desacuerdo, pero eso no era lo que el necesitaba escuchar ahora mismo.
“Trabaja el problema,” Le dije. “Trabaja el problema que enfrentas ahora mismo, porque eso es lo único que puedes hacer. No te preocupes por lo que viene hasta que esto esté resuelto.” Apreté su brazo “Las cosas van a empeorar. Considéralo inevitable y sabe que estaré allí para ayudarte con el problema cuando llegue”
Por un segundo, el alivio fue evidente en su rostro. Quizás el habría necesitado un compañero por un largo tiempo. Quizás Jonah había necesitado alguien en quien confiar, también.
“Yo estaré en la Casay voy a hacer lo que pueda para volver aquí una vez que esté seguro de las cosas están bajo control.”
Asentí hacia él, y el corrió de vuelta hacia Benson´s* para reunir tropas. Miré de nuevo a la destrucción delante de mí, sin saber qué hacer.
“¡oh, mi Dios! Alguien grito con fuerza. "Hay una mujer en la cima!"
Volví mi cabeza en la dirección de los gritos. La tercera erupción en la calle había surgido en ángulo recto por debajo de un sedán, y el ocupante -una mujer que parecía estar es sus veintes -había salido fuera del coche y estaba en lo alto de la montaña de asfalto[Salto de línea automático]y tierra. Esa montaña era probablemente cuarenta pies de altura, la altura de un edificio de cuatro pisos.
En una fracción de segundo, su pie resbaló, y ella estaba colgando sobre el borde de resquebrajado de asfalto sin nada debajo de ella, más que vehículos y la calle.
Empecé a correr.
“! Ya voy!", le dije, mientras una multitud de seres humanos se reunieron abajo, las manos sobre la boca, apuntando al cielo. “¡Solo espera!"
Mientras truenos resonaban y relámpagos destellaban, empecé a escalar a la vieja usanza-mano sobre mano. Y las cosas no iban a ser fáciles. La colina estaba cubierta por trozos de asfalto roto sobre tierra suelta y piedras, por lo que toda la montaña era resbaladiza. Era imposible seguir adelante sin caer de nuevo un poco, y perdía mi punto de apoyo cada pocos segundos.
La mujer gritaba de nuevo, claramente aterrada, así que con uñas sucias y botas resbaladizas, mantuve mis ojos en la tierra frente a mí, moviéndome, muy lentamente hacia arriba, finalmente llegando a la meseta de asfalto.
Lancé mis piernas sobre el borde del asfalto, y cuando estuve segura que era suficientemente estable, gateé sobre mis manos y rodillas hasta la joven. Podía ver sus dedos –sucios con las uñas sangrantes- en el borde del asfalto.
“Estoy aquí,” le dije.”Estoy aquí.” Me arrastré sobre mi vientre hasta el borde y miré sobre él. Estábamos a cuarenta pies sobre el suelo. Asumiendo que recordaba como saltar a salvo, la caída no me molestaría. Pero a esta altura, ella no tendría tanta suerte.
Encontré su muñeca y lo sujeté.
Ella sollozó y liberó su agarre sobre el asfalto con esa mano, lo que me hacía más sencillo para tirar de ella hacia arriba, pero me dio el peso de todo su cuerpo. No es que fuera pesada –ella era una chica pequeña- pero ambas estábamos colgando sobre un trozo de asfalto sostenidas solamente por nuestros dedos enroscados alrededor de piel sucia y sudada.
“No te sueltes,” le dije.
Su rostro enrojeció por el esfuerzo, pero ella se las arreglo para asentir. Yo tenía la fuerza para levantarla, pero su piel estaba húmeda con sudor, y mis dedos se estaban resbalando. Esto no estaba funcionando.
“¿Cuál es tu nombre?”
“Miss-Missy,” ella tartamudeo. “Missy.”
“Missy, necesito que hagas algo por mí, ¿de acuerdo?” Envolví otra mano alrededor de su muñeca. Su mano se resbalo otro centímetro, y el brillo de un rayo iluminó el cielo.
Ella grito, y vi el pulso del miedo en sus ojos. “Oh, Dios. Oh, Dios. Oh, Dios.”
“Missy, escúchame. Missy, ¡Missy!” Repetí su nombre hasta que ella me miro a los ojos de nuevo. “Te puedo ayudar desde aquí arriba, pero necesito que me ayudes también, ¿de acuerdo? Necesito que me des tu otra mano.”
Su mirada se deslizó a sus uñas irregulares, que apenas agarraban el borde del asfalto. "No puedo".
“Tú puedes,” le aseguré. “Tu claro que puedes. Y yo soy lo suficientemente fuerte para sostenerte y tirarte hacia arriba, pero necesito tu ayuda ¿de acuerdo?”
Ella se resbalo otro centímetro, y mientras la multitud gritaba abajo, yo pelee contra mi pánico.
“A las tres,” le dije. “Quiero que me des tu mano izquierda. Tú puedes hacerlo. Yo se que puedes. ¿De acuerdo?
Ella negó con su cabeza. “no soy lo suficientemente fuerte. No soy lo suficientemente fuerte.”
No estoy segura si se resbaló o se soltó, pero yo me estiré y atrape su otra mano justo cuando sus yemas de los dedos perdían el contacto con el borde. Con las dos muñecas en la mano, me preparé y tiré de ella sobre el borde.
Ella inmediatamente me envolvió en sus brazos. “Oh Dios, gracias. Gracias.”
“De nada,” le dije, ayudándola a sentarse en el borde. Ella me abrazó de nuevo, sus lágrimas fluyendo, y la deje llorar hasta que se calmo lo suficiente para soltarme.
“lo hiciste muy bien,” le dije.
“Todavía tengo que bajar,” sollozo. ”Solo iba a comprar leche. De la tienda. Solo leche. Son los vampiros, ¿cierto? ¿Esto es su culpa?”
Mi pecho se volvió frio, pero empuje el destello de enojo y mi urgencia de discutir con ella. Este no era ni el momento, ni el lugar. Mire alrededor. Bomberos con escaleras estaban moviéndose hacia nuestra montaña. Ellos hicieron contacto visual conmigo, y me indicaron que estarían pronto arriba. Mire alrededor del resto de Wrigleyville, que parecía una zona de desastre – dunas de tierra y asfalto y autos acribillando las calles, personas sangrando, polvo y humo en todos lados.
Volví a mirar a Missy. “Hay dos bomberos en camino de bajarte”, dije, señalándolos. “¿Estarás bien aquí hasta que ellos lleguen? Necesito volver al trabajo. Deben haber otras personas que necesitan ayuda.”
“Por supuesto. Dios, gracias, gracias.”
“De nada.” Cuidadosamente me puse en pie de nuevo, pero miré hacia ella. “Soy un vampiro,” le dije. “Nosotros no causamos esto, pero estamos intentando detenerlo.” Le sonreí amablemente. “¿De acuerdo?”
Su rostro palideció un poco más, pero asintió. “de acuerdo, de acuerdo. Claro. Gracias”
“De nada.” Con una última sonrisa, tome el primer realmente, realmente mal paso que se volvió el oh-mi-Dios-jodidamente-fantástico salto de vuelta al suelo.
Aterrice acuclillada en el suelo de nuevo, una mano en el suelo, y levanté mis ojos para mirar directamente a los de Morgan. El se mantuvo en el borde de la multitud, su ropa casual perfectamente limpia. Aparentemente no se había molestado en ayudar.
Negué con mi cabeza tristemente, y espere que se sintiera avergonzado por su falta de colaboración. Y si no lo estaba, si había algo más profundo, una mejor razón para no ayudar que su negación a ensuciar sus ropas caras, yo iba a tener que investigar eso también. Yo iba a tener que averiguar qué demonios sucedía en la Casa Navarre. Pero, de nuevo, eso era un problema para otro día.
Me puse en pie y miré alrededor. Morgan podía no estar deseoso de actuar, pero Ethan me había enseñado mejor. Incluso si tenía que ir sola, yo no iba a quedarme mirando y dejar que alguien más hiciera mi trabajo por mí.
Camine alrededor de la colina de tierra y volví al trabajo.
La tierra había dejado de moverse, pero aun había docenas de carros volcados o abandonados y toneladas de tierra en el medio de Wrigleyville. El daño estructural no era extenso, pero las aceras en cuatro cuadras de Wrigleyville estaban golpeadas por el infierno. Y no era lo único; había lugares dañados en vecindarios alrededor de la ciudad.
Gracias al cielo, no había escuchado de decesos, pero los heridos y el daño a autos, caminos y propiedades iban a ser suficientemente malas para nosotros. Yo estaba sucia, fría, y mientras la amplitud de la destrucción – y la posibilidad de severas consecuencias para los vampiros – se volvió clara, yo me sentía más cansada.
Esto no era nuestra culpa. No había evidencia de que los vampiros tuvieran algún rol en lo que había sucedido en Wrigleyville. Pero yo no había sido capaz de detenerlo, y todo ese peso se asentó pesadamente en mis hombros y mis entrañas. Había investigado, entrevistado, creado hipótesis y teorías… y había vuelto con las manos vacías. Tate sabía demasiado para que yo descartara su participación, incluso si yo no estaba segura de lo que esto era. Y mientras yo pensaba que Simon era la llave para el Maleficium, yo no podía acercarme lo suficiente a él para averiguarlo.
Eso iba a tener que cambiar.
Yo necesitaba un poquito de tiempo y espacio del caos, así que camine por la calle por un par de cuadras hasta que los sonidos y olores de nueva y húmeda tierra se empezaron a disipar. Llegue a la barricadas que el DPC** había instalado al borde de la destrucción, y estaba lamentando el hecho que mi abuelo no pudiera aparecer en estos eventos de manera oficial, cuando me detuve repentinamente.
A unos pies de distancia de la barricada, mi padre estaba de pie en la acera bajo la luz de una farola de la calle en pantalón de vestir, una camisa de botones y una cazadora de PROPIEDADES MERIT. Estaba supervisando a dos hombres quienes estaban entregando paquetes de botellas de agua envueltos en plástico en la acera, donde una mujer que reconocí como la administradora de la oficina de mi padre se las pasaba.
Camine hacia él, y espere hasta que los trabajadores dejaran a mi padre solo. “¿Que estás haciendo aquí?”
“Servicio público” dijo él “la oficina esta solo calle arriba, y teníamos el camión listo para una conferencia en un edificio en Naperville. Decidimos que podía tener un mejor uso, por eso nos apresuramos a bajar.”
La razón quizás fuera buena, pero seguía cuestionándome sus motivos. Yo no podía evitarlo, mi padre sacaba lo peor de mí. Yo siempre he sido una extraña cuando se trata de mi familia, y los negocios de mi padre con Ethan no ayudaban. Mi padre pensaba que me había hecho un favor – dándome una inmortalidad que no había pedido- pero eso no lo hacía menos una violación.
El hizo un gesto a mis espaldas, y mire hacia atrás. Hombres y mujeres polvorientos y heridos estaban de pie o sentados en bordillos cercanos bebiendo agua.
“Esto fue un bonito pensamiento” dije. “Pero no puedes usar puentes que fueron quemados hace un largo tiempo.”
El uso un abrecajas para hacer un corte a través del envoltorio plástico en un nuevo conjunto de botellas y paso una sobre mí. “esa es la diferencia entre tú y yo: yo me niego a creer que los puentes fueron quemados. Cada momento es una nueva oportunidad.”
Acepto la botella de agua, y dejo que ello quede como unas gracias. Camino a través de la calle hasta el bordillo y me siento, mis músculos doliendo por el trabajo.
Apenas he tomado un solo trago cuando Jonah se sienta a mi lado. Se ve tan sucio como yo, rayas de lodo y suciedad en sus pantalones y camiseta.
“¿Todo bien en la Casa Grey?” pregunto yo.
“Si. El daño no se extendió tanto.”
El escanea la calle, sus ojos estrechándose cuando ve el camión. “Repentinamente se volvió caritativo tu padre?”
“No sin un motivo a futuro. ¿Un consejo?”
Jonah tomó la botella de agua de mi mano y tomo un gran trago. “¿Cual consejo?”
“Mientras estas ocupado cubriéndome la espalda, no te sorprendas cuando mis familiares estén allí para apuñalarme.”
“Para eso son los compañeros” me aseguró. “Bueno para eso, y para sacarte del regate cuando las cosas se ponen feas.” El hizo un gesto hacia algunos humanos al otro lado de la calle que estaban empezando a mirarnos de reojo. Quizás nos reconocieron como vampiros, quizás no. De cualquier forma, ellos no estaban emocionados por la destrucción en su vecindario, y se veía como si buscaran a alguien que culpar.
“Iremos a la Casa Grey,” dijo él, con una mano en mi codo para ayudarme a levantarme. “Nos reuniremos ahí y haremos un plan y averiguaremos que sucede aquí”
“¿Crees que será así de fácil?”
“Ni de cerca” dijo el “Pero es la regla numero uno de la GR: Hacer un plan”
Supongo que un plan es mejor que nada.
Los vampiros de Scott Grey estaban tomando turnos ayudando en las repercusiones de la destrucción, y él había establecido estaciones de comida y primeros auxilios en el atrio de la Casa para cualquier vampiro de la vecindad que necesitara un descanso. También me dio un lugar silencioso para llamar a Catcher
“¿Cómo están las cosas en el norte?” él pregunto.
“Bastante mal,” Admití, y le di una descripción de la tierra… y de la magia. “Parece que Claudia tenía razón, y estamos viendo magia elemental. Agua. Aire – “
“Y ahora tierra,” Termino Catcher
“Si. No vi ninguna señal de que Tate esté involucrado, pero su teoría del desequilibrio de la magia se ve más plausible. Y si él tiene razón, eso significa que alguien tiene el Maleficium. Quiero hablar con Simon.”
“y tu sugerencia para pasar la tozudez de la Orden?
“¿Recordarles que el mundo se puede estar acabando? Decirles que creemos que el Maleficium está funcionando. Hacer que mi abuelo los llame, o decirles que el antiguo alcalde- quien puede ser o no ser un antiguo ser mágico- quizás o quizás no esté intentando ser el heraldo en una nueva era de maldad. Diles lo que quieras. Pero hazlos entender.”
El murmuro algo acerca de las mujeres y las hormonas, pero cuando colgó el teléfono, decidí que había logrado mi punto.
Jonah es apoyó en el marco de la puerta. “¿Averiguaste algo?”
“Esa maldita burocracia me está matando esta semana. Catcher me está dando problemas para arreglar una reunión con Simon.”
“Podríamos intentar con Tate de nuevo, también.”
No quería tener que hacer eso, pero estábamos quedándonos sin opciones.
Pasé unos minutos dando un reporte a Kelley y Malik, y llegó el mensaje justo cuando terminaba de hablar SIMON. UNA HORA. COMPAÑÍA DE SUMINISTROS JENKINS.
“¿Compañía de suministros Jenkins?” Jonah preguntó cuando le mostré el mensaje. “¿Qué es eso?”
“No tengo idea,” le contesté, guardando mi teléfono. “vamos a averiguarlo.”
La compañía de suministros Jenkins resulto ser una tienda de hardware no muy lejos de Hyde Park. Antes de entrar, nos quedamos por un momento solo observando el edificio. Era una tienda de mamá y papa, con un rótulo sobre la puerta a la antigua, de letras rojas y cursivas. No había muchos autos en el parqueo, pero las luces seguían encendidas, así que entramos.
Como la mayoría de tiendas de suministros, olía como caucho, pintura y madera. Un hombre mayor con cabello blanco y gafas cuadradas estaba en el área cerca de la caja registradora, y asintió hacia nosotros cuando entramos.
Ofrecimos sonrisas y nos movimos más allá de él, hacia un pasillo de herramientas para el clima frio-palas, deshace hielo, guantes y soplanieves. Todas las necesidades para el invierno de Chicago.
No había una señal inmediata de Simon, pero había un ligero rastro de magia en la tienda. Hice una señal a Jonah, y lo seguí como un sabueso.
Encontramos a Simon y a Mallory juntos en un pasillo con pequeñas herramientas –martillos, destornilladores, y ese tipo de cosas. Estaban poniendo herramientas en una canasta.
Jonah y yo intercambiamos una mirada, y entonces caminamos hasta ellos.
Simon levanto la vista mientras caminábamos hacia ellos. El llevaba una camisa polo y jeans, y se veía perfectamente inofensivo. Pero no había error en la preocupación en su rostro. Era preocupación por lo que estaba pasando – ¿o por que había sido atrapado?
Mallory también se veía peor por el desgaste, los exámenes cobrado su peaje. Se la veía cansada, y su camiseta y pantalones vaqueros entallados parecían más entallados de lo habitual. Siempre he aumentado de peso durante los exámenes, demasiadas pizzas a altas horas de la noche y los descansos para comer helado. Ella sonrió un poco a mí, luego se cruzó de brazos, escondiendo las manos. Apenas hizo contacto visual.
Mi estomago se hizo una pelota por los nervios. Tal vez Simon sabía algo del Maleficium –y ella no podía encontrar la manera de decírnoslo.
“¿Que tan mal están las cosas ahí fuera?” Simon preguntó
“Bastante mal” dije “La limpieza les va a tomar un tiempo.”
“¿no hubieron muertos, verdad?”
“no,” Confirmo Jonah. “Heridas menores y daños mayores a las propiedades. ¿Qué están haciendo aquí?”
“Reuniendo materiales,” dijo él, entonces señalo a Mallory. “Los exámenes son o pasas o fallas, y la Orden no va a permitir que los exámenes sean suspendidos. Si nos detenemos, ella falla. Pero estábamos pensado que podíamos usar el último examen para ayudar a la limpieza. Mover montañas, si las hubiera.”
Con curiosidad, me asomé a la cesta de Mallory. En ella habían candelas, sal, y un par de lápices gruesos de construcción***. Nada peligroso, hasta donde yo podía decir, y todas esas cosas se veían bastante mágicas. La clase de cosas que probablemente necesitarías para hacer un encantamiento que encontraste en internet.
“Pensamos que están siguiendo un patrón elemental,” Dijo Jonah “Agua, aire, ahora tierra. ¿Sabes de algo que pueda estar causándolo?”
“He estado investigando,” respondió Simon “Y se que Catcher también lo ha estado haciendo. No he encontrado nada relacionado a este tipo de problemas.”
“¿Qué hay con la Orden?”
Simon y Mallory intercambiaron una mirada, y entonces Simon miró alrededor preocupadamente, como si esperase que alguien atravesara la puerta en pos suya.
“La Orden está tomando la línea dura,” Dijo Simon, inclinándose al frente con aire conspirador, y no había dudas en el miedo en sus ojos. “Ellos creen que hay magia antigua de por medio – magia que existía antes que la Orden fuera organizada. Ese no es su territorio, y ellos no quieren tener nada que ver con él”.
Maravilloso. La negación me iba a ayudar muchísimo ahora. Pero presione un poco más, la Orden sea maldecida. “Que hay con el Maleficium?”
“No digas eso así de fuerte,” Murmuró Simon. “Eso son cosas peligrosas. La Orden se iría a las balas solo si escucharan esa palabra mencionada.”
“De acuerdo,” dije. “Llámalo como quieras. ¿Es posible que alguien pudiera estar usándolo ahora para trabajar algún tipo de magia? ¿Algo que fuera en Chicago?”
Esta bajo llave,” Me aseguro. “No es siquiera posible.”
Jonah le frunció el ceño. “¿Entonces como explicas lo que está sucediendo?”
“No es un hechicero,” Respondió Simon lentamente, “entonces debe ser Tate.”
Yo no negaba que nos estábamos quedando sin opciones. Solamente no estaba convencida que Simon no estaba involucrado. Si había aprendido algo en los últimos meses, era que las cosas casi nunca eran tan fáciles como parecían. Simon era demasiado rápido con sus respuestas, demasiado positivo con sus datos. El mundo supernatural pocas veces era blanco o negro.
Pero si él estaba diciendo la verdad, y el no reconocía ese principio, no había esperanzas para el ahora. Así que le ofrecí una sonrisa vaga, y entonces chequee a Mallory. Ella al final hizo contacto visual, su mirada retadora, como si me desafiara a que la acusara de algo. Quizás no estaba escondiendo nada. Quizás seguía molesta por la llamada telefónica que tuvimos el otro día, acerca de mí interrumpiendo sus estudios para acusar a los hechiceros de estar relacionados con los acontecimientos de Chicago. Su mirada se movió a algo detrás de mí y miré alrededor.
Catcher caminaba a través del pasillo, su paso determinado y no había amor perdido en su expresión. Él miro fieramente a Simon y a mí, y yo no estaba segura si él estaba molesto, o solo sintiéndose un poco protector.
“¿Que estás haciendo aquí?” Mallory preguntó, claramente perpleja.
“Pensé que te llevaría a casa,” dijo Catcher. “¿Ya han terminado por esta noche, verdad?” Él miró intencionadamente a Simon, dejando claro de quien sospechaba.
“Ya hemos terminado todo,” Simon dijo. “Mal, nos vemos mañana por la noche.”
“Eso de seguro,” dijo ella con lo que parecía una sonrisa medio forzada. Pero eso no impidió el gruñido casi agresivo cerca dirección de Catcher. Le tomó de la cesta de compras en una mano y puso la otra mano en la espalda, donde la guió lejos de Simon y hacia el frente de la tienda.
“Creo que el estrés esta llegándoles a ambos,” dijo Simon.
“Creo que eso es probablemente cierto,” estuve yo de acuerdo.
“Bueno, necesito comprar algunas cosas para el tr abajo de Mallory de mañana. Mantente en contacto si hay algo que podamos hacer para ayudar.”
“De seguro,” dijo Jonah, y ambos lo miramos salir del pasillo.
“¿Es el así de inocente?” Pregunté.
“no estoy seguro. ¿Y Catcher acaba de actuar como el novio celoso?”
“El está luchando con algunos demonios emocionales ahora mismo.”
Nos quedamos quietos en silencio por un momento.
“Si es Tate,” Jonah dijo,” vamos a tener que manejarlo nosotros mismos.”
Mi estómago gruño. “¿Puedo comer un perro caliente antes de que salvemos el mundo?”
“Claro que sí,” dijo él. “Puedes comprar.” El caminó hacia la puerta.
Lo seguí. “¿Por qué tengo que comprar yo?”
El empujo la puerta del frente de la tienda, sosteniéndola para que yo pudiera pasar. “Porque eres mi nueva compañera. Es la tradición.”
“Empecemos una nueva tradición,” sugerí yo, dando un paso hacia afuera. “El tipo paga.”
“Hablaremos en el auto”
De alguna manera, con el Armagedón en nuestras mente s, nos saltamos los perros calientes y la charla. Cuando llego el momento, decidí que el seguiría pagando.
Johan condujo de vuelta a la Casa; mi auto seguía en Wrigleyville, pero eso iba a tener que esperar. Probablemente el caos seguía ahí, y no tenía tiempo para lidiar con la policía y el tráfico.
Encontré a Kelley, Juliet y Lindsay en el salón de conferencias, todos los ojos fijos en la pantalla gigante. Otro telediario mostraba la destrucción en Wrigleyville sobre un titulo que nos culpaba totalmente a nosotros. No exactamente sorprendente, pero aun así doloroso. Habíamos sido los primeros en escena; habíamos sido los que habían salvado humanos. Sin tener en cuenta todo eso, la ley de registración había sido aprobada, y éramos enemigos en nuestro propio país.
Kelley apagó la imagen, y se volvió hacia mí. Yo seguía lodosa y sucia, y probablemente no parecía mucho a mi misma. “¿Que averiguaste de Simon?”
“La orden piensa que esto es causado por Tate. Basado en nuestra última conversación, Tate piensa que esto es causado por un Maleficium. Simon está convencido que el Maleficium está sano y salvo, y Mallory no puede detener sus exámenes porque la Orden no hace excepciones”. Me senté en la mesa al lado de Lindsay. “En otras palabras, no obtuve nada.”
“No,” Dijo Lindsay, poniendo una mano en mi brazo. “Tú crees que no obtuviste nada. La información está ahí afuera. No estás viendo el bosque por los árboles.”
“Entonces veamos el bosque,” dije. Catcher una vez había usado un pizarrón para buscar un patrón en los raves – orgías de sangre para vampiros – que estaban surgiendo en toda la ciudad. Teníamos el equivalente en la computadora, así que tomé un estilete y cambié la función de la pantalla para conectarla a una computadora tablet que había en la mesa de conferencias.
“Okay,” dije, empezando a anotar lo que sabíamos en una línea de tiempo que estaba proyectada en la pantalla. “Hasta ahora hemos visto a tres de los cuatro elementos. Agua. Aire. Tierra.”
“Eso quiere decir que fuego es el siguiente,” dijo Lindsay, así que añadí “fuego” y lo encerré en un circulo.
“Tate dice que estas cosas están sucediendo porque el balance entre el bien y el mal ha cambiado – ya no están en balance, y eso está molestando las reglas del mundo natural.”
“¿Por qué alguien está usando el Maleficium?” pregunto Kelley.
“Esa era la teoría de Tate.” Escribí más. “El bien y el mal estaban divididos. El mal se fue dentro del Maleficium. El bien se mantuvo fuera del Maleficium.”
“¿Podría Tate estar usando el Maleficium? Preguntó Juliet.
“No estoy segura de cómo podría, dado sus alrededores. Esta bajo una vigilancia bastante fuerte. Y su habitación estaba vacía. Catcher me mostró una foto”
“Bueno,” dijo Lindsay, “¿hay alguna otra manera de la que pudiéramos relacionarlo con la magia? ¿Tenemos alguna otra evidencia? ¿Hay alguna otra cosa extraña sucediendo?”
“Yo he estado teniendo unos sueños terribles,” dije sarcásticamente.
Pero ahora que lo pensaba…
“¿Merit?” Lindsay preguntó suavemente después de un momento.
Mi corazón empezó a latir desbocadamente, y yo la miré a ella. “he estado teniendo sueños acerca de Ethan. Empezaron hace algunas semanas. Pero he tenido un puñado esta semana.”
“No hay nada de malo en soñar con Ethan,” Juliet dijo “Tu sabes, teniendo en cuenta lo que pasó”
Negué con mi cabeza. “No son esa clase de sueños. Son sueños grandes.” La comprensión me llegó. “y siempre hay algo elemental en ellos. Ha habido una tormenta, un eclipse, y entonces el desapareció en cenizas.”
“Agua, cielo, tierra,” Juliet dijo, palideciendo un poco.”Has soñado con las cosas que están sucediendo en la ciudad.”
Volví a pensar en los sueños, y rápidamente los escribí en la línea de tiempo. Cuando estuvo listo, miramos a la pantalla.
“Soñaste sobre ellos antes de que sucedieran,” Dijo Lindsay suavemente. “¿Pero qué quiere decir eso? ¿Qué eres un poquito síquica? Quiero decir, eso es posible, supongo. Yo tengo habilidades locas, después de todo.”
Yo fruncí el entrecejo. Eso era una explicación, pero no me sonaba bien.
Cuidadosamente, Juliet alzo su voz e hizo la pregunta. “¿Puede la magia – quien sea que la esté haciendo y lo que sea que están intentando lograr – podría estar afectándote por aparte? ¿A través de los sueños, quiero decir?
Silencio.
“No es mi intención ser cruel,” dijo Lindsay, “pero Ethan se ha ido. La estaca, las cenizas. Tu lo viste recibir la estaca, y tu viste las cenizas ser guardadas en la bóveda de la Casa.”
Ella tenía razón, así que asentí. “Yo sé.”
“Esperen,” dijo Kelley. “No nos adelantemos. Entonces creemos que el Maleficium está relacionado con los elementos. ¿Qué es eso, exactamente?”
“Tate dijo que era un recipiente que guarda la maldad,” dije. “Eso es todo lo que se”.
Ella frunció el ceño. “¿y estamos hablando de algo – como una urna? ¿Una vasija? ¿Recuerdas haberlo visto en algún lado? ¿Tal vez en Creeley Creek cuando estuviste ahí?
Yo rebusque en mi cerebro, pasando a través de imágenes mentales de las cosas en la antigua oficina de Tate, pero no pude obtener nada.
Pero sabía de alguien que podía. Me incline sobre el teléfono de la mesa de conferencias y le marqué al bibliotecario.
El respondió con su titulo. “Bibliotecario.”
“Es Merit. Tengo una pregunta para usted. ¿Qué sabe sobre el Maleficium?”
Su silencio fue sorprendentemente rígido, y entonces su voz fue sorprendentemente adusta. “¿Cómo averiguaste del Maleficium?”
Mire a Kelley, y cuando se encogió de hombros, continué. “El alcalde Tate. Yo sé que es un recipiente que guarda la maldad, blah, blah blah. ¿Tiene más información acerca de ello? ¿Es grande? ¿Pequeño? ¿Una caja? ¿Una urna?
“No es ninguna de esas cosas,” dijo él. “El Maleficium es un libro. Un libro de hechizos, del cual somos guardianes.”
Mis manos temblaron en la mesa por la repentina subida de adrenalina. “¿Qué quieres decir con somos?”
“Somos, como la Casa Cadogan. Fue dado a Ethan para que lo mantuviéramos bajo custodia.”
“Pero los hechiceros creen que la Orden lo tiene. Catcher menciono algo acerca Nebraska. ¿Cómo no saben que está en la Casa Cadogan?
El hizo un sonido de desdén. “¿si tu tuvieras un libro que contiene toda la maldad en el mundo y explica cómo usarla, dejarías que los hechiceros supieran donde esta guardado? ¿Dejarías que la orden - las mismas personas que intentan usarlo – fueran sus guardianes? Ellos ayudan a escoger a los guardianes, pero son los últimos que deben poseerlo.”
Punto logrado. Entonces, en resumen, la Orden no tenía el Maleficium. Estaba sano y salvo en la Casa Cadogan.
Al menos, supuestamente.
Pero si la magia que atravesaba la línea entre el bien y el mal había sido utilizada a través de la ciudad para reunir el bien y el mal, tal vez no estaba tan a salvo…
“¿Cómo guardianes,” comencé suavemente, “donde guardamos el Maleficium?”
“No debería decirte esto, sabes. Pero teniendo en cuenta lo que está pasando ahí afuera…” El se detuvo, y por un momento temí que no lo confesaría. Pero entonces dijo las palabras que cambiaban todo.
“El Maleficium está en la bóveda de la Casa.”
Con esas noticias en mano, Kelley llamó a Malik y a Luc al cuarto de operaciones. Frank, desafortunadamente, decidió pegarse a ellos. Cuando estuvimos organizados, Lindsay cerró la puerta del cuarto de operaciones de nuevo.
“¿Kelley?” Malik preguntó. “¿Qué está pasando?
Ella me miró. “Esta es toda de Merit.” Dijo ella, y me dio el espacio. Cuando asintió yo lo solté.
“Sabemos que la Casa Cadogan es el guardián actual del Maleficium, el libro que contiene el mal.”
La habitación se volvió silenciosa.
Frank bramo algo sobre magia y secretos, pero mantuve mis ojos en Malik – y yo vi el segundo en que decidía decirnos la verdad.
“Somos los guardianes,” Malik admitió, levantando una mano para callar a Frank. “siempre ha pasado de un guardián a otro en secreto. La Casa McDonald lo tuvo por ultimo. Nosotros lo tenemos ahora.”
“¿Y está guardado en la bóveda?” Pregunté.
Después de un momento Malik asintió.
“Creo que debemos revisar la bóveda.”
“¿Por qué?” Pregunto Malik.
“Yo entiendo que los eventos que hemos visto reflejan una falta de balance entre el bien y el mal” expliqué. “El bien y el mal solían estar unidos. El mundo que conocemos existe solamente por que el bien y el mal estaban separados el uno del otro. El mundo mantiene sus reglas solo mientras estén en balance, opuestos de igual fuerza.”
“Y cuando están desbalanceados,” dijo Luc, “el mundo natural se vuelve loco. Tierra. Aire. Agua.”
“Exactamente,” dije con un asentimiento. “el Maleficium dice la división entre el bien y el mal, e identifica la magia que hace eso, para ser logrado necesita cruzar la línea entre el bien y el mal. La mescla de magia blanca y negra.”
“Entonces crees que si el mundo natural está enloqueciendo, alguien debe haber estado usando el Maleficium” dijo Luc. “Esa es una teoría interesante, Merit, pero no ha habido nadie en la Casa desde que Tate puso en regla la ley que prohibía humanos en la Casa – solo el Sr. Calbot y los vampiros de Cadogan. Y ninguno de nosotros es capaz de usarlo para algo más que un peso muy efectivo de papel.”
Por un momento, pensé que él tenía razón, pero mi estomago se rizo con miedo repentinamente, todo mi aliento dejándome. Luc, me di cuenta, estaba equivocado – totalmente equivocado.
“¿Merit?” me preguntó. “¿Estás bien?”
Miré alrededor del cuarto, mi cabeza girando con horribles posibilidades. “Había alguien más en la Casa.”
Todos los ojos se volvieron hacia mí.
“¿Merit?” Malik preguntó.
Apenas si me pude obligar a decirlo. “La semana después de la muerte de Ethan, Mallory estuvo aquí. Ella obtuvo permiso para quedarse en mi cuarto conmigo.”
Silencio de nuevo.
“Merit,” dijo Luc. “Mallory no se llevaría algo de la Casa.”
¿No lo haría?
Pensé acerca nuestras conversaciones la semana pasada, acerca las cosas que vi y las cosas que discutimos. Acerca sus agrietadas y temblorosas manos. Su falta de contacto visual. Su irritabilidad, y su aceptación de la magia negra.
¿Yo había sido así de estúpida? ¿Así de inocente?
Abrí mi boca para hablar, pero me detuve, teniendo en cuenta las implicaciones de lo que iba a decir. Si tenía razón, mi relación con Mallory nunca volvería a ser la misma.
Pero si tenía razón, mi relación con Mallory no habría sido la misma en dos meses.
“Creo que la magia la cambio. Creo que lo que sea que está haciendo para esos exámenes – o lo que sea que ha estado haciendo en su aprendizaje – la ha cambiado.” Ofrecí mi evidencia, y entonces llegue a la parte más incriminatoria.
“Cuando la visité temprano estaba hojeando un libro.”
“¿Una hechicera con un libro?” Frank dijo secamente. “Que sorpresa”
Esta vez, Malik no se molesto en ocultar que estaba poniendo los ojos en blanco. “¿Cómo se veía el libro?”
“Era grande.” Cerré mis ojos, imaginándome a mi misma en el sótano de Mallory al lado de su mesa. “De cuero rojo”, dije, “con un símbolo dorado en la cubierta.”
Como si confirmara su peor miedo, Malik frotó sus sienes con una mano, y entonces tiró una llave cuadrada en una cadena por debajo de su camisa de botones.
“Espero en Dios que estés equivocada,” dijo “pero no sobrevivimos en la esperanza. Sobrevivimos enfrentando nuestros problemas de frente. Vamos a revisar la bóveda”
“Esto es sin precedentes,” dijo Frank, “y muy inapropiado. Las cenizas de un Maestro vampiro están contenidas ahí. Ustedes no abrirán la bóveda de la Casa”
Malik lo atravesó con una mirada. “Usted es un representante del PG y un invitado en esta Casa. Pero no es un Maestro, y definitivamente no es el Maestro de esta Casa. Usted puede revisar los protocolos y los datos, como lo hará, y usted debe probar estos vampiros como el PG lo ve necesario. Pero usted no, bajo ninguna circunstancia, se atreverá a darme órdenes a mí. Usted no es mi Maestro, Sr. Cabot, y yo le recomiendo que no lo olvide.”
Con eso, Malik se volvió sobre sus talones y se dirigió a la puerta.
Uno por uno, nosotros le seguimos.
El camino bajo el pasillo en el sótano hacia la bóveda tenía toda la ligereza de un funeral. Había la posibilidad de que la santidad la Casa hubiera sido violada, y por una mujer que creía que era mi mejor amiga – y quien había sido virtualmente mi hermana por años.
Malik deslizo la llave dentro de la bóveda, y entonces la giró en un ángulo de cuarenta y cinco grados. La cerradura se abrió con un click audible. El levantó una mano hacia la puerta, pero se detuvo por un momento antes de tomar la manija, preparándose. Después de un momento, sus dedos estaban en pestillo y la puerta estaba abierta.

Malik estuvo de pie al frente de ella, bloqueando la vista al interior, y entonces se hizo a un lado, su mirada en mí.

Con mi corazón latiendo salvajemente, miré hacia dentro.
Esperanza y miedo germinaron simultáneamente.

El Maleficium no era lo único faltante.

La bóveda estaba vacía.

Traducido por Maria Fabiola

Capitulo 18

¿Quién es la Bruja?


Después de diez minutos en silencio, nos volvió a reunir en la Sala de Operaciones. Todos excepto Frank, que había subido a hacer una llamada, sin duda para el GP.


El Maleficio se había ido.


Las cenizas se habían ido. No–las cenizas de Ethan se habían ido.


"¿Cómo pudo ella haber hecho esto?" Luc preguntó en voz baja. "No sólo tomar el Maleficio, sino ¿robar las cenizas? Tal cosa no se hace. No está bien. Es un sacrilegio".


"Eso es lo que hizo," dijo Malik con calma. "A pesar de que el acto es horrendo, no deberíamos declararla culpable sin hechos. No tenemos ninguna evidencia de que lo haya hecho. Lo más importante, ¿por qué? ¿por qué una hechicera prominente haría tal cosa?"


"No puedo decirte por qué lo hizo", dijo Lindsey, volviéndose desde su estación de computadora, con el rostro inusualmente pálido. "Pero puedo confirmar que ella lo hizo."


Todos nos movimos hacia su equipo, donde Lindsey había puesto dos segmentos de un video de seguridad. "No vigilamos activamente la cámara del sótano porque es justo al lado de la Sala de Operaciones", dijo, "pero grabamos el video. Es activado por movimiento, por lo que no tardó mucho en encontrar lo que estábamos buscando."


El video estaba en blanco y negro granuloso, pero no había duda de que era Mallory Delancey Carmichael, ejecutiva comercial convertida en hechicera, tomando el Maleficio de la bóveda.


"¿Cómo llegó a la bóveda abierta?" pregunté en voz baja.


"Magia", dijo Lindsey. "Avancé rápidamente esa parte. Me da escalofríos".


"Solamente tiene el libro", señaló Malik, pero Lindsey negó con la cabeza.


"No, ella sólo tiene el libro en este viaje. Ella toma las cenizas cuatro días después. Ejecuta el mismo juego dos veces–la misma magia, quiero decir."


"¿Por qué la demora?", Se pregunta Malik. "¿Por qué arriesgarse? ¿Por qué no tomar ambos al mismo tiempo?"

En el silencio, había estado uniendo los retazos de mi experiencia con Mallory y Tate en los últimos días–lo que había aprendido de Tate sobre la magia, y lo que había visto de Mallory.


El resultado final no se veía bien.


"Debido a que ella no sabía que quería las cenizas", dije en voz baja, y luego miré a Malik. "Probablemente aprendió sobre el Maleficio mientras trabajaba con Simon. Había usado la magia negra antes. Tal vez usándola la hizo sentirse curiosa."


"Eso sólo explica lo del libro", dijo Luc.


Pero negué con la cabeza. "Cuando visité a Tate, enumeró algunos hechizos que pueden requerir la mezcla de la magia que hemos visto esta semana. Uno de ellos," dije, " es hacer un familiar."


"¿Un familiar?", preguntó Luc.


"Una especie de ayudante mágico", le dije. "Ellos ayudan a los hechiceros a contener la magia que tienen que ejercer. Un familiar les proporciona capacidad adicional, como un disco duro externo mágico".


"Esa es una ventaja atemorizante", dijo Luc. "Pero estoy confundido–¿crees que Tate está haciendo un familiar?"


"No Tate," dije, sacudiendo los nervios y el estómago. "Creo que podría ser Mallory. Ella ha usado magia negra antes, y ha creado un familiar antes. Un gato. Pero no esta bien–hay algo malo en eso. Me dio una excusa, pero ahora... No se. Y mencionó que deseaba tener más de ella para ayudar a trabajar en la magia."


La habitación estaba tranquila, todo el mundo considerando lo que había dicho.


"Una hechicera está siendo probada esta semana", continué. "Una hechicera que sabe cómo hacer un familiar, por lo menos a pequeña escala, y que ha robado un libro de magia que le puede ayudar a hacer algo más que meterse en la magia negra. Las cenizas de Ethan se han ido, y ahora la ciudad se está cayendo a pedazos porque la magia buena y la magia negra se están mezclando".


"Esa es una idea descabellada", dijo Kelley. "El intento de revivir a un vampiro para que sea un familiar."


"Por desgracia", dijo Malik, "no es del todo descabellada." Él me miró. "¿Sabes por qué no hay brujos en Chicago, Merit?"


Negué con la cabeza.

"Es un anacronismo desde la época en que las relaciones entre vampiros y brujos eran más tensas que ahora. Si las cosas han ido de la manera en que lo sugieres, no es la primera vez que los hechiceros han hecho el intento."


La sala quedó en silencio, todos los ojos en Malik.


"La creación de un familiar requiere de aplicar la magia poderosa para algo–o alguien–a quien el mago quiere hacer un familiar. La capacidad de hacer ese tipo de magia es rara, y la capacidad de los familiares depende de su poder".


"Así que un vampiro puede tener más magia que un gato," ofrecí.

Malik asintió. "Y un Maestro vampiro puede tener más poder que un Iniciado reciente. La última vez que un hechicero trató de convertir un vampiro en un familiar, un vampiro de la Casa Navarro fue secuestrado. Ella fue descubierta más tarde en la guarida de los hechiceros, inconsciente, una cosa horrible.


Me estremecí involuntariamente.


"El hechicero ejerce una medida de control sobre los familiares", dijo Malik. "De hecho, se convierten en animales de servicio. Sin sentido, sin libre albedrío."


A pesar de que una parte de mí estaba emocionada por la idea de que Ethan pudiera volver, la esperanza se paralizaba ante la idea de que Mallory estaba tratando de convertirlo en un zombie controlado-mentalmente. De repente tuve menos simpatía por su esfuerzo–y más simpatía por el gato.


"La hechicera fue identificada, y fue tratada por la Casa Navarro. Y cuando estuvo hecho, los vampiros prohibieron a la Orden trabajar en Chicago."


Eso explicaba el porqué la orden no había querido que Catcher visitara Chicago, y porqué lo habían expulsado cuando él insistió. También se dijo mucho acerca de Ethan–que había estado dispuesto a proteger a Catcher a su llegada a pesar de lo que los hechiceros habían hecho una vez.


"Si un hechicero intentó esto antes", preguntó Luc, "¿por qué no vimos los mismos efectos? ¿Los desastres naturales?"


"Los vimos", dijo Malik con seguridad. "Vimos el Gran Incendio."


El gran incendio de 1871 había destruido enormes sectores de la ciudad.


"La Orden argumentó que era una coincidencia", dijo Malik, "pero habiendo visto lo que hemos visto esta semana, hay un argumento fuerte de que estaban igualmente en negación."


"Pero estamos hablando de convertir a un vampiro que vivió en un familiar. Ethan se ha ido," dijo Luc tranquilamente. "Ya no queda nada de él excepto cenizas. ¿Cómo puede hacer eso?"


"Si él fuera humano, probablemente no podría", dijo Malik. "Pero los vampiros son diferentes a los humanos. Genéticamente. Fisiológicamente. Los lazos que unen al alma son diferentes–por lo que el cuerpo simplemente se convierte en ceniza."


"Esto es real", dijo Luc después de un momento de silencio, persignándose. Fue un movimiento extraño para un vampiro, pero no había duda en la sinceridad de su expresión.


Malik se puso de pie y empujó su silla hacia atrás. "Voy a alertar a la Orden de la posibilidad de que una hechicera este tratando de crear un familiar, y que lo ha hecho con las cenizas de un vampiro Maestro. También les alertaré de que pueden estar usando el Maleficio para hacerlo, y que sus intentos podrían alterar completamente el orden del mundo natural. ¿Eso lo resume?"

La culpa pesaba sobre mis hombros, asintí.


Él me miró. "Sé que ella prácticamente es tu familia. Pero esto es un crimen que el GP no dejará impune".


Asentí en comprensión, y esperaba no tener que ser el instrumento de su destrucción.


*******


Esperé en la cafetería oscura por una llamada telefónica. No había podido avisar a Jonah o Catcher, y había dejado mensajes frenéticos a ambos.


Y ahora... estaba esperando.


Por supuesto que tenía que detenerla. Tenía que impedirle que acabara con cualquier magia que estuviera tratando de hacer. Tenía que mantener a la ciudad segura, y no tenía ninguna duda de que la vida como un familiar inconsciente bajo el control de Mallory era una vida que Ethan no querría. Él era demasiado independiente para estar bajo el pulgar de alguien, mucho menos de una mujer tan enfocada en lograr un fin mágico que para hacerlo estaba dispuesta a destruir Chicago.


¿Cómo Catcher se había perdido de esto? ¿Por qué no había visto lo que estaba haciendo, en lo que se estaba convirtiendo? ¿Por qué no la había detenido antes de que llegara tan lejos... antes de que tuviera que ser yo la que lo limpiara?


Puse mis codos sobre la mesa, mi frente en mis manos, y me lamenté de mi suerte. Era un callejón sin salida, y yo era la que tenía que apretar el gatillo.

Mi teléfono sonó, y miré la pantalla.


Pero no era Jonah o Catcher.


Era Mallory.


Con dedos temblorosos, abrí el teléfono. "¿Hola?"


"Estoy detrás de la Casa. Nos vemos afuera. A solas".


Cerré el teléfono otra vez, pero no antes de enviar un mensaje de texto a Jonah para que supiera lo que estaba haciendo. Metí el teléfono en mi bolsillo, después caminé hacia las rejas, empujando por un lugar descubierto entre los arbustos, y escalé. Esta vez, mi aterrizaje fue más elegante, aun si una hechicera cabreada y medio loca fuera la única allí para verlo.


Estaba de pie delante del auto de Catcher, un sedán hipster. El azul de su pelo parecía haberse desvanecido aún más desde que la había visto, ahora era casi completamente rubio. Sus ojos estaban inyectados en sangre, sus manos estaban agrietadas y temblando. Se veía como una adicta en medio de un deseo perverso.


Tal vez lo estaba.


Mi temperamento aumentó, pero tuve que recordarme a mí misma que ella era la misma persona, con pelo azul o rubio, con magia negra o buena.


Mallory se alejó del coche y caminó hacia adelante, dejando una brisa aceitosa de magia con ella. Me mantuve firme. En este momento esperaba sentir miedo o arrepentimiento, pero ninguno eran los primeros de la lista. Por encima de todo, estaba enojada de que había invadido mi casa, robando cosas preciosas, y determinada a usarlas para sus propios fines narcisistas.


"¿Qué has hecho?"


"¿Estas acusándome de algo, vampiro?"


"Confiaba en ti. Te pedí que te quedaras conmigo cuando él murió porque te necesitaba allí. Violaste esa confianza dos veces".


"No sé de lo que estás hablando."


"Tonterías. Robaste cosas de nosotros, Mallory. De mí. ¿Dónde está el Maleficio, y dónde están sus cenizas?"


"Se fueron".


Mis rodillas temblaron y tuve que bloquearlos para mantenerme en posición vertical. "¿Así que pudiste convertirlo en un familiar?"


Ella apartó la mirada, pero vi culpa en sus ojos. Y fue entonces cuando supe cual era el verdadero trato, y que lo había hecho sabiendo completamente lo que obtendría.


"La Magia Negra no es lo que pensamos que era", dijo.


"No hay excusa en el mundo que puedas darme ahora."


"¡No es justo!" Gritó en la noche. "¿Crees que está bien que exista este cuerpo entero de magia que se supone que no debería usar? ¿Al que no puedo acceder? ¿Sabes cómo se siente eso? ¡Mal, Meri! Se siente mal tener solo la mitad de la magia. Haciendo solamente la mitad. Bien y mal deberían estar juntos. Y si esta es la manera de hacerlo, entonces por Dios que lo que haré. No puedo vivir así."


"Puedes muy bien vivir jodidamente así, al igual que cada mago en la historia. ¡No entres a mi Casa y robes un libro del mal, luego robes las cenizas de mi Maestro y trates de convertirlo en tu siervo!"


"Pero lo traería de vuelta para ti."


Me detuve en seco, mordiendo mis labios para alejar las lágrimas. "No lo quiero de vuelta. No así. No va a ser él. Y no si tengo que perderte por eso, Mallory. Tú eres mi hermana en todas las maneras".


Ella hizo un bufido. "Me cambiaste por él, y lo sabes."

"No más que tú cambiándome por Catcher." Suavicé mi voz. "Ninguna de nosotras nos cambiamos por otros. Crecimos, y crecimos para amar a otros. Pero no lo quiero a él, no así. Y él tampoco lo querría." La vi por un momento, preguntándome si realmente esa era la razón por la que había hecho esas cosas. Por mucho que la amara, no estaba segura.


"No hagas esto por mí", le dije.


"Tonterías", soltó ella, pero la palabra carecía de fuerza. Ethan era un peón en el juego, una excusa para meterse en la magia negra. Tal vez Simón era lo suficientemente estúpido, lo suficientemente ingenuo, que honestamente no sabía lo que ella había estado haciendo. Tal vez no sabía que había envenenado a su pupila estrella con magia negra, y como un drogadicto necesitando droga, ella haría cualquier cosa para conseguir un poco más, las consecuencias de estar condenada.


"Hiciste esto para ti." Recordé lo que había dicho acerca de la magia negra, sobre la gente malentendiéndola. "Probaste la magia negra y te gustó. No al principio, tal vez, pero al final decidiste que te gustaba. Ethan podría haber sido un beneficio adicional muy útil, pero es una excusa. Tu excusa para rasgar la ciudad."


"¿Qué sabes de eso? ¿Sobre las fuerzas dentro de mí? Sé las historias de origen. La magia separada–el bien del mal–como si fueran gemelos obligados a separarse." Tiró de su camiseta. "Puedo sentirlas, Merit, y necesitan volver a estar juntos".


Cerró los ojos y levantó las manos, y la magia comenzó a fluir en un gran círculo alrededor de nosotras. Pude sentirla girando a mi espalda como una centrífuga, el movimiento tirándome contra ella.


"Mallory, detén lo que sea que estés haciendo. Estás matando a Chicago."


"El daño es temporal", dijo.


Al verla allí, haciendo magia sintiéndose grasosa, incómoda, mal, sabía que las repercusiones serían algo más que temporal.


"Esto va a arreglar las cosas", dijo.


"Esto va a destruir las cosas," le corregí.


Pero mientras la magia nos rodeaba en un espiral más y más fuerte–la fuerza centrífuga empujaba el aire de mis pulmones–ella negó con la cabeza.


"Estoy cansada de preocuparme por lo que todo el mundo quiere. Tu. Catcher. Simón. No fui responsable de la separación del bien y el mal. Pero voy a ser la encargada de cerrar el bucle. Dejen de ser unos malditos ciegos."


Traté mi estrategia final. "Mallory, he estado soñando con Ethan. Has estado haciéndole daño. Y si terminas este hechizo, si pones a la ciudad en llamas, seré yo y el resto de las Casas que paguen por ello."


Sonrió con cierta tristeza. "Cariño, para entonces, voy a estar muy lejos."


Levantó los brazos, y la magia se apretó en un nudo. Mi visión atenuada en los bordes, y luego se oscureció por completo.


Por segunda vez en un año, mi mejor amiga en el mundo me dejó inconsciente.


*******



[Salto de línea automático]
[Salto de página]Me senté justo a tiempo para ver a Jonah corriendo hacia mí. Me froté la parte de atrás de mi cabeza, la garganta dolía en donde había caído al suelo, pero aliviada de que hubiera estado inconsciente sólo el tiempo suficiente para que él llegara hasta aquí.

Eso significaba que todavía podría tener una oportunidad.


Se puso de cuclillas delante de mí, pánico en sus ojos. "¿Qué pasó?"


"Ella confesó. Se robó el Maleficio y las cenizas de Ethan para tratar de traerlo de vuelta como un familiar. Piensa que quiero eso–pero sobre todo está obsesionada con la magia negra. Es adicta a ella, y piensa terminar el hechizo que ayudará a regresar al bien y el mal dentro de balance."


Él me ayudó a levantarme.

"Hizo magia en mí, me dejó fuera de combate" Miré hacia a él. "Decidió seguir adelante con ella. Tenemos que encontrarla, tenemos que detenerla. Si se completa la magia..."


No terminé la oración, diciéndolo en voz alta no iba a hacer la decisión más fácil.


"¿Tienes alguna idea de dónde se ha ido?"


Me estrujé el cerebro, pero no pude llegar a nada. Los únicos lugares que sabía que ella había visitado recientemente era su casa en Wicker Park y la tienda de hardware. Se entrenó de cualquier manera en Schaumburg y en el gimnasio de Catcher en el barrio River North, pero no parecían puntos probables para que ella hiciera magia grande.


Pero si no podía encontrar a Mallory, tal vez podría encontrar el libro... Saqué mi celular y marqué al bibliotecario.


"El Maleficio se ha ido", dije, sin preámbulos. "Mallory Carmichael lo robó de la bóveda cuando se quedó en la casa conmigo. ¿Supongo que no tienes una manera de seguirle la pista?"


A Mallory no le habría gustado la gran cantidad de palabras que surgieron a través del teléfono–los comentarios poco halagadores sobre las inclinaciones éticas de loa hechiceros. Pero una vez que él había conseguido sacarlo de su sistema, se puso manos a la obra.


"Uno no guarda el Maleficio sin un plan de contingencia", dijo, y oí crujidos al otro lado del teléfono.


Di un suspiro de alivio. "¿Tienes un hechizo de seguimiento o algo así?"

"Puedes apostarlo. Puse un chip GPS en el lomo. No se lo mencioné que a la Orden, por supuesto, ya que me habrían crucificado por dañar al libro, pero eso no viene al caso. Esto es exactamente por lo que lo hice. Déjame tener la ubicación."


Mientras trabajaba la tecnología, miré hacia el cielo. El azul medianoche comenzaba a teñirse a un tono rojo enfermizo. No me cabía duda de que el agua se había oscurecido, y las que montañas se movían en algún lugar de la ciudad.


Ella ya había comenzado.


"Lo encontré", dijo. "Es cerca, y no se mueve."


"Esta es una gran ciudad. 'Cerca' no me va a ayudar".


"Espera, lo estoy reduciendo." Hizo una pausa. "¡El Midway!" finalmente exclamó. "Es en el Midway."


Le agradecí, colgué, y señalé el camino. "Está en el Midway. Voy a ir ahora. Busca a Luc, Malik y a Catcher–diles lo que está pasando."


"No quiero que te enfrentes a ella sola."


Miré hacia atrás y le sonreí con tristeza. "Regla sesenta y siete de la Guardia Roja–confía en tu compañero."


"Esa es realmente la regla número dos."


"Aun mejor," le dije, fingiendo una sonrisa.


La mandíbula de Jonah se tensó, pero cedió. "Luego de encontrarla. Detenla. Por cualquier medio necesario."

Eso es exactamente lo que yo temía.


*******


Corrí a través de cuatro cuadras, y luego me detuve en medio de la calle, con la boca abierta.


El Midway Plaisance estaba en llamas. No con las llamas de color naranja y oro de un fuego sencillo y terrenal, sino con llamas de color azul traslúcido que alcanzaban el cielo con sus garras rizadas y puntiagudas. De cualquier forma, su efecto era el mismo al fuego regular: Los árboles al borde del Midway comenzaron a crepitar y llamear por el calor.


El cielo se había vuelto totalmente escarlata, un rojo pulsando furiosamente, sangrando como una herida abierta, y diferente a todo lo que había visto antes.

Un relámpago lo atravesó, levantando la piel de gallina a lo largo de mis brazos. Debajo de mí, sentí un temblor sordo. Las montañas estaban sin duda apareciendo en alguna parte. Mientras Mallory trabajaba su magia cada elemento estaba girando salvajemente fuera de balance.


Los camiones de bomberos sonaron por la calle, con las sirenas a todo volumen. Se estacionaron en las afueras del Midway e inmediatamente comenzaron a disparar cañones de agua a las llamas; poco bien que lo hicieron. Las llamas rugían como un tornado, las corrientes de calor ascendentes se empujaron a través del parque, más calientes y más violentas mientras el fuego crecía.


Encontré a Mallory frente a la estatua de Masaryk, a sus pies una pila de libros y materiales. El objeto más importante–el Maleficio–estaba abierto y brillando, el texto girando sobre la página. Su pelo rubio agitándose alrededor de su cara en el viento caliente expulsado por el fuego.


Ella parecía ajena al peligro que estaba creando, así que tenía pocas dudas de que destruiría la ciudad si pudiera. No estaba del todo segura de qué hacer al respecto. No tenía espada ni daga. Tal vez podría acercarme lo suficiente para golpearla o por lo menos interrumpir la magia, aunque dudaba que me dejara llegar a esa distancia. Pero hasta que llegara la caballería, tenía que intentar.


No había manera de que caminara entre ella y el fuego, así que corrí alrededor de la estatua y me acerqué por detrás. Cuando estaba lo suficientemente cerca para ver los fragmentos de pintura azul mate en sus uñas, la llamé por su nombre.


Miró hacia atrás con evidente preocupación, murmurando palabras mientras pronunciaba su magia. "Un poco ocupada aquí, Merit".


"Mallory, ¡tienes que parar esto!" Grité por encima del rugido de las llamas. Ahora la tierra bajo mis pies temblaba, y tropecé hacia delante. "¿No ves lo que le estás haciendo a la ciudad?"


Un árbol estalló, se agrietó, y cayó hacia adelante, el infierno se abalanzó sobre eso, sumiéndolo en llamas. No pasaría mucho tiempo antes de que la línea de árboles fuera infringida por completo y el fuego se derrama por las calles.


"¡Vas a matar a todos!"


"No cuando el hechizo este hecho", habló de nuevo. "Ya lo verás. El mundo se sentirá mucho mejor cuando el bien y el mal se unan de nuevo. El mundo estará intacto."


Sus manos temblaban mientras las sumergía en frascos con polvos y espolvoreaba el contenido sobre las páginas abiertas del Maleficio. Busqué los restos de su magia, pero no vi señales de la urna que había mantenido las cenizas de Ethan.

Se habían ido, tal vez usadas para activar una parte previa al hechizo. Y para cuando detuviéramos el hechizo–si pudiéramos detener el hechizo–ni siquiera tendría sus cenizas como recuerdo.


"Por favor, Mallory, para".


Siguió haciendo su trabajo, pero otra voz me detuvo en frío.


"¡Sabía que los vampiros estaban en el centro de esto!"


Miré hacia atrás. McKetrick se movía hacia nosotras, un arma grande en sus manos, me señaló. "¿Por qué no te alejas de esa chica, Merit?"


"Esa chica está intentando destruir la ciudad", le advertí, pero él rodó sus ojos. Mallory había estado cegada por su adicción a la magia negra. McKetrick estaba cegado por su ignorancia, su inquebrantable confianza de que los vampiros eran los culpables de todo el mal en Chicago.


"A mi me parece como si estuviera tratando de detenerlo", dijo.


"No podrías estar más equivocado", le dije. "Eres un tonto ignorante."


"Obtuve la ley de registro."


"Debido a que mentiste y fallaste en mencionar que me atacaste en una calle pública. Peleas por cosas que significan el no dañarte y eres completamente ciego a las amenazas reales."


Un rayo se estrelló en uno de los árboles al otro lado del Midway, partiéndolo por la mitad y enviándolo con estruendo envuelto en llamas.


Mallory aun estaba murmurando palabras del hechizo, y las llamas eran cada vez más altas en cada segundo.


Sí, él podría haber usado el arma. Y sí, un trozo de álamo en el corazón probablemente podría darme. Pero estaba cansada de McKetrick, y no tenía tiempo para sus travesuras en estos momentos.


"Estás ayudando a que ella haga esto", le dije, realmente no le preocupaba que yo estuviera afuera con hechiceros. Estaban totalmente en mi lista negra.


"Mentirosa", murmuró. Con la mano temblando con furia, apretó el gatillo.


El arma enloqueció, el barril explotó, enviando madera y trozos de metal a través del aire. Instantáneamente me agaché, y todavía sentía dolor del impacto mientras trozos de metal me alcanzaban por la espalda.


Pero todavía estaba viva.


Miré hacia arriba. McKetrick también estaba vivo, pero no había tenido tanta suerte. Su cara estaba salpicada de manchas de sangre por los golpes del metal, y su mano derecha era un revoltijo de sangre y huesos. Yacía de espaldas, parpadeando al cielo carmesí, su mano apretada contra su pecho.


Es probable que las cosas poco halagadoras dichas sobre mí hicieron que tuviera problemas para recoger alguna simpatía, pero sin duda McKetrick nos culparía por sus lesiones de todos modos.


Un rayo cayó en un poste de luz cercano, llamando mi atención de nuevo al drama mágico. Las llamas eran más altas que los árboles ahora, sus dedos lamiendo hacia el cielo rojo, que estaba cubierto por una nube de humo azul.


"¡Mallory!" grité, dando un paso hacia el lugar de nuevo. "Tienes que parar esto."


Levantó las manos al aire, y podía sentir la magia reuniéndose y girando de nuevo.


"¿Por qué debería parar? ¿Para que así puedas presumir sobre cómo acabaste con la poco jodida hechicera? No, gracias".


"¡Esto no es acerca de ti y de mi!", Grité de lleno sobre el rugido y crepitar del fuego y los remolinos de viento. "Se trata de Chicago. Se trata de tu nueva obsesión con la magia negra."


"No tienes ni idea, Merit. Sigue viviendo en tu pequeño dormitorio ordenado de vampiro. Estas ajena al mundo que te rodea–a la energía y la magia. Pero eso no es culpa mía."


Catcher surgido a través del humo en el otro lado del lugar. "¡Mallory! ¡Para esto!"


"¡No!", gritó ella. "¡No me interrumpas!"


"Lo siento", dijo él, "pero no puedo dejarte hacer esto."


"Si me detienes ahora, mataré a Ethan.", señaló hacia mí. "Dile eso a ella, Catcher. Dile que me detendrás de traerlo de regreso."


Pero él siguió caminando más y más hacia ella. "Si lo haces volver, no será él. Será un zombie, Mallory, y tú lo sabes. Sé por qué estás haciendo esto. Sé lo bien que se siente, y lo mal que se siente, todo al mismo tiempo. Pero puedes aprender a controlarlo, juro por Dios que puedes."


"No quiero controlarlo", dijo. "Quiero ser la dueña. Todo. Quiero sentirme mejor."

Pero Catcher persistió. "Simon era un tutor horrible, y lo siento por no reconocerlo. Lo siento, no vi lo peligrosa que era su estupidez. Más pena de lo que nunca lo sabrás. No sabía que estabas pasando por esto. Creí que te alejabas de mí. Pensé que él te alejaba de mí. Esto es mi culpa, Mallory." Las lágrimas cayendo por su rostro. "Es mi culpa."


"No sabes nada", escupió, y levantó el Maleficio. "Nadie entiende esto, lo importante que es."


"No es tan importante", dijo con calma Catcher. "Eres más grande que el. En el poder. En el potencial. Pero es falso, Mallory. ¿Esa sensación que tienes en el pecho?" golpeó un puño contra su corazón. "Es falso. Haciendo el mal no hará al mundo un lugar mejor. No harás que la sensación desaparezca. Sólo se hará más fuerte, y estarás ahuyentado a todos los que amas."


Él levantó su otra mano, y pude sentir el pulso de la magia, mientras se preparaba para sacudir algo contra ella.


"No puedes detener esto", dijo ella maliciosamente. "No puedes afectar mi magia."


"No, no puedo", dijo con resignación. "Pero puedo afectarte a ti."


La magia comenzó a brillar y agitarse en su mano, mientras se preparaba para atacar.


Al darse cuenta de que tendría que enfrentarse a él, cambió su estrategia de nuevo. "Pero eso me hará daño", dijo ella, con voz más bien como un niño que una mujer de veintiocho años. "Por favor, no hagas eso."


"Si estás diciendo la verdad, entonces rezaré para que sólo duela por un momento", dijo. Él lanzó su mano hacia ella; un destello de luz de diamante voló en su dirección, convirtiéndose en una esfera azul gigante.


Como en cámara lenta, voló por los aires junto a mí. Pero Mallory dejó el libro y golpeó el orbe. Con una explosión de luz y rocas, golpeó la estatua y tiró un pedazo de hombro del caballero.


"¡Te odio!", gritó hacia él, y mientras no tenía duda de que el sentimiento era sólo por la magia y el agotamiento de hablar, el dolor en la cara Catcher era real.


"Lo superarás", dijo, y lanzó otro orbe hacia ella. Éste cayó y golpeó a Mallory en el pecho. Ella voló hacia atrás y cayó al suelo.


Toda la magia que ella había creado, toda esa energía que ella había reunido, fue puesta pronto en libertad. Con una ráfaga helada, el orbe de Catcher explotó, se expandió, y se extendió en un plano de luz azul que voló a través del Midway con el rugido de un avión 747, extinguiendo las llamas mientras se movía.

Extinguiendo el hechizo mientras se movía.


Extinguiendo la esperanza mientras se movía.


Por un momento, todo lo que había era silencio. El humo se elevaba de la hierba quemada, de los árboles quemados en el Midway, y de las crepitaciones de la magia sobrante generada por el suelo como un rayo en miniatura.


La niebla se disipaba, y el rojo en el cielo se extendió y se disolvió, unas pocas estrellas se asomaron a través de la nube de humo. Los bordes exteriores del parque todavía brillaban con cenizas, pero los bomberos serían capaces de progresar ahora.


Todo había terminado.


Mallory estaba inconsciente, su profecía volviéndose realidad. Había sido derrotada por Catcher, la Ciudad Blanca no mas en peligro.


Y Ethan se había ido para siempre.


Sacudí mi cabeza para contener las lágrimas interiores, negando a ceder a la tristeza. Ella habría creado un monstruo, y no tenía sentido sufrir por algo que nunca debería haber existido en primer lugar. Prefería tener los recuerdos y el dolor que la perversión de quién era. Tendría que volver a vivir la vida que había aceptado que era la mía.


"Puedo hacer esto", susurré, las lágrimas cayendo por mis mejillas. Me puse de pie, mirando a Catcher y a Mallory. Él estaba enredando filamentos brillantes de magia alrededor de su cuerpo inconsciente para atarla cuando se despertara. Restricciones mágicas, tal vez. No sabía lo que la Orden le haría ahora, pero no podía imaginar que fuera a ser agradable.


Sentí la presión en mi codo y miré alrededor. Jonah se puso detrás de mí, la mirada buscando en mi rostro. "Estás sangrando otra vez."


"Estoy bien. Sólo es un poco de metal. El arma de McKetrick explotó–él está allí."


Jonah asintió. "Me aseguraré de que los policías lo encuentren. ¿Estás bien? Quiero decir, ¿aparte de la herida?"


"Creo que sí–" empecé, pero fui interrumpida por el crepitar de un trozo fuerte de energía residual. Me agaché un poco mientras eso cruzaba el parque antes de disolverse y enviar una punzada de magia al aire

.

"Merit", dijo Jonah en voz baja. "Mira".


Miré hacia arriba.

Una figura oscura se movió a través de la neblina azul en todo Midway, acercándose a nosotros. El pelo de la parte trasera de mi cuello se erizó.


"Vuelve", dijo Catcher, moviéndose hacia nosotros. "Esa cosa es un demonio andante. El hechizo fue interrumpido, lo que significa que es el resto de la magia."


Pero sostuve una mano. "Espera", le dije, la palabra cayó de mi boca mientras comenzaba a moverme hacia la figura.


Me vi obligada a seguir. Sin ninguna explicación, no me importaba que cada átomo de mi cuerpo tuviera la intención de moverse para conocer lo que sea que estaba emergiendo. Seguí caminando. Y cuando la niebla se despejó, unos brillantes ojos verdes me devolvieron la mirada.


Las lágrimas brotaron de mis ojos.


Mis rodillas temblaron de repente, corriendo hacia él.


Traducido por Hishuri



CAPÍTULO DIECINUEVE

EL RENACIMIENTO DEL FÉNIX

Llevaba las mismas ropas que estaba usando cuando había sido estacado—pantalones de vestir, su medalla de la Casa, una camisa blanca y un rasgón en la tela en el espacio sobre su corazón. Con los ojos enormes, se empapó con mi imagen.

Lo alcancé, y nos miramos por un momento, ambos con miedo, quizás, de lo que vendría—y de lo que había sido.

“Vi la estaca,” dijo Ethan. “Observé a Celina lanzar la estaca y la sentí cuando me golpeó.”

“Ella te mató,” dije. “Mallory…ella hizo magia para traerte de regreso como un familiar. Catcher interrumpió el hechizo. Pensó que crearía un monstruo, pero eres—tú no luces como un monstruo.”

“No me siento como un monstruo,” dijo suavemente. “Soñé contigo. Soñé contigo a menudo. Había una tormenta. Un eclipse.”

“Te disolvías en arena,” agregué, sus ojos agrandándose por la sorpresa. “Yo tuve los mismos sueños.”

Con el ceño todavía fruncido, levantó una mano a mi rostro, como si no estuviera seguro de que fuera real. “Esto es un sueño?”

“No lo creo.”

Esbozó una pequeña sonrisa, y mi corazón se aceleró debido a ella. Había pasado mucho tiempo desde que había visto esa sonrisa provocadora. No pude evitar la nueva oleada de lágrimas, o el sollozo que se me escapó.

Él estaba aquí. Él estaba vivo. Y más importante aún, parecía ser él mismo, no un sirviente sin mente o el familiar de magia negra de Mallory. No sabía qué había hecho yo para merecer esta segunda oportunidad, pero él estaba de regreso, y la gratitud—y la sorpresa—eran casi abrumadoras.

“No sé que decir,” le dije.

“Entonces no digas nada,” me contestó, abrazándome otra vez. “Quédate en silencio.”

Una fresca brisa cruzó el Midway y cerré mis ojos, sólo por un momento, tratando de seguir su consejo, tratando de enlentecer los aplastantes latidos de mi corazón. Mientras estaba allí de pie, podría haber jurado que atrapé nuevamente el aroma de limón y azúcar en el aire.

Pero entonces, Ethan se estremeció. Levanté mi mirada hasta él, y sus ojos estaban acristalados, su piel estaba repentinamente pálida.

“Merit,” dijo agarrando mis brazos con fuerza, sus piernas temblando por el esfuerzo de estar de pie. Envolví un brazo alrededor de su cintura.

“Ethan? Te encuentras bien?”

Colapsó, antes de que pudiera contestar.

Luc y Kelley llegaron al Midway para inspeccionar los daños, su dicha al ver a Ethan quedó silenciada por su miedo—nuestro miedo—por su estado. Una vez que nos aseguramos de que Mallory estuviera siendo atendida, que el Maleficium estuviera de vuelta en buenas manos y que Jonah tuviera el control sobre McKetrick, nos enfocamos en llevar a Ethan de regreso a Cadogan.

El viaje fue surrealista—escoltando a mi evidentemente resucitado amante vampiro y Maestro de regreso a su Casa. Luc nos condujo a través de una puerta en la verja que ni siquiera había visto que existía. Nos apresuramos de regreso a la Casa y subimos las escaleras hasta la habitación de Ethan.

Luc lo colocó sobre la cama y se apartó mientras Kelley lo revisaba, habiendo sido entrenada, aparentemente en medicina en alguna de sus vidas pasadas.

Tal vez habiendo visto el miedo y el cansancio en mi rostro, Luc se me acercó. “Te encuentras bien?”

Levanté mis hombros. “No sé lo que soy. Va a estar bien?”

“Demonios, Merit. Realmente no estoy seguro de qué es él o por qué está aquí. Qué sucedió allí fuera?”

Lo informé sobre la magia que había visto de Catcher y Mallory antes de que llegara. “Ethan es su familiar? Ella será capaz de controlarlo?”

“No lo sé,” dijo Luc en voz baja. “Si Catcher interrumpió el hechizo, no entiendo por qué él está aquí en lo absoluto.”

“He estado teniendo sueños sobre él—sueños proféticos sobre él y la magia elemental—desde que ella tomó las cenizas. Tal vez, había estado regresando, de a poco, desde entonces.”

“Así que la magia de Catcher terminó la resurrección pero evitó que se convirtiera en un completo descerebrado? Esa es definitivamente una posibilidad, pero no soy un experto en esa área. Demonios, dudo que siquiera Catcher lo sepa.”

Lo desconocido, el riesgo de que Ethan estuviera a la entera disposición de una chica adicta a la magia negra que estaba dispuesta a dejar en segundo plano a sus amigos—a su ciudad—me empujó sobre el borde. El miedo y el pánico burbujearon en la superficie, por lo que aparté la mirada, con lágrimas corriendo repentinamente por mi rostro.

Me moví a la silla más cercana y me senté, luego cubrí mi rostro con mis manos, sollozando por la montaña rusa de emociones que sentía por Mallory y Ethan—y las posibilidades de que ya hubiera perdido a Mallory…y de que tendría que soportar perder a Ethan otra vez.

No sé cuánto tiempo estuve llorando, cuando oí un susurro proveniente del otro lado de la habitación. Lentamente descubrí mis ojos y levanté la vista. Ethan estaba sentado en la cama. Lucía obviamente débil, sus ojos apenas estaban abiertos. Y al igual que en mis sueños, dijo mi nombre. Pero este no era un sueño.

Limpié las lágrimas y me apresuré hacia el lado de la cama del que estaba Kelley. “Te encuentras bien?”

“Estoy bien. Cansado.” Tragó. “Creo que necesito sangre.”

Mire a Kelley. “Este es un efecto de lo…que sea que es esto?”

“Probablemente. Luc, puedes comprobar la cocina de la segunda planta? Agarrar algo de sangre?”

Luc inmediatamente se dirigió a las puertas de los apartamentos de Ethan, pero regreso dos minutos más tarde con las manos vacías, murmurando unas cuantas palabras específicas sobre Frank. El refrigerador del segundo piso estaba aparentemente vacío de sangre. Al igual que los refrigeradores del primer y tercer piso.

“Acortando la historia, estamos cortos de sangre por el momento.”

Ethan se enderezó un poco. “Perdona? La Casa está corta de sangre? Por qué Malik dejaría que eso sucediera?”

“Voy a extenderme un poco más. Resulta que beber de vampiros está actualmente prohibido por las reglas de la Casa Cadogan, pero estoy seguro que podemos arriesgarnos por ti.” Él levantó sus cejas. “Aunque podrías necesitar obligar a alguna Noviciada para que te alimente.”

Ahora mis mejillas estaban de un rojo flameante, pero la intimidad sugerida—la posibilidad de que mi Maestro necesitara tomar sangre de mí—no parecía perturbar a Ethan.

Luc y Kelley se deslizaron silenciosamente por la puerta.

Sintiéndome de repente como una chica ansiosa en su primer cita, me senté en el borde de la cama. Esto era tan extraño. Él se había ido. Ahora estaba de regreso. Estaba tan feliz que pensé que mi pecho podría explotar, pero todavía seguía siendo surrealista.
“Nerviosa Centinela?”

Asentí.

Ethan inclinó su cabeza, derramando su cabello dorado contra la almohada detrás de él. “No lo estés. Es la cosa más natural que un vampiro puede hacer.” Tomó mi mano y miró mi muñeca, luego frotó su pulgar contra el pulso que latía justo debajo de mi piel. La sensación envió ondas de calor a través de mí, pero no sólo debido al deseo.

Miró mi muñeca como si estuviera observando la sangre y la vida que corría debajo de ella, sus ojos esmeralda volviéndose de color plateado a medida que el hambre de sangre lo golpeaba.

Nunca antes le había dado sangre a nadie. La había tomado de Ethan, pero eso era todo. Ocho meses atrás, podría haber imaginado que esta sería mi primer experiencia? Que estaría sentada aquí, con Ethan, en su dormitorio, lista para ofrecerle mi muñeca?

Presionó sus labios contra mi pulso, y mis ojos se cerraron, mi cuerpo zumbando ahora con un interés depredador, mis propios colmillos descendiendo.

“Ethan.”

Hizo un leve sonido de satisfacción masculina, y temblé cuando besó mi muñeca otra vez.

“No te muevas,” dijo, sus labios contra mi piel. “No te muevas.

Había sido una noche de lágrimas. Por la pérdida de una amiga, con suerte sólo temporaria, debido a la adicción mágica. Por mi propio encuentro con Ethan. Pero no importaba qué emociones eran, éstas palidecieron en comparación con la reunión compartida por Ethan y Malik.

Cuando Ethan estuvo alimentado y cuando le hube informado a Luc, Malik subió, sus ojos tan grandes como platos. Miró entre Ethan que lucía más fuerte—todavía descansando en la cama—y yo, tratando de descubrir la magia o el truco. Incluso le llevó unos cuantos minutos el intentar hablar.

Ellos se conocían desde hacía un siglo. Era razonable que el encuentro fuera significativo.

Y cuando éste terminó, no les llevó mucho tiempo comenzar a hablar de política, como si nada hubiera pasado entre ellos.

“El PG envió un receptor,” Malik dijo.

“No perdieron mucho tiempo,” Ethan murmuró. “A quién eligieron?”

“A Franklin Cabot.”

“De la Casa Cabot? Buen señor.” Ethan hizo una mueca. “Ese hombre es una lombriz. Víctor estaría mejor si se clavara él mismo una estaca. Qué tan mal ha sido?”

Malik me miró, como si estuviera comprobando antes de cargar demasiado a Ethan con malas noticias. Pero conocía a Ethan lo suficientemente bien para suponer que no quería ser mimado, por lo que le hice a Malik un gesto afirmativo.

“Te daré la lista corta,” Malik dijo. “Racionó la sangre de la Casa. Revocó el derecho de beber en la Casa. Limitó el derecho de reunión. Revocó la posición de Merit como Centinela y la envió a ver a Claudia. Sometió a los guardias a una prueba de resistencia a la luz del sol.”

Los ojos de Ethan se abrieron con incredulidad. “Estoy sin palabras.”

“Es un incompetente,” Malik dijo. “Por respeto a la Casa y al PG le di espacio para llevar a cabo su investigación. Pero ha ido demasiado lejos.” Malik aclaró su garganta. “Lo oí hablar por teléfono hace unas horas y le decía a Darius que los vampiros de Cadogan estaban en comunión con los hechiceros para destruir la ciudad. Tenía planeado abordar la cuestión con él antes de que sucediera lo de Midway, pero ahora que estás de regreso…”

Nos quedamos en silencio, mientras Ethan lo consideraba. Con mis hombros tensos, esperé una respuesta, esperando una expresión de ira o furia modulada cuidadosamente.

“Que se jodan,” Ethan dijo finalmente.

Después de un momento de estupefacción, disfruté mi segunda gran sonrisa de la noche. La de Malik no era mucho más pequeña.

“Lo siento,” dije. “acabas de decir ‘que se jodan’?”

Ethan sonrió sombríamente. “Es un nuevo amanecer, por así decirlo. No le doy al PG mucho crédito, pero son lo suficientemente inteligentes para reconocer la incompetencia cuando la ven.” Miró fijamente a Malik. “Y si no lo hacen, están fallando en su mayor propósito existencial.”

Él no había usado exactamente la palabra “revolución,” pero se ocultaba allí—la posibilidad de que la Casa Cadogan pudiera existir sin el PG.

Tal vez mi membresía en la GR no lo enloquecería tanto como había pensado.

No es que tuviera la intención de contarle.

“Pareces de algún modo… cambiado,” Malik dijo cuidadosamente.

“Estoy en mi tercer vida,” Ethan dijo. “Y en esta, podría estar a la entera disposición de una hechicera con una adicción a la magia negra. Eso tiene a poner la irracionalidad del PG en perspectiva.”

“Y el control de la Casa?” Malik preguntó.

“El PG nunca me permitirá retomar la Casa hasta que estén seguros de que Mallory no me controla. Y sin bien entiendo que la Casa no es actualmente una aficionada al OG, no podría estar en desacuerdo con esa postura. Es demasiado arriesgado. La Casa debe permanecer en tu muy acertado dominio de Maestro hasta que estén seguros de que estoy actuando por mi propia voluntad.”

Mi beeper vibró con un mensaje: había una reunión en el salón de baile. Claramente los Maestros de la Casa no la habían organizado porque ambos estaban aquí. Con la curiosidad picando—y ya que ellos estaban discutiendo ahora aplicaciones históricas sobre las líneas de sucesiones vampíricas—me disculpé cortésmente y bajé hasta el salón de baile del segundo piso.

Una de las puertas estaba abierta, por lo que seguí a la multitud de vampiros dentro y me deslicé al lado de Lindsey y Kelley, quienes se encontraban en la parte trasera del salón.

Frank estaba de pie en una plataforma al frente del salón, hablando poéticamente sobre los males de la Casa Cadogan y la falta de moderación en sus vampiros. “La Casa Cadogan se encuentra en un curso insostenible,” dijo. “Interesándose demasiado en los asuntos humanos. Intentando solucionar problemas que se encuentran fuera de su ámbito de competencia y autoridad. Ese curso no puede continuar, y no puedo recomendar al Presidio en buena fe, la continuación del status quo.”

Hizo una pausa para lograr un efecto dramático mientras los vampiros miraban nerviosos a su alrededor, la magia picante de la tensión elevándose en la habitación. Ellos se removían nerviosamente, esperando el veredicto de Frank.

“Hay demasiadas dudas sobre esta Casa. Dudas sobre su posición dentro del marco del Presidio de Greenwich. Dudas sobre sus lealtades. Han hecho un juramento a su Casa. Desafortunadamente, esos juramentos han sido sublimados por los Maestros de esta Casa. Por lo tanto, esa noche, cada uno de ustedes tomarán un nuevo juramente. Recordarán que existen gracias a nuestra generosidad, y jurarán lealtad al Presidio de Greenwich.”

El lugar se quedó en silencio, la magia alcanzando una chispa eléctrica que se sentía lo suficientemente fuerte como para iluminar la habitación.

“No puede estar hablando enserio,” Lindsey susurró, su expresión horrorizada mientras miraba fijamente el podio.

“Creo que es apropiado que la capitana de nuestros guardias, que se encarga de proteger la Casa de todos sus enemigos, muertos o vivos, tome el primer juramento.”

La ola de cabezas volteadas, se separaron creando un espacio que dejaba a Kelley directamente en la línea de visión de Frank. Él le hizo una seña con la mano para que se acercara.

“Kelley, capitana de esta Casa, ven adelante y jura tu lealtad.”

Ella me miró con dudas en sus ojos, claramente insegura sobre qué hacer. La compadecía. Si se negaba a ir hasta allí, indudablemente la esperaría el infierno. Seguro, Malik y Ethan estaban en el edificio, pero estaban a dos pisos de distancia, y ella estaba rodeada por vampiros que habían sido moralmente obligados a obedecer los dictados de Frank.

Por otra parte—hacerle un juramento al PG? Este hombre estaba loco?

No había ninguna opción que fuera buena, ninguna que fuera correcta, pensé, excepto la que creara el menos drama posible. Por lo que me acerqué y apreté su mano, y le di el mismo gesto de confianza que ella me había dado sobre el terreno de la Casa.

Le llevó un momento recobrar la compostura, luego camino lentamente hacia delante y a través de la brecha de vampiros. Algunas la miraban con obvia simpatía; algunos la miraban como si esperaran más de su capitana antes que se doblegara a los dictados de la figura del PG.

Ella llegó a la tarima al frente de la habitación, y esa fue la señal para que Frank comenzara nuevamente su perorata.

“Kelley, capitana de esta Casa,” dijo de nuevo. “Haz tu juramento al Presidio de Greenwich.”

“He hecho mi juramento a la Casa Cadogan,” dijo, su voz resonando claramente a través del salón de baile. “Ya estoy vinculada.”

Sentí la oleada de alivio en la multitud, pero el pulso de magia proveniente de la parte frontal de la habitación era mucho menos amigable.

“Entonces censura tus juramentos a la Casa Cadogan.”

“No negaré mis juramentos,” Kelley dijo. “No los hice a la ligera, y no los negaré así podrás hacerle un reporte más interesante al PG.”

Una vena en el cuello de Frank pulsó con furia. “Jurarás tu lealtad al PG,” rechinó, “o lo lamentarás de aquí hasta la eternidad.”

Las puertas se abrieron de golpe. “Demonios, no lo hará.”

Todas las cabezas se voltearon en dirección a la puerta. Malik estaba de pie allí, con furia en sus ojos, sus brazos alrededor de la cintura de Ethan mientras lo ayudaba a entrar al lugar. Un silencio total cayó sobre la multitud, justo antes de que la sala estallara en ruido y sonidos de llantos de alegría. Los vampiros se apresuraron hacia la puerta, y Malik les dio un momento para que le dieran la bienvenida a su héroe caído.

Aproveché la oportunidad para mirar a Frank y saborear la expresión de incredulidad en su rostro. Esa expresión, después del dolor que le había provocado a esta Casa, casi lo hacía valer la pena.

Y luego Malik les pidió a los vampiros silencio nuevamente.

“Silencio,” dijo, y la habitación se silenció inmediatamente. “Para su información, Sr. Cabot, los vampiros de esta Casa le hacen juramentos a su Casa y a sus vampiros, no al PG.”

Frank se recompuso y le ofreció una mirada dudosa. “Y con qué autoridad desafiarás la mía?”

Malik le devolvió una mirada imperiosa. “Con la autoridad inculcada a la Casa Cadogan y a su Maestro por el Presidio de Greenwich.”

Frank miró de Malik a Ethan. “Una Maestría que parece estar en un estado de desorden.”

Ethan aclaró su garganta. “Malik Washington es el Maestro de esta Casa. Fue investido debidamente por el PG después de mi muerte, tal como fue. Y se mantendrá en esa posición hasta que yo sea nombrado nuevamente.”

En otras palabras, Malik era el Maestro de la Casa, y Ethan no desafiaría su posición.

La multitud se agitó con la anticipación.

“Los vampiros en esta Casa,” Malik dijo, “incluyendo a la capitana de los guardias, han demostrado su valor una y otra vez. Esta noche, vimos su disposición a dirigirse inmediatamente a la batalla, sin tener en cuenta el peligro, para proteger a su Casa. Son valientes y honorables. Y en respuesta, los acusas de ser desleales y por lo tanto demandas nuevos juramentos? Dudo seriamente que el PG apruebe tal comportamiento. Por la presente se le ordena dejar esta Casa, Sr. Cabot.”

“No tienes el poder para echarme.”

Malik arqueó una ceja, muy al estilo de Ethan. “Tengo el poder para eliminar cualquier fuerza que sea perjudicial para esta Casa, y Ethan está en acuerdo conmigo. Nadie podrá discutir que no estés dentro de esa categoría. Tienes diez minutos para retirar tus pertenencias.”

“Te reportaré con el PG.”

“Estoy seguro de que lo harás,” Malik dijo. “Puedes reportar que nuestra Casa está en orden, que es hogar de sinceros y valientes vampiros. Oh—y puedes decirles también que Merit ha sido nombrada nuevamente Centinela.”

Sonrió un poco maliciosamente, y tuve que reprimir mi propia enorme sonrisa. “Dile eso al PG, Sr. Cabot. Y en caso de que tenga la necesidad, siéntete libre de decirles que se vayan a la mierda.”

Con Frank expurgado de la Casa, el resto de los vampiros rodearon a Ethan para celebrar. Como si su afecto le hubiera dado energías, consiguió quedarse de pie por cuenta propia.

Cuando los vampiros se tranquilizaron, Malik puso una mano en su hombro. “Esta Casa es tuya, por sangre y por hueso, y eres bienvenido en sus muros en cualquier momento.”

Ethan me había dicho lo mismo tiempo atrás, asegurándome que era miembro de esta Casa “por sangre y por hueso.” Tal vez era una de esas frases que los vampiros usaban, una parte del vocabulario colectivo, de la memoria colectiva, de personas unidas juntas por la necesidad de comunión.

“Cuando sea el momento adecuado,” Malik dijo, “te entregaré de regreso la antorcha. Mientras tanto, la ciudad indudablemente tendrá preguntas. No tengo dudas de que la alcaldesa estará golpeando la puerta pronto.”

“Es probable,” Ethan dijo, y luego tomó mi mano y le sonrió a Malik. “Pero si no te importa, planeo aprovechar al máximo lo que queda de la noche.”

Sentí como mis mejillas se calentaron, pero estaba en buena compañía; incluso Luc se sonrojó.

Con la garantía de Malik, de que los apartamentos de Ethan eran suyos para usar, regresamos a su habitación, tomados de la mano.

Apenas habíamos cerrado la puerta cuando su boca estuvo en la mía, hambrienta e insistente. La pasión quemaba y giraba a nuestro alrededor con la magnitud de la magia antigua.

No estuve en desacuerdo con él. Lo besé con todo lo que tenía, lo devoré con todas las herramientas en mi arsenal, y me moví dentro y alrededor de él mientras el amor nos atrapaba.

Después de un momento se apartó, su propia respiración dificultosa; él había abierto sus ojos y capturado mis mejillas con sus manos. “No he olvidado dónde dejamos las cosas, Centinela, ni planeo olvidarlo.”

“No has estado por mucho tiempo.”

“Sólo para ti. Para mí, no fue más que un vago sueño de oscuridad… y ocasionalmente tu voz. Me mantuviste unido a la tierra, y llamé tu nombre para hacer lo mismo por ti.”

Estoy segura de que palidecí un poco con la confesión. La emoción de que estuviera aquí todavía era nueva, todavía era reciente, aún sin probar. Estaba emocionada de que estuviera de regreso, pero emoción era tan inesperada que temía confiar en ella.

Levantó mi barbilla y me obligó a encontrar su mirada. “Hay alguien más?”

“No. Pero por dos meses, no fuiste tú, tampoco.”

Nos quedamos en silencio por un momento mientras buscaba mi mirada.

“Hubo un tiempo,” dijo finalmente, “en el que habría reconocido tu reticencia y te habría dado el tiempo y el espacio para que tomaras tu propia decisión.

Bajó mi cabeza nuevamente y deslizó sus dedos por la parte trasera de mi cuello, enviando escalofríos por mi columna. Luego bajó sus labios a mi oído.

“Este no es ese tiempo, Merit.”

Y luego su boca estaba en la mía, y me dejó sin aliento otra vez. Me besó como un hombre poseído, como un hombre con nada más en su mente que mi sabor y tacto.

Como un hombre vuelto a la vida.

“Se me ha dado la tercer oportunidad en mi vida, incluso si las circunstancias son de algún modo desconcertantes. Tú eres mía, y ambos lo sabemos.”

Me besó de nuevo, y mientras lo hacía comencé a creer realmente que él estaba de verdad, de regreso, me sentí posesiva sobre él como nunca me había sentido sobre nada, segura hasta lo profundo de mis huesos que él era mío, y sin importar las circunstancias, tenía la intención de que continuara siendo así.

Después de otro largo momento, terminó su beso y envolvió sus brazos a mi alrededor.

Cuando el sol se elevó, nos encontró juntos, dos cuerpos unidos en busca de calidez, amor, agradecidos por los milagros que probablemente no deberían haber sucedido.

Esa fue probablemente la noche que mejor dormí en toda mi vida.




EPÍLOGO

Despertamos con nuestros cuerpos entrelazados, el teléfono sonando ruidosamente al lado de Ethan. Me arrastré sobre su muy desnudo cuerpo y tomé el tubo.

“Sí?” Pregunté.

La voz de Catcher era frenética. “Ella despertó. Venció a los guardias y se fue.”

Me senté derecha y sacudí la pierda de Ethan para despertarlo. “Espera. Qué quieres decir con qué venció a la Orden?”

Con alarma en sus ojos, Ethan se sentó a mi lado, sus piernas envueltas con las sábanas. Apartó el cabello de su rostro.

“Removieron las restricciones para poder examinarla. Ella consiguió convencerlos de que se sentía mejor, que sabía que había actuado mal. Tan pronto como se alejaron, ella dejó fuera de combate al guardia. Él se encuentra bastante mal. Dejó inconciente a otros dos en su camino. Ellos llamaron hace unos minutos.

“Sabes a dónde fue?”

“Un tutor temporal se fue esta mañana para llevar el Maleficium de regreso a Nebraska. Hay habitaciones en el silo de la Orden que son impermeables a la magia. El plan es mantenerlo allí hasta que un guardián permanente sea asignado.”

“Se supone que la Orden proteja el libro del mal? Esa es una idea horrible.”

“La Orden solo provee el espacio. Está a cargo de él hasta que vaya a su nuevo hogar.”

“Allí es a dónde se dirige ella. Quiere terminar su tarea,” dije en voz baja. “Combinar el mal y el bien juntos. Ella cree que es necesario, que ayudará al mundo.”

“No me dejan buscarla,” Catcher dijo. “La Orden no quiere que me involucre. Y si realmente está usando magia negra, temen permitir que los hechiceros se involucren con ella también.”

Honestamente, no estaba en desacuerdo con el sentimiento.

“Consideré ayudarla a escapar,” confesó.

“Ella no puede escapar de esto,” dije. “Si se convierte adicta a la magia negra, necesitará lidiar con ello, no pretender que el problema no existe.”

“Le fallé. Debería haber sabido. Pensé… pensé que Simon estaba tratando de ponerla en contra mío debido a la Orden. Pensé que era por eso que ella estaba actuando tan extrañamente. Estaba ciego. Ciego por mi propio miedo.”

“Lo supiste al mismo tiempo que nosotros,” dije. “Y eres quien la salvó a ella y al resto de la ciudad anoche. Nunca olvides eso.”

Se quedó en silencio por un momento. “Recuerdas cuando te dije que tenías algo que era mío—algo que tenías que proteger?”

Las lágrimas vinieron inmediatamente a mis ojos. “Lo recuerdo.”

“Este es el momento,” dijo. “Necesito que la protejas.”

“Entonces eso es lo que haré. La encontraré Catcher, y la traeré de regreso a ti, vivita y coleando.” Con la promesa hecha, colgué y miré a Ethan, la preocupación en mi corazón.

“Entonces,” dijo poniendo un mechón de pelo detrás de mi oreja. “Cuando nos marchamos?”


Una hora después, nos reunimos en el porche de la Casa Cadogan, cada uno de nosotros llevando una bolsa de lona y una espada envainada. Helen había reemplazado mi medalla Cadogan y una persona considerada había recogido mi auto de Wrigleyville. Aunque eso no influyó en Ethan quien insistió en conducir su Mercedes para encontrar a Mallory. Y realmente, quien era yo para discutir?

El cabello de Ethan estaba atado en la parte baja de su cabeza, llevaba una remera que decía SALVEN NUESTRO NOMBRE—un homenaje al Wrigley Field—que una vez me había dejado usar.

“Estás lista?" Preguntó.

Hice un movimiento afirmativo con la cabeza.

Los vampiros comenzaron a llenar el vestíbulo, libres ahora de las reglas de Frank, con Malik a la cabeza. Él se detuvo frente a Ethan y yo y extendió una mano. Sacudió la Ethan y después la mía.

Luc, Lindsey y Juliet estaban detrás de Malik, y la mirada de Ethan pasó por cada una de ellos, y luego de regreso a Malik. "Tienes suficiente cobertura para proteger la Casa?"

Malik asintió. "Kelley está confirmando reemplazos temporales mientras hablamos. Y mientras tanto, estaremos aquí si nos necesitas. Y lo estaremos cuando regresen."

"Gracias," dijo Ethan, y luego de otra ronda de abrazos y lagrimas, por última vez en sabrá Dios cuanto tiempo, salimos de la Casa Cadogan juntos, con un mapa y un plan.

Desafortunadamente, apenas había avanzado tres pies antes de detenerme en seco.

Jonah estaba de pie en el portón, con las manos en sus bolsillos, su expresión en blanco a menos por sus ojos solemnes que iban desde Ethan y yo. Mi corazón se salteó un latido, la anticipación creciendo mientras me preguntaba por qué estaba aquí... y que diría él.

Nos encontramos con él en el portón, la expresión de Ethan cambiando entre Jonah y yo.

"En nombre de la Casa Grey," Jonah dijo, "bievenido de regreso a Chicago," él miró entre Ethan y yo. "Irán en busca de Mallory."

"Lo haremos," dije, y nos quedamos allí de pie incómodamente por un momento.

Era tiempo de ver cuánto se extendía esa confianza. "Ethan, puedes disculparnos por un momento?"

"Por supuesto," dijo, pero levantó mi mano a sus labios y presionó un beso allí antes de dirigirse al Mercedes.

"Supongo que has recuperado a tu compañero," Jonah dijo.

"Estuve de acuerdo en unirme a la GR," le recordé en voz baja. "Y no me tomo eso a la ligera."

Jonah me miró por un largo tiempo, y pude leer la deliberación en sus ojos: Estaba comprometida ahora que Ethan estaba de regreso?

Debió haber encontrado mérito en mi honestidad ya que finalmente asintió.

Y entonces dijo su parte. "Hemos entrado y salido de la vida del otro. Dos veces ahora, nos hemos cruzado en el camino del otro—para ti, tanto como humano y vampiro. Las relaciones han sido construidas en menos."

Puse mis ojos en blanco. "Y Ethan terminaría contigo por sugerirlo."

Él sonrió. "Ethan apreciaría a un hombre que sabe lo que quiere—mientras que no interfiera. Y no planeo hacerlo. Tú y yo somos compañeros. Sé dónde están los límites, Merit, y puedo respetarlos. No tengo interés en destruir una relación."

Me despedí y caminé de regreso a donde Ethan estaba cargando nuestras bolsas en el auto. Esperaba sospecha y hostilidad en su humor y tono. Lo que no esperé ver fue la sonrisa en su cara.

"Tu compañero mientras no estuve?" Preguntó.

Asentí, todavía insegura de mis pasos.

"Puedes relajarte," dijo con una sonrisa astuta y luego pellizcó mi barbilla. "Confío en ti." Luego lanzó algo al ire. Instintivamente, me extendí y lo atrapé, luego bajé la vista a mi palma abierta—y luego de regreso a él.

Sonrió con astucia. "Omaha es un largo viaje. Puedes hacer el primer turno." Fiel a su palabra, abrió la puerta del lado del pasajero y entró.

Tendría que conocer completamente de nuevo a este hombre.

Supuse que todos los viajes comenzaban con un sólo paso... o con un Mercedes convertible de $80.000 dólares. Dios quisiera que se moviera lo suficientemente rápido para poder encontrar a Mallory a tiempo.

EL FIN (hasta Biting Cold)
Traducido por Luu

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