Capítulo 4 / Vampire Academy II / Frostbite

No podía creerlo. Janine Hathway. Mi madre. Mi irreparablemente famosa y sorprendentemente ausente madre. Ella no era Arthur Schoenberg, pero tenía una reputación estelar en el mundo de los guardianes. No la había visto durante años, porque siempre estaba lejos en alguna misión descabellada. Y aún así... estaba aquí, en la Academia, en ese momento – en frente de mí - y ni si quiera se había molestado en decirme que venía. Eso es el amor materno.
¿De todos modos, qué demonios estaba haciendo aquí? La respuesta vino rápidamente. Todos los Moroi que llegaron a la escuela tenían a sus guardianes en la ciudad. Mi madre protegía a un noble del clan Szelsky, y varios miembros de esa familia habían llegado para las vacaciones. Era evidente que ella estaría con el.
Me senté en mi silla y sentí algo dentro de mí encogerse. Sabía que tenía que haberme visto entrar, pero su atención estaba en otra cosa. Ella vestía unos pantalones vaqueros y una camisa beige, y una chaqueta vaquera que tenía que ser lo más feo que yo había visto nunca. Con sólo 1,50 m estaba escondida entre los demás guardianes, pero tenía una presencia y una forma de estar parada que la hacían mas alta.
Nuestro instructor, Stan, presentó a los invitados y explicó que ellos nos contarían experiencias de la vida real. Caminó por delante de la sala, sus cejas pobladas se levantaron mientras hablaba. "Sé que no es habitual", explicó. "los guardianes de los visitantes no suelen tener tiempo para pasar por nuestras clases. Sin embargo, nuestros tres visitantes, encontraron tiempo para venir hablar con nosotros debido a lo ocurrido recientemente..." Hizo una pausa durante un momento, no hacía falta que nadie dijese a lo que se refería. El ataque contra los Badica. Carraspeó y comenzó de nuevo.
"Debido a lo que ocurrió, pensamos que sería mejor que aprendieseis con aquellos que actualmente están haciendo el trabajo de campo. "
La clase se llenó de emoción. Escuchar historias - especialmente aquellas con mucha sangre y acción - es más interesante que examinar las teorías de los libros. Al parecer, algunos de los guardianes del campus también pensaban igual. A menudo pasaban por nuestras clases, pero hoy había muchos más. Dimitri estaba al fondo entre ellos.
El hombre más mayor fue el primero. Comenzó su historia, yo la escuché atentamente. Contó una historia en el que el más joven de la familia que él protegía se había escapado por lugares públicos que los Strigoi tenían vigilados.
"El sol estaba a punto de ponerse” dijo con una voz grave. Bajó sus manos a cámara lenta, demostrándonos aparentemente como se ponía el sol. "Sólo éramos dos y teníamos que tomar rápidamente una decisión sobre como proceder".
Me incline más hacia delante, con los codos apoyados sobre la mesa. Los guardianes a menudo trabajaban en parejas. Uno- el guardián de cerca - por lo general se queda cerca del protegido, mientras que el otro – el guardián de lejos- reconocía la zona. El guardián de lejos por lo general se mantenía en contacto visual con la familia, por lo que entendía el dilema. Al pensar en ello, decidí que si me encontrase en esa situación, yo haría que el guardián de cerca llevase al resto de la familia a un lugar seguro, mientras el otro buscaba al chico.
"Hicimos que la familia se quedase dentro de un restaurante con mi compañero, mientras yo buscaba por la zona", continuó el viejo guardián. Él extendió sus manos en un movimiento amplio, y yo me sentí orgullosa al haber pensado la respuesta correcta. La historia tuvo un final feliz, habían encontrado al chico y no habían visto a ningún Strigoi.
El segundo hombre nos contó cómo se encontró por casualidad a un Strigoi que seguía a un Moroi.
"Técnicamente, no estaba de servicio", dijo. Era muy guapo y una chica sentada cerca de mí lo miraba con ojos grandes y llenos de adoración. "Me encontraba visitando a un amigo y a la familia que el protegía. Cuando salía del apartamento, vi a un Strigoi que acechaba entre las sombras. El no esperaba encontrar a un guardián allí. Rodeé el edificio, me acerqué a él por detrás y... "El tipo hizo un fuerte movimiento, de cómo lo estacó, de manera más dramática que los movimientos que había hecho el otro guardián. El cuentista hasta imitó el geste de cómo había retorcido la estaca en el corazón del Strigoi.
Y entonces le tocó a mi madre. Torcí el gesto incluso antes de que empezase a hablar, gesto que empeoré cuando empezó a contar la historia. Lo juro, si no creyese en que era imposible que tuviese tanta imaginación - su elección de la ropa demostraba que realmente no tenía imaginación - habría pensado que estaba mintiendo. Era más que una historia. Era un cuento épico, el tipo de cuento que hace que las películas ganen Oscars.
Habló sobre como su protegido, Lord Szelsky, y su esposa que habían ido a un baile realizado por otra familia real. Varios Strigoi estaban al acecho. Mi madre descubrió uno, y lo estacó rápidamente, y entonces alertó a los demás guardianes. Con la ayuda de ellos, cazó a los otros Strigoi, atacándolos por detrás y ella fue la responsable de sus muertes.
"No fue fácil", explicó. En cualquier otro, ese comentario sonaría como si se estuviese jactando. En ella no. Tenía una forma de hablar, una forma eficaz de contar los hechos que no dejaba espacio para eso. Se había criado en Glasgow y de algunas de sus palabras aún tenían un acento escocés. "Había tres más en el perímetro. En aquel tiempo, era considerado algo extraño que tantos trabajasen juntos. Ahora, esto no es precisamente verdad, teniendo en cuenta la masacre de los Badicas." Algunas personas se estremecieron ante la forma tan informal que tuvo al hablar del ataque. Una vez más, pude ver los cuerpos. "Teníamos que deshacernos de los restantes Strigoi los más rápido y silenciosamente posible, para no advertir a los demás. Ahora bien, si cuentas con el elemento sorpresa a tu favor, la mejor manera de eliminar a un Strigoi es atacándolo por detrás, rompiéndole el cuello, y estacándolo. Romperle el cuello no lo matará, por supuesto, pero lo aturde y nos permite estacarlo antes de que pueda hacer cualquier ruido. Realmente la parte más difícil es el elemento sorpresa, debido a que su audición es muy buena. Ya que soy más pequeña y más ligera que la mayoría de los guardianes, me puedo mover muy silenciosamente. Así que acabé matando a dos de tres. "
Una vez más, usó ese tono “normal” mientras describía sus letales habilidades.
Era molesto, más que si hubiera sido presuntuosa y hablase abiertamente de lo increíble que ella era. Mis compañeros de clase brillaban con admiración, estaban claramente más interesados en la idea de romperle el cuello a un Strigoi que en analizar las habilidades narrativas de mi madre.
Continuó con la historia. Después de que ella y los otros guardias matasen a los Strigoi, descubrieron que dos Moroi habían sido secuestrados de la fiesta. Tal acto era inusual en los Strigoi. A veces guardaban a algún Moroi para merendárselo más tarde, y a veces Strigoi de rango inferior eran enviados por Strigoi más poderosos en busca de presas. A pesar de todo, dos Moroi habían sido secuestrados, y sus guardianes estaban heridos.
"Naturalmente, no podíamos dejar a aquellos Moroi en las manos de los Strigoi", dijo. "Los seguimos hasta el lugar en donde se escondían y encontramos que varios de ellos vivían juntos. Estoy segura de que podéis comprender lo extraño que es eso."
Lo éramos. La maléfica y egoísta naturaleza de los Strigoi hacia que lucharan entre ellos con mucha facilidad para hacerse con las víctimas. Organizarse para atacar - cuando tenían el objetivo de obtener sangre en su mente - era lo máximo que podían hacer. Pero vivir juntos? No. Es casi imposible de imaginar.
"Conseguimos liberar a los Moroi que se habían llevado, pero descubrimos que tenían a otros presos", dijo mi madre. "No podíamos dejar que aquellos que habíamos liberado regresasen solos, entonces decidimos que los guardias que estaban conmigo los escoltasen mientras yo me quedaba para luchar con los Strigoi que quedaban. "
Sí, claro, pensé. Mi madre valientemente luchó sola. A lo largo de lo sucedido, ella fue capturada pero logró escapar y rescatar a los presos. Al hacer eso, ella hizo lo que debió de ser el hat trick* (expresión: tres tantos en un partido, o tres victorias consecutivas) del siglo, matando a los Strigoi de las tres maneras posibles: estacándolos, decapitándolos y prendiéndoles fuego.
"Acababa de estacar a un Strigoi cuando dos mas me atacaron", explicó. "No tuve tiempo de retirar mi estaca del otro cuando me asaltaron. Afortunadamente, tenía cerca una chimenea, y empujé a uno contra ella. El último me persiguió en el exterior hasta una vieja cabaña. Había un hacha dentro y la usé para cortarle la cabeza. Cogí un galón de gasolina y regresé a la casa. El que había empujado contra la chimenea no se había quemado por completo, pero cuando eché la gasolina se quemó con rapidez."
La clase estaba asustada mientras ella hablaba. Bocas se abrieron con sorpresa. La miraban con asombro. No se oía ningún ruido. Miré a mí alrededor, sintiendo como si todos se hubiesen parado en el tiempo – menos yo. Parecía ser la única que no se había impresionado por su aterradora historia, y ver las expresiones de los demás me irritó. Cuando terminó, una docena de manos se levantaron para hacerle preguntas, acerca de sus técnicas, si había tenido miedo, etc.
Después de la décima pregunta, no pude soportarlo más. Levanté mi mano. Le llevó un tiempo verme y llamarme. Parecía un poco impresionada de verme en la clase. Me sentí afortunada de que me hubiese reconocido.
"Por lo tanto, guardiana Hathaway," comencé. "¿Porque no comprobaron que el lugar era seguro?"
Frunció el ceño. Creo que se había puesto en guardia en el momento en que me había llamado. "¿Qué quieres decir?"
Me encogí de hombros y me incliné hacia atrás, tratando de parecer casual y dar un aire de conversación. "No sé. Creo que tu y tus chicos la cagaron. Porque no reconocieron primero el lugar y se aseguraron de que no había ningún Strigoi antes de empezar? Creo que les habría ahorrado muchos problemas".
Todos los ojos en la habitación se giraron hacia mí. Mi madre se quedó perpleja momentáneamente. "Si no hubiéramos pasado por todos esos" problemas " ahora habría 7 Strigoi mas andando por mundo, y los otros Moroi capturados ahora estarían transformados o muertos.”
"Ey, vale, entiendo que les salvasteis el pellejo y demás, pero regresando al principio. Quiero decir, esta es una clase de teoría, ¿verdad?" Miré Stan, que me estaba lanzando una mirada furibunda. Él y yo teníamos una larga y desagradable historia de conflictos clase, y yo sospechaba que íbamos a tener otro. "Por lo tanto, sólo quiero entender lo que salió mal al principio".
Dije eso mirándola - mi madre tenía mucho mas autocontrol del que yo tenía. Si yo fuese ella, ya me hubiera acercado y le hubiese dado un paliza. Su rostro seguía perfectamente en calma, sin embargo, un poco de rigidez en la posición de sus labios me indicó que la estaba molestando.
"No es tan simple", respondió ella. "El lugar tenía una planta muy compleja. La examinamos inicialmente pero no encontramos nada. Creemos que los Strigoi llegaron después de que la fiesta hubiera comenzado - o tal tenían habitaciones y pasajes ocultos que nosotros no conocíamos".
El grupo lanzó algunos "ooh" y "ahh" por la idea de habitaciones ocultas, pero yo no estaba impresionada.
"Así que lo que estás diciendo es que o fallasteis en vuestra primera exploración, o que ellos cruzaron la "seguridad" que estableciste durante la fiesta. De todos modos, me parece que alguien metió la pata."
La opresión de sus labios aumentó y su voz era más fría. "Lo hicimos lo mejor posible en una situación inusual. No puedo comprender cómo algunos de vosotros no sois capaces de entender los problemas que he descrito, pero una vez que hayáis aprendido lo bastante más allá de la teoría, podréis ver lo diferente que es cuando de verdad estás protegiendo a alguien y sus vidas dependen de ti".
"Sin lugar a dudas," Estuve de acuerdo. "¿Quién soy yo para cuestionar tus métodos? Quiero decir, hiciste lo que fue necesario para tener más tatuajes molnija, ¿verdad? "
"Srta. Hathaway. "La profunda voz de Stan resonó en la habitación. "Por favor, recoge tus cosas y sal de clase".
Lo miré confusa. "¿En serio? ¿Desde cuándo está mal hacer preguntas?
"Tu actitud es lo que está mal." Señaló a la puerta. "Vete".
Un profundo silencio y más pesado que cuando mi madre había contado su historia cayó sobre todos. Hice todo lo posible para no encogerme ante los ojos de los guardianes y de los principiantes. Esta no era la primera vez que me expulsaban de la clase de Stan. Tampoco era la primera vez que me expulsaban delante de Dimitri. Poniendo mí mochila sobre mis hombros, crucé la corta distancia hasta la puerta - una distancia que parecieron kilómetros - y me rehusé a hacer contacto visual con mi madre mientras pasaba.
Unos 5 minutos antes de que la clase acabase, ella salió del aula y se dirigió a donde yo estaba sentada en el pasillo. Mirándome, puso las manos sobre su cadera, de aquella forma irritante que la hacia parecer más alta de lo que era. No era justo que alguien 15 cm más baja que yo me hiciese sentir tan pequeña.
"Bueno. Veo que tus modales no han mejorado en los últimos años."
Me levanté y sentí un una furia crecer en mi. "También me alegro de verte. Me sorprende que me hayas reconocido. En realidad, no creía que te acordases de mí, ya que ni te molestaste en decirme que venías".
Retiró la mano de su cadera y cruzó los brazos a la altura del pecho, cada vez - si es posible – volviéndose más impasible. "No podía descuidar mi deber para mimarte."
"Mimarme?", Le pregunté. Esta mujer no me había mimado en mi vida. Ni tan siquiera podía creer que conociese esa palabra.
"No espero que lo entiendas. Por lo que he oído, no sabes lo qué significa "deber".
"Sé exactamente lo que eso significa", le respondí. Mi voz era intencionalmente arrogante. "Mejor que la mayoría de la gente".
Sus ojos se ampliaron en una falsa sorpresa. Yo utilizaba esa sarcástica mirada con muchas personas y no me molestó que ella la usase conmigo. "¡Oh realmente? ¿Dónde has estado los últimos dos años? "
"¿Dónde has estado los últimos cinco?" Le contesté. "¿Sabrías que me había ido si alguien no te lo hubiese dicho?"
"No me cambies de tema. Estaba lejos porque tenía que estarlo. Tú lo estabas por que así podías irte de compras y acostarte mas tarde. "
Mi tristeza y vergüenza se convirtieron en pura furia. Aparentemente, nunca podría superar las consecuencias de haber huido con Lissa.
"No tienes idea de por que me fui", le dije, el volumen de mi voz iba aumento. "Y no tienes derecho a hacer suposiciones acerca de mi vida cuando no sabes nada sobre ella. "
"He leído los informes sobre lo que pasó. Tenías razones para preocuparte, pero actuaste de forma equivocada." Sus palabras eran formales y rápidas. Ella podría estar dando clase. "Deberías haber acudido a otros en busca de ayuda."
"No podía acudir a nadie, no sin pruebas. Además, aprendimos a valernos por nosotras mismas".
"Sí", respondió ella. "Con énfasis en "aprender". Algo que perdiste los dos últimos años. Difícilmente estás en condiciones de darme lecciones a mí sobre el protocolo de los guardianes".
Siempre estaba metida en peleas, algo en mi naturaleza lo hacia inevitable.
Así que estaba acostumbrada a defenderme y a escuchar todo tipo insultos. Era resistente. Pero de alguna manera, cerca de ella – en los breves momentos que había estado cerca de ella - siempre me sentía como si tuviese 3 años. Su actitud me humillaba, y la mención de mi falta de formación - que era una cuestión espinosa - me hizo sentir peor. Crucé mis brazos en una imitación muy moderada de su forma de estar y lograr verme presuntuosa.
“¿Sí? Bueno, eso no es lo que piensan mis maestros. Incluso después de perder todo este tiempo, alcancé el nivel de los de mi curso".
No respondió durante unos segundos. Por último, en voz baja, dijo, "Si no te hubieses marchado, ya los habrías superado. "
Girándose muy al estilo militar, se marchó. Un minuto más tarde, el timbre sonó, y el resto de la clase de Stan se extendió por el pasillo.
Ni siquiera Mason me pudo animar después de eso. Pasé el resto del día enojada y perturbada, por supuesto, todo el mundo estaba hablando de mi madre y de mí. Me salté la comida y me fui a la biblioteca para leer un libro sobre anatomía y fisiología.
Cuando llegó la hora de mi entrenamiento de después de clases con Dimitri, prácticamente corrí hasta los muñecos de las prácticas. Con el puño cerrado, golpeé a uno en el pecho, ligeramente a la izquierda, pero principalmente en el centro.
"Ahí” le dije. "El corazón está ahí, y esternón y las costillas están en el camino. ¿Puedo tener ahora mi estaca? "
Cruzándome de brazos, le miré triunfante, con la esperanza de que él derramara elogios por mi perspicacia. En vez de eso, simplemente asintió, como si yo ya debiese saber eso. Y sí, yo debería.
"Y como le atraviesas el esternón y las costillas?", Preguntó.
Suspiré. Había descubierto la respuesta de la pregunta, sólo para recibir otra. Típico.
Pasamos gran parte de la práctica hablando sobre el tema, y me demostró diversas técnicas que tendrían como resultado una muerte rápida. Cada movimiento que hacia era grácil y letal. Lo hacia parecer fácil, pero yo sabía que no lo era.
Al principio no le entendí, cuando de pronto extendió su mano y me ofreció la estaca.
"¿Me la estás dando?"
Sus ojos brillaron. "No me puedo creer que te contengas. Pensé que la cogerías y saldrías corriendo".
"¿No es lo que me estás enseñando siempre?", Le pregunté.
"No con todo."
"Pero si con algunas cosas."
Oí el doble sentido en mi voz y me pregunté de donde había venido eso. Ya había pensado en todas las razones que tenía para no pensar en mi mentor de una forma “romántica”. De vez en cuando no lograba controlarme y durante los entrenamientos me distraía pensando en el. Sería bueno saber que aún me quería, que todavía lo volvía loco. Estudiándolo ahora, me di cuenta que a el a lo mejor no le pasaba, por que ya no le gustaba. Fue un pensamiento deprimente.
"Por supuesto", dijo, sin mostrar indicios de que estábamos discutiendo cualquier cosa nada más que la cuestión de clase. "Es como todo lo demás. Equilibrio. Saber que cosas deber dejar correr- y cuales no." Puso un fuerte énfasis en la primera frase.
Nuestros ojos se encontraron brevemente, y sentí como una onda eléctrica me recorría. El sabía a lo que me había referido. Y como siempre, el estaba ignorándome y estaba siendo mi profesor - que es exactamente lo que el debía hacer. Con un suspiro, saqué mis sentimientos por él fuera de mi cabeza y traté de recordar que estaba a punto de tocar un arma que había deseado desde que era una niña. Recuerdos de la casa de los Badica me inundaron otra vez. Los Strigoi estaban por ahí. Necesitaba concentrarme.
Vacilante, casi reverencialmente, la agarré y doble los dedos agarrándola por la empuñadura. El frío metal hormigueaba en mi piel. Había sido gravada para mejorar el agarre, pero al pasarle mis dedos, me di cuenta de que la superficie era lisa como el vidrio. Se la quité de la mano y me la acerqué, tomándome un largo tiempo para estudiarla y acostumbrarme a su peso. Una parte ansiosa de mi quería girarse y estacar los muñecos, sin embargo miré a Dimitri y le pregunté: "¿Qué debo hacer en primer lugar?"
Como siempre hacia, me enseñó los conceptos básicos, me contó como debería agarrarla y moverla. Mais tarde, finalmente me dejó atacar los muñecos, descubriendo que me costaba lo suyo. La evolución había protegido bien el corazón con las costillas y el esternón. A pesar de todo, Dimitri nunca vaciló, guiándome a través de cada paso y corrigiéndome cada detalle.
"Deslízalo hacia arriba a través de las costillas", dijo, mientras me observaba intentar clavar la estaca por un punto a través de los huesos. "Te será más fácil porque eres mas baja que la mayoría de sus agresores. Además, puedes deslizarla por la costilla mas baja."
Cuando terminó la práctica, cogió la estaca y asintió en aprobación.
"Bien. Muy bien. "
Le miré sorprendida. Él no repartía ese tipo de elogios normalmente.
"¿En serio?"
"Lo hiciste como si lo hubieras hecho durante años".
Sentí que una sonrisa de satisfacción se extendía por mi cara mientras empezamos a salir de la sala de prácticas. Cuando estábamos cerca de la puerta, vi una muñeca de pelo rizado color rojo. De repente, todos los sucedidos en el aula de Stan regresaron a mi mente. Fruncí el ceño.
"¿La próxima vez puedo estacar a esa de ahí?"
Tomó su abrigo y se lo puso. Era largo y marrón, de cuero. Se parecía mucho a un cowboy, aunque él nunca lo admitiese. Tiene una secreta fascinación con el Viejo Oeste.
No lo entendía, pero tampoco entendía las preferencias musicales tan extrañas que tenía.
"No creo que sea adecuado", dijo.
“Sería mejor que si se lo hiciese a ella," murmuré, poniendo en mi mochila en mis hombros. Fuimos al gimnasio.
"La violencia no es la respuesta a tus problemas", dijo sabiamente.
"Ella es quien tiene problemas. Y pensé que el motivo de mi educación era que la violencia es la respuesta. "
"Sólo para aquellos que empiezan primero. Tu madre no te estaba agrediendo. Lo que pasa, es que las dos sois muy parecidas".
Dejé de caminar. "No nos parecemos! Quiero decir... tenemos los mismos ojos. Pero soy mucho más alta. Y mi pelo es completamente diferente." Apunté a mi coleta, sólo en caso de que él no hubiese notado que mi cabello castaño oscuro no se parecía en nada al pelo marrón-rojizo rizado de ella.
En su mirada había un toque de diversión, pero también había un toque de seriedad. "No estoy hablando de la apariencia física, y lo sabes."
Aparté mi mirada de la suya. Mi atracción por Dimitri había comenzado prácticamente cuando nos conocimos- y no sólo porque era guapo, que también lo era. Sentía que el entendía partes de mí que yo no entendía, y, a veces, estaba segura de que yo entendía partes de él, que el no entendía.
El único problema es que él tenía la molesta tendencia de señalar esas partes que yo no quería entender.
"¿Crees que estoy celosa?"
"¿Lo estás?", Preguntó. Odiaba cuando él respondía a mis preguntas con otra pregunta. "Si es así, entonces de que exactamente estás celosa?"
Miré a Dimitri. "No sé. Tal vez estaba celosa de su reputación. Tal vez porque ella pasa más tiempo preocupada de su reputación que de mi. No lo sé."
"¿No crees que lo que ella hizo fue increíble?"
"Si. No. No lo sé. Simplemente sonaba como algo... no sé... como si se estuviese jactando. Como si lo hubiese hecho por la fama." Hice una mueca. "Por los tatuajes". Las Molnija son tatuajes que se hacen los guardianes cuando matan a un Strigoi. Son como pequeños rayos formando una X. Se ponen en el cuello y señalan la experiencia de un guardián.
"¿Crees que enfrentarse a los Strigoi vale la pena solo por las marcas? Pensé que habías aprendido algo en la casa de los Badica. "
Me sentía estúpida. "Eso no es-"
"Ven".
Dejé de caminar. "¿Qué?"
Estábamos yendo en dirección a mi dormitorio, pero ahora inclinó su cabeza hacia el otro lado del campus. “Quiero enseñarte algo.”
"¿Lo qué?"
"No todas las marcas son insignias de honor."

Traducido por Jen

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