Especiales/ Capítulo 30

CAPITULO 30

Traducido por: Luu


YENDO A CASA

Tally se fue en el momento que Shay se durmió.

No tenía sentido que ambas se entregaran. Shay tenía que quedarse aquí en Diego; en este punto los Cortadores serían la cosa más cercana que esta ciudad tenía como militares. La Dra. Cable no le creería a Shay, de todos modos.

Su cerebro mostraría las marcas de la cura de Maddy- ella no era más especial.

Pero Tally lo era.

Se agachó y balanceó entre las ramas del bosque, rodillas flexionadas y brazos extendidos como alas, volando tan rápido como nunca lo había hecho. Todo era claramente helado: el cálido viento sobre su rostro desnudo; las densidades cambiantes de vuelo bajo sus pies. Había tomado dos tablas, manejando una mientras la otra la seguía, saltando hacia atrás y adelante cada diez minutos. Con su peso compartido en las dos, la velocidad máxima no quemaría las aspas por días.

Alcanzó el borde de Diego mucho antes que el sol comenzara a salir, cuando el cielo naranja justo comenzaba a ponerse radiante sobre su cabeza, como un buque inmenso vaciando su luz sobre la naturaleza.

La belleza del mundo hería como navajas, y Tally supo que nunca tendría que cortase nuevamente.

Llevaba un cuchillo dentro suyo ahora, uno que siempre estaba cortándola. Lo podía sentir cada vez que tragaba, cada vez que sus pensamientos se desviaban del esplendor de la naturaleza.

El bosque disminuía mientras Tally alcanzaba los vastos desiertos dejados por la maleza blanca. Cuando el viento contra su rostro se convirtió rudo por la arena en el aire, se dirigió hacia el mar, donde su magnetismo pudiera agarrar la línea de hierro, prestándole más velocidad.

Ella sólo tenía siete días para terminar esta guerra.

De acuerdo a Tachs, Circunstancias Especiales planeaba esperar una semana para que la situación en Diego empeorara. La destrucción de Town Hall alteraría el funcionamiento de la ciudad por meses, y la Dra. Cable pareció pensar que los no-burbujeantes se revelarían contra el gobierno si sus necesidades no eran satisfechas.

Y si la rebelión no ocurría en la fecha prevista, Circunstancias Especiales podría simplemente atacar de nuevo, destruyendo más de la ciudad para hacer peor la condición.

El programa de Tally hizo ping-otros diez minutos habían pasado. Llamó más cerca a
la tabla vacía y saltó a través del vacío, por un momento nada más que arena y matorrales debajo, luego aterrizó en una postura perfecta.

Se encontró sonriendo severamente. Si caía, no había red debajo para atraparla, solamente arena amontonada pasando a cien kilómetros por hora. Pero las dudas y las incertidumbres que siempre había sufrido, esas por las que Shay se había quejado incluso después de que Tally se convirtiera en Cortadora, habían desaparecido.

El peligro ya no importaba más. Nada lo hacía.

Ella era realmente especial ahora.

Cuando el anochecer comenzó a caer, Tally alcanzó la línea de hierro en la costa.

Las nubes la habían mirado con mala cara desde el mar toda la tarde, y mientras el sol se escondía, un negro velo cayó, cubriendo las estrellas y la luna. Una hora después del anochecer, el calor del día almacenado en las vías de hierro comenzó a disminuir, dejando el camino invisible incluso para el infrarrojo.
Tally navegó por el oído, usando solamente el rugido de las olas para mantenerse en curso. Aquí sobre los rieles de metal sus pulseras la salvarían si caía.

Justo al amanecer, pasó sobre un campamento lleno de fugitivos somnolientos. Oyó gritos y miró hacia atrás para ver que el viento al ella pasar había dispersado brasas de la fogata sobre el césped seco. Los fugitivos estaban corriendo, tratando de evitar que el fuego se extendiera, ahogando las llamas con sus sacos de dormir y sus chaquetas, chillando como un puñado de cabezas burbujeantes.

Tally continuo volando. No tenía tiempo para regresar y ayudar.

Se preguntó que sería de todos los fugitivos que seguían haciendo su camino entre la naturaleza.

Podría Diego todavía repartir su escasa flota de helicópteros para trasladarlos? Cuántos ciudadanos más podría el Nuevo Sistema manejar, ahora que estaba luchando por su propia existencia?

Por supuesto, Andrew Simpson Smith no se daría cuenta que una guerra estaba ocurriendo. Él seguiría entregando los localizadores de posición, guiándolos a ningún lado. Los fugitivos llegarían al lugar de recogida, pero ningún transporte llegaría. Ellos lentamente perderían la fe, hasta que se les agote la comida y la paciencia luego regresarían a casa.

Alguien podría hacerlo, pero todos eran chicos de ciudad, sin idea sobre los peligros aquí fuera. Sin ningún Nuevo Humo para darles la bienvenida, la mayoría serían consumidos por la naturaleza.

En su segunda noche de vuelo sin descanso, Tally cayó.

Acaba de ver que una tabla estaba fallando, algún defecto microscópico en su aspa de elevación estaba causando que se sobrecalentara. La había estado observando cuidadosamente por los últimos minutos, una superposición de infrarrojos nublando su visión normal, y ella ni siquiera notó el árbol.

Era un solo pino, sus hojas superiores cizalladas por la sal como un mal corte de pelo. La tabla que estaba conduciendo golpeó el centro de una rama muerta, rompiéndola limpiamente, enviando a la cabeza de Tally volar sobre sus talones.

Sus pulseras encontraron el metal en la línea justo a tiempo. No la pararon completamente en seco, como lo hubieran hecho en una caída directo hacia abajo, pero la hicieron saltar por el camino a gran velocidad. Por unos momentos salvajes, Tally sintió como si hubiera sido atada a la parte frontal de un viejo ferrocarril, el mundo corriendo a su lado, los oscuros carriles extendiéndose ante ella dentro de la oscuridad, lazos cruzados apenas un borrón debajo de sus pies.

Se preguntó que pasaría si la línea de ferrocarril se curvara repentinamente, si las pulseras la llevarían a través del giro, o la lanzarían sin contemplación contra el suelo.

O fuera del acantilado . . .

La línea continuo recta, aunque, luego de unos cien metros de su impulso, se agotó.

Los brazaletes aterrizaron a Tally; su corazón estaba galopando, pero estaba ilesa. Ambas tablas encontraron su señal un minuto después, haciendo ruido, saliendo de la oscuridad como cobardes amigos quienes habían corrido a esconderse sin decirle.

Tally advirtió que debería probablemente dormir un poco. Cuando su próxima falta de concentración viniera, podría no ser tan afortunada. Pero el sol volvería a elevarse pronto, y la ciudad estaba a menos de un día de viaje. Se subió a la sobrecalentada tabla y cabalgó duro, manteniéndose alerta escuchando atentamente cada cambio en el sonido del aspa dañada.

Poco después del amanecer, un alto chillido agudo entró en erupción, y Tally saltó de la tabla afectada cuando se desintegró en una masa blanca y caliente de metal. Aterrizó en la otra, volviéndose a ver los restos de la primera que cayó al mar, donde su impacto lanzó un chorro de spray y vapor. Tally se enfrentó de nuevo a casa, ni siquiera desacelerando.

Cuando las Ruinas Oxidadas aparecieron a la vista, se dirigió hacia el interior. La antigua ciudad fantasma estaba llena de metal, así que por primera vez desde que dejó Diego, Tally se permitió bajar la velocidad, descansar las aspas de elevación de su tabla restante. Se movió en silencio a través de las calles vacías, mirando los coches quemados que marcaban los últimos días de los Oxidados. Edificios derruidos se elevaban a su alrededor, todos los lugares familiares donde ella se había escondido de regreso a sus días Humeantes. Tally se preguntó si los feos todavía se escondían aquí a la noche. Quizá las ruinas no parecían ya excitantes, ahora que había una ciudad real a dónde poder escapar.

Todavía se sentían espeluznantes, como si el vasto vacío estuviera lleno de fantasmas. Las ventanas abiertas parecían mirar fijamente a Tally, llevándola de regreso a la primer noche que Shay la había llevado allí, de regreso a cuando las dos era feas. Shay había aprendido la ruta secreta por Zane, por supuesto-él era la última razón por la que Tally Youngblood no fuera más que otra cabeza burbujeante, feliz y despistada entre las torres de Ciudad Nueva Belleza.

Quizá después de que confesará a la Dra. Cable, Tally terminaría allí otra vez, todas esos recuerdos infelices borrados al final . . .

Ping.

Tally bajo la velocidad, no creyendo lo que había oído. El ping veía de la frecuencia de los Cortadores, pero ninguno de ellos podría haber llegado aquí antes que ella. El ID estaba en blanco, como si el ping no hubiera venido de nadie. Tenía que ser una guía abandonada en una misión de entrenamiento, nada más que una señal al azar en las ruinas.

“Hola?” Susurró.

Ping. . . ping. . .ping.

Tally levantó sus cejas. Eso no había sido al azar; había sonado como una respuesta.

“Puedes oírme?”

Ping.

“Pero no puedes decir nada?” Tally frunció el ceño.

Ping.

Tally suspiró, dándose cuenta lo que sucedía. “Bien. Buen truco, feo. Pero tengo cosas más importantes que hacer.” Encendió las aspas de elevación nuevamente, angulando hacia la ciudad.

Ping. . . ping.

Tally se deslizó a un alto, inseguro sobre ignorar esto. Cualquier puñado de suficiente inteligentes feos que pudiera truquear la frecuencia de los Cortadores podría tener información útil. No dañaría saber como iban las cosas en la ciudad antes de confrontar a la Dra. Cable.

Chequeó la fuerza de la señal. Era fuerte y clara. Quienquiera que la hubiera establecido no estaba lejos.

Tally caminó por la calle vacía, observando la señal cuidadosamente. Creció un poco más fuerte a la izquierda. Giró en esa dirección y se deslizó una cuadra más lejos.

“Bien, chico. Uno significa sí, y dos significa no. Captaste eso?”

Ping.

“Te conozco?”

Ping.

“Hmm.” Tally se mantuvo andando hasta que la señal se debilitó, entonces dio la vuelta e hizo su camino de regreso lentamente. “Eres un Crim?”

Ping. . .ping.
La fuerza de la señal llegó al máximo, y Tally levantó la vista. Por encima de ella estaba el edificio más alto en pie en las ruinas, un viejo lugar de reunión de los del Humo y el lugar lógico para establecer una estación de radiodifusión.

“Eres un feo?”

Hubo una larga pausa. Luego un solo ping.

Tally comenzó su silencioso ascenso, el magnetismo de la tabla aprovechando el esqueleto de metal antiguo de la torre. Sus sentidos ampliados, para escuchar cada sonido. El viento cambió, y olió algo familiar, su estómago dando un vuelco.

“Spagbol?” Sacudió su cabeza. “Entonces vienes de esta ciudad?”

Ping. . . ping.

Luego oyó un sonido, movimiento en los escombros de un piso en ruinas por encima. Tally saltó de su tabla a través de un marco de ventana vacío, estableciendo su arruinado traje a una ruda aproximación de la roca rota. Tomó ambos lados del marco, y se inclinó, mirando hacia arriba.

Allí arriba estaba, mirándola. “Tally?” Llamó.

Ella pestañeó. Era David.

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Especiales/ Capítulo 29

CAPITULO 29

Traducido por: By Me*!

PACIENTE


Tally corria , el corazon latiendole en el pecho , y un pitido llenandole la cabeza.

Salto la barandilla de la escalera de incendios , descendiendo en una caida controlada por el centro de la escalera. Cuando aterrizo en el tercer piso , vio a Shay, Tach y ho fuera de una habitacion de recuperacion , mirando a traves de la puerta como una multitud sorprendida frente a un accidente.

Tally se interpuso entre ellos , arrastrando en alto los fragmentos de cristal de las ventanas destrozadas.

Zane estaba en una cama de hospital , su rostro palido , los brazos y la cabeza conectados a una coleccion de maquinas. Cada una hacia su propio sonido agudo , luces de color rojo brillaban al compas de los sonidos. Un perfecto en bata blanca de medico se acerco a Zane, abriendo sus parpados para mirarle los ojos.

"Que paso?" grito. El doctor no levanto la vista.

Shay se puso detras de ella , agarrandola firmemente por los hombros. "Esta congelado Tally."

"Congelado?" Tally se libro de las manos de Shay. La adrenalina y la rabia aumentaron atravesando su sangre , ahuyentando la sensacion de adormecimiento que habia sentido despues del ataque."Que esta mal en el?Que esta haciendo aqui?"

"Puedes tu cabezaburbujeante estar en silencio!" rompio el doctor.

Tally se giro de nuevo hacia el , mostrandole los dientes. "Cabezaburbujeante?"

Shay rodeo con sus brazos a Tally y tiro de ella. En un movimiento rapido , se la llevo hacia la sala de atras , la solto y la dejo lejos de la puerta.

Tally se reucupero. Cutters estaban alli mientras Tachs cerraba la puerta suavemente.

"Pense que te habias formateado tu misma , Tally." dijo shay con voz fuerte.

"Voy a formatearte a ti Shay!" dijo Tally. "Que esta pasando."

"No lo se, Tally. El doctor acaba de llegar." Shay puso las palmas de la mano juntas. "Controlate."

La mente de Tally planeaba, viendo solo los angulos de ataque, las estrategias para luchar para hacerse paso a traves de los tres y entrar de nuevo en la sala de recuperaciones. Pero ella estaba en inferioridad numerica y en tension , su destello de ira se transformo en panico.

"Ellos operaron con el," susurro , con la respiracion acelerada. La sala empezo a girar mientras ella recordaba a los crims dirigiendose al hospital , directamente desde el helicoptero.

"Eso parece ,Tally." dijo Shay , todavia sin su voz.

"Pero llego Diego hace dos dias," dijo Tally. "Los otros crims estaban en una fiesta la noche que llegaron aqui , yo los vi."

"Los otros crims no tenian daños cerebralos , Tally. Solo lesiones de cabezaburbujeante. Sabes que Zane es diferente."

"Pero este es el hospital de la ciudad.Que podria ir mal?"

"Shhh, Tally-wa" Shay dio un paso adelante y puso la mano sobre el hombro de Tally con cuidado. "Se paciente , y ellos nos diran."

En un momento de ira , el enfoque de Tally se redujo a la puerta de la sala de recuperaciones. Shay , lo suficientemente cerca para darle un puñetazo en la cara, Ho y Tachs distraidos momentaneamente por la llegada de un segundo medico - Tally podia pasarlos a todo si golpeaba ahora...

Pero la ira y el panico parecian anularse mutuamente, paralizando los musculos y retorciendole el estomago en un nudo de desesperacion.

"Esto es por culpa del ataque , no?" dijo Tally. "Es por eso que esta yendo mal."

"No lo sabemos."

"Es culpa nuestra."

Shay sacudio la cabeza , con voz suave , como si Tally hubiera despertado cuando era pequeña de una pesadilla. "No sabemos lo que esta pasando Tally-wa."

"Pero tu lo encontraste alli solo? Porque no se lo llevaron?"

"Tal vez no pudieron moverlo. Tal ez estaba mas seguro aqui , conectado a las maquinas."

Las manos deTally se apretaron en puños. Desde que se convirtio en especial, nunca se habia sentido tan impotente , tan falta de poder. De repente todo iba al azar. "Pero.."

"Shhh , Tally-wa," dijo Shay con voz exasperante."solo tenemos que esperar. Es todo lo que podemos hacer por ahora."

Una hora mas tarde , se abrio la puerta.

Habia cinco medicos ahora , saliendo en un flujo constante de personal de hospital que habia ido saliendo de la habitacion de Zane.Unos pocos le dieron a Tally una mirada nerviosa , comprendiendo quien era ella: el arma peligrosa que habia escapado esa noche.

Tally habia estado este tiempo nerviosa , medio esperando que alguien saltara encima suyo , y la pusiera a dormir y programando su desespecializacion. Sin embargo , Shay y Tachs se habian quedado muy cerca , mirando a los guardianes que habian llegado para poner un ojo en ellos. Una de las cosas de la cura de Maddy , es que habia hecho a los cutters con mucha mas paciencia que Tally. Se quedaron extrañamente tranquilos , pero no habian sido capaz de tenerla quieta esa hora y medias lunas ensangrentadas cubrian la palma de la mano , donde habia clavado las uñas en la carne.

El medico se aclaro la garganta. "Me temo que tengo malas noticias."

La mente de Tally no proceso las palabras al principio , pero sintio el agarra de Shay sobre su brazo , hierro duro , como si pensara que Tally estaba a punto de saltar sobre el hombre , y despedazarlo.

"En algun momento , durante la evacuacion, el cuerpo de Zane rechazo el nuevo tejido cerebral. Su soporte de vida intento alertar al personalm pero por supuesto no habia nadie cerca. Lo intento , pero la interfaz de la ciudad estaba demasiado ssobrecargada por la evacuacion para coger el mensaje".

"Sobrecargada?" dijo Tachs. "Quieres decir que el hospital no dispone de su propia red?"

"Hay un canal de emergencia" dijo el Medico. Miro en direccion al Ayuntamiento sacudiendo la cabeza como si aun no creyera que se habia ido. "Pero va a traves de la interfaz de la ciudad. De la cual no queda nada. Diego nunca ha tenido un desastre como este antes."

Fue el ataque...la guerra..penso Tally. Es mi culpa.

"Su sistema inmunologico penso que el nuevo tejido cerebral era una infeccio y respondio en consecuencia. Hemos hecho todo lo que hemos podido , pero en el momento en que lo encontraste , el daño ya estaba hecho."

"Cuando daño?" dijo Tally. Las manos de Shay la apretaron mas fuerte.
El doctor miro a los guardianes , y con la vision periferica de Tally , los vio nerviosamente preparados para una pele. Todos estaban alrededor de ella.

Se aclaro la garganta. "Te das cuenta de que llego aqui con un daño cerebral no?"

"Lo sabemos." dijo Shay , con la voz aun suave.

"Zane dijo que queria ser fijado: no mas batidos o fallas en la alimentacion. Y el pidio una mejora del control fisico- en la medida que el pudiera controlarlo. Era arriesgado , pero el dio su consentimiento."

La mirada de Tally cayo al suelo. Zane habia querido sus antiguos reflejos de nuevo y mejores, para que ella no lo viera debil y comun.

"Ahi es donde el rechazo le dio mas duro." continuo el medico. "Las funciones estaban tratando la reparacion. Pero se han ido."

"Ido?" la mente de Tally se tambaleo. "Sus habilidades motoras?"

"Y las funciones superiores , es mas importante: el habla y el conocimienot." la cautela del medico se desvanecio , su expresion ahora era la de un clasico medico precupado , calmado y comprensivo. "Ni siquiera puede respirar el solo.No creo que vaya a recuperar la conciencia. No siempre."

Los guardias tenian sus palos en las manos ahora. Tally podia respirar la electricidad. El medico tomo una respiracion lenta.

"Y la cosa es... que necesitamos la cama"

Tally se hundio hacia el suelo , pero Shay no la dejo caer.

"Tenemos decenas de victimas, " continuo el medico. "Los trabajadores nocturnos pocos se escaparon del ayuntamiento y tienen quemaduras terribles. Necesitamos esas maquinas , cuanto antes mejor."

"Que hay de Zane?" dijo Shay.

El medico sacudio la cabeza. "Va a dejar de respirar una vez que se las quitemos. Normalmente no lo movemos tan rapido, peor esta noche..."

"Es una circunstancia especial," dijo Tally en voz baja.

Shay la acerco y le susurro al oido. "Tally , tenemos que irnos ahora. Tenemos que dejar este lugar. Eres demasiado peligrosa."

"Quiero verlo."

"Tally-wa, no es una buena idea. Que pasa si te descontrolas?Podrias matar a alguien."

"Shay-la," siseo Tally. "Dejame verlo."

"No."

"Vamos a verle , o os mato a todos. No seras capaz de detenerme."

Los dos brazos de shay la envolvieron ahora, pero Tally sabia que podia escapar de sus garras. Ademas de su traje que aun podia convertirla en resbaladiza..

El agarre de Shay cambio , y algo presiono ligeramente contra su cuello."Tally , puedo inyectarte la cura en estos momentos."

"No , no puedes. Tenemos que parar una guerra. Necesitas que mi cerebro este desordenado de la forma en que lo esta."

"Pero necesitamos esas maquinas. Todo lo que estas haciendo es -"

"Quiero ser el centro del universo durante cinco minutos mas, Shay. Entonces me ire y le dejare morir. Lo prometo."

Shay lanzo un suspiro entre los dientes."Todo el mundo , salid de nuestro camino."

Su cabeza y sus manos estaban conectadas, el coro salvaje de pitidos estaba sustituido por un ritmo constante. Pero Tally podia ver que estaba muerto.

Habia visto un cadaver en una ocasion. Cuando circunstancias especiales habia venido a destruir el humo antigui, el antiguo poseedor de la bilioteca de los rebeldes habia muerto tratando de escapar ( esa muerte tambien habia sido su culpa, Tally lo recordo ahora.Como el hecho habia salido de su mente?)

El cuerpo del anciano habia parecido deforme con la muerte , tan torcido que el mundo entero se distorsiono a su alrededor. Incluso la luz del sol habia parecido mal hecha ese dia.

Pero esta vez , mirando a Zane , todo era mucho peor, sus ojos eran especiales ahora. Cada detalle era cien veces mas claro: el mal color de su cara , el pulso demasiado firme en su garganta, la forma en que las uñas se iban desvaneciendo , del rosa al blanco.

"Tally.." la voz de Tachks corto sus pensamientos.

"Lo siento." dijo Shay.

Tallu miro a sus compañeros cutters, y se dio cuenta de que ellos no podian entender. Pueden ser fuertes y rapidos, pero la curacion de Maddy habia hecho sus mentes normales de nuevo. Ellos no podian ver como la muerte era realmente desesperante. Como de horrible era en todos los sentidos.

El fuego aun ardia fuera, burlandose hermoso contra el cuelo oscuro y perfecto. Eso era lo que nadie mas podia ver, que el mundo era demasiado burbujeante y magnifico para que Zane no estuviera en el.

Tally le tocola mano. Sus yemas de los dedos , al ser sensibles , le dijeron que su carne estaba mas fria de lo que deberia.

Todo era su culpa. El lo habia inducido a llegar a ser lo que ella queria: ella habia estado por la ciudad en lugar de velar por el , ella habia empezado la guerra que lo habia dejado asi. Este era el precio final de su enorme ego.

"Lo siento , Zane." Tally se dio la vuelta. Cinco minutos de repente fueron demasiado tiempo para estar aqui , con los ojos ardiendole , incapaz de llorar.

"Esta bien , vamonos." susurro.

"Tally, estas segura?Solo han pasado -"

"Vamonos! En nuestras tablas. Esta guerra tiene que parar."

Shay puso una mano sobre su hombro."Esta bien. Primera luz. Podemos hacerlo sin que nos detengan , Estaremos en casa en tres dias."

Tally abrio la boca, apunto de exigir que se dirigieran a casa ahora mismo , pero el agotamiento en la cara de shay la hizo callar. Tally habia estado inconsciente la mayoria de las ultimas venticuatro horas , pero Shay habia viajado para encontrar a los Cutters y curarlos, habia rescatado a Tally de ser desespecializada , los habia llevado a traves de esta noche larga y terrible. Sus ojos apenas estaban abiertos.

Ademas, esta no era la batalla de Shay. Ella no habia pagado el precio que Tally si.

"Tienes razon," dijo Tally , dandonse cuenta de lo que tenia que hacer."Vete a dormir."

"Y tu ? Estas bien?"

"No , Shay-la. No estoy bien."

"Lo siento, quiero decir... vas a lastimar a alguien mas?"

Tally sacudio la cabeza , y le tendio la mano , que no temblaba en absoluto. "Ves? Estoy bajo control, tal vez por primera vez desde que me converti en especial. Pero no puedo dormir. Te esperare."

Shay se detuvo , quizas sintiendo lo que Tally tenia en mente. Pero entonces cayo sobre su expresion de preocupacion la fatiga y abrazo a Tally una vez mas. "Solo necesito un par de horas. Todavia estoy suficientemente especial."

"Por supuesto." sonrio Tally. "Al alba."

Ella camino con los otros cutters fuera de la habitacion , pasando por los medicos y llos guardias nervioso , lejos de Zane para siempre , de todos su futuros imaginados. Y con cada paso , Tally sabia que no solo tenia que dejar atras a Zane , si no a todo el mundo.

Shay solo disminuiria su rendimiento.

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Especiales/ Capítulo 28



CAPÍTULO 28

Traducido por Jhos

CULPA



El hospital estaba lleno de vidrios rotos.

Todas las ventanas del lado del Ayuntamiento habían estallado hacia el interior por el final colapso del edificio.

Sus restos destrozados crujen bajo los pies mientras Tally y los otros Cortadores revisan cada cuarto para que nadie se quede atrás.

“Tengo un crumbly aquí,” dice Ho dos pisos más arriba.

“Necesita un doctor?” preguntó la voz de Shay.

“Solo unos cortes. Con el Medspray* debe ser suficiente.”

*Spray cicatrizante.

“Deja que un doctor eche un vistazo, Ho.”

Tally desconectó la charla EARCAN y se asomó en la siguiente habitación abandonada del hospital, mirando una vez más a través del marco vacío de la ventana los restos incandescentes. Dos helicópteros sobrevolaban la zona, esparciendo espuma sobre el fuego.

Ella podía escapar ahora, simplemente apagando su EARCAN y desapareciendo en medio del caos. Los Cortadores estaban demasiado ocupados para perseguirla, y el resto de la ciudad apenas funcionaba. Ella sabía donde estaban las aerotablas de los Cortadores, y los brazaletes de accidente que Shay le había dado estaban programados para desbloquearlas.

Pero después de lo que había sucedido allí esa noche, no había lugar a donde ir. Si Circunstancias Especiales estaba realmente detrás del ataque, correr detrás de la Dra. Cable no era una opción.

Tally casi habría entendido si la Armada hubiera ido por los nuevos desarrollos, enseñándole a Diego una lección sobre expandirse hacia la naturaleza. De todo lo que estaba pasando en Random Town, eso debía ser detenido. Las ciudades no podían simplemente empezar a tomar tierras cada vez que querían.

Pero de igual manera las ciudades no se podían atacar unas a otras así, volando edificios en medio de la ciudad. Así fue como los locos y condenados Oxidados habían resuelto sus disputas. Tally se preguntó como su propia ciudad había olvidado las lecciones de historia tan fácilmente.

Por otro lado, no se atrevía a dudar lo que Tach había dicho, que el propósito de la Dra. Cable en destruir el Ayuntamiento era poner el Nuevo Sistema de rodillas. De todas las ciudades, solo la de Tally se había molestado en cazar el Viejo Humo. Solo la de Tally pensaría que unos pocos fugitivos valían la obsesión.

Ella estaba empezando a preguntarse si todas las ciudades tenían Circunstancias Especiales, o si eran más como Diego, dispuestos a dejar a la gente ir y venir. Quizás la operación especial- la que había hecho a Tally como era- era algo que había inventado la Dra. Cable. Lo que significaría que Tally en verdad era una aberración, un arma peligrosa, alguien que necesitaba ser curada.

Ella y Shay habían comenzado esta falsa guerra después de todo. La gente normal y saludable no haría algo como eso, cierto?


La siguiente habitación también estaba vacía, cubierta con los restos de una cena tardía, interrumpida por la evacuación. Las ventanas estaban decoradas con cortinas que se agitaban con el viento del distante helicóptero.

Habían sido destrozadas por cristales rotos, y ahora eran como jirones de banderas blancas ondeando en señal de paz.

Un equipo de oxígeno estaba en la esquina, todavía zumbando pero desconectado. Tally esperaba que quien sea que se suponía que debía estar atado a todos esos tubos y cables, siguiera bien.

Era extraño, preocuparse por un mortecino crumbly sin nombre. Pero el resultado del ataque había sido su cabeza dando un vuelco: la gente ya no lucía como Crumblies o ramdoms. Por primera vez desde que Tally se convirtió en Cortadora, ser promedio no le parecía patético. Ver lo que su propia ciudad había hecho, de alguna manera la hacía sentir menos especial, al menos por ahora.

Recordó los días de fea, como vivir en el humo por unas pocas semanas había transformado la forma en que veía el mundo. Tal vez ver a Diego, con todos sus desacuerdos y diferencias (y su ausencia de cabezas burbujeantes), ya la había convertido en una persona diferente. Si Zane tenía razón, ella estaba reconfigurándose a sí misma otra vez.

Quizás la próxima vez que lo viera, las cosas serían diferentes.

Tally cambió su EARCAN a un canal privado. “Shay-la? Necesito preguntarte algo.”

“Claro, Tally.”

“Cuan diferente es? Ser curada.”

Shay hizo una pausa, y a través del EARCAN Tally oyó su lenta respiración y el crujido del vidrio bajo sus pies. “Bueno, cuando Fausto me atrapó, primero ni si quiera lo noté. Me tomó un par de día darme cuenta de lo que estaba pasando, que estaba empezando a ver las cosas diferente. Lo gracioso fue, cuando me explicó lo que me había hecho, fue todo un alivio. Todo es menos intenso ahora, menos extremo. No tengo que cortarme a mi misma solo para darle sentido a todo; ninguno de nosotros tiene que hacerlo. Pero a pesar de que las cosas son heladas al menos ya no me pongo furiosa por nada.”

Tally asintió. “Cuando me tuvieron en mi celda acolchada, así es como lo describieron: ira y euforia. Pero ahora, solo me siento entumecida.”

“Yo también, Tally-wa.”

“Y había algo que los doctores dijeron,” añadió tally. “Algo acerca de sentimientos de superioridad.”

“Si, ese es el punto de Circunstancias Especiales, Tally-wa. Es como siempre nos enseñaron en la escuela, como en los días de los Oxidados algunas personas eran ‘ricas’? Tenían las mejores cosas, vivían más, y no tenían que seguir las reglas usuales- y todos pensaban que eso estaba bien, inclusive si esta gente no había hecho nada para merecerlo excepto tener la familia correcta. Pensar como un Especial es parte de la naturaleza humana. No hace falta ser muy convincente para hacerle creer a alguien que es mejor que los demás.”

Tally comenzó a estar de acuerdo, entonces recordó lo que Shay le había gritado cuando se separaron en el río. “Pero tu dijiste que yo ya era así, no? Inclusive cuando era fea.”

Shay se rió. “No, Tally-wa. Tú no crees que seas mejor que lo demás, solo que eres el centro del universo. Es completamente diferente.”

Tally se obligó a reír. “Entonces, por qué no me curaste? Tuviste la oportunidad, cuando yo estaba inconsciente.”

Hubo otra pausa, el zumbido lejano de los helicópteros filtrándose a través del vínculo del EARCAN de Shay. “Porque estoy arrepentida de lo que hice.”

“Cuando?”

“Convirtiéndote en especial.” La voz de Shay temblaba. “Es mi culpa lo que eres, y no quería obligarte a cambiar otra vez. Creo que puedes curarte a ti misma esta vez.”

“Oh.” Tally tragó grueso. “Gracias, Shay.”

“Y hay otra cosa: Ayudará si todavía eres Especial cuando volvamos a casa a detener esta guerra.”

Tally frunció el ceño. Shay no había explicado el plan en detalle todavía. “Como exactamente que yo sea una sicópata ayudará?”

“La Dra. Cable nos analizará, para ver si decimos la verdad,” dijo Shay. “Sería mejor si uno de nosotros fuera todavía un Especial de verdad.”

Tally se detuvo en la siguiente puerta. “Decir la verdad? No sabía que íbamos a hablar de esto con ella. Estaba imaginando algo relacionado con nanos hambrientos. O granadas, al menos.”

Shay suspiró. “Estás pensando como Especial, Tally-wa. La violencia no va a ayudar. Si atacamos, solo creerán que es Diego devolviendo el golpe, y está guerra solo se pondrá peor. Tenemos que confesar.”

“Confesar?” Tally se encontró a si misma de cara a otra habitación vacía, iluminada solo por el parpadeo del fuego del Ayuntamiento. Había flores en todos lados mezcladas con el vidrio roto de las ventanas.

“Eso es correcto, Tally-wa. Tenemos que decirle a todos que fuimos tu y yo quienes atacaron la Armería,” dijo Shay. “Que Diego no tuvo nada que ver con eso.”

“Oh. Genial.” Tally miró por la ventana.

El fuego dentro del Ayuntamiento todavía brillaba, sin importar cuanta espuma esparcieran los helicópteros. Shay había dicho que los restos arderían por días, la presión del edificio colapsado creaba su propio calor, como si el ataque hubiera creado un pequeño sol.

Este horrible espectáculo era su culpa- la comprensión continuaba golpeando a Tally, como si nunca fuera a acostumbrarse. Ella y Shay había provocado esto, y solo ellas podían deshacerlo.

Pero ante la idea de confesarlo a la Dra. Cable, Tally tuvo que pelear con el impulso de huir, de correr hacia la ventana abierta y saltar, dejando que sus brazaletes de accidente la atraparan. Ella podría desparecer en la naturaleza y nunca la atraparían. No Shay. Tampoco la Dra. Cable. Invisible otra vez.

Pero eso significaría dejar a Zane atrás en esta estropeada y amenazada ciudad.

“Y para que te crean,” continuó Shay, “no puede parecer que nadie se ha metido con tu cerebro. Necesitamos mantenerte especial.”

De repente, Tally necesitó aire fresco. Pero mientras caminaba hacia la ventana, el dulce aroma a flores muertas asaltó su nariz como un perfume de Crumbly. Sus ojos se humedecieron, y Tally los cerró, atravesando el cuarto usando el eco de sus propios pasos.

“Pero que nos harán, Shay-la?” preguntó suavemente.

“No lo sé, Tally. Nadie ha admitido jamás que ha empezado una guerra falsa, nadie hasta ahora. Pero que otra cosa podemos hacer?”

Tally abrió los ojos y se asomó por la ventana. Succionó aire fresco, aunque estaba contaminado con olor a quemado. “No es como si quisimos que llegará tan lejos,” susurró.

“Lo sé, Tally-wa. Y fue mi idea, y mi culpa que tú te volvieras especial en primer lugar. Si pudiera ir sola, lo haría. Pero ellos no me creerán. Una vez que analicen mi cerebro, verán que soy diferente, curada. La Dra. Cable preferiría creer que Diego se ha metido con mi cerebro, que admitir que empezó una guerra por nada.”

Tally no podía discutir eso, apenas podía creer que su pequeño allanamiento hubiera causado toda esta destrucción. La Dra. Cable no creería la palabra de nadie sin un análisis completo de su cerebro.

Ella miró de nuevo el Ayuntamiento en llamas, y suspiró. Era demasiado tarde para huir, demasiado tarde para nada a parte de la verdad.

“Okey, Shay, iré contigo. Pero no hasta encontrar a Zane. Necesito explicarle algo.”

Y quizás tratar de nuevo, pensó. Ya soy diferente. Tally contempló el marco de los cristales rotos imaginando el rostro de Zane.

“Después de todo, que es lo peor que pueden hacer, Shay-la? Volvernos cabezas burbujeantes otra vez?” dijo.

“Quizás eso no sería tan malo…”

Todavía no había respuesta, pero Tally escuchó un pequeño e insistente bip desde el vínculo del EARCAN de Shay.

“Shay? Que es ese sonido?”

La respuesta vino con voz tensa. “Tally, es mejor que vengas aquí. Cuarto 340.”

Tally se alejó de la ventana, caminado rápidamente a través de los jarrones rotos y flores muertas, dirigiéndose a la puerta. El sonido del bip aumentaba mientras Shay se movía acercándose a algo, y una sensación de temor empezó a llenar a Tally. “Que está pasando, Shay?”

Shay abrió el canal a los otros Cortadores, había pánico en su voz. “Alguien traiga un doctor.” Repitió el número de la habitación.

“Que pasa Shay?” exclamó Tally.

“Tally, lo siento mucho…”

“Qué?”

“Es Zane.”

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Especiales/ Capítulo 27

Parte III
DESHACIENDO UNA GUERRA


Uno afronta el futuro con su pasado. – Peral S. Buck



CAP 27

DEVOLVER

Traducido por Sidonie


Oleadas de fuego de cañones atravesaban el aire, sus trazos ardiendo de un lado al otro de la visión de Tally. Explosiones golpeaban sus oídos, y ondas expansivas chocaban contra su pecho, como si algo intentara desgarrarla.

La armada de aerodeslizadores descargaba su fuego sobre el Ayuntamiento, cascadas de proyectiles llamearon tan brillantes que por un momento el edificio desapareció. Pero Tally aún podía oír el sonido de cristales haciéndose añicos y el chillido de metal desgarrándose por la cegadora exhibición.

Tras unos segundos, el furioso ataque se detuvo, y Tally vislumbró el Ayuntamiento a través del humo. Habían aparecido enormes agujeros – el fuego ardiendo dentro del edificio lo hacía parecer algún loco farol tallado con docenas de ojos brillando.

Desde abajo, los gritos se elevaron otra vez, repletos de terror ahora. Durante un momento vertiginoso recordó lo que Shay había dicho: “Todo es culpa nuestra, Tally. Tuya y mía.”

Ella sacudió su cabeza lentamente. Lo que ella estaba viendo no podía ser cierto.

Las guerras ya nunca se producían.

“¡Vamos!” gritó Shay, saltando sobre su tabla y alzándose en el aire. “El Ayuntamiento está vacío durante la noche, pero tenemos que sacar a todos fuera del hospital…”

Tally salió de su parálisis, saltando sobre su aerotabla mientras el bombardeo empezaba una vez más. Shay se precipitó sobre el borde del tejado, durante un momento su silueta se recortó contra la oleada de fuego antes de perderse de vista. Tally la siguió, saltando la barandilla para planear unos segundos, mirando detenidamente al caos de abajo.

El hospital no había sido atacado, al menos todavía no, pero montones de gente aterrorizada estaba todavía saliendo en tropel por sus puertas. La armada no tenía que disparar a nadie para que esta noche terminara gente muerta – el pánico y el caos harían la matanza. Las otras ciudades verían sólo una respuesta proporcionada al ataque sobre la Armería: un edificio vacío en su mayor parte por otro.

Tally detuvo las hélices elevadoras y se dejó caer, arrodillándose para mantener firme su tabla. Los conmocionantes embates del ataque había vuelto el aire en algo palpable y estremecedor, como un mar picado*.

Los otros Cortadores ya estaban abajo, sus trajes de camuflaje fijados en el amarillo y negro de los uniformes de los guardias de Diego. Tachs y Ho conducían a la gente hacia el otro lado del hospital, lejos de los desprendimientos de escombros del Ayuntamiento. El resto estaban rescatando a los peatones que habían caído entre los dos edificios; todos las aceras se habían bloqueado, lanzando a sus pasajeros trasnochadores hacia el suelo.

Tally giró en el aire durante un momento, abrumada y preguntándose qué hacer. Entonces vio una oleada de niños saliendo del hospital. Estaban alineándose a lo largo de la barrera de seto vivo alrededor de la pista de aterrizaje para helicópteros, sus cuidadores parándose a contarlos a todos antes de trasladarse a un lugar seguro.

Ella inclinó su tabla hacia la pista de aterrizaje y cayó tan rápido como la
gravedad podía llevarla. Esos helicópteros habían transportado fugitivos de otras ciudades al Viejo Humo y ahora aquí al Nuevo Sistema – por alguna razón Tally dudaba que el ataque de la Dra. Cable fuese a dejarlos indemnes.

Ella detuvo su descenso justo sobre la cabeza de los niños, las hélices elevadoras chillando, caras aterrorizadas mirando hacia arriba con la boca abierta.

“¡Salid de aquí!” les gritó a los cuidadores, dos perfectos medianos con clásicos rostros: calmados y sabios.

Ellos miraron arriba hacia ella con incredulidad, luego Tally recordó poner su traje de camuflaje en una basta aproximación del amarillo de los guardias. “¡Los helicópteros podrían ser un objetivo!” gritó ella.

Las atónitas expresiones de los cuidadores no cambiaron, y Tally juró. Ellos no se habían dado cuenta aún de que iba esta guerra – fugitivos y el Nuevo Sistema y el Viejo Humo – todo lo que sabían era que el cielo había explotado sobre sus cabezas y tenían que explicar todos sus cargos antes de continuar.

Ella levantó la mirada y vio un aerodeslizador centelleando saliendo de la armada. Hizo un barrido a través de un amplio y lento giro, descendiendo hacia la pista de aterrizaje como una perezosa ave de presa.

“Llevadlos hacia el otro lado del hospital, ¡ahora!” gritó ella, luego invirtió el rumbo, escalando hacia el aerodeslizador aproximándose, reguntándose exactamente qué podría hacer contra él. Esta vez no tenía granadas, ningún nano-goo* hambriento. Ella estaba sola y con las manos desnudas contra una máquina militar.

Pero si esta guerra realmente era culpa suya, tenía que intentarlo.

Tally tiró de su gorro hacia abajo sobre su cara y puso el traje de camuflaje en infrarrojos, luego salió disparada hacia el Ayuntamiento. Con la esperanza de que el aerodeslizador no la vería aproximarse contra un caluroso fondo del fuego de cañones y explosiones.

A medida que se acercaba al edificio desintegrándose, el aire vibraba a su alrededor, explosivas conmociones golpeaban contra su cuerpo. Ella ya podía sentir el calor abrasador del fuego, y oír los atronadores sonidos de las plantas derrumbándose una sobre otra mientras los aeropuntales del Ayuntamiento empezaban a fallar. La armada estaba destruyendo el edificio entero, arrasándolo hasta el suelo, justo como ella y Shay habían hecho con la Armería.

Con el infierno a su espalda, Tally se arrojó al nivel del aerodeslizador y siguió su descenso, buscando alguna debilidad. Era como la primera que había visto levantarse de la Armería: cuatro hélices elevadoras acarreando un cuerpo bulboso erizado de armas, alas, y mandíbulas, su negra armadura sin brillo no reflejaba nada de los fuegos tras ella.

Mostraba cicatrices de daños recientes, y Tally se dio cuenta de que Diego debía de haber lanzado alguna resistencia contra la armada – una lucha que no había durado mucho tiempo.

Aunque todas las ciudades habían renunciado a la guerra, quizás algunas lo habían dejado más que otras.

Tally echó un vistazo hacia abajo. La pista de aterrizaje no estaba muy por debajo, la fila de niños se alejaban de ella con una lentitud exasperante. Ella juró y se lanzó hacia el aerodeslizador, con la esperanza de distraerlo.

La máquina detectó su llegada en el último momento, sus mandíbulas de metal parecidas a las de un insecto se abalanzó hacia el blanco calor de la tabla. Tally se inclinó hacia atrás con un brusco ascenso, pero había cambiado de dirección demasiado tarde. Las mandíbulas del aerodeslizador bloquearon sus hélices elevadoras delanteras, que se paró ruidosamente, y ella fue lanzada de la superficie. Otras mandíbulas se cerraban en el aire ciegamente, pero Tally en su traje de camuflaje se elevó sobre ellas.

Ella aterrizó en la espalda de la máquina, y ésta se inclinó violentamente, su peso y la fuerza del impacto de la aerotabla casi dio la vuelta a la nave hacia atrás. Tally ondeó sus brazos mientras patinaba sobre la armadura, las suelas adherentes de su traje de camuflaje apenas si evitaban su caída. Ella se puso de rodillas y se agarró al primer asidero que pudo encontrar, una fina pieza de metal que sobresalía del cuerpo de la aerodeslizadora.

Su tabla arruinada navegó más allá – una hélice elevadora funcionando, la otra destrozada, haciéndola girar por el aire como un cuchillo lanzado.

Mientras la aerodeslizadora intentaba estabilizarse, el objeto que había salvado a Tally repentinamente se giró en su mano, y ella salió sacudida. Una pequeña lente brilló en su extremo, como un ojo saltón en un cangrejo. Ella patinó hacia el centro de la espalda de la máquina, esperando que no la hubiera visto.

Otras tres cámaras saltonas giraron frenéticamente alrededor de Tally, mirando en todas direcciones, buscando en el cielo más amenazas. Pero ninguna de ellas se giró hacia ella – todas ellas apuntaban hacia fuera, no hacia el propio aerodeslizador.

Tally se dio cuenta de que ella estaba sentada en el punto ciego de la máquina. Sus ojos saltones no podían girarse hacia ella, y la piel de su armadura no tenía nervios para sentir sus pies. Al parecer los diseñadores de la aerodeslizadora nunca habían imaginado un adversario de pie justo en encima de ella.

Pero la máquina sabía que algo iba mal – era demasiado pesada. Las cuatro hélices elevadoras se inclinaban frenéticamente mientras Tally se desplazaba de un lado a otro, luchando para no caerse. Las mandíbulas de metal que no habían sido destrozadas por su aerotabla mordían al azar en el aire, como un insecto ciego buscando un oponente.

Bajo su peso extra, la aerodeslizadora empezó a descender. Tally se inclinó fuertemente hacia el Ayuntamiento, y la máquina empezó a conducir en esa dirección mientras caía. Era como conducir la aerotabla más temblorosa y la menos cooperativa del mundo, pero poco a poco ella la guió lejos de la pista de aterrizaje y la lenta fila de niños.

Mientras más se acercaba al Ayuntamiento, olas expansivas del ataque retumbaban a través de la máquina. El calor del edificio en llamas empezó a penetrar su traje de camuflaje, y ella sintió una capa de sudor surgió por todo su cuerpo. Detrás de ella parecía que los pequeños se habían alejado finalmente de la pista de aterrizaje. Todo lo que tenía que hacer ahora era bajarse de la aerodeslizadora sin que la detectara y abriera fuego.

Cuando el suelo estaba a sólo diez metros por debajo, Tally saltó de la espalda de la máquina, agarrándose a una de las dañadas mandíbulas, tirando de ese lado de la máquina hacia abajo con la fuerza de su caída. La aerodeslizadora giró en medio del aire sobre su cabeza, las hélices de elevación chirriaron en un intento de mantenerse arriba. Pero ya había caído demasiado lejos; tras un breve forcejeo, su peso sobre la mandíbula sin vida puso la máquina patas arriba.

Ella se dejó caer la corta distancia, y sus pulseras de protección frenaron su caída, depositándola suavemente sobre el suelo.

Arriba, la aerodeslizadora giró de lado hacia el Ayuntamiento, aún fuera de control, las mandíbulas agitándose mecánicamente. Chocó contra la planta más baja del edificio, desapareciendo en una bola de fuego que azotó a Tally, su traje de camuflaje presentando mal funciones a lo largo de su piel. Las escamas que habían absorbido la explosión dejaron de ondear, y Tally olió su propio pelo chamuscándose dentro de su gorro.

Mientras ella regresaba corriendo hacia el hospital, intensas conmociones sacudieron la tierra, golpeando los pies de Tally. Al mirar hacia atrás, ella vio que el Ayuntamiento finalmente se venía abajo. Después de muchos minutos de bombardeo, incluso su la aleación de su estructura estaba fundiéndose, arqueándose bajo el peso del edificio en llamas.

Y estaba prácticamente encima de ella.

Ella se puso de pie nuevamente, encendiendo su EARCAN, su cabeza llenándose con el parloteo de los Cortadores mientras organizaban a los evacuados del hospital.

“¡El Ayuntamiento se derrumba!” dijo ella, corriendo. “¡Necesito ayuda!”

“¿Qué estás haciendo allí, Tally-wa?” respondió la voz de Shay. “¿Tostando marshmallows?”

“¡Te lo cuento después!”

“Estamos en camino.”

El estruendo aumentó, el calor tras ella se duplicó mientras toneladas de edificio en llamas se derrumbaba sobre sí mismo. Una buena parte de los desechos ardientes pasaron volando, prendiendo fuego a la superficie adherente de las inanimadas aceras mientras rebotaban hasta pararse. La luz iluminó a sus espaldas, la sombra vacilante de Tally desplegándose como un gigante delante de ella.

Desde la dirección del hospital, un par de formas aparecieron. Tally movió sus brazos. “¡Por aquí!”

Ellos pasaron rápidamente a su alrededor y la rodearon, el edificio colapsándose recortó sus negras formas.

“Manos arriba, Tally-wa,” dijo Shay.

Tally saltó en el aire, con ambas manos alargadas. Los dos Cortadores agarraron sus muñecas, tirando de ella lejos del Ayuntamiento y hacia un lugar seguro.

“¿Estás bien?” gritó la voz de Tachs.

“Sí, pero...” la voz de Tally se desvaneció. Llevada de espaldas, se encontró observando el desplome final del edificio en un silencio sobrecogedor. Pareció plegarse sobre sí mismo, como un globo desinflándose, luego una inmensa nube ondulante de humo y escombros salió en torrente hacia fuera, como un oscuro maremoto engulléndose los restos ardiendo.

La ola corría hacia ellos, cada vez más cerca...

“Uh, ¿chicos?” dijo Tally. “¿Podéis ir–?”

La ola expansiva rompió sobre los Cortadores, llena de remolinos de escombros y vientos furiosos, derribando a Shay y Tachs de sus tablas y lanzando a los tres al suelo. Mientras rodaba, las escamas chamuscadas del traje de camuflaje de Tally se clavaban en ella como codos puntiagudos, hasta que finalmente se detuvo.

Ella estaba tumbada en el suelo, sin respiración. La oscuridad se los había tragado.

“¿Estáis bien chicos?” preguntó Shay.

“Sí, glacial,” dijo Tachs.

Tally intentó hablar, pero acabó tosiendo; la máscara de su traje de camuflaje había dejado de filtrar el aire. Se la quitó, el humo escocía sus ojos, y escupió el sabor de plástico quemado. “Sin tabla, y mi traje arruinado,” logró decir ella. “Pero estoy bien.”

“Bienvenida,” dijo Shay.

“Oh, sí. Gracias, chicos.”

“Esperad,” dijo Tachs. “¿Oísteis eso?”

Los oídos de Tally aún pitaban, pero un momento después se dio cuenta de que el aluvión de fuego de los cañones había cesado. El silencio era casi siniestro. Ella se puso la lente de infrarrojos y miró hacia arriba. Una vorágine brillante de aerodeslizadores estaba formándose arriba, como una galaxia formándose en una espiral.

“¿Qué van a hacer ahora?” preguntó Tally. “¿Destruir algo más?”

“No,” dijo Shay en voz baja. “Aún no.”

“Antes de que llegáramos aquí, los Cortadores estábamos en los planes de la Dra. Cable,” dijo Tachs. “Ella no quiere demoler Diego. Quiere
rehacerlo. Convertirla en otra ciudad tal como la nuestra: estricta y
controlada, todos unos cabezas-huecas.”

“Cuando las cosas empiecen a desmoronarse,” dijo Shay, “ella va a estar aquí para asumir el control.”

“¡Pero las ciudades no toman el control entre ellas!” dijo Tally.

“Normalmente no, Tally, pero ¿no lo ves?” Shay se giró hacia los escombros del Ayuntamiento ardiendo todavía. “Los fugitivos corren libres, el Nuevo Sistema está fuera de control, y ahora el gobierno de la ciudad en ruinas… esto es una Circunstancia Especial.”

-fin cap-

picado* (agitado).
nano-goo* (cosa pegajosa)
marshmallows* (malvavisco: golosina de merengue blando)

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Especiales/ Capítulo 26

CAPITULO 26

Traducido por: Lexie22



LUZ


Recobró el conocimiento en un estallido de luz.
La adrenalina se disparó en Tally, como despertar de una pesadilla gritando. El mundo de repente fue diamante claro, tan agudo como los dientes en su boca, tan brillante como una luz en los ojos.
Se sentó erguida, respirando con dificultad y apretando los puños cerrados. Shay estaba al pie de la cama del hospital, jugando con las correas alrededor de sus tobillos.
"Shay!" -gritó-. Tally sintiendo las cosas tan brillantes que tenía que gritar.
"Eso te despertó, ¿no?"
"Shay!" Su brazo izquierdo estaba herido, alguien acababa de darle un tiro. La energía hervía a través de ella, toda su furia y fuerza regresaron. Tiró de un pie contra una correa de tobillo, pero el metal de retención resistio.
"Cálmate, Tally-wa,", dijo Shay. "Lo tengo."
"¿Cálmarme?" Tally murmuró, con los ojos escaneando la habitación. Las paredes estaban cubiertas con máquinas, todas ellos parpadeando con actividad. En el centro de la habitación habia un tanque de explotación, con el líquido de soporte vital lentamente gorgoteando en él, un tubo de respiración colgando, en espera de ser puestos en uso. Escalpelos y fibriladores esperaban en una mesa cercana.
Tirados en el suelo estaban un par de hombres inconscientes en batas de hospital, uno era un medio bonito, el otro lo suficientemente joven para portar manchas de leopardo en toda su piel suave. Al verlos, las pasadas veinticuatro horas se precipitaron de nuevo a Tally: Random Town, ser capturada, la operación amenazaba con hacerla normal de nuevo.
Torció el tobillo contra las restricciones, necesitando escapar de esta habitación ahora.
"Casi termino," Shay, dijo con dulzura.
El brazo derecho de Tally picaba, y se encontró con una trenza de cables y tubos pegados a él, el soporte vital de una cirugía mayor. Ella siseo y los arrancó. La sangre salpicó en el piso blanco inmaculado, pero no dolió-el choque entre la anestesia y lo que sea que Shay había utilizado para despertarla había llenado a Tally con un dolor adormecedor de furia.
Cuando Shay finalmente quitó la cerradura de la correa del tobillo, Tally se levantó de un salto, con los dedos curvados.
"Um, tal vez mejor te pones esto” Shay dijo, lanzandole un traje. Tally se miró a sí misma. Llevaba otra bata desechable: rosa con dinosaurios azules.
"¿Qué pasa con los hospitales?" , gritó, arrancandose la bata y metiendo un pie en el traje.
"Tranquilizate ya, Tally-wa," Shay silbó ... "He conectado los sensores, pero incluso al azar te pueden oir gritar, ya sabes. Y no enciendas tu skintenna todavía. Nos llevará lejos ".
"Lo siento, jefe." Una repentina ola de mareo se apoderó de Tally, se había puesto de pie demasiado rápido. Pero se las arregló para deslizar sus piernas en el traje y tiró de él hasta los hombros. Detectando su salvaje frecuencia cardíaca, arrancado directamente en el modo de armadura, las escalas de ondulación, entonces la bajaron normales y fuertes.
"No, ajustate de esta manera," Shay susurró, con una mano en la puerta. Su propio traje se estableció en un azul pálido, el color de las batas de hospital.
Cuando Tally sintonizó su traje, tratando de hacerlo coincidir con el color del de Shay, su cabeza aun giraba con la energía salvaje.
"Veniste por mí," dijo ella, tratando de mantener la voz baja.
"No podía dejarles hacerte esto".
"Pero yo creía que me odiabas."
"Te odio a veces, Tally. Como nunca he odiado a nadie antes". Shay resopló. "Tal vez por eso sigo regresando por ti".
Tally tragó, mirando a su alrededor una vez más en el tanque de funcionamiento, la mesa llena de instrumentos de corte, todas las herramientas que la habrian convertido de nuewvo en normal, desespecializandola, como Shay habia dicho. "Gracias, Shay-la".
"No hay problema. ¿Lista para salir de aquí?"
"Espera, jefe." Tally tragó. "Vi a Fausto".
"Yo también" No había rabia en la voz de Shay, solamente una declaración de hecho.
"Pero él ..."
"Yo sé".
"Tú sabes ..." Tally dio un paso adelante, su mente aun dando vueltas del despertar, de
todo lo que estaba sucediendo. "Pero, ¿qué vamos a hacer con él, Shay?"
"Tenemos que irnos, Tally. El resto de los Cutters nos están esperando en el techo. Algo grande viene. Mucho más grande que los Smokies".
Tally frunció el ceño. "Pero, ¿qué?"
El grito de alarma rasgó el aire.
"¡Deben estar acercandose!" Shay exclamó. "Tenemos que irnos!" Agarró la Tally mano y tiró de ella a través de la puerta.
Tally le siguió, con su mente confundida, sus pies aún inestables debajo de ella. Fuera de la sala, un pasillo largo y recto se extendía en ambas direcciones, la alarma haciéndose eco por su longitud. La gente en el batas de hospital salieron de las puertas a cada lado, llenando el pasillo con balbuceos confusos.
Shay corrió, deslizándose entre los médicos y enfermeros aturdidos como si fueran estatuas. Ella era tan ligera de pies y rápida, que la gente apenas se dio cuenta de la franja de color azul pálido a juego a toda velocidad a través de ellos.
Tally empujado a un lado sus preguntas y le siguio, pero sus mareos de recien despertada desaparecían lentamente. Ella esquivó a la gente lo mejor que pudo, enpujando directamente a todo el que se puso en su camino. Ella evitó cuerpos y paredes, pero logró mantenerse en movimiento, dejando que su energía salvaje la llevara.
"¡Alto!" gritó una voz. "¡Los dos!"
En frente de Shay, habia un grupo de guardias de pie en sus uniformes color amarillo y negro, con bastones de impacto brillando con la luz suave, en colores pastel.
Shay no dudó, con su traje volviendose negro mientras pasaba entre ellos, con las manos y pies parpadenando. El aire se llenó del olor del relámpago fresco mientras los bastones de impacto la golpeaban en sus escalas blindadas, chisporroteando como mosquitos freídos en una bombilla de luz. Se volvió ampliamente en medio de la refriega, enviando figuras amarillas volando en todas las direcciones.
En el momento que Tally llego a la lucha, sólo dos guardias quedaban en pie, apostados en el pasillo y tratando de protegerse de Shay, con sus bastones de impacto agitandose en el aire. Tally caminó detrás de uno y le agarró por la muñeca, girandola con un golpe y la empujó contra la otra, enviándolos a los dos al el suelo.
"No hay necesidad de romperlos, Tally-wa."
Tally miró a la mujer, que estaba aferrada a su muñeca, con un grito de dolor derramandose de sus labios.
"Oh, lo siento, jefe."
"No es tu culpa, Tally. Vamos." Shay empujó a través de la puerta de la escalera y se dirigió hacia arriba, tomandolas en dos saltos largos. Tally le siguió, con su mareo casi bajo control, y la energía maniaca del despertar desapareciendo un poco mientras corría. Las puertas de la escalera se cerraron detrás de ellas, sofocando el grito ensordecedor de la alarma.
Ella se preguntó qué le había pasado a Shay, donde había estado todo este tiempo. ¿Cuánto hacía que los otros Cutters habian estado aquí, en Diego?
Pero las preguntas podian esperar. Tally era simplemente feliz de estar libre otra vez, luchando junto a Shay y siendo especial. Nada podía detenerlas a las dos juntas.
A pocos niveles arriba, las escaleras llegaron a su fin. Ellas entraron por la última puerta al techo.
La noche sobre sus cabezas brillaba con miles de estrellas, maravillosamente clara.
Después de la celda acolchada, se sentía genial estar a cielo abierto. Tally trato de aspirar una bocanada de aire fresco, pero el olor a hospital todavía se vertia desde el bosque de chimeneas de escape a su alrededor.
"Bueno, no están aquí todavía", dijo Shay.
"¿Quién no esta?" Tally preguntó.
Shay le llevó a través del techo, hacia el edificio enorme, a oscuras al lado del hospital-el Ayuntamiento, Tally recordo. Shay se asomó por el borde.
La gente salía del hospital, el personal de color azul claro y blanco, y pacientes en batas endebles, algunos a pie, algunos de ellos empujados en camillas. Tally escuchó la alarma haciendo eco de las ventanas abajo, y se dio cuenta de que el sonido ha cambiado a los dos tonos de la señal de evacuación.
"¿Qué está pasando, Shay? No están evacuando sólo por nosotros, ¿verdad?"
"No, no nosotros". Shay se volvió hacia ella, le puso una mano sobre su hombro. "Necesito que me escuches atentamente, Tally Esto es importante. "
"¡Estoy escuchando, Shay. Dime lo que está pasando!"
"Está bien. Lo sé todo sobre Fausto- Rastreé la señal de su skintenna al momento en que llegué aquí, hace más de una semana. Me explicó todo."
Entonces, sabes ... él ya no es especial ".
Shay pausa. "No estoy segura de si tienes razón en eso, Tally."
"Pero él es diferente, Shay. Él es débil. Lo vi en su ..." la voz de Tally se desvaneció mientras ella miraba más cerca, reteniendo el aliento de la incredulidad. En los ojos de Shay habia una suavidad que nunca había estado allí antes. Pero esta era Shay, tan rápida y mortal, que había cortado a través de los guardianes como una guadaña.
"No es débil", dijo Shay. "Ni lo soy yo"
Tally sacudió la cabeza, se apartó, y se tambaleó hacia atrás. "Te atraparon también."
Shay asintió. "Está bien, Tally-wa. No es como que me hubieran convertido en una cabeza burbujeante". Dio un paso adelante. "Pero tienes que escuchar".
"¡No te acerques a mí!" Tally silbaba, con sus manos curvandose.
"Espera, Tally, algo grande está pasando".
Tally sacudió la cabeza. Podía oír la debilidad en la voz de Shay ahora. Si no hubiera estado tan aturdida, lo habría visto desde el principio. La Shay real no habría estado tan preocupada por la muñeca de algun guardia. Y la Shay- Shay especial-nunca lo habría perdonado a Tally tan fácilmente.
"¡Quieres que yo sea como tú! Como Fausto y los Smokies han tratado de hacer!"
"No, yo no", dijo Shay. "Te necesito en la forma en que tu-"
Antes de que Shay pudiera decir más palabra, Tally dio la vuelta y empezó a correr por el borde opuesto de la cubierta lo más rápido que pudo. Ella no tenía brazaletes de choque, ni chaqueta bungee, pero todavía no podía escalar como una especial. Si Shay era tan suave como Fausto, ya no sería tan temeraria. Tally podía escapar de esta ciudad de locos, y obtener ayuda desde casa ...
"¡ deténganla!" Shay exclamó.
Formas humanas sin rostro oscilaron a la existencia oscilaba entre las formas de las chimeneas de escape y de las antenas.
Saltaron de la oscuridad hacia Tally, agarrándola de los brazos y las piernas.
Todo esto era una trampa. "No enciendas tu skintenna", Shay había dicho, de modo que el resto de ellos podía hablar unos con otros en silencio, conspirando contra ella.
Tally lanzó un puñetazo, con su puño conectando dolorosamente con un traje blindado. Un Cutter sin rostro la cogió del brazo, pero Tally volvió su traje resbaladizo y se apartó. Dejó que su impulso la llevase a rodar hacia atrás, surgiendo de la tierra, saltando a la parte superior de un tubo de escape alto. Ella luchó para poner la capucha del traje abajo sobre su cara, para hacerse invisible antes de que llegaran a ella, pero un par de guantes agarró los tobillos de Tally, tirando de sus pies por debajo de ella. Al caer de la tubería, otra figura la atrapó. Aún más manos agarraron sus brazos, reteniendo su frenesí salvaje de golpes, y con una fuerza suave la arrastró hacia abajo hasta el techo.
Tally lucho, pero con características especiales o no, había demasiados de ellos.
Ellos se quitaron las capuchas-Ho, Tachs, todos los otros Cutters. Shay había obtenido a cada uno de ellos.
Ellos le sonrieron suavemente a ella, una horrible, amabilidad promedio en sus ojos. Tally lucho, en espera de la picadura de una inyección en su cuello desnudo.
Shay se paró ante ella, sacudiendo la cabeza. "Tally, ¿te relajas?"
Tally le escupió ella, "Dijiste que me estabas salvando".
"Lo estoy. Si te calmas y escuchas". Shay lanzó un suspiro de exasperación. "Después de que Fausto me dio la cura, llamé a los Cutters. Les dije que me encontraran a mitad de camino aquí. En el camino de vuelta a Diego, los cure uno por uno."
Tally miró sus rostros, algunos de ellos le sonrieron a ella como si fuera una pequeña que no entendia una broma, y no vio a dudas, ningún indicio de rebelión contra las palabras de Shay. Eran las ovejas ahora, no mejores que las cabezas burbujeantes.
Su ira se perdió en la desesperación. Todos sus cerebros habían sido infectados con nanos, haciéndolos débiles y miserables. Tally estaba completamente sola.
Shay extendió sus manos. "Escucha, acabamos de regresar hoy. Siento que los Smokies trataran de atraparte, yo no les habría dejado. Esta cura no es lo que necesitas, Tally."
"¡Entonces, déjame ir!" Tally gruñó.
Shay se detuvo un momento, luego asintió. "Está bien. Déjala ir."
"Pero Jefe," Tachs dijo. "Estan ya atravesando las defensas. Tenemos menos de un minuto".
"Lo sé. Pero Tally nos va a ayudar. Yo sé que lo hará."
Uno por uno, los otros con cautela soltaron su agarre. Tally se vio libre, todavía mirando a Shay, sin saber qué hacer a continuación. Todavía estaba rodeada y superada en número.
"No sirve de nada correr, Tally. Dr. Cable esta en camino."
Tally arqueó una ceja. "¿A Diego? ¿Para regresarlos a todos?"
"No." La Voz de Shay se quebró, casi como una pequeña a punto de llorar. "Es todo culpa nuestra, Tally. Tuya y mía."
"¿Qué es?"
"Después de lo que hicimos a la Armería, nadie creía que era Crims o Smokies. Eramos demasiado frios, demasiado especiales. Aterramos a toda la ciudad."
"Desde aquella noche", Tachs dijo, "todos en el pueblo van a ver el cráter humeante que ustedes dos dejaron. Llevan a cabo las clases de los pequeños para curiosear en él. "
"¿Y Cable venir aquí?" Tally frunció el ceño. "Espera, ¿quieres decir, que comprendieron que era de nosotros?"
"No, ellos tienen otra teoría." Shay señaló en el horizonte. "Mira".
Tally volvió la cabeza. En la distancia más allá del Ayuntamiento, una masa de luces brillantes había llenado el cielo. Mientras miraba,creció más y más brillante, resplandeciente como las estrellas en una noche calurosa.
Al igual que cuando Tally y Shay había sido expulsadas de la Armería.
"Aerodeslizadores" Tally dijo.
Tachs asintió. "Ellos me han dado a Dr. Cables el control de la ciudad militar. Todo lo que queda, de todos modos."
"Tomen sus tablas", dijo Shay. Los otros se dispersaron en todas direcciones a través de la azotea.
Shay empujó un par de brazaletes choque en las manos de Tally. "Debes dejar de tratar de huir, y enfrenta lo que empezamos".
Tally no se inmutó al toque de Shay, de repente demasiado confundida como para preocuparse de ser curado. Podía oír la nave acercandose ahora, un enjambre de ventiladores levantándose como un zumbido de motores calentandose. "Todavía no lo entiendo."
Shay ajustó sus propias pulseras, y un par de deslizadores se levantaron de la oscuridad.
"Nuestra ciudad siempre ha odiado Diego. Circunstancias especiales sabía de ellos ayudaban a los fugitivos, de los helicópteros de transporte de personas al Old Smoke. Así que después de la destrucción de la Armería, el Dr. Cable decidió que debe haber sido un ataque militar. Culpó a Diego. "
"Así que los aerodeslizadores ... ¿ van a venir a atacar a esta ciudad?" Tally murmuró. Las luces se hicieron más y más grandes hasta que se arremolinaron sobre sus cabezas, decenas de aerodeslizadores, un gran vórtice de ellos alrededor del Ayuntamiento. "Incluso el Dr. cable no haria eso ".
"Me temo que lo haría. Y las otras ciudades sólo se sentarán a ver cómo, por ahora. El nuevo sistema tiene a todos totalmente asustados". Shay tiró de la capucha de su traje por encima de su cabeza. "Esta noche tenemos que ayudarlos aquí, Tally, tenemos que hacer todo lo posible. Y mañana, tu y yo tenemos que ir a casa y poner fin a esta guerra que empezamos".
¿Guerra? Pero las ciudades no ... "la voz de Tally se desvaneció. El techo bajo sus pies había empezado a hacer ruido, y bajo el zumbido de un centenar de ventiladores de elevación escuchó un pequeño, ligero sonido de las calles de abajo.
La gente gritaba.
Unos segundos más tarde, la armada aerea abrio fuego, llenando el cielo de luz.

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Para los que siguen vivos...

...después de la larga espera.

FRIDAY NIGHT BITES!!

Bueno acá está al fin Friday Night Bites completo, está solamente en formato word, porque fue asi como me lo mandaron y ya no quería dar más vueltas.



Sinopsis:

Tú pensarías que titulares como ése podrían haber provocado que los ciudadanos de la Ciudad del Viento se levanten en armas contra los amigos chupasangres. En su lugar, diez meses más tarde, estamos disfrutando de un status de celebridad reservado para la elite de Hollywood – vallando a los paparazzi que son sólo ligeramente menos peligrosos que las cruces y estacas empuñadas por cazadores. No me malinterpreten, José Público no está exactamente entusiasmado con estar viviendo palmo a palmo con los no muertos, pero al menos no han tomado por asalto el castillo aún.

Pero todo eso cambiará una vez que conozcan acerca de las Raves – fiestas masivas de alimentación donde los vampiros rondan humanos como ganado y beben de ellos mismos como estúpidos. La mayor parte de los vampiros civilizados se oponen a este comportamiento, poniendo a los meros mortales a gusto con su política de pedirle a la persona consentimiento, antes de tomar un gran sorbo de la cosa roja. Sin embargo, eso no lo hace una buena copia para un reportero primerizo en búsqueda de impresionar a su familia de la alta sociedad.

Así que ahora mi “maestro,” el centurias de viejo y aún así hermosamente bien preservado Ethan Sullivan, quiere que me reconecte con mi familia de clase media-alta y actúe como intermediario entre los vampiros y humanos – y mantenga los aspectos más desagradables de nuestra existencia lejos de los medios. Pero alguien no desea que la gente y los vampiros jueguen limpio – alguien con un antiguo rencor.

-DESCARGAR-

GRACIAS A GLAD Y A REPRISSE POR AYUDARME CON EL DOCUMENTO :)

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Sol, arena y mar, qué más podría pedir?



........música y libros ♥

Les quería avisar que me voy esta semanita de "vacaciones" aunque la verdad es que ya lo estoy, pero voy a aprovechar el calor que está haciendo por este lado del hemisferio para tomar sol, disfrutar de la playa, alejarse de la ciudad, que definitivamente está vacía en estos días, y recargar pilas para este nuevo año.

Ahora mismo le voy a escribir un correo a Chloe, para pedirle que suba la descarga de Friday Night Bites cuando esté pronta, y Chloeeeeeeee, siento que no nos hayamos podido cruzar :( quería saber cómo te había ido, pero ya nos pondremos al día.

Cuando vuelva ya contestaré a todos, y me pasaré por sus blogs :D

Beeeeeesos!

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Soy Movimiento 2010 (IV) Contra la violencia Animal



Esta es la penúltima causa de la iniciativa creada por Letras y Escenas, Soñadores de Libros, y Perdidas entre Páginas. Para saber más sobre el Movimiento entra aquí. En esta semana nos ponemos la camiseta en contra de la violencia animal.


Este video dice más de lo que yo podría decir..



Las personas que no merecen ser llamadas personas:

Entre tantas razones- Aquellas que no consideran que los animales sufren como nosotros, aquellas que se divierten cazando, aquellas que matan por vestir a la moda, aquellas que dañan por ambición, aquellas que no tienen sensibilidad pero sí tienen una visión tan limitada que sólo ven por su propio ombligo. Hay tantas personas en este mundo que no tienen derecho a ser llamadas de ese modo. . .

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Especiales/ Capítulo 25

CAPÍTULO VEINTICINCO

Traducido por Luu

VOCES

Era agradable aquí. Agradable y tranquilo.
Por primera vez en largo tiempo, Tally no sentía furia, ni frustración. La tensión en sus músculos se había ido, con el sentimiento de que tenía que estar en algún lado, haciendo algo, probándose a sí misma nuevamente. Aquí en este lugar, ella era simplemente Tally, y ese simple conocimiento fluyó a través de su piel como una agradable brisa.
Su mano derecha se sentía particularmente bien-todo burbujeante, como si alguien estuviera regando champaña templada sobre él.
Ella medio abrió los ojos. Todo estaba placenteramente fuera de foco, no todo filoso y puntiagudo como era usual. De hecho, habían todo nubes alrededor, blancas y mullidas. Como un niño mirando el cielo, Tally podía ver las formas que quería. Trató de imaginar un dragón, pero su cerebro no podía hacer que las alas lucieran reales . . . y sus dientes eran demasiado complicados.
Además, los dragones era muy aterradores. Tally, o quizá alguien que ella conocía, había tenido una vez una mala experiencia con uno.
Era mejor imaginar sus amigos: Shay-la y Zane-la, todos quienes la amaban. Eso era todo lo que ella en realidad quería, ir y verlos una vez que pudiera dormir un poco más. Cerró sus ojos de nuevo.
Ping.
Allí estaba ese sonido otra vez. Regresaba cada tanto, como un viejo amigo chequeándola.
“Hola, ping-la,” ella dijo.
El ping nunca respondió. Pero a Tally le gustaba ser educada.
“Acaba de decir ella algo, Doctor?” alguien preguntó.
“No podía. No con lo que le dimos.”
“Has visto su gráfico metabólico?” Una tercera voz dijo. “No tomemos ningún riesgo. Comprueba esas correas.” Alguien murmuró, luego empezó a juguetear con las manos y los pies de Tally uno por uno, en un círculo que comenzó con su mano derecha burbujeante y se fue hacia la derecha. Tally imaginó que ella era un reloj, acostada allí y en silencio haciendo tick tack..
“No se preocupe, Doctor. No irá a ningún lugar.”
La voz estaba equivocada sobre eso, porque un momento después Tally estaba yendo a través de lugares, flotando sobre su espalda. No podía abrir sus ojos, pero se sentía como estar sobre algún tipo de aparato volador. Las luces vibraban sobre su cabeza, lo suficientemente brillantes para ver incluso sobre sus párpados. Su oído interno sintió que el aparato volador daba una vuelta izquierda, disminuía la velocidad, luego retumbaba a través de una rejilla magnética. Luego ella estaba acelerando hacia arriba, lo suficientemente rápido que sus oídos latían.
“Está bien,” una de las voces dijo. “Esperen aquí por el equipo de preparación. No la dejen sola, y llámenme si se mueve.”
“Bien, Doctor. Pero ella no se está moviendo.”
Tally sonrió. Decidió jugar un juego donde ella no se movía. En algún lugar en su mente estaba la idea que engañar a la voz sería muy divertido.
Ping.
“Hola,” contestó, luego recordó sobre no moverse.
Tally estuvo quieta por un momento, luego comenzó a preguntarse de dónde provenían los pings.
Estaban comenzando a ser molestos.
Cambió sus dedos, hasta que una interfaz se dejó caer sobre la parte interior de sus párpados.
Su programa interno no estaba tan borroso como todo lo demás, y ella no tenía que hacer nada más que una contracción de dedos para hacerlo funcionar.
Tally vio que los pings eran como un despertador. Se suponía que debía levantarse y hacer algo.
Dejó salir un lento suspiro. Estar acostada ahí era tan agradable. Además, no podía recordar por qué era que se había puestos los pings. Lo cual hacía que todo el tema del ping fuera sin sentido. De hecho, todo el tema del ping era tonto.
Torció un dedo para apagar el ciclo despertador, así no la molestaría de nuevo.
Pero la pregunta continuaba molestando a Tally: Qué se suponía que debía hacer? Tal vez alguno de los otros Cortadores lo sabía. Prendió su sistema de skintenna.
“Tally?” una voz preguntó. “Finalmente!”
Tally sonrió. Shay-la sabía que hacer.
“Estás bien?” Shay dijo. “Dónde has estado!”
Tally trató de contestar, pero hablar era demasiado difícil.
“Estás bien, Tally?” Shay dijo después de unos momentos, sonando preocupada.
Tally recordó que Shay estaba enojada con ella, y su sonrisa creció. Shay-la no sonaba enojada más, solamente preocupada.
Tally trató duro, y logró arrastrar las palabras y decir, “Estoy somnolienta.”
“Oh, mierda.”
Esto era raro, Tally pensó. Dos voces habían dicho “Oh, mierda” al mismo tiempo, en el mismo modo asustado. Una voz era Shay dentro de su cabeza, y la otra era la otra voz que seguía escuchando.
Esto se estaba volviendo complicado, como los dientes del dragón que intentó imaginar.
“Necesitas despertar,” ella dijo.
“Oh, mierda!” dijo la otra voz. Al mismo tiempo, Shay estaba diciendo. “Mantente donde estás, Tally. Creó que he localizado tu ubicación. Estás en el hospital, cierto?”
“Uh-huh,” Tally murmuró. Reconoció el olor a hospital, incluso aunque la otra voz estaba haciéndole difícil concentrarse. Estaba gritando cosas de una manera que dañaba la cabeza de Tally. “Creo que está despertando! Alguien que le de algo para ponerla inconsciente otra vez!” Blah, blah, blah. . .
“Estamos cerca,” Shay dijo. “Supusimos que estabas en algún lugar dentro. Tu despecialización está programada dentro de una hora.”
“Oh, bien,” Tally dijo, recordando ahora lo que se suponía que debía hacer: escapar de este lugar, lo que sería realmente difícil. Mucho más difícil que mover las puntas de sus dedos. “Ayuda, Shay-la.”
“Sólo aguanta, Tally, y trata de despertar! Estoy yendo por ti.”
“Seh, Shay-la,” Tally susurró.
“Pero apaga tu skintenna, ahora. Si ellos te han escaneado, deben estar escuchando . . .”
“Bien,” Tally dijo, mientras sus dedos se movían, la voz en su cabeza se calló. La otra voz estaba todavía gritando, todavía quejándose en ese modo preocupado. Estaba comenzando a provocarle a Tally dolor de cabeza.
“Doctor! Ella acaba de decir algo! Incluso después de esa última dosis! Qué demonios es ella?”
“Lo que sea que ella sea, esto debería mantenerla inconsciente,” alguien más dijo, y la somnolencia la barrió de nuevo.
Entonces Tally volvió a no pensar nada.

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Especiales/ Capítulo 24

CAPÍTULO 24
VIOLACIONES MORFOLÓGICAS


Ella se despertó en una celda acolchada.

El lugar olía exactamente como el gran hospital en casa: el olor químico a desinfectante, la desagradable esencia de muchos humanos que han sido lavados como robots en vez de tomar duchas. Y en algún lugar fuera de vista, Tally detectó orinales agitándose calmadamente.

Pero la mayoría de los cuartos de hospital no tenían paredes acolchadas, y no faltaban puertas. Probablemente estaba escondida bajo el acolchado en alguna parte, perfectamente equipada. Luz suave mezclada con colores pasteles, probablemente destinada a ser suave, se filtraba por debajo de los filamentos esparcidos en el alto techo.

Tally se sentó y extendió los brazos, frotando sus hombros. Los músculos estaban rígidos y adoloridos, pero su usual fuerza había vuelto. Lo que sea que los guardianes hubieran usado para derrocarla la había mantenido inconsciente por algún tiempo. Shay había roto la mano de Tally durante el entrenamiento una vez para demostrar como su auto-reparación funcionaba, y había tomado horas sentirse bien otra vez.

Tally pateó las sábanas con los pies, luego se miró a sí misma y murmuró, “tienes que estar bromeando.”

Ellos habían reemplazado su traje de camuflaje con un camisón delgado desechable cubierto con flores color rosa.

Tally se levantó y la arrancó, arrugando la prenda en una bola. Dejándola caer al suelo y la pateó bajo la cama. Mejor estar desnuda que lucir ridícula. Las escamas quizás transportaban el sudor y las células muertas a la superficie, pero nada mejor que tomar una ducha real. Tally frotó su piel, preguntándose si podría obtener una en este lugar.

“Hola?” le dijo ella al cuarto.

Cuando no hubo respuesta, ella se acercó más a la pared. La tela del acolchado brillaba con un patrón hexagonal de micro-lentes, miles de diminutas cámaras tejidas en ella. Los doctores podían ver cualquier cosa que ella hiciera desde cualquier ángulo.

“Vamos chicos, se que pueden oírme,” dijo Tally en voz alta, luego cerró el puño y golpeó la pared tan fuerte como pudo.

“Ouch.” Juró un par de veces agitando su mano en el aire. El acolchado había ayudado un poco, pero la pared detrás estaba hecha de algo más duro que la madera o la piedra- cerámica sólida de construcción probablemente. Tally no iba a poder salir de ahí con las manos desnudas.

Ella volvió a la cama y se sentó, frotándose los dedos y dejando escapar un suspiro.

“Por favor sea cuidadosa señorita,” dijo una voz. “Se lastimará.”

Tally miró su mano. Los nudillos ni siquiera estaban rojos. “Solo quería obtener su atención.”

“Atención? Hmm. De eso se trata esto?”

Tally gruñó. Si algo era más molesto que estar encerrada en una cámara para locos, era ser hablada como a un niño que había sido atrapado sujetando una bomba de olor. La voz sonaba profunda y calmada y genérica, como un zumbido terapéutico. Ella se imaginó un comité de doctores detrás de la pared, escribiendo respuestas para que la voz en la computadora hablara.

“De hecho, esto se trata de mi cuarto no teniendo una puerta,” dijo ella. “Violé una ley o algo?”

“Estás siendo retenida para observación controlada, como un posible daño para ti misma y los otros.”

Tally puso los ojos en blanco. Cuando saliera de ahí ella iba a hacer mucho más que posible peligro. Pero ella solo dijo, “Quien, yo?”

“Saltaste del acantilado Overlook con equipamiento inadecuado para empezar.”

La boca de Tally cayó abierta. “Está diciendo que eso es mi culpa? Yo solo estaba hablando con un viejo amigo, y de repente todos estos corrientes con arcos y flechas empezaron a dispararme. Que se suponía que hiciera? Quedarme y ser secuestrada?”

La voz se detuvo. “Estamos revisando el video del incidente. Admitimos, sin embargo que hay ciertos elementos aquí en Diego que pueden resultar difíciles. Nos disculpamos. Ellos nunca se han comportado tan mal antes. Tenga la seguridad que la mediación se está llevando a cabo.”

“Mediación? Como hablar con ellos de eso? Por qué no encierra a algunos de ellos, en vez de a mi? Después de todo, yo soy la víctima aquí.”

Hubo otra pausa. “Eso todavía está por determinarse. Puedo preguntarte tu nombre, ciudad de origen, y exactamente como conoces este ‘viejo amigo’ tuyo?”

Tally sintió las sábanas entre sus dedos. Como la pared acolchada, estaban cubiertas de micro-sensores, pequeñas máquinas para medir sus pulsaciones, sudor y la respuesta galvánica de su piel.

Ella tomó algunos lentos respiros, poniendo su ira bajo control. Si se enfocaba, ellos podía ponerle el polígrafo todo el día sin detectar un destello de mentira.

“Mi nombre es Tally,” dijo ella cuidadosamente. “Huí del norte. Oí que ustedes eran buenos con los fugitivos. “

“Les damos la bienvenida a los inmigrantes. Bajo el Nuevo Sistema, permitimos que cualquiera solicite ciudadanía en Diego.”

“El Nuevo Sistema? Así es como llaman esto?” Tally puso sus ojos en blanco. “Seah, bueno el Nuevo Sistema apesta si encierran personas por huir de sicópatas. Mencioné los arcos y las flechas?”

“Tenga la seguridad de que no está bajo observación por ninguna de sus acciones Tally. Estamos más preocupados por ciertas violaciones morfológicas.”

A pesar de su enfoque, un parpadeo nervioso recorrió la espina dorsal de Tally. “Mi qué?”

“Tally, tu cuerpo ha sido construido alrededor de un esqueleto de cerámica reforzada. Tus uñas y dientes han sido convertidos en armas, tus músculos y reflejos aumentados significativamente.”

Con un sentimiento desagradable, Tally se da cuenta lo que los guardianes han hecho. Pensando que estaba seriamente lastimada, la trajeron al hospital para un profundo análisis, y lo que los doctores encontraron puso a las autoridades muy nerviosas.

“No estoy segura de que hablan,” dijo ella, tratando de sonar inocente.

“También hay ciertas estructuras en tu corteza superior, aparentemente artificiales, que parecían diseñadas a cambiar tu comportamiento. Tally, sufres de repentinos destellos de ira o euforia, impulsos antisociales, o sentimientos de superioridad?”

Tally tomó otro respiro profundo, peleando para mantener la calma. “Lo que estoy sufriendo es estar encerrada,” ella dijo con voz lenta y deliberada.

“Por qué tiene cicatrices en tus brazos, Tally? Alguien te hizo eso?”

“Que esto?” Ella se rió, deslizando sus dedos por las cicatrices del las cortaduras. “De donde vengo, es solo una declaración de moda!”

“Tally, puede que no seas consciente de lo que se ha hecho a tu mente. Quizás parezca natural para ti cortarte a ti misma.”

“Pero solo son…” Tally gimió y sacudió su cabeza. “Después de todas la locas cirugías que he visto por aquí, están preocupados por algunas cicatrices?”

“Solo estamos preocupados por lo que indican respecto a tu estabilidad mental.”

“No me hables de estabilidad mental,” Tally gruñó, decidiendo renunciar a la calma y actuar. “Yo no soy la que encierra gente!”

“Entiendes las disputas políticas entre tu cuidad y la nuestra, Tally?”

“Disputas políticas?” preguntó ella. “Que tiene eso que ver conmigo?”

“Tu ciudad tiene una larga historia de prácticas quirúrgicas peligrosas, Tally. Esa historia y las políticas de Diego con los fugitivos, han sido frecuentemente fuente de conflictos diplomáticos. La llegada del Nuevo Sistema solo ha empeorado las cosas.”

Tally resopló. “Así que me están encerrando por de donde vengo! Se han vuelto completamente Oxidados?”

Hubo una larga pausa después de eso. Tally se imaginó a los doctores discutiendo sobre que escribir en su software de voz. “Por qué me están torturando?” gritó ella, tratando de sonar como una indefensa y quejumbrosa perfecta.

“Déjenme ver sus rostros!”

Ella se acurrucó en la cama e hizo sonidos de sollozos, pero preparada para saltar en cualquier dirección.

Estos soquetes probablemente no se habían percatado que sus brazos se habían reparado completamente a sí mismos mientras ella estaba dormida. Todo lo que ella necesitaba era una puerta abierta medio centímetro y ella podría salir de este hospital en un latido, desnuda o no. Después de otro momento de silencio, la voz volvió. “Me temo, Tally, que no se te puede permitir irte. Por las modificaciones de tu cuerpo, encajas con nuestros criterios de arma peligrosa. Y las armas peligrosas son ilegales en Diego.”

Tally detuvo su acto de llorar, su mandíbula cayó abierta. “Quiere decir que soy ilegal!” gritó ella. “Como puede ser una persona ilegal?”

“No estás acusada de ningún crimen Tally. Creemos que las autoridades de tu ciudad son responsables. Pero antes de que dejes el hospital, tus violaciones morfológicas deben ser corregidas.”

“Olvídalo! No me van a tocar!” la voz no reaccionó a su respuesta, solo zumbaban en tono tranquilizador.

“Tally tu ciudad a menudo se ha inmiscuido en los asuntos de otra ciudades, especialmente el asunto de los fugitivos. Creemos que has sido alterada sin saberlo, y enviada aquí para crear inestabilidad entre la población inmigrante.”

Ellos pensaban que ella era una víctima, no una agente consiente de Circunstancias Especiales. Por supuesto, ellos no tenían idea de cuan complicada era en realidad la verdad.

“Entonces déjenme ir a casa,” dijo ella suavemente, tratando de convertir su frustración en lágrimas. “Me iré, lo prometo. Solo déjenme ir.” Ella apretó los dientes con más fuerza en su labio inferior. Sus ojos quemaban, pero como siempre, no hubo ninguna lágrima.

“No podemos liberarte con tu actual configuración morfológica. Simplemente eres demasiado peligrosa, Tally.”

No tienes idea, pensó.

“Eres libre de dejar Diego si quieres,” continuó la voz, “Pero no hasta que hagamos algunos ajustes físicos.”

“No.” Un escalofrío se apoderó de ella. Ellos no podían.

“No podemos liberarte legalmente sin desarmarte.”

“Pero no pueden operarme si no quiero.” Ella se imaginó a si misma débil otra vez, patética, promedio e insignificante. “Que hay de… consentimiento informado?”

“Si lo prefieres, no haremos ningún intento de cambiar tu química cerebral alterada. Con asesoramiento, quizás aprendas a controlar tu comportamiento. Pero las peligrosas modificaciones de tu cuerpo serán corregidas utilizando técnicas quirúrgicas probadas. El consentimiento informado no es requerido.”

Tally abrió su boca otra vez, pero nada salió. Ellos querían hacerla promedio otra vez sin siquiera arreglar su cerebro? Qué clase de lógica de pesadilla era esa?

La cuatro paredes impenetrables a su alrededor parecieron de repente sofocantes, sus ojos brillantes hambrientos y burlones. Tally imaginó fríos instrumentos de metal penetrando en ella y arrancando todo lo especial en ella.

En esos pequeños momentos besando a Zane, ella se imaginó que quería ser normal. Pero ahora que alguien las estaba amenazando con traerla a la normalidad, ella no lo podía soportar.

Ella quería ser capaz de mirar a Zane sin asco, tocarlo, besarlo. Pero no si significaba ser cambiada contra su voluntad otra vez…

“Solo déjenme ir,” susurró ella.

“Me temo que no podemos Tally. Pero cuando hayamos terminado, serás tan hermosa y saludable como todos. Piensa en ello, aquí en Diego puedes lucir de la manera que quieras.”

“Esto no es acerca de cómo luzco!” Tally se puso de pie y corrió a la pared más cercana. Echó su puño hacia atrás y dio el golpe más duro que pudo. El dolor se disparó a través de ella otra vez.

“Tally por favor detente.”

“Olvídalo!” Ella apretó los dientes y golpeó severamente la pared de nuevo. Si empezaba a lastimarse a sí misma, alguien tendría que abrir la puerta.

Y entonces ellos verían cuando peligrosa era ella en verdad.

“Tally por favor.”

Otra vez, ella echó su mano para atrás y golpeó la pared, sintió que los nudillos amenazaban con romperse contra la pared de hierro detrás del acolchado. Un gemido de dolor se escapó de sus labios, y salpicaduras de sangre marcaron el acolchado, pero Tally no se contuvo. Ellos sabían cuan fuerte era ella, y esto tenía que lucir real.

“No nos dejas opción.”

Bien, pensó ella. Solo ven y trata de detenerme.

Ella golpeó la pared otra vez, otro gemido se escapó…más sangre.

Luego Tally sintió algo a través del dolor: un rocío de vértigo sobre ella.

“No,” dijo ella. “No es justo.”

Por debajo de todos los olores de hospital de desinfectante y orinales, tan ligero que ningún humano hubiera podido detectarlo, se filtró en sus narices. Los Especiales era usualmente inmunes a los gases aplastantes, pero ahora Diego sabía sus secretos. Ellos podrían haber diseñado este solo para ella.

Tally cayó de rodillas. Ella disminuyó su respiración al mínimo, tratando desesperadamente de calmarse, de succionar la menor cantidad de aire posible. Ellos quizás no habían adivinado hasta que punto ella estaba diseñada para lidiar con cada forma de ataque, cuán rápido podía ella metabolizar toxinas.

Tally se inclinó contra la pared, sintiéndose más débil cada segundo. El acolchado era de repente tan confortable, como si alguien hubiera puesto almohadas por todos lados. Ella hizo algunos gestos a la interfaz con su mano izquierda para que le enviara un ping cada diez minutos. Tally tenía que despertarse antes de que ellos la alistaran para la operación.

Ella trató de enfocarse, de planear, pero los destellos de los pequeños lentes en el colchado eran tan encantadores. Sus ojos se cerraron. Ella tenía que escapar, pero primero Tally necesitaba dormir.

Dormir no era tan malo, como ser burbujeante otra vez, nada de qué preocuparse, ninguna ira en lo más profundo…

FIN DEL CAP

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Especiales/ Capítulo 23

CAP 23
REUNIÓN
Traducido por Sidonie



“¡Fausto!” gritó ella, luego se dio cuenta de que no tenía que chillar. Sus EARCANs todavía estaban conectadas, creando una red de dos.

“¿Entonces aún te acuerdas de mí?” bromeó él, su voz susurrada cerca en los oídos de ella.

La intimidad que ella había extrañado durante las últimas semanas – la sensación de ser un Cortador, de pertenecer a algo – envió un escalofrío por su cuerpo, y Tally corrió hacia Fausto, olvidándose del perfecto que la había insultado.

Ella le dio un abrazo. “¡Estás bien!”

“Estoy mejor que bien,” dijo él.

Tally se apartó. Ella estaba tan abrumada, su cerebro agotado por todo lo que había absorbido ese día – y ahora ahí estaba Fausto, justo delante de ella, sano y salvo.

“¿Qué te ha pasado? ¿Cómo escapaste?”

“Es una larga historia.”

Ella asintió, luego sacudió su cabeza y dijo, “Estoy tan confusa, Fausto. Este lugar es tan aleatorio. ¿Qué está pasando?”

“¿Aquí en Diego?”

“Sí. No parece real.”

“Es real.”

“¿Pero cómo sucedió todo esto? ¿Quién dejó que pasara?”

Él miró hacia el precipicio, observando pensativamente las luces de la ciudad. “Todo cuanto puedo decir es que ha estado sucediendo desde hace mucho tiempo. Esta ciudad nunca ha sido como la nuestra. Ellos no han tenido las mismas barreras entre perfectos e imperfectos.”

Ella asintió. “Ningún río.”

Él se rió. “Tal vez eso tuvo algo que ver. Pero siempre han tenido menos cabezas huecas que nosotros.”

“Como los guardabosques que conocí el año pasado. Ellos no tenían las lesiones.”

“Tampoco los profesores, Tally. Todo el mundo aquí creció siendo enseñados por gente no-cabeza hueca.”

Tally parpadeó. No es de extrañar que el gobierno de Diego haya estado simpatizando con el Humo. Una pequeña colonia de librepensadores no les parecería amenazadora en absoluto.

Fausto se inclinó más cerca. “¿Y sabes que es lo extraño, Tally? Ellos no tienen ninguna clase de Circunstancias Especiales aquí. Así que cuando las pastillas empezaron a introducirse, Diego no tuvo ninguna forma de detenerlas. Ellos no podían mantener el control.”

“¿Quieres decir que los del Humo tomaron el poder?”

“Ellos no tomaron el poder exactamente.” Fausto se rió otra vez. “Las autoridades todavía están al cargo. Pero el cambio llegó mucho más rápido de lo que lo hará en casa. Tan sólo tardó un mes o así después
de que la primera pastilla entrara antes de que la mayoría de la gente
despertara, haciéndose pedazos todo el sistema. Todavía está haciéndose pedazos, supongo.”

Tally asintió, recordando todas las cosas que ella había visto en las últimas doce horas. “Tienes razón en eso. Todo este lugar se ha vuelto loco.”

“Te acostumbrarás a ello.” La sonrisa de su cara se amplió.

Tally entrecerró sus ojos. “¿Y nada de eso te molesta? ¿No te diste cuenta de que ellos están aclarando las afueras de la ciudad?”

“Por supuesto, Tally-wa. Ellos tienen que expandirse. La población está aumentando rápidamente.”

Las palabras la golpearon como un puñetazo en el estómago. “Fausto…las poblaciones no aumentan. No pueden hacer eso.”

“No es como si ellos se estuvieran reproduciendo, Tally. Simplemente son fugitivos.” Él se encogió de hombros, como si no fuera una gran cosa, y Tally sintió que algo empezaba a dar vueltas dentro de ella. Su cruel belleza, la intimidad de su voz en sus oídos, incluso sus tatuajes luminosos y dientes afilados no justificaban lo que Fausto estaba diciendo. Era la naturaleza de la que él estaba hablando, siendo masticada y escupida para abrir camino a un puñado de perfectos codiciosos.

“¿Qué te hicieron los del Humo?” dijo ella, su voz repentinamente aguda.

“Nada que yo no pidiera.”

Ella negó con la cabeza furiosamente, no queriendo creerlo.

Fausto suspiró. “Ven conmigo. No quiero que ningún chico de la ciudad nos oiga – aquí hay algunas reglas extrañas sobre ser especial.” Él puso una mano sobre la espalda de Tally, guiándola hacia el extremo más alejado de la fiesta. “¿Recuerdas nuestra gran huida del año pasado?”

“Claro que la recuerdo. ¿Parezco una cabeza hueca?”

“Difícilmente.” Él sonrió. “Bueno, algo pasó después de que ese rastreador en el diente de Zane se activara, y tú insistieras en quedarte atrás con él. Mientras nosotros estábamos huyendo, nuestros Rebeldes llegaron a un acuerdo con los del Humo.” Él hizo una pausa mientras
ellos pasaban una camarilla de jóvenes perfectos comparando sus nuevas cirugías – piel que centelleaba del papel blanco al negro oscuro, siguiendo los latidos de la música.

Dejando que sus EARCANs llevaran las palabras, Tally siseó, “¿Qué quieres decir con un acuerdo?”

“Los del Humo sabían que Circunstancias Especiales habían estado reclutando. Había más Especiales cada día, la mayoría de ellos eran los mismos imperfectos que habían huido hacia el Viejo Humo.”

Tally asintió. “Ya sabes las normas. Sólo los más astutos se vuelven especiales.”

“Claro. Pero los del Humo apenas estaban empezando a comprenderlo.” Casi habían alcanzado las sombras en el otro extremo de la fiesta, donde una arboleda proyectaba unas sombras profundas. “Y Maddy aún tenía los datos de la Dra. Cable, así que ella pensaba que podía hacer una cura para los especiales.”

Tally se paró en seco. “¿Una qué?”

“Una cura, Tally. Pero ellos necesitaban alguien con quien probarla. Alguien bien informado que pudiera darles su consentimiento. Igual que tú diste tu consentimiento para ser curada, antes de que dejaras que te volvieran perfecta.”

Ella miró en sus ojos, intentando ver detenidamente en sus oscuras profundidades. Algo era diferente en ellos… ellos estaban más sosos, como champán sin burbujas.

Al igual que Zane, Fausto había perdido algo.

“Fausto,” dijo ella en voz baja. “Ya no eres especial.”

“Di mi consentimiento mientras nosotros huíamos,” dijo él. “Todos estuvimos de acuerdo. Si éramos capturados y convertidos en Especiales, Maddy podría intentar curarnos.”

Tally tragó saliva. Así que por eso habían conservado a Fausto y habían dejado escapar a Shay. Total consentimiento – la excusa de Maddy para jugar con los cerebros de la gente. “¿Le dejaste experimentar contigo? ¿No recuerdas lo que le pasó a Zane?”

“Alguien tenía que hacerlo, Tally.” Él sostuvo un inyector. “Funciona, y es totalmente segura.”

Los labios de ella se deslizaron hacia atrás mostrando sus dientes, su piel se erizó ante el pensamiento de nanos devorando su cerebro. “No me toques, Fausto. Te haré daño si es necesario.”

“No, no lo harás,” dijo él en voz baja, luego su mano se disparó hacia el cuello de ella.

Los dedos de Tally salieron disparados, cogiendo el inyector a unos pocos centímetros de su garganta. Ella los retorció fuertemente, intentando hacerle soltarlo, y un sonido de rotura vino desde sus dedos. Luego su otra mano se movió, y ella se dio cuenta de que sostenía otro inyector. Tally se tiró al suelo, pasando el golpe de él a pocas pulgadas de su cara.

Fausto continuó insistiendo, ambas manos intentando asestar una inyección en ella. Ella se movió rápidamente hacia atrás sobre la hierba, apenas permaneciendo a distancia. Él golpeó hacia ella desesperadamente, pero ella se defendió con una patada en su pecho, luego otra que dio en su barbilla, enviándolo hacia atrás. Él no era el mismo – todavía rápido como un random, tal vez, pero ya no tan
rápido como Tally. Algo despiadado y seguro había sido succionado fuera de él.

El tiempo se ralentizó, hasta que ella vio una brecha en su predecible ataque. Ella arremetió con una patada muy certera que golpeó uno de los inyectores de sus manos.

Para entonces el traje de camuflaje había detectado la subida de adrenalina de Tally; sus escamas ondearon a lo largo de ella, endureciéndose a modo blindado. Ella rodó a sus pies, lanzándose directa hacia Fausto. El siguiente golpe de él hizo contacto con el codo de ella, el blindaje del traje trituró el inyector, y Tally asestó un golpe en su mejilla con una mano abierta. Él se tambaleó hacia atrás, sus tatuajes brillando frenéticamente.

Los oídos de Tally captaron el sonido de un chasquido desde la oscuridad – algo se dirigía hacia ella a través del aire. Sus lentes de infrarrojos cayeron en su sitio, los sentidos se expandieron mientras ella se tiraba otra vez al suelo. Una docena de figuras luminosas aparecieron en los árboles, la mitad de ellos en postura de arqueros.

El aleteo de plumas pasó sobre su cabeza – flechas con agujas brillando en las puntas – pero Tally ya estaba retrocediendo rápidamente hacia la multitud de la fiesta. Ella gateó rápidamente entre el gentío, derribando fugitivos a su alrededor, creando una barrera de espectadores caídos. Cerveza caía a lo largo de ella, y gritos de sobresalto llenaban el aire por encima de la música.

Tally se levantó de un salto y se abrió camino más profundamente entre la multitud. Había gente del Humo en todas direcciones, figuras que se movían con seguridad entre fugitivos perplejos, suficientes como para apoderarse de ella con números absolutos. Por supuesto, docenas de Individuos del Humo deben estar aquí en el Overlook; ellos habrían hecho Diego su base. Todo lo que necesitaban era un impacto con
un inyector, y la persecución habría terminado.

Ella había sido una tonta por dejar la guardia baja, para pasear boquiabierta por esa ciudad como una turista. Y ahora ella estaba apresada… atrapada entre sus enemigos y el precipicio que daba al Overlook su nombre.

Tally corrió hacia la oscuridad de su borde.

Ella pasó por un espacio abierto y más flechas volaron hacia ella, pero ella se agachó y bloqueó y rodó, todos sus sentidos y reflejos ocupados. Con cada movimiento fluido Tally se volvía más segura de que ella no quería volverse como Fausto – únicamente una medio Especial, plana y vacía, curada.

Ella casi estaba allí.

“¡Tally, espera!” La voz de Fausto llegó por la red. Él sonaba sin aliento. “¡No tienes un arnés de salto!”

Ella sonrió. “No necesito uno.”

“¡Tally!”

Una última tanda de flechas volaron, pero Tally se tiró por debajo de ellas, otra rodada la llevó casi hasta el borde. Ella se levantó de un salto y se lanzó al vacío a sí misma, entre dos fugitivos mirando hacia abajo a su nuevo hogar…

“¿Estás loca?” gritó Fausto.

Ella caía, mirando fijamente las luces de Diego. La pálida superficie del acantilado pasaba deprisa, enrejada con metal para mantener arriba los arneses de los escaladores. Debajo de Tally únicamente había la oscuridad de más jardines, iluminados tan sólo con unas pocas farolas, probablemente sembrados con árboles y otras cosas para ser atravesados.

Impulsándose con sus manos, Tally se giró sobre sí misma en el aire para mirar atrás a sus perseguidores, una hilera de siluetas llegaban de una en una al borde del precipicio. Ninguno de ellos había saltado tras ella – demasiado seguros de su emboscada para haber traído arneses de salto. Ellos tendrían aerotablas en algún lugar cercano, por supuesto. Pero para cuando pudieran llegar hasta ellas, sería demasiado tarde.

Tally giró sobre sí misma de nuevo, mirando hacia el suelo durante los últimos pocos segundos de la caída, esperando…

En el último momento ella siseó, “Hey, Fausto, ¿cómo de loco es esto? Pulseras de protección.”

Dolió como el infierno.

Sobre una red de la ciudad, las pulseras pueden parar la caída, pero estaban diseñadas para caídas desde una altura de vuelo, no para salto de acantilados. No distribuyen la fuerza a lo largo de todo tu cuerpo como un arnés de salto bien atado, simplemente te sostiene por ambas muñecas, balanceándote en pequeños círculos hasta que tu impulso se agotaba.

Tally había tenido algunas caídas malas atrás en sus días de imperfecta – hombros dislocados, torceduras de muñecas únicas en su género que la hicieron desear no haber puesto nunca un pie sobre una aerotabla, accidentes que se sintieron como sí un antipático gigante estuviera arrancando sus brazos de sus sitios.

Pero nada había dolido tanto como esto.

Las pulseras de protección reaccionaron cinco metros antes de que ella se golpeara con el suelo. Ninguna advertencia, ninguna acumulación suave por el magnetismo. Se sintió como si Tally se hubiera atado dos cables a sus muñecas, justo lo suficientemente largos como para pararla en seco en el último momento posible.

Sus muñecas y hombros gritaban de dolor, la sensación fue tan repentina y extrema que la oscuridad inundó su mente durante un momento. Pero entonces su cerebro químicamente especial la empujó de vuelta a la consciencia, forzando a Tally a enfrentarse al clamor de su cuerpo herido.

Ella estaba dando vueltas por sus muñecas, el paisaje giraba y giraba, su salvaje impulso haciendo que toda la ciudad diera vueltas. Con cada rotación su agonía aumentaba, hasta que al final Tally se paró lentamente, la fuerza de su caída agotada, las pulseras bajándola lenta y dolorosamente hasta el suelo.

Sus pies estaban inestables bajo ella, la hierba burlonamente suave. Unos pocos árboles se alzaban cerca, y ella oyó los sonidos de un arroyo. Sus brazos cayeron a ambos lados, colgando inútiles y ardiendo de dolor.

“¿Tally?” Vino la voz de Fausto, próxima a sus oídos. “¿Estás bien?”

“¿Tú qué crees?” le siseó ella, luego apagó su EARCAN. Así es como los del Humo habían sabido donde se encontraba ella, por supuesto. Con Fausto de su lado, ellos podrían haber estado rastreándola desde el mismo momento en que había llegado a la ciudad…

Lo que significaba que también podrían haber detectado a Shay. ¿La habrían cogido ya? Tally no la había visto entre los perseguidores…

Ella dio otros pocos pasos más, cada movimiento enviando olas de agonía por sus hombros heridos. Tally se preguntó si sus huesos de cerámica se habían hecho añicos, y si los músculos de monofilamento se habían dañados sin arreglo.

Ella apretó los dientes, al esforzarse en levantar una mano. El simple movimiento dolió tanto que Tally gritó alto, y cuando cerró los dedos el apretón se sentía patéticamente débil. Pero al menos su cuerpo aún respondía a su voluntad.

Sin embargo, ese no era el momento para felicitarse a sí misma por cerrar un puño. Los del Humo pronto estarían ahí, y si alguno de ellos tenía las agallas de saltar el precipicio en una aerotabla, ella no tenía mucho tiempo.

Tally corrió hacia los árboles cercanos, cada paso enviando una sacudida de dolor por todo su cuerpo. En el oscuro follaje, ella puso su traje de camuflaje en modo de ocultamiento. Incluso la ondulación de sus escamas por sus muñecas y hombros se sentía como fuego.

La sensación de los nanos reparadores había empezado, un hormigueo a lo largo de sus brazos, pero tan malas como eran sus heridas, tardarían horas en sanar. Ella los alzó, ambos brazos gritando de dolor, para ponerse la capucha del traje de camuflaje sobre su cabeza. Casi se desmaya, pero nuevamente el cerebro especial de Tally la mantuvo consciente.

Jadeando, ella se tambaleó hacia un árbol cuyas ramas más bajas estaban cerca del suelo. Saltó, aterrizando inestablemente sobre un pie, y se inclinó contra el tronco, haciendo esfuerzos por respirar. Después de un buen rato ella empezó el arduo proceso de escalar más alto sin usar las manos, pasando de una rama a otra, los zapatos con suela adherente se esforzaban en adherirse.

Era una hazaña lenta y dolorosa, con sus dientes apretados y su corazón latiendo deprisa. Pero de alguna forma, Tally logró empujarse hacia arriba lentamente. Un metro más arriba, luego otro…

Sus ojos captaron un movimiento rápido por los infrarrojos a través de las hojas, y se congeló.

Una aerotabla estaba pasando silenciosamente, exactamente al nivel de sus ojos. Ella podía ver brillar la cabeza del piloto girando de un lado a otro, escuchando cualquier sonido entre la copa del árbol.

La respiración de Tally se calmó, y ella se permitió una sonrisa sardónica*. Los del Humo había contado con Fausto, su Especial domesticado, para cogerla para ellos – ni siquiera se habían molestado en coger trajes de camuflaje. En esta ocasión, ella era la invisible.

Claro que, el hecho de que la invisible no pudiera levantar sus brazos más o menos igualaba las cosas.

Finalmente el dolor había sido sustituido por la sensación de los nanos reuniéndose en sus hombros, empezando sus reparaciones y rociando anestésico. Mientras ella no se moviera demasiado, las pequeñas máquinas mantendrían la agonía controlada en un dolor amortiguado.

A lo lejos, Tally oyó otros buscadores golpeando las hojas, creyendo que podrían hacerla salir como a una bandada de pájaros. Sin embargo el individuo del Humo más cercano estaba cazando silenciosamente, escuchando y observando. El piloto permanecía de perfil, la cabeza todavía moviéndose lentamente de un lado a otro, escrutando los árboles. Su silueta reveló gafas de infrarrojos.

Tally sonrió para sí misma. La visión nocturna no iba a funcionar mejor que el golpear los árboles. Pero entonces la figura se congeló, mirando directamente hacia ella. La aerotabla se detuvo.

Apenas moviendo su cabeza, Tally se echó un vistazo a sí misma. ¿Qué estaba mostrando?

Entonces lo vio. Después de todos los días que ha pasado con el traje de camuflaje, todas las emociones y caídas por las que ha pasado… finalmente, ese último salto desde el Overlook se lo había cargado.

En su hombro derecho, la costura se había descosido. Brillaba casi blanco en los infrarrojos, el calor de su metabolismo salía a borbotones como la luz del sol.

La figura se deslizó más cerca a través del aire, lenta y cautelosa.

“Hey,” gritó ella nerviosamente. “Creo que tengo algo aquí.”

“¿Qué es?” vino la respuesta.

Tally reconoció la voz de la respuesta. David, pensó ella, un pequeño estremecimiento la recorrió. Tan cerca de él, y Tally difícilmente podía cerrar un puño.

La chica del Humo se detuvo, aún mirando directamente a Tally. “Hay un punto de calor en este árbol. Del tamaño de una pelota de béisbol.”

Unas risas vinieron de la dirección de David, y algún otro gritó, “Probablemente tan sólo una ardilla.”

“Demasiado calor para una ardilla. A menos que esté en llamas.”

Tally esperó, cerrando fuertemente sus ojos y ordenando a su cuerpo a tranquilizarse, para dejar de generar tanta energía. Aunque la chica del Humo tenía razón: Entre el motor de carreras de su corazón y los nanos reparando ajetreadamente sus hombros, Tally se sentía como si estuviera en llamas.

Ella intentó mover su mano izquierda para cubrir el desgarrón, pero sus músculos ya no respondían. Todo cuanto podía hacer era aguantar allí e intentar no moverse.

Más figuras brillantes planeaban en su dirección.

“¡David!” algún otro gritó desde lo lejos. “¡Ellos vienen!”

Él juró, girando su aerotabla en mitad del aire. “Ellos no estarán felices con nosotros. ¡Venga, salgamos de aquí!”

La chica que la había descubierto resopló frustrada, luego encauzó su tabla y salió disparada tras él. El otro del Humo siguió la pista de ambos, volando a través de las frondosas copas y hacia lo lejos.

¿Quién venía? se preguntó Tally. ¿Por qué la habían dejado justo allí? ¿De quién tenían miedo los del Humo en Diego?

Entonces el sonido de pies corriendo llegó a través del bosque, y Tally vio destellos amarillo brillantes en el suelo. Ella había visto ese color exacto en los uniformes de los trabajadores de seguridad y los guardias anteriormente ese día – amarillo con rayas negras brillantes, como diminutos disfrazados de abejorros.

Ella recordó lo que Fausto había dicho, a cerca de que las autoridades de Diego aún estaban al mando, y sonrió. Ellos podrían tolerar la presencia de gente del Humo aquí, pero los guardias probablemente no apreciarían intentos de secuestro en fiestas.

Tally se apretó aún más contra el tronco del árbol, sintiendo la rotura en su traje de camuflaje como una herida sangrante. Si ellos tuvieran visión nocturna, la encontrarían igual que hicieron los del Humo. Una vez más, Tally intentó levantar su mano para cubrir la costura abierta…

Un alarmante instante de agonía le envió una oleada de vértigo, y Tally se oyó a sí misma emitir un grito de dolor absoluto. Ella cerró fuertemente sus ojos, intentando no gritar de nuevo.

De repente, el mundo estaba inclinado hacia un lado. Tally abrió sus ojos, dándose cuenta demasiado tarde de que un pie se había resbalado de su rama. Instintivamente sus manos se levantaron para agarrarse, pero el intento sólo le envió una nueva agonía a través de ella. Y después ella estaba cayéndose, fuerade control y golpeándose con el árbol, gimiendo de dolor ya que parecía que se golpeaba con cada rama en su caída.

Ella aterrizó con un gruñido, brazos y piernas extendidos como muñeco arrojado al suelo.

Un círculo de guardias trajeados en amarillo se formó rápidamente alrededor de ella.

“¡No te muevas!” dijo uno bruscamente.

Tally levantó la mirada y gruñó de frustración. Los guardias estaban desarmados, perfectos de mediana edad, nerviosos como una manada de gatos rodeando a un Doberman rabioso. Sin lesiones, ella podría haberse reído en sus caras, bailando entre ellos, derribándolos como fichas de dominó.

Pero tal y como estaban las cosas, los guardias interpretaron su inmovilidad como una rendición.

-fin cap-

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