Especiales/ Capítulo 24

CAPÍTULO 24
VIOLACIONES MORFOLÓGICAS


Ella se despertó en una celda acolchada.

El lugar olía exactamente como el gran hospital en casa: el olor químico a desinfectante, la desagradable esencia de muchos humanos que han sido lavados como robots en vez de tomar duchas. Y en algún lugar fuera de vista, Tally detectó orinales agitándose calmadamente.

Pero la mayoría de los cuartos de hospital no tenían paredes acolchadas, y no faltaban puertas. Probablemente estaba escondida bajo el acolchado en alguna parte, perfectamente equipada. Luz suave mezclada con colores pasteles, probablemente destinada a ser suave, se filtraba por debajo de los filamentos esparcidos en el alto techo.

Tally se sentó y extendió los brazos, frotando sus hombros. Los músculos estaban rígidos y adoloridos, pero su usual fuerza había vuelto. Lo que sea que los guardianes hubieran usado para derrocarla la había mantenido inconsciente por algún tiempo. Shay había roto la mano de Tally durante el entrenamiento una vez para demostrar como su auto-reparación funcionaba, y había tomado horas sentirse bien otra vez.

Tally pateó las sábanas con los pies, luego se miró a sí misma y murmuró, “tienes que estar bromeando.”

Ellos habían reemplazado su traje de camuflaje con un camisón delgado desechable cubierto con flores color rosa.

Tally se levantó y la arrancó, arrugando la prenda en una bola. Dejándola caer al suelo y la pateó bajo la cama. Mejor estar desnuda que lucir ridícula. Las escamas quizás transportaban el sudor y las células muertas a la superficie, pero nada mejor que tomar una ducha real. Tally frotó su piel, preguntándose si podría obtener una en este lugar.

“Hola?” le dijo ella al cuarto.

Cuando no hubo respuesta, ella se acercó más a la pared. La tela del acolchado brillaba con un patrón hexagonal de micro-lentes, miles de diminutas cámaras tejidas en ella. Los doctores podían ver cualquier cosa que ella hiciera desde cualquier ángulo.

“Vamos chicos, se que pueden oírme,” dijo Tally en voz alta, luego cerró el puño y golpeó la pared tan fuerte como pudo.

“Ouch.” Juró un par de veces agitando su mano en el aire. El acolchado había ayudado un poco, pero la pared detrás estaba hecha de algo más duro que la madera o la piedra- cerámica sólida de construcción probablemente. Tally no iba a poder salir de ahí con las manos desnudas.

Ella volvió a la cama y se sentó, frotándose los dedos y dejando escapar un suspiro.

“Por favor sea cuidadosa señorita,” dijo una voz. “Se lastimará.”

Tally miró su mano. Los nudillos ni siquiera estaban rojos. “Solo quería obtener su atención.”

“Atención? Hmm. De eso se trata esto?”

Tally gruñó. Si algo era más molesto que estar encerrada en una cámara para locos, era ser hablada como a un niño que había sido atrapado sujetando una bomba de olor. La voz sonaba profunda y calmada y genérica, como un zumbido terapéutico. Ella se imaginó un comité de doctores detrás de la pared, escribiendo respuestas para que la voz en la computadora hablara.

“De hecho, esto se trata de mi cuarto no teniendo una puerta,” dijo ella. “Violé una ley o algo?”

“Estás siendo retenida para observación controlada, como un posible daño para ti misma y los otros.”

Tally puso los ojos en blanco. Cuando saliera de ahí ella iba a hacer mucho más que posible peligro. Pero ella solo dijo, “Quien, yo?”

“Saltaste del acantilado Overlook con equipamiento inadecuado para empezar.”

La boca de Tally cayó abierta. “Está diciendo que eso es mi culpa? Yo solo estaba hablando con un viejo amigo, y de repente todos estos corrientes con arcos y flechas empezaron a dispararme. Que se suponía que hiciera? Quedarme y ser secuestrada?”

La voz se detuvo. “Estamos revisando el video del incidente. Admitimos, sin embargo que hay ciertos elementos aquí en Diego que pueden resultar difíciles. Nos disculpamos. Ellos nunca se han comportado tan mal antes. Tenga la seguridad que la mediación se está llevando a cabo.”

“Mediación? Como hablar con ellos de eso? Por qué no encierra a algunos de ellos, en vez de a mi? Después de todo, yo soy la víctima aquí.”

Hubo otra pausa. “Eso todavía está por determinarse. Puedo preguntarte tu nombre, ciudad de origen, y exactamente como conoces este ‘viejo amigo’ tuyo?”

Tally sintió las sábanas entre sus dedos. Como la pared acolchada, estaban cubiertas de micro-sensores, pequeñas máquinas para medir sus pulsaciones, sudor y la respuesta galvánica de su piel.

Ella tomó algunos lentos respiros, poniendo su ira bajo control. Si se enfocaba, ellos podía ponerle el polígrafo todo el día sin detectar un destello de mentira.

“Mi nombre es Tally,” dijo ella cuidadosamente. “Huí del norte. Oí que ustedes eran buenos con los fugitivos. “

“Les damos la bienvenida a los inmigrantes. Bajo el Nuevo Sistema, permitimos que cualquiera solicite ciudadanía en Diego.”

“El Nuevo Sistema? Así es como llaman esto?” Tally puso sus ojos en blanco. “Seah, bueno el Nuevo Sistema apesta si encierran personas por huir de sicópatas. Mencioné los arcos y las flechas?”

“Tenga la seguridad de que no está bajo observación por ninguna de sus acciones Tally. Estamos más preocupados por ciertas violaciones morfológicas.”

A pesar de su enfoque, un parpadeo nervioso recorrió la espina dorsal de Tally. “Mi qué?”

“Tally, tu cuerpo ha sido construido alrededor de un esqueleto de cerámica reforzada. Tus uñas y dientes han sido convertidos en armas, tus músculos y reflejos aumentados significativamente.”

Con un sentimiento desagradable, Tally se da cuenta lo que los guardianes han hecho. Pensando que estaba seriamente lastimada, la trajeron al hospital para un profundo análisis, y lo que los doctores encontraron puso a las autoridades muy nerviosas.

“No estoy segura de que hablan,” dijo ella, tratando de sonar inocente.

“También hay ciertas estructuras en tu corteza superior, aparentemente artificiales, que parecían diseñadas a cambiar tu comportamiento. Tally, sufres de repentinos destellos de ira o euforia, impulsos antisociales, o sentimientos de superioridad?”

Tally tomó otro respiro profundo, peleando para mantener la calma. “Lo que estoy sufriendo es estar encerrada,” ella dijo con voz lenta y deliberada.

“Por qué tiene cicatrices en tus brazos, Tally? Alguien te hizo eso?”

“Que esto?” Ella se rió, deslizando sus dedos por las cicatrices del las cortaduras. “De donde vengo, es solo una declaración de moda!”

“Tally, puede que no seas consciente de lo que se ha hecho a tu mente. Quizás parezca natural para ti cortarte a ti misma.”

“Pero solo son…” Tally gimió y sacudió su cabeza. “Después de todas la locas cirugías que he visto por aquí, están preocupados por algunas cicatrices?”

“Solo estamos preocupados por lo que indican respecto a tu estabilidad mental.”

“No me hables de estabilidad mental,” Tally gruñó, decidiendo renunciar a la calma y actuar. “Yo no soy la que encierra gente!”

“Entiendes las disputas políticas entre tu cuidad y la nuestra, Tally?”

“Disputas políticas?” preguntó ella. “Que tiene eso que ver conmigo?”

“Tu ciudad tiene una larga historia de prácticas quirúrgicas peligrosas, Tally. Esa historia y las políticas de Diego con los fugitivos, han sido frecuentemente fuente de conflictos diplomáticos. La llegada del Nuevo Sistema solo ha empeorado las cosas.”

Tally resopló. “Así que me están encerrando por de donde vengo! Se han vuelto completamente Oxidados?”

Hubo una larga pausa después de eso. Tally se imaginó a los doctores discutiendo sobre que escribir en su software de voz. “Por qué me están torturando?” gritó ella, tratando de sonar como una indefensa y quejumbrosa perfecta.

“Déjenme ver sus rostros!”

Ella se acurrucó en la cama e hizo sonidos de sollozos, pero preparada para saltar en cualquier dirección.

Estos soquetes probablemente no se habían percatado que sus brazos se habían reparado completamente a sí mismos mientras ella estaba dormida. Todo lo que ella necesitaba era una puerta abierta medio centímetro y ella podría salir de este hospital en un latido, desnuda o no. Después de otro momento de silencio, la voz volvió. “Me temo, Tally, que no se te puede permitir irte. Por las modificaciones de tu cuerpo, encajas con nuestros criterios de arma peligrosa. Y las armas peligrosas son ilegales en Diego.”

Tally detuvo su acto de llorar, su mandíbula cayó abierta. “Quiere decir que soy ilegal!” gritó ella. “Como puede ser una persona ilegal?”

“No estás acusada de ningún crimen Tally. Creemos que las autoridades de tu ciudad son responsables. Pero antes de que dejes el hospital, tus violaciones morfológicas deben ser corregidas.”

“Olvídalo! No me van a tocar!” la voz no reaccionó a su respuesta, solo zumbaban en tono tranquilizador.

“Tally tu ciudad a menudo se ha inmiscuido en los asuntos de otra ciudades, especialmente el asunto de los fugitivos. Creemos que has sido alterada sin saberlo, y enviada aquí para crear inestabilidad entre la población inmigrante.”

Ellos pensaban que ella era una víctima, no una agente consiente de Circunstancias Especiales. Por supuesto, ellos no tenían idea de cuan complicada era en realidad la verdad.

“Entonces déjenme ir a casa,” dijo ella suavemente, tratando de convertir su frustración en lágrimas. “Me iré, lo prometo. Solo déjenme ir.” Ella apretó los dientes con más fuerza en su labio inferior. Sus ojos quemaban, pero como siempre, no hubo ninguna lágrima.

“No podemos liberarte con tu actual configuración morfológica. Simplemente eres demasiado peligrosa, Tally.”

No tienes idea, pensó.

“Eres libre de dejar Diego si quieres,” continuó la voz, “Pero no hasta que hagamos algunos ajustes físicos.”

“No.” Un escalofrío se apoderó de ella. Ellos no podían.

“No podemos liberarte legalmente sin desarmarte.”

“Pero no pueden operarme si no quiero.” Ella se imaginó a si misma débil otra vez, patética, promedio e insignificante. “Que hay de… consentimiento informado?”

“Si lo prefieres, no haremos ningún intento de cambiar tu química cerebral alterada. Con asesoramiento, quizás aprendas a controlar tu comportamiento. Pero las peligrosas modificaciones de tu cuerpo serán corregidas utilizando técnicas quirúrgicas probadas. El consentimiento informado no es requerido.”

Tally abrió su boca otra vez, pero nada salió. Ellos querían hacerla promedio otra vez sin siquiera arreglar su cerebro? Qué clase de lógica de pesadilla era esa?

La cuatro paredes impenetrables a su alrededor parecieron de repente sofocantes, sus ojos brillantes hambrientos y burlones. Tally imaginó fríos instrumentos de metal penetrando en ella y arrancando todo lo especial en ella.

En esos pequeños momentos besando a Zane, ella se imaginó que quería ser normal. Pero ahora que alguien las estaba amenazando con traerla a la normalidad, ella no lo podía soportar.

Ella quería ser capaz de mirar a Zane sin asco, tocarlo, besarlo. Pero no si significaba ser cambiada contra su voluntad otra vez…

“Solo déjenme ir,” susurró ella.

“Me temo que no podemos Tally. Pero cuando hayamos terminado, serás tan hermosa y saludable como todos. Piensa en ello, aquí en Diego puedes lucir de la manera que quieras.”

“Esto no es acerca de cómo luzco!” Tally se puso de pie y corrió a la pared más cercana. Echó su puño hacia atrás y dio el golpe más duro que pudo. El dolor se disparó a través de ella otra vez.

“Tally por favor detente.”

“Olvídalo!” Ella apretó los dientes y golpeó severamente la pared de nuevo. Si empezaba a lastimarse a sí misma, alguien tendría que abrir la puerta.

Y entonces ellos verían cuando peligrosa era ella en verdad.

“Tally por favor.”

Otra vez, ella echó su mano para atrás y golpeó la pared, sintió que los nudillos amenazaban con romperse contra la pared de hierro detrás del acolchado. Un gemido de dolor se escapó de sus labios, y salpicaduras de sangre marcaron el acolchado, pero Tally no se contuvo. Ellos sabían cuan fuerte era ella, y esto tenía que lucir real.

“No nos dejas opción.”

Bien, pensó ella. Solo ven y trata de detenerme.

Ella golpeó la pared otra vez, otro gemido se escapó…más sangre.

Luego Tally sintió algo a través del dolor: un rocío de vértigo sobre ella.

“No,” dijo ella. “No es justo.”

Por debajo de todos los olores de hospital de desinfectante y orinales, tan ligero que ningún humano hubiera podido detectarlo, se filtró en sus narices. Los Especiales era usualmente inmunes a los gases aplastantes, pero ahora Diego sabía sus secretos. Ellos podrían haber diseñado este solo para ella.

Tally cayó de rodillas. Ella disminuyó su respiración al mínimo, tratando desesperadamente de calmarse, de succionar la menor cantidad de aire posible. Ellos quizás no habían adivinado hasta que punto ella estaba diseñada para lidiar con cada forma de ataque, cuán rápido podía ella metabolizar toxinas.

Tally se inclinó contra la pared, sintiéndose más débil cada segundo. El acolchado era de repente tan confortable, como si alguien hubiera puesto almohadas por todos lados. Ella hizo algunos gestos a la interfaz con su mano izquierda para que le enviara un ping cada diez minutos. Tally tenía que despertarse antes de que ellos la alistaran para la operación.

Ella trató de enfocarse, de planear, pero los destellos de los pequeños lentes en el colchado eran tan encantadores. Sus ojos se cerraron. Ella tenía que escapar, pero primero Tally necesitaba dormir.

Dormir no era tan malo, como ser burbujeante otra vez, nada de qué preocuparse, ninguna ira en lo más profundo…

FIN DEL CAP

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