Especiales/ Capítulo 28



CAPÍTULO 28

Traducido por Jhos

CULPA



El hospital estaba lleno de vidrios rotos.

Todas las ventanas del lado del Ayuntamiento habían estallado hacia el interior por el final colapso del edificio.

Sus restos destrozados crujen bajo los pies mientras Tally y los otros Cortadores revisan cada cuarto para que nadie se quede atrás.

“Tengo un crumbly aquí,” dice Ho dos pisos más arriba.

“Necesita un doctor?” preguntó la voz de Shay.

“Solo unos cortes. Con el Medspray* debe ser suficiente.”

*Spray cicatrizante.

“Deja que un doctor eche un vistazo, Ho.”

Tally desconectó la charla EARCAN y se asomó en la siguiente habitación abandonada del hospital, mirando una vez más a través del marco vacío de la ventana los restos incandescentes. Dos helicópteros sobrevolaban la zona, esparciendo espuma sobre el fuego.

Ella podía escapar ahora, simplemente apagando su EARCAN y desapareciendo en medio del caos. Los Cortadores estaban demasiado ocupados para perseguirla, y el resto de la ciudad apenas funcionaba. Ella sabía donde estaban las aerotablas de los Cortadores, y los brazaletes de accidente que Shay le había dado estaban programados para desbloquearlas.

Pero después de lo que había sucedido allí esa noche, no había lugar a donde ir. Si Circunstancias Especiales estaba realmente detrás del ataque, correr detrás de la Dra. Cable no era una opción.

Tally casi habría entendido si la Armada hubiera ido por los nuevos desarrollos, enseñándole a Diego una lección sobre expandirse hacia la naturaleza. De todo lo que estaba pasando en Random Town, eso debía ser detenido. Las ciudades no podían simplemente empezar a tomar tierras cada vez que querían.

Pero de igual manera las ciudades no se podían atacar unas a otras así, volando edificios en medio de la ciudad. Así fue como los locos y condenados Oxidados habían resuelto sus disputas. Tally se preguntó como su propia ciudad había olvidado las lecciones de historia tan fácilmente.

Por otro lado, no se atrevía a dudar lo que Tach había dicho, que el propósito de la Dra. Cable en destruir el Ayuntamiento era poner el Nuevo Sistema de rodillas. De todas las ciudades, solo la de Tally se había molestado en cazar el Viejo Humo. Solo la de Tally pensaría que unos pocos fugitivos valían la obsesión.

Ella estaba empezando a preguntarse si todas las ciudades tenían Circunstancias Especiales, o si eran más como Diego, dispuestos a dejar a la gente ir y venir. Quizás la operación especial- la que había hecho a Tally como era- era algo que había inventado la Dra. Cable. Lo que significaría que Tally en verdad era una aberración, un arma peligrosa, alguien que necesitaba ser curada.

Ella y Shay habían comenzado esta falsa guerra después de todo. La gente normal y saludable no haría algo como eso, cierto?


La siguiente habitación también estaba vacía, cubierta con los restos de una cena tardía, interrumpida por la evacuación. Las ventanas estaban decoradas con cortinas que se agitaban con el viento del distante helicóptero.

Habían sido destrozadas por cristales rotos, y ahora eran como jirones de banderas blancas ondeando en señal de paz.

Un equipo de oxígeno estaba en la esquina, todavía zumbando pero desconectado. Tally esperaba que quien sea que se suponía que debía estar atado a todos esos tubos y cables, siguiera bien.

Era extraño, preocuparse por un mortecino crumbly sin nombre. Pero el resultado del ataque había sido su cabeza dando un vuelco: la gente ya no lucía como Crumblies o ramdoms. Por primera vez desde que Tally se convirtió en Cortadora, ser promedio no le parecía patético. Ver lo que su propia ciudad había hecho, de alguna manera la hacía sentir menos especial, al menos por ahora.

Recordó los días de fea, como vivir en el humo por unas pocas semanas había transformado la forma en que veía el mundo. Tal vez ver a Diego, con todos sus desacuerdos y diferencias (y su ausencia de cabezas burbujeantes), ya la había convertido en una persona diferente. Si Zane tenía razón, ella estaba reconfigurándose a sí misma otra vez.

Quizás la próxima vez que lo viera, las cosas serían diferentes.

Tally cambió su EARCAN a un canal privado. “Shay-la? Necesito preguntarte algo.”

“Claro, Tally.”

“Cuan diferente es? Ser curada.”

Shay hizo una pausa, y a través del EARCAN Tally oyó su lenta respiración y el crujido del vidrio bajo sus pies. “Bueno, cuando Fausto me atrapó, primero ni si quiera lo noté. Me tomó un par de día darme cuenta de lo que estaba pasando, que estaba empezando a ver las cosas diferente. Lo gracioso fue, cuando me explicó lo que me había hecho, fue todo un alivio. Todo es menos intenso ahora, menos extremo. No tengo que cortarme a mi misma solo para darle sentido a todo; ninguno de nosotros tiene que hacerlo. Pero a pesar de que las cosas son heladas al menos ya no me pongo furiosa por nada.”

Tally asintió. “Cuando me tuvieron en mi celda acolchada, así es como lo describieron: ira y euforia. Pero ahora, solo me siento entumecida.”

“Yo también, Tally-wa.”

“Y había algo que los doctores dijeron,” añadió tally. “Algo acerca de sentimientos de superioridad.”

“Si, ese es el punto de Circunstancias Especiales, Tally-wa. Es como siempre nos enseñaron en la escuela, como en los días de los Oxidados algunas personas eran ‘ricas’? Tenían las mejores cosas, vivían más, y no tenían que seguir las reglas usuales- y todos pensaban que eso estaba bien, inclusive si esta gente no había hecho nada para merecerlo excepto tener la familia correcta. Pensar como un Especial es parte de la naturaleza humana. No hace falta ser muy convincente para hacerle creer a alguien que es mejor que los demás.”

Tally comenzó a estar de acuerdo, entonces recordó lo que Shay le había gritado cuando se separaron en el río. “Pero tu dijiste que yo ya era así, no? Inclusive cuando era fea.”

Shay se rió. “No, Tally-wa. Tú no crees que seas mejor que lo demás, solo que eres el centro del universo. Es completamente diferente.”

Tally se obligó a reír. “Entonces, por qué no me curaste? Tuviste la oportunidad, cuando yo estaba inconsciente.”

Hubo otra pausa, el zumbido lejano de los helicópteros filtrándose a través del vínculo del EARCAN de Shay. “Porque estoy arrepentida de lo que hice.”

“Cuando?”

“Convirtiéndote en especial.” La voz de Shay temblaba. “Es mi culpa lo que eres, y no quería obligarte a cambiar otra vez. Creo que puedes curarte a ti misma esta vez.”

“Oh.” Tally tragó grueso. “Gracias, Shay.”

“Y hay otra cosa: Ayudará si todavía eres Especial cuando volvamos a casa a detener esta guerra.”

Tally frunció el ceño. Shay no había explicado el plan en detalle todavía. “Como exactamente que yo sea una sicópata ayudará?”

“La Dra. Cable nos analizará, para ver si decimos la verdad,” dijo Shay. “Sería mejor si uno de nosotros fuera todavía un Especial de verdad.”

Tally se detuvo en la siguiente puerta. “Decir la verdad? No sabía que íbamos a hablar de esto con ella. Estaba imaginando algo relacionado con nanos hambrientos. O granadas, al menos.”

Shay suspiró. “Estás pensando como Especial, Tally-wa. La violencia no va a ayudar. Si atacamos, solo creerán que es Diego devolviendo el golpe, y está guerra solo se pondrá peor. Tenemos que confesar.”

“Confesar?” Tally se encontró a si misma de cara a otra habitación vacía, iluminada solo por el parpadeo del fuego del Ayuntamiento. Había flores en todos lados mezcladas con el vidrio roto de las ventanas.

“Eso es correcto, Tally-wa. Tenemos que decirle a todos que fuimos tu y yo quienes atacaron la Armería,” dijo Shay. “Que Diego no tuvo nada que ver con eso.”

“Oh. Genial.” Tally miró por la ventana.

El fuego dentro del Ayuntamiento todavía brillaba, sin importar cuanta espuma esparcieran los helicópteros. Shay había dicho que los restos arderían por días, la presión del edificio colapsado creaba su propio calor, como si el ataque hubiera creado un pequeño sol.

Este horrible espectáculo era su culpa- la comprensión continuaba golpeando a Tally, como si nunca fuera a acostumbrarse. Ella y Shay había provocado esto, y solo ellas podían deshacerlo.

Pero ante la idea de confesarlo a la Dra. Cable, Tally tuvo que pelear con el impulso de huir, de correr hacia la ventana abierta y saltar, dejando que sus brazaletes de accidente la atraparan. Ella podría desparecer en la naturaleza y nunca la atraparían. No Shay. Tampoco la Dra. Cable. Invisible otra vez.

Pero eso significaría dejar a Zane atrás en esta estropeada y amenazada ciudad.

“Y para que te crean,” continuó Shay, “no puede parecer que nadie se ha metido con tu cerebro. Necesitamos mantenerte especial.”

De repente, Tally necesitó aire fresco. Pero mientras caminaba hacia la ventana, el dulce aroma a flores muertas asaltó su nariz como un perfume de Crumbly. Sus ojos se humedecieron, y Tally los cerró, atravesando el cuarto usando el eco de sus propios pasos.

“Pero que nos harán, Shay-la?” preguntó suavemente.

“No lo sé, Tally. Nadie ha admitido jamás que ha empezado una guerra falsa, nadie hasta ahora. Pero que otra cosa podemos hacer?”

Tally abrió los ojos y se asomó por la ventana. Succionó aire fresco, aunque estaba contaminado con olor a quemado. “No es como si quisimos que llegará tan lejos,” susurró.

“Lo sé, Tally-wa. Y fue mi idea, y mi culpa que tú te volvieras especial en primer lugar. Si pudiera ir sola, lo haría. Pero ellos no me creerán. Una vez que analicen mi cerebro, verán que soy diferente, curada. La Dra. Cable preferiría creer que Diego se ha metido con mi cerebro, que admitir que empezó una guerra por nada.”

Tally no podía discutir eso, apenas podía creer que su pequeño allanamiento hubiera causado toda esta destrucción. La Dra. Cable no creería la palabra de nadie sin un análisis completo de su cerebro.

Ella miró de nuevo el Ayuntamiento en llamas, y suspiró. Era demasiado tarde para huir, demasiado tarde para nada a parte de la verdad.

“Okey, Shay, iré contigo. Pero no hasta encontrar a Zane. Necesito explicarle algo.”

Y quizás tratar de nuevo, pensó. Ya soy diferente. Tally contempló el marco de los cristales rotos imaginando el rostro de Zane.

“Después de todo, que es lo peor que pueden hacer, Shay-la? Volvernos cabezas burbujeantes otra vez?” dijo.

“Quizás eso no sería tan malo…”

Todavía no había respuesta, pero Tally escuchó un pequeño e insistente bip desde el vínculo del EARCAN de Shay.

“Shay? Que es ese sonido?”

La respuesta vino con voz tensa. “Tally, es mejor que vengas aquí. Cuarto 340.”

Tally se alejó de la ventana, caminado rápidamente a través de los jarrones rotos y flores muertas, dirigiéndose a la puerta. El sonido del bip aumentaba mientras Shay se movía acercándose a algo, y una sensación de temor empezó a llenar a Tally. “Que está pasando, Shay?”

Shay abrió el canal a los otros Cortadores, había pánico en su voz. “Alguien traiga un doctor.” Repitió el número de la habitación.

“Que pasa Shay?” exclamó Tally.

“Tally, lo siento mucho…”

“Qué?”

“Es Zane.”

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