Capítulo 6 / Vampire Academy II / Frostbite

Me sentía bastante bien sobre la vida cuando me dirigía a mi antes escuela para la práctica del día siguiente. El secreto de la reunión de anoche había sido super divertido y me sentía orgullosamente responsable de la lucha contra el sistema y del fomento de Dimitri de ir contra Tasha. Mejor aún, he recibido mi primera grieta de una estaca de Plata y ayer había demostrado que soy capaz de manejar una. Algo alto de mi misma, aún más no puedo esperar a la práctica.

Una vez me había vestido con mi atuendo habitual de hacer ejercicio, yo prácticamente salté hasta el gimnasio; pero cuando pegué mi cabeza adentro de la sala de practica del día anterior, me pareció un poco oscura y silenciosa. Encendí las luces, y miraba alrededor en caso de que Dimitri estuviera haciendo algún tipo de encubierta capacitación. No.
Vacío. No estacamos hoy

-Mierda –murmuré
- él no está aquí.
Yo gruñí y por poco salté casi diez metros en el aire. Dando la vuelta miré extrañamente a esos reducidos ojos marrones de mi madre.
-¿Qué estás haciendo aquí? – Tan pronto como las palabras salieron de mi boca, la presencia de ella estuvo conmigo. Una camisa elástica con mangas cortas. Suelta, con pantalones de cordón para hacer ejercicio, similares a los que yo me había puesto.
- Mierda – Dije otra vez.
-Mira tu boca – Ella se quebró – Es posible que te comportes así por tu falta de modales, pero por lo menos, no trates el sonido de esa manera.
-Donde está Dimitri ?– Gruñí
- Guardián Belikovis está en la cama. Acaba de llegar hace un par de horas y necesita dormir.
Otra interjección estaba en mis labios, pero la mantuve de vuelta. Por supuesto, Dimitri estaba durmiendo. Habia tenido que conducir con Tasha hasta Missoula durante la luz del día para poder estar allí durante horarios comerciales humanos. Él había estado técnicamente todo el tiempo en la academia nocturna y había tenido probablemente apenas la posibilidad de volver. Ugh. Yo no debí haber sido tan rápida para alentarlo a que la ayudara a ella si hubiese sabido el resultado de esto.
- Bueno - Le dije apresuradamente- Supongo que eso significa que la practica está cancelada.
- Estáte tranquila y ponte en marcha – Ella me dió algo de entrenamiento de manoplas. Eran similares a guantes de boxeo, pero no tan espesos y voluminosos. Compartían el mismo propósito, sin embargo: Para proteger tus manos y evitar rasguñar a tu oponente con las uñas.
- Hemos estado trabajando en estacas de plata – le dije malhumorada, mientras empujaba mis manos en los guantes
- Bueno, ahora estamos haciendo esto. Vamos
Deseándolo me ha golpeado casi con la fuerza de un autobús en mi pie , aún así la he seguido hacia el centro del gimnasio. Su cabello rizado, fue amarrado hasta quedarse fuera de su forma habitual, mostrando la parte de atrás de su cuello. La piel se había cubierto de tatuajes. El mas importante era una serpentina línea: La marca de la promesa, dada cuando los guardianes graduaron de academias como St. Vladimir y de acuerdo al servicio que ellos prestarían. Por debajo de la marca es adjudicado cada vez que un guardián mata a un Strigoi. Se les forma en forma de relámpago el nombre que tomaron. Yo no podía evaluar el número exacto, pero diré que era una maravilla, mi mamá tenía un tatuaje a la izquierda de su cuello! Ella había ejercido una gran cantidad de muerte en su tiempo.
Cuando ella llegó al lugar que quería, se volvió hacía mi y adoptó una postura de ataque, esperando que ella saltara hacía mi, entonces y allí, yo rápidamente reflejé su posición.
-¿Qué estamos haciendo? – Le pregunté
- Movimientos básicos de ofensiva y defensiva. Usa las líneas rojas
-¿Eso es todo? – Le pregunté
Ella saltó hacía mi, yo apenas la esquivé y tropecé con mis propios pies en el proceso. Apresuradamente, me he corregido.
-Bueno – dijo una voz que sonaba casi sarcástica – Como tu pareces tan interesada en recordarme, yo no te he tenido que ver en cinco años, no tengo idea de lo que eres capaz de hacer.
Ella se movió hacía mi de nuevo, y vuelvo apenas a mantenerme dentro de las líneas para escapar de ella. Eso rápidamente se convirtió en el patrón. Ella nunca me dio realmente la oportunidad de ir a la ofensiva. O tal vez yo no tenía las habilidades para hacerlo. Yo gasté todo mi tiempo defendiéndome, físicamente al menos.
De mala gana, tuve que reconocer a mi misma que fue bueno. Realmente bueno. Pero ciertamente, yo no iba a decirle eso.
- ¿Entonces qué? Le pregunté - ¿esta es tu forma de maquillar tu negligencia materna?
- Esta es mi manera de hacer que tú te deshagas de ese chip en tu hombro. Lo único que has tenido es esa actitud conmigo desde que llegué ¿Quieres pelear? – Su puño disparó y conectó con mi brazo.
– Entonces vamos a luchar. Punto.
-Punto- Me concedió – Yo no quiero luchar, solo he estado tratando de hablar contigo.
- Cerrarme la boca en clase no se le llama precisamente hablar. Punto.
Gruñí por el resultado. Cuando inicié el entrenamiento con Dimitri me quejaba de que no era justo para mi luchar contra alguien un pie más alto que yo. Él había señalado que al luchar con un Strigoi éste iba a ser más alto que yo y que el viejo dicho es cierto: El tamaño no importa. Muchas veces pensé que me estaba dando falsas esperanzas, pero a juzgar por el rendimiento de mi mamá aquí, estaba empezando a creerle.
Actualmente, nunca he luchado con alguien más pequeño que yo. Como soy una de las pocas niñas en la clase de novatos, acepté que yo iba a ser siempre más pequeña y delgada que mis oponentes. Pero mi madre era más pequeña y todavía no tenía nada, solo claramente musculo embalado en su cuerpecito.
-Yo tengo un estilo único de comunicación, eso es todo – Le dije
- Tu tienes una pequeña ilusión de adolescente, que ha sido perjudicada de alguna manera durante los últimos 17 años.- Su pié golpeó mi muslo- Cuando en realidad, tú no has sido tratada diferente a otro dhampir. Mejor aún, yo podría haberte enviado a vivir con mis primos. Lo que quieres es ser una puta de la sangre? Es lo que querías?
El termino “puta de la sangre” siempre me hizo retroceder. Se trataba de un término aplicado a las madres solteras dhampir que decidieron criar a sus hijos en vez de convertirse en guardianas. Estas mujeres tienen a menudo, “negocios” con hombres moroi -ella miró hacia abajo- ya que a pesar que no había otra cosa que pudiese haber hecho, la verdad era esa, los hombres moroi terminaban casandose con mujeres moroi. El término “puta de la sangre” vino del hecho de que a las mujeres dhampir se les permite beber la sangre del hombre durante el sexo. En nuestro mundo, solo los humanos dan sangre. Lo que un dhampir hacía era sucio y perverso, especialmente durante las relaciones sexuales. Sospecho que solo unas pocas mujeres dhampir hicieron eso, pero injustamente, el término se aplica para todas. Yo le he dado sangre a Lissa cuando estábamos huyendo, y aunque había sido un acto necesario, el estigma aún quedó conmigo.
-No, por supuesto. Yo no quiero ser una puta de la sangre. –Mi respiración se estaba tornando cada vez más pesada. – Y no son todas así, actualmente solo unos pocas lo son.
-Traen esa reputación en sí mismas - Ella gruñó.
Yo esquivé su bofetada. – Ellas deben hacer su deber como guardianes, no continuar como tontas teniendo aventuras con los Moroi.
-Ellas están criando sus niños – Yo gruñí. Quería gritar pero no podía perder el oxígeno.-Algo de lo que tú nunca sabrías nada. Además, eres tu igual que ellas?...No veo un anillo en tu dedo.
¿Mi papá no era solo una aventura para ti?
Su rostro se volvió duro…lo que quiere decir que tenía esa expresión de cuando estas a punto de golpear a tu hija.
–Eso- dijo de modo tirante – es algo de lo que tú no tienes idea. Punto.
Me contraje de dolor con el golpe pero estaba felíz de ver que le había atizado a un nervio. Yo no tenía idea quién había sido mi padre, el único fragmento de información que tuve fue que era un Turco. Es posible que yo tenga la curva figura de mi mamá y su linda cara aunque yo podría decir que la mía es mucho más bonita que la de ella hoy en día; pero el resto de mi colorido viene de él. Ligeramente de piel bronceada, con el pelo y los ojos oscuros.
-¿Qué sucedió? – Le pregunté- ¿Estuviste en alguna misión en Turquía? ¿Lo conociste en algún bazar local?¿o fue incluso más barato que eso? ¿Se te da eso de ir a lo Darwin y escoger al tipo con mas probabilidades de transmitir los genes guerreros a su descendencia?
Es decir, sé que solo me tuviste porque era tu deber, asi que tú tenías que asegurarte de tener el mejor espécimen.
-Rosemarie – Advirtió a través de sus dientes apretados – Por una vez en tu vida ¡¡¡Cállate!!!
-¿Por qué? ¿Estoy empañando tu preciosa reputación? Es justo como tú me dijiste: No eres diferente a otra dhampir, solo follar con él y …
Hay una razón por la que dicen “El orgullo va antes de la caída”. Yo estaba tan atrapada en mi propio triunfo engreído que dejé de prestarle atención a mis pies. Estaba demasiado cerca de la línea roja. Salir de la línea significaría otro punto para ella, así que debía permanecer dentro y esquivarla al mismo tiempo. Lamentablemente, solo podía realizar uno de esos dos trabajos. Su puño llegó volando hacía mi, rápido y duro y, tal vez lo más importante, un poco superior a las normas permitidas para esta clase de ejercicio.
Impactó mi rostro con la fuerza de un camión pequeño y volé hacia atrás, golpeando el duro suelo del gimnasio y después mi cabeza. Y yo estaba fuera de las líneas. Maldita sea
La cabeza me palpitaba de dolor y mi visión se volvió borrosa y brillante. En unos segundos, mi madre estaba inclinada sobre mi.
-Rose? Rose? Estas bien? – Su voz sonaba ronca y frenética. El mundo nadaba.
En un momento vinieron otras personas y yo acabé en algún lugar de la clínica de la Academia. Allí alguien iluminó con una luz mis ojos, y comenzó a hacerme preguntas increíblemente idiotas.
-¿Cuál es tu nombre?
-¿Qué? – Le pregunté. Bizqueé un poco por la luz.
- Su nombre – Reconocí a la doctora Olendzki por la luz
-Ustedes saben mi nombre
-Quiero que me digas
- Rose. Rose Hathaway.
-¿Sabes cuándo es tu cumpleaños?
-Por supuesto que sí. ¿Por qué me pregunta esas cosas estúpidas? ¿Perdió mi historial?
La doctora Olendzki dio un suspiro exasperado y se marchó, teniendo la molesta luz con ella. –Creo que está bien- Oí decir a alguien. –Quiero mantenerla aquí por el resto del día de escuela, solo para asegurarme que no tenga ninguna contusión. Desde luego, yo no quería tener un guardián cerca de mi fuera de clases.
Pasé el día entrando y saliendo del sueño, porque la Dra. Olendzki me mantenía despierta para hacerme pruebas. También me dio una bolsa de hielo y me dijo que la mantuviese cerca de mi cara. Cuando la academia finalizara las clases, ella me consideraría suficientemente bien para salir.
-Lo juro Rose. Creo que deberías tener una tarjeta de paciente frecuente.- Había una pequeña sonrisa en su rostro.
-A excepción de las personas con problemas crónicos como las alergias y el asma, no creo que la de cualquier otro estudiante que he visto aquí tan a menudo en un período tan corto de tiempo.
"Gracias", dije, no es realmente seguro de que quería el honor. –Entonces, no hay contusión?
Ella sacudió la cabeza. – No, vas a sentir algo de dolor, sin embargo, te daré algo antes de que te vayas. Su sonrisa palideció y de repente parecía nerviosa. - Para ser honesta, Rose, creo que la mayoría de los daños ocurrido son, bueno, tu cara.
Me disparé de la cama. - ¿Qué quiere decir" la mayoría de los daños le sucedieron a mi cara”?
Ella hizo un gesto hacía el espejo que estaba encima del fregadero, al otro lado de la habitación. Corrí hacia él y vi mi reflejo – HIJA DE PUTA grrr
Manchas rojo púrpura cubrían la parte superior del lado izquierdo de mi cara, en particular cerca de los ojos. Desesperadamente, me di la vuelta para hacer frente a ella.
-Esto va a desaparecer pronto, ¿verdad? Si mantengo el hielo sobre ella?
Ella sacudió la cabeza de nuevo. "El hielo puede ayudar ... pero me temo que vas a tener un ojo negro malo. Es probable que esté peor mañana, pero debe aclarar en una semana o algo así. Tu volverás a la normalidad antes de tiempo.
Salí de la clínica en un aturdimiento que no tenía nada que ver con mi lesión en la cabeza. Claro en una semana o algo así? ¿Cómo podría la Dr. Olendzki hablar tan a la ligera acerca de esto? No darse cuenta de que lo que estaba sucediendo? Iba a parecer un mutante de la Navidad y la mayoría de los viaje de esquí. Tenía un ojo negro. Un maldito ojo negro.

Y mi madre me lo había dado.

Traducido por Lala

Publicar un comentario

  © Diseño LuxLune by JenV 2010

Back to TOP