Capítulo 11 / El vampiro en mis sueños

CAPITULO ONCE

DOMINIC
En una zona muy arbolada próxima al riachuelo, cerca de una milla del complejo de viviendas donde vivía Marissa, enfrenté al vampiro recientemente convertido – aunque a decir verdad, yo aún era un novato también. Vestido en jeans y chaqueta a juego, el rubio alto me miraba con sombríos ojos grises. Afortunadamente, mantuvo sus dientes cubiertos. Supuse era porque Lynetta les había ordenado que ningún daño debían de hacer sobre mí. Pero en el recluido bosque, estaba preparado para la batalla, si una era necesaria.
Con todo mi corazón, esperaba que Marissa y Kate estuvieran bien. Estaba aliviado de que Marissa le hubiese dicho a su amiga la verdad acerca de nosotros. Juntas, dos brujas muy probablemente pudieran ocuparse del solitario vampiro. No estaba seguro de que Marissa hubiera podido encargarse de él por sí misma, con la poca confianza que tenía en sus hechizos.
El vampiro parecía vacilante a enfrentarme, y no estaba dispuesto a hacer la primera movida, no aún.
De repente, se me ocurrió la idea de que el hombre que me enfrentaba no sabía que yo corría con ventaja. Pensaba que yo era un humano convertido en vampiro como él, no tenía idea de que poseía las habilidades de Marissa y ahora era hechicero convertido en vampiro.
El hombre debió haber estado en sus treinta, como se evidenciaba por la complexión más robusta de su cuerpo y las ligeras patas de gallo en el borde de sus ojos cuando los entornaba. Sus globosos ojos parecían hacerse aún más pequeños al tiempo que me miraba.
Había Lynetta convertido a un hombre mayor para que hiciera su trabajo sucio? Así parecía. Pero ella había jurado que yo sería su única pareja para la eternidad. Por un segundo, me molestó. Luego tuve que reírme de mi idiotez cuando ponderé el asunto más profundamente. Ella no me importaba, así que qué diferencia hacía si ella buscaba otros chicos?
“Qué quieres?” pregunté, analizando el vacío bosque para asegurarme de que no había otros preparándose para atacarme. Calculando que sería ventajoso atraer a uno de los hombres lejos de las chicas, lo insté a seguirme hasta este lugar más privado, y esperaba mi plan fuera bueno. La brisa pasaba como un silbido a través de las hojas de los robles, aves canturreaban en las copas de los árboles, y la fragancia del pino en el aire. Nada sugiriendo al mal que acechaba en el corazón del chupasangre mientras se mantenía en pie a unos metros de distancia.
“Si tú vienes conmigo sin dar pelea, Lynetta dejará a tu novia en paz.”
“Qué garantía tengo?” consideré la idea brevemente, no porque le creyera, sino porque ahora que era un hechicero, me preguntaba si tendría la chance de matar a Lynetta por mi cuenta. Dado que no podía controlar los pensamientos de una bruja o un hechicero, podría ella, siendo una antigua vampiresa como lo era, aún capaz de controlarme? La idea de que tal vez pudiera salvarme yo mismo sin involucrar a Marissa en el mortífero asunto tenía definitivamente su atractivo.
“Vendrás conmigo?” el hombre preguntó, sus palabras algo esperanzadas, pero con un dejo de amenaza.
“Me encantaría, pero ya tengo una cita para el almuerzo.” Con la chica más adorable que jamás haya conocido. Además, presumía que si iba con él, me encontraría con una casa repleta de vampiros y no tendría la más remota oportunidad. Me retendrían allí para Lynetta, y ella tomará su revancha sobre mí, y sobre Kate y Marissa. No confiaba en que no lo hiciera. Mi estómago se tensó, junto con mis puños.
Se paró por un instante, luego descubrió sus dientes. Supuse que mi respuesta no contaba con su aprobación. Al instante, traté con el hechizo de borrar la mente. Sus caninos se deslizaron nuevamente dentro de sus cubiertas, sus alongados dientes ahora en tamaño humano normal. Parecía confundido, y casi me reí, sólo que el asunto en cuestión era demasiado peligroso como para ser tomado a la ligera. El que Marissa me pasara su don era una prueba más de que ella era mi salvadora.
“Tienes tarjeta de crédito?” pregunté, extremadamente engreído ahora que pensaba tenía todo bajo control.
Él saco su billetera, luego la revisó. Visualizando una tarjeta de crédito, la sostuvo en alto, una tonta sonrisa enyesada sobre su rostro.
“Muy bien.” Me abstuve de hablarle como si fuera un perro obediente al que se le alaba con una palmadita en su cabeza, pero la idea cruzó por mi mente. “Te ordeno que vayas al aeropuerto de Waco y compres un boleto a….Australia.” Supuse que eso le daría un lindo y longevo vuelo. “Irás en el vuelo a Dallas, luego harás trasbordo hasta que consigas hacer tu viaje a Sidney. Una vez allí, encontrarás un apartamento y te quedarás.”
El efecto del hechizo de borrado de la memoria podía suceder rápido, pero controlar a un humano, incluso a uno parcialmente convertido, era sencillo y duraba indefinidamente, a menos que alguien más con habilidades vampíricas lo controlase. Pero ahora que era un hechicero….
Bamboleé mis cejas y sonreí – tenía incluso más habilidades que antes. Marissa no pudo haberme ayudado de una mejor forma incluso si lo intentara. Marissa! Mi corazón se desplomó, pensando en las dificultades que ella y Kate pudieran estar enfrentando.
“Ve!” le ordené, y con un saludo de su mano, desapareció. Con una ondeada de la mía, desaparecí de los bosques y reaparecí en el living de Marissa.
Al principio, a todo volumen, gritos rompe cristales provenientes de dos asustadas brujas en respuesta a mi repentina aparición llenaron la habitación. Luego, besos y abrazos por parte de ambas me fueron bondadosamente otorgados.
Realmente podría acostumbrarme a esto.
A continuación Marissa me dio un porrazo en el hombro con su puño. “A dónde habías desaparecido? Nos tuviste muy preocupadas.”
Incapaz de tomar en serio su puñetazo, le di una pequeña sonrisa. Pero el hecho de que ella se haya preocupado por mi hizo que mi corazón se disparara. “Quería separar a los vampiros y pensé que sería más seguro si las dos tenían sólo uno para derribar.”
“Hmpf.” Marissa se cruzó de brazos.
Besé sus labios y ella inmediatamente envolvió sus brazos alrededor mío y me dio otro grandioso apretón. Sus vivaces pechos se rozaron contra mi pecho, revolviendo mis hormonas en lo alto del cielo.
“Qué sucedió?” Kate preguntó, su voz aún preocupada.
Para mi disgusto, sus palabras rompieron temporalmente el hechizo que Marissa tenía sobre mí. “El vampiro del que me hice cargo está tomando un viaje a Australia. Y el suyo?”
“Un viaje a Disney World,” explicó Marissa, su mano acariciando mi brazo.
Mi corazón ya latía fuera de control, y mi cuerpo reaccionando a su toque pronto me avergonzaría. “Eso no es muy lejos. A unas pocas horas de vuelo a lo mucho.”
Ella sonrió. “Él va a pie.”
Estuve momentáneamente sin palabras. Consiguió que el vampiro caminara hasta allí? Bravo!
Leyó mis pensamientos y sus labios se curvaron hacia arriba. “Y cuando llegue, va a subirse en la Montaña Espacial y hacer su vuelta doscientas veces.”
Me reí en voz alta. “Realmente sabes cómo castigar a un chico.”
“Seh, así que simplemente recuerda eso y no me pongas de malas.” Ella juguetonamente dio golpecitos en mis costillas con un dedo.
Kate se le quedó mirando a Marissa como si le hubieran brotado alas de murciélago.
Marissa le frunció el ceño. “Qué está mal, Kate?”
“pensé que sólo le habías borrado de su mente sus pensamientos, como hice yo. No hemos aprendido ningún hechizo de cómo controlar la mente de una persona y obligarlos a hacer lo que tú hiciste. De hecho, no creo que podamos hacer tal cosa.”
Kate no sabía la historia completa y estaba en su derecho de enojarse cuando la escuchara. Nuevamente, me sentí obligado a dejar que Marissa haga la explicación por su cuenta.
Marissa aclaró su garganta y tomó la mano de Kate. “No habíamos tenido la intención de llegar tan lejos….bueno, no aún, de cualquier forma. Pero cuando nos besamos, Dominic se había mordido su lengua y --”
Kate liberó su mano y colapsó sobre el sofá, su rostro pálido. “Tú eres uno de ellos ahora?”
“Algunas de sus habilidades fueron transferidas a mí. Puedo leer sus pensamientos, y él puede leer los míos.”
Kate me miró de regreso como buscando confirmación. Asentí.
“Y…Yo, bueno….” Marissa enderezó su columna vertebral. “…..puedo volverme invisible sin una poción. Pero no sabía acerca de ello hasta que simplemente sucedió.” Me dio una mirada mordaz.
Cómo podría haber sabido que ella tendría esa habilidad también?
Kate se frotó su frente. “Es así cómo te pudiste quedar en el vestuario de los chicos por tanto tiempo sin ser atrapada?”
Marissa me miró – esta vez su rostro tenía definitivamente una apariencia de culpabilidad. “Si.”
“Viste a alguien?, me refiero, desnudo?” Kate parecía totalmente intrigada, hasta esperanzada.
Aún tratando de contener mi disgusto de que Marissa no creyera que yo pudiera controlar mis urgencias primarias de noquear a ese chico Joshua, dije, “si lo hubiera hecho, probablemente hubiera perdido su concentración y se hubiese vuelto visible nuevamente. Como era de esperar, Joshua y un par de otros chicos, la escucharon salir corriendo. Estoy seguro pensaron que ella era una de las brujas que había utilizado la poción de invisibilidad para escabullirse dentro de los vestuarios y echar una miradita.”
Kate se rió.
Las mejillas de Marissa se colorearon en una forma bellísima. La alcancé y le abracé.
“Qué mas puedes hacer, Marissa?” preguntó Kate. Su voz había cambiado de una horrorizada a otra de admiración. Me preguntaba si ella hubiera deseado haber cambiado lugares con Marissa en el vestuario de los chicos.
Marissa arrugó su frente hacia mí.
Me reí internamente, olvidando por un instante que ella podía leer mi mente. De hecho, continuamente olvidaba que podía leer mis pensamientos y no estaba seguro de que pudiera mantenerlos encubiertos de ella.
Inclinando su barbilla hacia arriba, ella me sacudió la cabeza. Intercambiamos sonrisas cómplices, luego se volteó y respondió a Kate. “bueno, puedo controlar la mente de un ser humano. Pero no la de una bruja o hechicero. No pareciera que pudiese desaparecer y reaparecer en otros lugares como lo hace Dominic. Cuando vi a Matthew usando sólo una toalla en el vestuario, tuve que salir corriendo de allí. Desvanecerme como lo hace Dominic hubiese sido lo preferido, pero no parezco poder hacerlo.”
Los ojos verdes de Kate estaban bien abiertos con excitación. “Wow. Fabuloso. Me dejarás saber si repentinamente tienes más habilidades?”
Marissa la consideró con diversión. “Por supuesto, Kate.”
Kate desvió su atención hacia mí. “Tú no tendrás de casualidad algún hermano al cual acechar, verdad?”
Supe entonces, que ella realmente era parte de nuestro equipo. “Tengo un hermano mayor, de dieciocho, James, realmente inteligente y está en su primer año en la Universidad de Baylor, pero él es un simple y aburrido humano. De seguro no estarás interesada en él.”
“Oh.” La decepción reflejada en su voz.
Un humano no era un novio aceptable para una bruja, ni que un humano deseara salir con una bruja. Ninguno de los dos ni en un millón de años luz estarían interesados el uno por el otro. Pero nuevamente, las reglas que no estaban escritas fueron hechas para romperse.
“Hay montones de hechiceros en la escuela que están interesados en ti, Kate,” dijo Marissa, con su voz alegre.
Kate me echó un ojo. “Seh, pero ninguno tan divertido con quien estar como Dominic.”
Gustándome el impulsillo a mi ego, le sonreí.
Marissa se dejó caer pesadamente en el sofá. “Ella es la aventurera de las dos, Dominic, si no es que ya lo has adivinado. Si encontrara una vieja lámpara de aceite, la limpiaría hasta que destellara para hallar al geniecillo dentro, o besar a una rana para encontrar a su príncipe. Ella incluso se meterá en ese hoyo de conejo para reunirse con Alicia en el País de las Maravillas.”
“Bueno, Kate,” dije, agarrando el teléfono portátil, “cuando las cosas empiecen a ponerse realmente duras, puede que desees no haberte anotado en esta pequeña aventura.” Marqué los números de mi lugar favorito de pizzas, ‘Pizzas Fuera De Este Mundo’. “Qué quieren en sus pizzas?”
Luego de decidir el tipo de masa y los ingredientes de arriba, Kate llamó a sus padres para decirles que almorzaría con Marissa y preguntarles si podía quedarse en la noche. Marissa llamó a su tía Betsy y le contó de su día en la escuela y que Kate pasaría la noche con ella. Le había transmitido a mi familia que me estaría quedando por un par de noches con amigos y seguro.
Por supuesto, estaba esperanzado que para el viernes en la noche, pudiera darles verdaderas buenas noticias - que estaba liberado de Lynetta por siempre. Cada vez que hablaba con mi madre, podía escuchar las lágrimas en su voz, y no podía evitar sentirme terrible por lo que la estaba haciendo pasar. Pero tanto como podía, intentaba tranquilizarla de que mis nuevos amigos iban a ayudarme, y eso parecía aliviar algo de si ansiedad.
Media hora más tarde, el timbre sonó. Nuestra pizza había llegado. Pero cuando Kate abrió la puerta, tanto Marissa como yo, sentimos que algo andaba mal enseguida. No era el uniforme de la pizzería que el chico vestía, aunque la vestimenta roja de talle universal para que les entre a todos, parecía dos talles más pequeños. No era el antiguo vehículo que conducía y que portaba el logotipo de la pizzería desequilibrado sobre la puerta del acompañante. Ni era desgastado, protector de temperatura color naranja en lugar del rojo que cubría la gran caja de pizza lo que realmente elevó nuestras sospechas.
Sus oscuros ojos marrones enfocados en Marissa en forma vengativa, un destello de pura malevolencia brillando en sus profundidades. Pero aún más que eso, ambos olimos el aroma a sangre fresca sobre él, como si acabara de tener un bocadillo de la merienda.
Kate hizo ademán para que entrara. Antes de que pudiera articular palabra, Marissa y yo nos abalanzamos hacia ella.

TRADUCIDO POR CHLOE ♥

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