PERFECCIÓN // Capítulo 5

Zane


Allí se encontraba esa hermosa princesa. Estaba encerrada en una de las torres más altas, una con paredes de piedra, que la hacían fría, habitaciones vacías que n podían hablar. No había ningún ascensor, ni siquiera escaleras de emergencia, por lo tanto, Tally se preguntó la princesa había llegado hasta allí. Pero ahí se encontraba, en la cima. No tenía chaquetas de salto. La torre se encontraba custodiada por un dragón. Sus ojos mostraban que estaba hambriento, sus rasgos eran crueles, y se movía con una rapidez tan impresionante, que a Tally se le hacía un nudo en el estomago. Incluso soñando, ella pudo reconocer lo que el dragón era. Era un cruel, perfecto, Especialista, o incluso un montón de ellos, que se juntaban en una única seda gris de serpiente. Pero no se puede tener este sueño y que no haya un príncipe. Él se hizo paso a través del dragón, no hubo tanta matanza, como si tener que arrastrarse por las grietas de las antiguas paredes de piedra, para poder sostenerse con sus dedos. Él, escaló la toree con bastante facilidad, mostrando sólo una mirada de entusiasmo hacía el dragón, que se había distraído con la llegada de ratas que jugaban alrededor de sus garras. El príncipe pudo entrar a través de una ventana de piedra, y le dio un beso a su princesa, el cual la despertó, y así termino la historia. Volver a bajar y pasar por e dragón, no pareció un gran problema, ya que era un sueño, no una película, ni siquiera un cuento de hadas, y este sueño terminaba con un gran beso, un clásico final feliz. Excepto por una cosa. El príncipe, era totalmente feo. Tally despertó y la cabeza le palpitaba. Al ver su reflejo en el espejo de la pared, pudo recordar que el dolor de cabeza no era sólo una resaca. Y descubrió que haber recibido una patada en la cabeza, no era algo de perfectos. Y como los vigilantes le habían advertido, la piel nueva, que estaba por encima de sus ojos, se había convertido en un rojo furioso. Debería ir a una oficina de cirugías, para que le quitaran la cicatriz. Pero decidió no arreglársela todavía. Como Peris le había dicho, realmente parecía digno de un verdadero criminal. Sonrió al recordar su nuevo status. La cicatriz era perfecta. Tenía una montaña de llamados de otros Crims, borrachas felicitaciones, y reportes de otros comportamientos salvajes a medida que la fiesta siguió (aunque ninguno era tan divertido como ella saltando de la torre con Peris). Tally escuchó los mensajes con sus ojos cerrados, buscando el ruido de la multitud en la distancia, encantándole cuan conectada estaba con los otros, incluso cuando se había ido antes. Eso era lo que quería decir ser aceptada en una pandilla: saber que tenías amigos sin importar lo que hicieras. Zane le había dejado tres mensajes, de todos, en el último le preguntaba sí quería desayunar con él esa mañana. El no sonaba tan borracho como el resto, por lo tanto era muy probable que ya estuviera despierto. Lo llamó, y en seguida contesto. “¿ Cómo estas?”
“sin cara” ella contestó “¿Peris te contó como mi cabeza se lastimó?”
“Sí me contó, realmente estabas sangrado?”
“Mucho.”
“Woaw” La voz de Zane, respiraba en su oreja, su usual calma ahora parecía agobiada. “Buena caída, aunque me alegra que no hayas...tu sabes, muerto.”
Tally sonrió “Gracias”
“Pudiste leer algo sobre lo raro de la fiesta?” habían nuevos llamados en los mensajes de Tally, pero no había querido leerlos. “¿Qué sucedió?”
“Alguien entró al mail ayer y envió invitaciones a la fiesta, ese alguien fue quien cambió el código de vestimenta por disfraces. Todos en el comité de la mansión pensaron que había sido alguien más de ellos, así que todos siguieron la corriente. Pero nadie en verdad sabe quien envió ese mensaje. Raro no?”
Tally parpadeó, y la habitación se le fue de vista. Estaba mareada. El mundo parecía girar alrededor de ella, como si estuviera adentro del estomago de algo mas grande que se encontraba fuera de control. Sólo los feos hacían esas cosas, como infiltrarse en los mail. Y sólo podía pensar en una persona que hubiera querido convertir la fiesta en una de disfraces, Croy con su cruel mascara de perfecto y sus extrañas ofertas. Y eso quería decir, que todo lo ocurrido estaba relacionada con ella. “Eso es totalmente vago, Zane”
“Totalmente, ¿Tenés hambre?”
ella asintió, sintiendo que su cabeza le dolía otra vez. Por la ventana podía ver como las torres de la mansión Garbo, florecían, altas y espléndidas. Tally se quedó mirándolas, como si su mirada fuera a arreglar que el mundo dejara de girar. Debía dejar de pensar en ello, no todo era sobre ella, después de todo. Podía haber sido un truco sin sentido de los feos, o alguien del comité de la fiesta de Valentino que hubiera perdido la razón. Pero incluso sí todo hubiera sido un simple malentendido, Croy debía haber armado ese disfraz desde antes. En las Ruinas y en lo salvaje, en donde las personas de El Humo se escondían, no habían agujeros en las paredes, cada uno debía hacer sus propias cosas, que llevaban tiempo y esfuerzo, y Croy no había elegido cualquier disfraz... Tally recordó aquellos ojos y sintió pánico. Quizás comer la haría sentirse mejor.
“Sí, estoy hambrienta, así que desayunemos.”
Se encontraron en el parque de Derzel, un precioso jardín que se encontraba alrededor del centro de Cuidad Nueva Belleza, camino hacia la Mansión de Valentino. La Mansión, por su parte, se encontraba escondida entre los árboles, pero la torre de transmisión en la cima, era visible, la bandera tradicional de Valentino, se movía con el frío viento. En el jardín, el desorden de la noche anterior había sido, prácticamente resuelto, excepto por algunas cosas que habían quedado de la fogata. Un robot de mantenimiento limpiaba un circulo de cenizas, llevando la tierra hasta allí, con cuidadosos movimientos de sus agarres, desparramaba semillas sobre los lugares que la tierra se había chamuscado. La sugerencia de Zane, de hacer un picnic, hizo que Tally levantara sus cejas (una emoción que dolió), pero caminar, tomar aire fresco , le sirvió para aclarar su mente. Las pastillas que le habían dado los vigilantes, habían silenciado el dolor de su herida, pero no tenía efecto en el resto de su confusión. El rumor que había en Ciudad Nueva Belleza era que, los doctores sabían como quitar las resacas, pero lo mantenían en secreto. Zane llegó justo a tiempo, el desayuno se meneaba suavemente detrás de él, en la fría brisa. Mientras se acercaba, sus ojos se agrandaron cuando vio la cicatriz en la frente de ella. una de sus manos se alzó, casi tratando de tocarla. “¿Bastante vago, no?” dijo ella
“Un look totalmente criminal” dijo él, todavía con los ojos bien abiertos.
“¿Aunque no me darían tantas helenas, no es verdad?”
Por un momento, pareció estar pensando, “No lo podría medir en helenas. No estoy muy seguro de que podría utilizar en su lugar, quizás algo más divertido” Tally sonrió, Peris había tenido razón al decirle q no debía arreglarse su cara en seguida. En su fascinación con la cicatriz, Zane estaba extra perfecto, y sus expresiones le dieron una buena sensación- era como estar en el centro de todo pero sin marearse. La cirugía que se había hecho Zane para el disfraz, ya había desaparecido, sus labios eran otra vez perfectos. Sin embargo, a la luz del día, siempre lucía de una manera extrema. Su rostro era todo contrastes, su mentón y pómulos eran delicados, su frente alta, la piel era oliva como la de todos, pero al sol, en contraste con su cabello oscuro, lucía pálido. La realidad era que, el Comité, no dejaba que tuvieran el pelo de un color negro. Sin embargo, se lo había teñido con tinta de caligrafía. Además de eso, no comía demasiado, manteniendo su cara fina, con una mirada intensa. De todos los perfectos que Tally había conocido desde la operación, él era el único con un look que resaltaba. Quizás por eso era el líder de los Crims, debes ser distintos a todos los demás para en verdad ser un criminal. Sus ojos dorados buscaron un lugar, en donde poder descansar, quedándose en la sombra de un ocre. Se sentaron en el pasto y las hojas, y Tally respiró el olor a rocía y tierra. El desayuno estaba entre los dos, dándoles calor debido a las cosas que estaban allí, huevos revueltos, galletitas de chocolate. Tally agarró un plato con huevos, queso, y avocado, y metió la mitad de un panecillo en su boca. Mirando a Zane, vio que no tenía nada más que una taza de café, y la hizo preguntarse si comer como una cerda, era un mal movimiento. Pero de que importaba?, ahora era una Crim, todos votaron concientemente. Y Zane fue el que la invitó a desayunar, después de todo, queriendo pasar el rato. Era tiempo de dejar de preocuparse acerca de ser aceptada, y empezar a disfrutar. Habían cosas peores que sentarse en un parque perfecto, y era, estar siendo observada por un chico perfecto. Tally termino de comerse el panecillo, que estaba totalmente delicioso, así que agarro el tenedor para comenzar a comer los huevos. Deseó que el desayuno tuviera un paquete de calorías para purgar. Funcionaban mejor si las tomabas después de comer, y ella iba a comer bastante. Quizás, perder sangre hacía que te sintieras hambriento.
“Entonces, anoche, ¿Quién era el chico?” preguntó Zane.
Todavía masticando, Tally intento tragar, pero el espero pacientemente hasta que ella terminara de tragar.
“Era sólo un feo que quiso colarse” dijo finalmente.
“Ya veo. ¿A quién más podrían estar persiguiendo los Especialistas? Quiero decir, ¿Era alguien a quien conocías?.
Tally miró hacía otro lado, era vergonzante que su vida como fea todavía la persiguiera a través del río, en persona. Pero Peris la había escuchado decirle a los vigilantes, sobre lo ocurrido, así que mentirle a Zane, no sería prudente. “Si, supongo que lo conocía, de El Humo. Él se llama Croy.”
Una extraña mirada recorrió el rostro de Zane. Sus dorados ojos, se quedaron mirando hacia la distancia, buscando algo. un momento después, asintió. “Yo también lo conocí”
Tally se quedo congelada, “Estas bromeando”
Zane sacudió su cabeza. “Pero yo creía que nunca habías escapado.” Dijo Tally.
“No, no lo hice.” Junto sus rodillas y las rodeo con sus brazos, mientras tomaba un sorbo de café. “Nunca más lejos que Las Ruinas, de todos modos. Pero con Croy fuimos amigos, cuando éramos chiquitos, y vivíamos en el mismo feo dormitorio.”
“Eso es...gracioso.” Tally finalmente dio un mordisco a los huevos, masticándolos despacio. La ciudad tenía millones de personas, y Zane había conocido a Croy. “¿Cuáles son las posibilidades?” dijo suavemente. Zane sacudió su cabeza otra vez. “No es una coincidencia, Tally-wa”
Tally paró de masticar, los huevos estaban raros, como si todo estaba por comenzar a girar otra vez. El mundo estaba lleno de coincidencias, últimamente.
“¿Qué quieres decir?” Zane se inclinó hacia delante. “Tally, tu sabes que Shay vivió en mi dormitorio, no? En el tiempo en que éramos feos.”
“Claro.” Ella respondió. “Así fue como dio con ustedes una vez que estuvo aquí.” Tally hizo una pausa, y se dio cuenta de que todo estaba poniéndose en su lugar. Los recuerdos de EL Humo, siempre venían con destiempo, como las burbujas cuando suben por una pajilla, liquido viscoso.
“Afuera de Le Humo.” Dijo cuidadosamente, “Shay me presentó a Croy. Ellos eran viejos amigos. ¿Así que ustedes se conocían?”
“Así es” Zane puso cara de asco, como si algo podrido estuviera dentro de su café. Tally miró hacia su comida infelizmente. Mientras Zane continuaba, parecía ser como la noche anterior, toda la historia sobre el verano anterior, trataba de volver a su cabeza otra vez. “Éramos seis en nuestro dormitorio” él dijo. “Nos hacíamos llamar Crims, también. Hacíamos todos los usuales trucos de feos, escaparnos en la noche, entrábamos en las computadoras, cruzábamos el río para espiar a los nuevos perfectos.” Tally asintió, recordando las historias de Shay, antes de que ellas se conocieran. “Y algunas vez salieron de las Ruinas?”
“si, después de que algunos feos más grandes nos mostraran como.” Él miro hacía la torre que estaba en el centro de Ciudad Nueva Belleza. “Estar allá afuera, te hace darte cuente de lo grande que es el mundo. Es decir, 20 millones de personas vivían en Cuidad Oxido. Comparado con eso, esto resulta muy chiquito.” Tally cerró sus ojos, y colocó el tenedor en el plato, ya no tenía más hambre. Después de todo lo que había sucedido la noche anterior, quizás desayunar con Zane no había sido tan buena idea. A veces él parecía pensar que todavía era feo, tratando de permanecer divertido, forzando la diversión de ser perfecto. Por ese motivo él era un buen líder de los Crims. Pero cuando estaba con alguien solo, podía resultar un poco mariador.
“Pero las personas que vivían en Ciudad Oxido, murieron.” Dijo ella suavemente. “Había demasiados de ellos, y eran demasiado estúpidos.”
“Lo sé, lo sé. Casi destruyen al mundo” el recitó, “Pero escaparse hacía las Ruinas, fue lo más divertido que hice en mi vida”. Los ojos de Zane se entornaron al decir esto, y Tally pudo recordar sus propios viajes a Las Ruinas, como la soledad majestuosa que tenía esa ciudad fantasma, mantuvo cada nervio de su cuerpo en alerta. Había una gran diferencia entre ese sentimiento de peligro, y la emoción de un ascenso en un globo aerostatico o una caída libre. Ella se estremeció al recordar algo de ese viejo sentimiento de emoción, al mismo tiempo que se encontraba con la mirada de Zane. “Sé lo que quieres decir.” “Sabía que no volvería una vez hecha la cirugía. Los nuevos perfectos no se atreven hacer nada tramposo. Así que cuando estuve cerca de cumplir los dieciséis, comencé a pensar sobre la idea de irme de la ciudad, y quedarme en lo salvaje. Por lo menos por un tiempo.” Tally asintió lentamente. Recordaba a Shay diciendo las mismas cosas cuando ellas se conocieron, las palabras con las cuales había comenzado su camino hacia El Humo. “¿ Y tú convenciste a Shay y Croy, y al resto de que fueran contigo?”
“Traté” Dijo riéndose. “Al principio creyeron que me había vuelto loco, porque uno no puede vivir en lo salvaje. Pero tiempo después conocimos a un chico allá afuera quien...”
“Para” Dijo Tally. De repente su corazón latía fuertemente, como cuando tomas un purgador y tu metabolismo comienza a quemar calorías. Ella sintió una humedad en su rostro, la brisa era fría ahora. Sentía la humedad en sus mejillas, pero los perfectos no sudaban. Tally pestaño, apretaba sus puños con fuerza, hasta que sus uñas cayeron en su palma. El mundo había cambiado de alguna manera. La luz del sol atravesaba las hojas, mientras ella trataba de tomar aire. Recordaba que lo mismo le había pasado la noche anterior, cuando había visto a Croy.
“¿Tally?” dijo Zane.
Ella sacudió su cabeza, no quería que él le digiera nada. No quería escuchar nada sobre que él conociera a alguien en Las Ruinas. Se encontró hablando rápido para mantenerlo calmado, repitiendo lo que Shay le había dicho a ella. “Tú has escuchado hablar de El Humo,¿no es cierto? en donde la gente vivía como en los tiempos de Oxido y eran feos por siempre. Entonces todos ustedes decidieron ir allí. Pero cuando llego el momento de correr la mayoría de ustedes se acobardaron. Shay me contó sobre esa noche: ella había empacado todas sus cosas pero al final sintió miedo y no fue.”
Zane asintió, mirando hacía su café. “Así que tu también te acobardaste, no es así?” Dio Tally. “Se suponía que tenías que huir”
“Sí” dijo él abatidamente. “No fui, aunque la idea fue mia. Y me convertí en perfecto como lo acordado.” Tally miro hacía otro lado, intentando en vano, no recordar ese verano. El amigo de Shay, había decidido no huir hacía El Humo, convirtiéndose en perfecto, dejándola a ella sola en la ciudad de los feos. Allí fue cuando ella y Tally se conocieron, convirtiéndose en mejores amigas. Y cuando el segundo intento de huida de Shay tuvo éxito, Tally se encontró envuelta en todo un desastre. Dejó salir un lento respiro, diciéndose a sí misma que se calmara. El verano pasado puede haber sido una pesadilla, pero por eso también ella un Crim ahora, y no sólo un nuevo perfecto tratando de entrar en una patética pandilla. Quizás había valido la pena si eso la había llevado hasta allí, perfecta y popular. Ella miró a Zane, sus hermosos ojos todavía miraban el café, y pudo sentirse relajada. Sonrió. Él se veía tan trágico sentado allí, oscuras cejas se arquearon en desesperación, todavía arrepintiéndose de que se hubiera acobardado acerca de huir a El Humo. Ella se acerco tomándole la mano.
“No es tan importante. Prácticamente sólo se trataba de tomar sol y ser picado por los bichos.” Los ojos de él se encontraron con los de ella. “Al menos tu aprovechaste tu oportunidad, Tally. Fuiste suficientemente valiente para estar por las tuyas.”
“No tuve otra opción en verdad, tenía que salir a buscar a Shay.” Se estremeció, apartando su mano. “Sólo soy afortunada de haber podido volver.”
Zane se acercó, y se estiró, sus delicados dedos buscaban su cicatriz, con sus dorados ojos bien abiertos. “Me alegro que lo hicieras”
Ella sonrió, tocándole su mano. “Yo también”
Los dedos de Zane se deslizaron por el pelo de ella, y gentilmente la acerco. Ella cerró sus ojos, dejando que sus labios presionaran los de ella, acercándose lo suficiente para sentir su perfecta piel. El corazón de Tally volvía a latir con fuerza, su mente volaba incluso cuando sus labios se separaban. La realidad estaba cambiando alrededor de ella otra vez, pero esta vez el sentimiento era bueno.
Cuando ella había llegado a Cuidad Nueva Belleza, Peris le había advertido acerca del sexo. Acercarse demasiado a otro perfecto podía ser abrumador cuando eras prácticamente nuevo. Tomaba un tiempo acostumbrase a todas las caras bonitas, los cuerpos perfectos, los ojos luminosos. Cuando todos son hermosos, podías fácilmente enamorarte del primer perfecto con el que te besaras. Pero quizás era tiempo, ya estaba allí desde hacía un mes, y Zane era especial. No sólo porque él era el líder de los Crims y lucía distinto de los demás, pero la manera en la que trataba de ser divertido, aún quebrando las reglas. Lo hacía incluso más lindo que los demás. Y de todos los giros inesperados que se venían dando en las últimas veinticuatro horas, este era el mejor. Besar a Zane era como marearse, pero no se parecía a caerse en la oscuridad. Sus labios eran tibios y suaves, y ella se sentía a salvo. Lego de un momento, los dos se distanciaron un poco. Los ojos de Tally todavía se encontraban cerrados. Ella podía sentir su respiración, su mano tibia y suave en su cuello. “David” ella susurró.


Traducido por Dai

Isabella_cullen88  – (9 de junio de 2009, 13:49)  

Hola chicas!! , esk no se si os habeis ekivocado o que , pero resulta que el capitulo cuatro y cinco son el mismo.


Besitossssss

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