Capítulo 5 / El vampiro en mis sueños

Capítulo Cinco
MARISSA
Besar a Dominic había sido la experiencia más profunda que alguna vez había tenido. Cada fibra de mi ser había estado en alerta máxima, ansiosa sobre él tomando mi sangre. Pero cuando me mordió, no fue más que una sensación punzante, y luego oh tan dulce. Por una vez en mi vida, yo, Marissa, bruja ordinaria quién nunca había atrapado la atención de ningún chico, era amada. Sí, por un vampiro.
Pero que vampiro... Príncipe de las Tinieblas, mejor dicho. Hmmm, qué si le decía a Kate que había encontrado a mi muy propio príncipe?
Dominic sonrió.
Había olvidado que él podía leer mis pensamientos, e inmediatamente mi rostro se calentó con vergüenza. “Supongo que si te has alimentado lo suficiente, es realmente tiempo para mí de que vaya a la cama. Debo ir a la escuela temprano.”
“Enséñame el camino, princesa de mis sueños.”
Sintiéndome extremadamente cansada, lo conduje camino arriba por las escaleras que parecían crecer con cada paso. Un conquistador, eso era él. Me encantaba como parecía quererme. Pero él habría sido así antes de que el vampiro se apoderara de él?
“Siempre le he gustado a las chicas, si es a eso a lo que te refieres. Tu sabes, el tipo que prefiere hablar con chicas a pelear con chicos en los recesos como muchos payasos hacen.”
“Ahhh. Han habido muchas chicas por ahí?”
Él rió detrás de mí.
Después de dirigirlo a través del pasillo, abrí la puerta de la habitación de invitados.
“Demasiadas chicas por falta de una única,” él dijo finalmente. “La última casi me hizo caer. Supongo que debería haberme conformado con demostrar que tan macho puedo ser peleando con chicos.”
Él bromeó como si no le molestara, pero podía decir por la arruga de su frente y sus profundos ojos, que se aferraba a un hilo de la vida que deseaba recuperar.
“Volverás al modo en que tu eras, justo después de que terminemos con ella, cierto?”
“Uno de los vampiros sugirió que estaría mucho mejor. Asumí que tendría mi vida normal nuevamente.”
El dolor apretó mi corazón como una reacción simbólica. Me incliné hacia delante y besé su mejilla, preguntándome cómo me había ganado en un instante. Lynetta. Todavía podía ver sus ojos desalmados ensanchándose ante mí y sus colmillos desnudos. Aún ahora, escalofríos recorrían mis brazos, y me estremecí. Supe que tenía que salvarlo.
Tocando mis hombros, él se inclinó y besó mis labios. “Buenas noches, dulce ángel de la misericordia.”
La desgarradora ternura de su mirada casi me deshizo. No quería que él tuviera ninguna ilusión de que era un ángel perfecto, advertí, “Puedo ponerme realmente chiflada si no duermo lo suficiente.”
Diversión fluctuó por su rostro. “Hasta que despertemos, entonces.” Caminando dentro de la habitación oscura, él no encendió la luz. No lo necesitó, me di cuenta tardíamente, y me pregunté si él había aceptado los cambios fácilmente, o si habría tenido que adaptarse a ellos. Cerré la puerta, mi mente grogui pero llena de preguntas.
La mañana llegaría demasiado pronto.
Me dirigí por el pasillo hasta mi habitación y caminé dentro. Me tomó algún tiempo darme cuenta en el medio de mi cambio de ropa a una enorme remera, que Dominic estaba hablando en la habitación al lado a la mía.
Mi corazón cayó en picado mientras la sangre en mis venas se apresuraba en su marcha. Había dejado entrar Lynetta después de todo? Ella lo habría obligado a hacerlo?
Corrí hasta la habitación de huéspedes y tironeé de la puerta para abrirla. Dominic estaba sentado en el borde de la cama, usando solamente un par de boxers negros satinados, decorados con brillantes labios rojos, mientras hablaba por un celular.
Tragué por verlo casi desnudo, y yo llevando solamente una remera. “Lo siento,” Susurré, preguntándome qué en el mundo pensé que habría hecho si hubiera encontrado a Lynetta en la habitación con él. Abofetearla tontamente?
Me guiñó, luego se dio cuenta de mi apariencia y sonrió. “Sí, Mamá. Estaré en lo de un amigo. Estaré seguro por esta noche. Te llamo mañana.” Cerró su teléfono. “Necesitas otro beso de las buenas noches?” Luciendo pecaminosamente malvado, levantó sus cejas.
Apunté hacia mi habitación. “Me preocupé cuando escuché voces aquí.” Coloqué un rizo suelto que se balanceaba en mi mejilla detrás de mi oído, sintiéndome culpable por pensar mal de él. “Tu... tu tienes una madre?”
Su boca se dobló en una mueca con humor. “Sip. Y un padre, también. Cada niño normalmente tiene uno de cada uno para empezar”
Él estaba fastidiándome de una manera afectuosa, y me di cuenta cuan ridícula debí haber sonado. “Yo... yo nunca pensé que tendrías una familia cerca. No les dijiste sobre mí? Sobre... nosotros?”
“No quiero levantar sus esperanzas. Ellos todavía están bastantes sacudidos sobre esto. Temen que la población humana quiera mi cabeza en una estaca, o debajo de un cuchillo para deducir cómo me volví de este modo, mis padres tratan de mantenerlo en secreto. Ellos le dijeron a mi escuela que salí herido en un gran accidente, y seré enseñado en casa el resto del año. No puedo ver a ninguno de mis amigos ahora. Todo tiene que mantenerse en un gran secreto.”
Sin saber que más decir, asentí. Podía imaginar a mis padres molestos si yo hubiera sido convertida. Pero no podía imaginarme cuán difícil debía ser para él deber abandonar a sus amigos y vivir una vida de en secreto como esta. “Puede Lynetta entrar a tu casa?”
“No. La conocí en el lugar de las hamburguesas.”
“Y sigues yendo allí?”
“Las mejores hamburguesas asadas en toda la ciudad.” Él me guiñó, sus ojos llenos de alegría.
Me pregunté cómo podía tomarse su situación con tan buen humor. No creía que yo pudiera manejarlo de esa manera. Caminando hacia atrás en dirección a la puerta, deseé poder ayudarlo a recuperar su forma de ser anterior, instantáneamente. Pero por ahora, debía salir de la habitación de invitados donde un casi desnudo vampiro masculino estaba sentado en un cobertor de cama púrpura. “Te veré mañana.”
“Dulces sueños.”
“Uhm, sí. Bueno, tu también.”
Me apuré fuera de la habitación, preguntándome si habría visto el rubor apareciendo en mis mejillas tan calientes como se habían vuelto cuando lo vi desvestido. Pero cuando llegué a mi habitación, un horrible pensamiento llenó mi cerebro. Si él podía verme en la oscuridad, era normal para él, siendo que era un vampiro. Pero yo no había encendido la luz para verlo. De hecho, cuando me cambié a mi remera para dormir en mi propia habitación, y siquiera ahora cuando caminé a través del pasillo, no había encendido ninguna de las luces.
Caminando dentro de mi habitación, alcancé y encendí el interruptor de luz. Las luces resplandecieron, pero no iluminaron la alcoba más de lo que estaba.
“Dominic!” Grité, rabia llenando cada célula de mi cuerpo.
Instantáneamente, apareció en mi puerta. Una mirada de perplejidad se extendía por su rostro. Parecía totalmente inconsciente de lo que me había pasado.
“Qué está mal Marissa? Temí lo peor-que Lynetta había ganado la entrada de algún modo-”
Crucé mis brazos. “Cómo puede ser que pueda ver todo en la oscuridad?”
Su cara cayó. “Traté de decírtelo.”
Mi boca cayó abierta antes de poder pararla. “Decirme qué? Que mentiste?” Mi mente trató de recomponer cada detalle de lo que acababa de pasar. No recordaba haber bebido su sangre. Habría borrado la experiencia de mis pensamientos?
“Me mordí la lengua, por accidente.”
“Qué?”
Él sacó su lengua mostrándomela. Levanté mis cejas. Volvió a guardar su lengua dentro. “Mi celular vibró justo cuando te estaba besando, y me mordí la lengua por la sorpresa. Cuando te besé profundamente, no tenía idea de que me había cortado la lengua y que había derramado sangre.”
“Tú compartiste tu sangre conmigo? Tú dijiste-”
“Sé lo que dije. Cometí un error. Pero-”
Traicionada por un engañoso vampiro! Agarré uno de mis almohadones aterciopelados con forma de corazón y se lo lancé, incapaz de refrenar mi furia. “Vete!”
“Si salgo fuera, Lynetta estará esperando por mí.”
Mi corazón instantáneamente paró, y tragué convulsivamente. “Quiero decir, sal de mi habitación.” Jeez, de ninguna manera lo quería dejar a la merced de un vampiro psicópata.
El pensamiento de tirarlo fuera con sus sangrientos colmillos rasgando su garganta... me estremecí.
Él lucía tan miserable que reconsideré mis acciones y mis duras palabras. Pero había compartido su sangre conmigo, y ahora podía ver en la oscuridad, como un vampiro lo podría hacer. Qué más me habría hecho él con ese solo beso?
“No creo haberte cambiado mucho más que eso, Marissa, si eso alivia tu mente de alguna forma. No puedes haber bebido mucha de mi sangre.”
Mi temperatura estaba todavía elevada por la irritación. Se suponía que él me daría una opción.
“No lo hice a propósito. Lo juro. Nunca te hubiera hecho esto a ti sin preguntarte si estabas de acuerdo. Si quieres que me vaya, lo haré.”
Aunque él era sincero, noté que deseaba con todo su corazón que no lo mandara a enfrentar al vampiro.
La idea de él dejando la casa y quedando bajo la merced de Lynetta me aterrorizaba y hacía que bilis subiera por mi garganta. Sacudí mi cabeza. “No la casa. No quiero que dejes la seguridad de la casa.”
“Lo siento, Marissa. Realmente, lo siento.”
“Está bien.” Traté de retener mi rabia dentro, comprendiendo en algún otro nivel, que él no había planeado lo que había pasado. “De algún modo, la venceremos,” Traté de tranquilizarlo a él y a mí misma.
Él asintió, aunque todavía lucía terriblemente desconcertado.
“Buenas noches.”
Él dudó, pareciendo querer confortarme, pero no estaba de humor para tolerar su toque. Pareció notar como me sentía, entonces dejó la habitación, cerrando la puerta detrás de él.
Me senté en mi cama, envolví mis brazos estrechamente a mí alrededor, tratando de reconfortarme a mi misma. Sabiendo que ahora había sido cambiada, también, me pregunté si sabría él de qué estaba hablando. Habría transferido otras extrañas habilidades hacia mí que todavía no había advertido?
Una cosa que no podía hacer era leer su mente. Quizá estaba en lo correcto, entonces. Quizá, la única cosa que había cambiado sobre mí era la habilidad de ver en la oscuridad. Eso claramente no era algo malo. Podía ahorrar en electricidad. Podía ayudar cuando condujera en la noche.
Me arrastré debajo de mis mantas y las sostuve debajo de mi barbilla. Todavía la idea me daba vueltas... qué habíamos hecho en realidad?
“Debes saber esto, dulce Marissa. Verdaderamente te quiero con todo mi corazón.”
Me quedé mirando fijamente a la pared que lo escondía de mi vista. Él no había hablado una palabra... no en voz alta. Podía leer su mente?
“Dominic!”

TRADUCIDO POR MÍ ♥

***chivis***  – (21 de julio de 2009, 13:16)  

valla!!!

este capitulo ha estado muy bueno, me encanto!!!

Alba*  – (23 de julio de 2009, 14:06)  

La historia está realmente interesante!!

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