Capítulo 9 / El vampiro en mis sueños

CAPITULO NUEVE

DOMINIC

No puede evitarlo, vaya Príncipe de las Tinieblas que era. Marissa era mía para proteger, como yo era suyo. Cuando escuché las susurrantes palabras de uno de los siervos humanos de Lynetta amenazando a Marissa, no pude controlar mi reacción vampírica. El siseo escapó de mis labios antes de que pudiera detenerlo. Kate lo oyó, también lo hizo el sirviente y Marissa. Afortunadamente, todo el resto estaba demasiado lejos y preocupados, los hechiceros y brujas trabajando en sus propios hechizos de relajación mientras sus voluntarios humanos esperaban pacientemente por su resultado.
Tan pronto como me giré para enfrentar la amenaza, la sierva humana arremetió con una cuchilla de 25 cm hacia el corazón de Marissa. Ambos, Marissa y yo, agarramos el brazo de la misma con velocidad vampírica y lo tiramos hacia arriba. La mujer gritó, la profesora gritó, Kate gritó y la daga salió volando en el aire.
Con su mano sobre su pecho, la Sra. Robertson dijo, “por favor, sean cuidadosos con la voluntaria queridos. Es sólo un simulacro.”
No era más simulado de lo que había sido el que besara a Marissa la noche anterior. Mi mente hervía de furia, y tenía que combatir el impulso de destrozar la garganta de la mujer mientras luchaba por mantener mis ya extendidos caninos, ocultos. El abrumador deseo de usarlos mientras anulaba esa urgencia estaba dándome un doloroso calambre en la quijada.
Marissa, por otro lado, rápidamente puso en funcionamiento el hechizo sobre la sierva, borrando los pensamientos de lo que ella tenía por intención hacer a Marissa.
Kate parecía estar intentando hacer lo mismo sobre la mujer. Tal vez pudieran borrar su mente de todo, por siempre. Les di una sonrisa apretada y las ayudé. Con los tres borrando la mente de la vasalla, tal vez nos pudiéramos encargar de uno de los juguetes de Lynetta de momento.
La profesora me habló, su tono dulce como la sacarina. “Terminó con su voluntario, Sr. Dominic?”
“Sí, señora,” dije, esperando me las haya ingeniado para ejecutar el hechizo apropiadamente antes de que la asaltante de Marissa ganara mi atención.
Me giré hacia el hombre con el que había estado trabajando y silenciosamente le comandé llevar a la sirviente de Lynetta hacia la estación de autobuses, le comprara un boleto y la enviara a la Ciudad de Nueva York. Podría vagar por allí por un buen y largo rato, tratando de descifrar que tramaba.
Lynetta habría perdido uno de los secuaces que estaba siguiendo sus malévolas órdenes.
Cuando el hombre tomó el brazo de la mujer y la sacó del aula, la profesora sonrió. “Bueno, ellos parecen complacidos. Lamento que no tengamos ninguno con el que pueda trabajar usted, señorita Kate.”
Kate intercambió miradas con Marissa y conmigo. “Creo que puedo hacer el hechizo sin problemas.”
Me hubiera encantado poder leer la mente de Kate. Ella parecía pensar en lo que había sucedido, y creo había llegado a la conclusión de que yo no era totalmente malo después de todo.
Cuando el resto de los estudiantes terminó sus hechizos y la campana sonó para nuestra siguiente clase, ella empecinadamente siguió los pasos de Marissa y míos hacia fuera.
“Está bien, díganme la verdad, ustedes dos. Quiero saberlo todo.” Kate agarró el brazo de Marissa y el mío y nos empujó fuera del camino de los estudiantes.
“La verdad es que estamos ‘saliendo’,” dijo Marissa, con sus ojos entornados.
Mi estómago se tensó mientras esperábamos por la respuesta de Kate, la cual estaba seguro sería explosiva.
“Cuando sucedió esto? Cuando él te estaba mordiendo hasta el sometimiento?” Sus dientes se apretaron, Kate apuntó a las desvanescientes marcas de mordida sobre el cuello de Marissa.
Nuevamente me sentí culpable de haberle dejado cualquier signo de lo que había hecho sobre la delicada piel de Marissa.
Cruzándose de brazos, Marissa echó unas risitas por lo bajo. “Él no puede controlarme, si eso es lo que te preocupa.”
Kate gimió en voz alta. “Te estás escuchando?”
Estaba casi seguro de haber convencido a Marissa de que era mía, pero ahora con el interrogatorio de Kate y la ira que exhibía, mis garantías se estaban escurriendo.
“Sí, Kate. Él necesita mi ayuda. Y voy a dársela.” Marissa parecía comprometida y determinada a permanecer a mi lado, gracias al cielo.
“Él necesita una amante para toda la eternidad, y tú eres la indicada, correcto? Hasta que vea a otra chica más bonita, y entonces ella sea la indicada? Por cuántos siglos ha estado ocurriendo esto? A cuántas ha besado hasta someterlas y sólo Dios sabe qué mas?.”
Marissa se rió.
Su amiga me había acusado de toda clase de cosas horrendas, y mi chica se reía?
“Bueno, a decir verdad, Kate, creo que la única cosa terrible que él ha hecho fue darle a la última chica un beso --”
“La anterior a la última,” le recordé. “Tú fuiste la última que besé, y no fue una cosa terrible.”
Marissa me sonrió. “Sí, mi error. La chica que besó antes que a mí era una vampiro – Lynetta. Luce como de la edad nuestra, pero pienso que es mucho más vieja.”
“Trescientos años,” suministré, preguntándome cómo pude haberme involucrado con una mujer tan mayor.
La boca de Kate cayó abierta mientras me miraba fijamente, sus ojos, dagas color esmeralda, sus mejillas en carmesí. “No puedes pedirle a Marissa que te ayude. Conseguirás que la maten. Qué fue todo este asunto con el humano hace unos momentos?” Ella hizo un gesto vago con la mano hacia el salón de clase atrás nuestro.
“Esa era uno de los vasallos de sangre de Lynetta. Ella se alimenta de ellos, pero no comparte su sangre con ellos. Ellos permanecen ligados a ella, pero no convertidos. Los usa para hacer su trabajo mientras duerme,” expliqué.
Kate se cruzó de brazos y me frunció el ceño. “Grandioso. Así que ahora estos sirvientes vendrán tras Marissa e intentarán asesinarla? Rompe con Marissa! Deja que la vampiresa sepa que no tienes interés en ella, y dejará a Marissa en paz. Si te interesas tanto por Marissa como parece…”
“No puede, Kate.” Marissa tocó su hombro. “Él necesita mi ayuda. Si no mato a la vampiresa, ella lo transformará en forma permanente.”
Kate se quedó mirando fijo a Marissa. “Matarla? Tú tienes que matarla?”
Marissa asintió.
Volteándose para enfrentarme nuevamente, Kate dijo, “tú eres sólo parcialmente un….un--”
“Príncipe de las Tinieblas,” ofrecí con una pequeña inclinación de cabeza.
“Es por eso que puedes estar fuera en la luz del sol.”
“En un día nublado”, Marissa corrigió.
Kate arrugó severamente sus cejas. “Tú no te quedaste con Marissa toda la noche pasada, no?”
No estaba preparado para esa pregunta. Y estaba seguro que Marissa querría negar la verdad del asunto. Pero cuando habló, estaba sorprendido de escuchar lo que dijo.
“Kate, nunca te he mentido antes y no pretendo hacerlo ahora. Pero debes creerme cuando digo que Dominic y yo estamos ligados el uno al otro. Ya sea que sea el destino o lo que fuere, no importa. El hecho es que Lynetta trató de tomar más de su sangre anoche, y yo tuve que ahuyentarla con una estaca de jardín.” Kate parpadeó, pero Marissa prosiguió. “Entretanto, usando un hechizo de liberación, y con el forcejeo de Dominic, nos las ingeniamos para librarnos de ella y entrar a la seguridad de mi casa. Él no podría haberse ido anoche, no con ella hambrienta de su sangre afuera.”
“Y en su lugar tomó él algo de la tuya?” Nuevamente, Kate miró a la delatora mordida sobre la garganta de Marissa.
Podía notar, por la amargura en la voz de Kate, que no estaba complacida conmigo, o en cómo había puesto en peligro la vida de su amiga. Pero de momento, me mantuve callado, dejando a Marissa explicar, como Kate había sido su amiga por años, no mía. Esperaba más allá de toda esperanza que Kate pudiera entender. Sin importar cuánto deseara proteger a Marissa de todo y todos, tenía que darle algo de control sobre su vida del que seguramente perdió cuando me entrometí en ella.
“Tuvo que hacerlo, o se debilitaría más. Esta noche, cuando ella regrese por él---”
Kate lanzó sus manos al aire en señal de exasperación y gimió de nuevo. “No puedo creer esto.” Puso sus puños sobre sus caderas. “No puedes estar planeando tenerlo en tu casa nuevamente esta noche.”
“No puedo permitirle estar sola,” intercedí.
“Marissa puede venir a mi casa.”
“No,” Marissa dijo con firmeza. “No puedo ponerte en peligro a ti y a tu familia también.”
Kate caminaba de atrás para adelante en el pasillo, deteniéndose cuando la campana que daba aviso del inicio de la siguiente clase sonó. Se giró hacia Marissa. “Me quedo a dormir contigo.”
Kate me sorprendió total y completamente. Marissa tenía en ella a una verdadera y leal amiga y mi admiración por Kate se incrementó.
Los ojos de Marissa se ampliaron. “No”, susurró. “Kate, no puedes. Lynetta vendrá tras de ti también.”
Kate sonrió con una especie de mueca maléfica. “Ya te ayudé a borrar la mente de uno de sus vasallos. Puedo hacerlo nuevamente. Además, tú me has ayudado a deshacerme de serias ataduras con chicos….” Me echó un vistazo como si yo entrara en esa categoría, luego enfrentó a Marissa nuevamente. “Así que te la debo.”
“Pero Lynetta es malvada hasta la médula. Yo --”
“O bien me dejas entrar en esta…..o dejo colar a mis padres que tienes a un chico quedándose en tu casa. Ellos le dirán a tu tía. Ella les contará a tus padres. Sabes en que resultará eso.” Kate deslizó su brazo por entre el de Marissa y la encaminó hacia la clase de pociones. “Trato?”. Ella mi miró otra vez a mí.
“Cuantos más mejor,” dije, suponiendo que no nos quedaba otra opción. Y tal vez, sólo tal vez, una bruja más podría ayudarnos.
No estaría Lynetta sorprendida?
Marissa sacudió su cabeza. “No la quiero involucrada! No es seguro para ella. Bueno, para ninguno de nosotros, pero nosotros no podemos evitar hacer lo que tenemos que hacer. Ella aún tiene una opción.”
“Estoy de acuerdo.”
“Ustedes se dan cuenta,” dije, intentando disuadir a Kate para la paz mental de Marissa, “Que tendremos que destruir a Lynetta?”
Los labios de Kate se elevaron. “Seeh, bueno, cuando una chica trata de robar el alma gemela de otra, diría que es una proposición justa.”
Marissa se quedó mirando sin palabras. Luego frunció el ceño. “No sabes en qué te estás metiendo.”
“Bueno, imagino que cuando el ‘hermoso como para caerse muerta’ aquí presente te besó anoche, tú tampoco lo sabías.” Kate miró de regreso a mí y guiñó un ojo.
Mujeres. Si viviera otros mil años, aún no podría descifrarlas. Primero me odiaba hasta las tripas, y ahora era hermosísimo?
Cuando entramos a la clase de pociones, un profesor viejo y protestón nos hizo señas hacia las mesadas donde se ubicaban vasos y tarros con ingredientes. “Están tarde,” dijo abruptamente, con las tupidas cejas blancas juntas frunciendo el ceño. Sus nudosos dedos peinando la blanca barba que se extendía hasta sus rodillas. Él ni siquiera parecía notar que yo era nuevo en su clase.
“Están tarde,” repitió, y nos apuramos a tomar los únicos tres asientos desocupados al frente de la clase.
Marissa se volteó hacia mí. “Él escupe cuando habla. Pierde la dentadura. Todos evitan sentarse al frente.”
Arrugué mi nariz. Ella reprimió una risa.
El profesor dijo, “todos tenían que tener los ingredientes para la poción de dormir.”
“La poción de invisibilidad, Sr. Thorton,” Kate le recordó.
Él se le quedó mirando por un momento, aclaró su garganta, luego asintió. “Si, cierto, la poción de invisibilidad. Aprendieron el procedimiento la semana pasada, pero ahora que tienen los ingredientes, pueden ponerla en práctica. El examen es a libro abierto.”
Marissa me miró, la preocupación grabada en su frente. “No tengo suficientes ingredientes para ambos.”
“No necesito la poción para volverme invisible.”
“Cierto. Podemos simplemente inventar algo.”
Marissa abrió su libro y comenzó a deslizar sus ingredientes dentro de la botella. Kate me echó un vistazo, y luego, dándose cuenta de que no tenía nada para poner en la mía, empujó algunas raíces, una sustancia de aspecto herbal, un frasco de líquido amarillo y tres hongos hacia mi lado.
Sorprendido, pero enormemente agradecido, incliné mi cabeza hacia ella, agradeciéndole en silencio. Luego de añadir las cantidades apropiadas al vaso de precipitado, le entregué nuevamente el resto con mi profunda gratitud.
“Compañeros en el crimen,” susurró y me dio una sonrisa socarrona.
Me dí cuenta entonces, de alguna forma me había ganado a la mejor amiga de Marissa también, lo cual sólo podía ayudar a nuestra situación a estas alturas.
Luego de añadir el agua hirviendo a la mezcla, revolviendo y agitando los ingredientes hasta que se disolvieran en un fino líquido, íbamos a probar la poción sobre nosotros mismos. Levanté el enfriado vaso de precipitado hacia mis labios, pero no pude forzarme a mí mismo a beber la poción de hediondo olor, agridulce y ligeramente ácida. Fingí tomarla, luego puse el vaso de precipitado sobre la mesada. Con un movimiento de mi mano, desaparecí. A continuación, también lo hizo Marissa.
“Puedes sentirme aquí a tu lado, Marissa?”
“Eres invisible.”
Sentí el calor de su cuerpo, olí el perfume de su esencia, escuché al sutil incremento de los latidos de su corazón. La hubiera alcanzado y tirado hacia mí, pero quería que ella aprendiera a encontrarme por su cuenta cuando ella estaba invisible.
“Sí, soy invisible, pero puedes sentir mi presencia? Cierra tus ojos y usa tu sexto sentido para localizarme.”
Se acercó, su aliento rozando mi mejilla, su corazón latiendo más rápido. Moví mis labios hacia los suyos y sonreí cuando su boca se elevó.
“Siento que estás muy cerca, Dominic.”
“Mmm....., si, tienes un gran sentido de la percepción.”
La besé como lo había hecho la noche anterior, incrementando la pasión, gentilmente al principio. Ella zumbó de placer cuando besé sus párpados, sus mejillas, y luego bajé hacia sus labios.
De repente, aplausos colmaron el salón.

TRADUCIDO POR CHLOE♥

Dae  – (29 de julio de 2009, 20:04)  

QUE????? no puede terminar el capitulo asi me estoy muriendo de la duda...por que fueron los aplausos???? No pueden dejarlo asi....
Muchas gracias por el capi...very good

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