Capítulo 16 / El vampiro en mis sueños

Capítulo Dieciséis
MARISSA
Mi corazón y cabeza martillaron con frustración y preocupación mientras me apresuraba fuera de la casa de mis padres con Kate, no sabiendo a donde ir para salvar a Dominic de sí mismo.
Ninguna de las dos se sentía totalmente segura de que él estaba totalmente recuperado de su experiencia con el relámpago de luz. A menos que haya fingido su pérdida de fuerza. Entonces lo mataría por mentirme una vez que tenga mis manos encima de él.
Pero por qué no esperó hasta que hubiéramos caído dormidas? Por qué la artimaña? Porque había estado tan enojada con él, que lo había hecho irse.
Por tenerlo en casa seguro, me retractaría de cada palabra y acción.
“Al Puesto de las Hamburguesas?” Le pregunté a Kate, mi voz al borde del pánico. “Ahí es donde él dijo que vio a Lynetta por primera vez. Crees que intente encontrarla nuevamente allí?”
Kate estuvo de acuerdo. “No tengo otra idea de donde podría estar. Suena bien para mí.”
Antes de poder moverme unos pocos pasos de la casa, una brisa revolvió de repente, y un cruel batir de alas nos informó de la llegada de un vampiro. Enseguida mi corazón se hundió, llenándose de un miedo negro.
Lynetta sonrió con desprecio hacia mí a varios pasos de distancia. Vestida con un apretado atuendo, pantalones negros de cuero, y una chaqueta corta, ella lucía como el bebé de un motorista quién había perdido sus ruedas. Su largo, negro cabello colgaba hasta sus caderas en espesos, exquisitos rulos. Nuevamente, sus desalmados, ojos color cuervo me miraron. Con sus malvados colmillos escondidos, pude ver ahora que ella era una belleza.
“Pequeña bruja estúpida,” ella siseó.
Instantáneamente, destruyó la imagen que tenía de ella siendo una belleza.
Esperando que ellos funcionaran en contra de una poderosa vampiro anciano, ambas, Kate y yo formamos precipitadamente hechizos de protección alrededor nuestro.
“Dominic te quería como un tentempié de medianoche,” la vampiro se mofó. “Eso fue lo que él me dijo. Pero noooo, luego decidió mantenerte como su muy propio juguete.”
Su voz era oscura y sensual con un encantador atractivo a ella. Pero no podía creer que la vampiro transformara la historia de esa manera. Pensaba ella que creería que estaba diciendo la verdad? Después de lo que casi le hace enfrente de mí? Por qué simplemente no nos atacaba para terminar con todo esto?
“Él dijo que tenía que seguir esta pequeña farsa por él. Él te seguiría hasta tu casa, luego tratar de solicitar tu ayuda para liberarse de mí. Excepto que pusiste un obstáculo al dejarlo entrar. Debe haber matado su propia-imagen superior. Los ancianos tienen el ego del tamaño del mundo, tú sabes.”
“Tú te le acercaste en el Puesto de la Hamburguesa,” me opuse, sabiendo que mentía. No había modo de que él hubiera venido tras de mí para pretender liberarse de Lynetta como parte de un juego sádico.
“Al revés, encanto.” Lynetta me dio una dulce-enfermiza, sabelotodo sonrisa. “Le gustan cosas jóvenes, ya ves. Se aparece cuando las adolescentes salen.” Apenas tomó una respiración, y siguió delante. “Él me ordenó que actuara y armó la escena entera. Él fue quien me convirtió... no al contrario. Él es el anciano, no yo. Desde que me convirtió, no tengo elección de hacer otra cosa que no sea lo que desea. Créeme, te odio, porque lo quiero todo para mi sola, pero...” Ella dejó caer un hombro, como signo de derrota. “Él es el que está a cargo. Tú eras el último desafío, no lo ves? Una bruja quien no podría ser obligada fácilmente a hacer lo que desea. Es por eso que te encontró tan... intrigante. Él cansado de hembras humanas que podría controlar mirándolas simplemente a los ojos.”
Rápidamente consideré lo que había pasado hasta ahora tan lejos como lo recordaba, aunque la vampiro estaba atornillando en mis recuerdos. Él me había marcado como su objetivo de la manera en que ella dijo? Fácilmente ganándome solicitando mi ayuda en su defensa? Invitando a un extraño a mi casa, cuando normalmente no lo haría?
Aplastando mis dudas, dije a través de mis apretados dientes, “Él no te cambió. Puede salir durante las horas de luz. Tú no puedes. Tú eres la vampiro anciano. Tú eres la que lo convirtió.”
“Él te dijo que no podía estar fuera en las horas de luz?” Su risa era amarga, cortando a través de mí como tijeras rasgando la seda. “Te dijo también que si compartías tu sangre con él, y la suya contigo, y que luego de matarme, todo estaría bien? Que tiene familia por estos alrededores en alguna parte? Los has conocido? Ellos murieron trescientos cincuenta años atrás, después de que les arrancó sus gargantas. Él tenía un hermano mayor. Te ha dicho eso?”
Miré hacia Kate. Sus ojos eran tan redondos como la luna llena.
“Su hermano mayor hubiera heredado el ducado. Dominic no hubiera tenido nada, por ser el hijo menor. Él asesinó a su familia cuando su padre estaba enfermo y estaba muriendo.”
Lynetta cruzó sus brazos. “Acerca del negocio de la luz del día, siempre ha sido capaz de moverse alrededor durante el día, mientras el cielo esté lo suficientemente nublado. No te dijo eso? Todos podemos.”
“No te creo.” Sin embargo un goteo de miedo se atrevió a brillar débilmente abajo mi espina. Qué si lo que ella decía era la verdad?
“Él quiere ahora que me mates, no es cierto? Se suponía que yo fuera su compañera por toda la eternidad. Él te prometerá lo mismo. Inmortalidad. Y después de un mes, o menos, encontrará una nueva chica con la que dar. Pero sabes por qué el te quiso?”
Verídicamente, no podía pensar en una razón. Debían haber millones de chicas que eran más lindas, más atléticas, más luminosas, más ingeniosas, para poder nombrar. Cualquiera de ellas me superaría.
“Tú eres una bruja. No una cualquiera, pero luces como una, ingenua y jamás besada. Así que eras vulnerable a los encantos de un vampiro como los que posee Dominic. Él tiene a todas las mujeres desmayándose a sus pies. En esencia, tú estabas madura para recoger.
Mi corazón se aceleró. Podía pensar todas estas cosas por cuenta propia. A menudo lo hacía, pero un vampiro no diría tales cosas de mí. Todavía me preguntaba cómo sabía ella que jamás había sido besada. Estaba escrito en mis labios? Habría adivinado? O peor, Dominic se lo habría dicho?
“Tú eres la anciana, Lynetta.” Le dije tan calmada como pude pretender, a pesar de que mi sangre corría a través de mi sistema y mis mejillas se volvían más calientes por la rabia.
Todavía manteniendo sus caninos lejos, ella sonrió en una especia de sonrisa simpática como si sintiera lástima por mí. “Al principio quise matarte, porque quería ser la única compañera de Dominic. No puedes entender como su traición rasgó mi corazón. Para probarte que es un vampiro anciano, no te haré daño ni a ti ni a tu amiga. No es tu culpa que haya jugado con tus fibras de tu corazón y las haya envuelto a su antojo.”
Ella meneó un dedo hacia mí. “Tuvo alguna dificultad en detenerse cuando bebió tu sangre? Si no la tuvo la última vez, la tendrá la próxima. Marca mis palabras.”
Lynetta cambió todo. Me mantuve diciéndome a mi misma que era ella la que había convertido a Dominic, no del otro modo. Todavía, un insignificante miedo trabajaba a su manera en mi subconsciente, estableciendo la duda propia que prometía plagarme hasta que supiera la entera verdad.
“Dominic no te ha convertido totalmente. Pero te ha dicho que son almas gemelas, no es cierto? Me dijo lo mismo a mí. Ahora te dice que si no me matas, lo convertiré completamente. Estoy en lo correcto? Que si lo convierto en la totalidad, vendrá por ti sin importar lo que pase. Cierto? Sin importar si era tu opción o no? Él te está preparando para lo que hará, como hizo conmigo. Le dirás que no, que no puede tener tu sangre. Ve lo que pasa. Te rogará que se la des. Cuando eso no funcione, tomará lo que pidió. Si él fuera el buen chico en todo esto, no haría tal cosa, no es cierto?”
“Por qué querría entonces que te matemos, si no eres un vampiro anciano? Por qué no simplemente dejarte vagar libre para que encuentres a alguien más?” Me sentí muy inteligente por un momento-incluso un poco engreída.
“Él sabe cuan resentida estoy por su traición. Teme que ponga a sus víctimas potenciales en su contra. No lo puedo matar porque él me convirtió, pero puedo hacer que otros vayan tras él. Ahora que ha tomado tu sangre de bruja se ha vuelto incluso más poderoso.” Las últimas palabras de Lynetta parecían estar llenas de rabia, pero ella trató de mantener una voz no amenazadora, para convencerme de que ella era inocente en esta situación. “Se seguirá alimentando de la población del lugar hasta que se vuelva demasiado arriesgado, luego se moverá a otro lugar. Pero te mantendrá cerca por un tiempo. Ve si puede explotar alguna más de tus habilidades. Una vez que haya terminado de usarte, solicitará la ayuda de alguien más para matarte como planeó hacer conmigo.”
Tomó un paso hacia mí, pero Kate y yo nos mantuvimos en nuestro lugar, esperando por el cielo que nuestros hechizos de protección duraran, pero sin querer acobardarnos antes la vampiro rencorosa. “Recuerda bien mis palabras, bruja. Intentó matarme esta noche, pero me escondí de sus mortales colmillos. Te pedirá ayuda otra vez, te suplicará que lo protejas, o estará perdido en el lado oscuro.” Lynetta escupió al suelo. “Él es el lado oscuro. Ayúdalo y te unirás a él, también, por un tiempo.”
Con un giro de su muñeca, la bebé del motorista Lynetta se desvaneció.
Mis piernas temblaron, y Kate agarró mi brazo. Nos apuramos de vuelta al porche frontal. “Ella mintió,” Sollocé, no segura porque repentinamente no confiaba en Dominic. Aún mi fe en él se estaba sacudiendo. No podía evitar preguntarme por qué me había elegido? La insípida y simple yo? Ningún chico nunca me había prestado atención. No era ni extrovertida ni espectacular en ningún modo. Habría dicho Lynetta la verdad?
“Entonces por qué estás llorando?” Kate cerró y trabó la puerta principal.
“Me sigo preguntando por qué me eligió a mí. De todas las personas hermosas, por qué eligió una bolsa marrón plana y vieja, yo?”
“Porque eres hermosa para mí,” La profunda voz de Dominic dijo detrás de nosotras desde la dirección del sofá de la salón.
Kate chilló y yo me quedé boquiabierta. Nos dimos vuelta para verlo apoyado en el respaldo del sofá, su rostro pálido como la muerte, sus ojos marrones fantasmales.
“Eres más hermosa que ninguna, Marissa,” él repitió como si tratara de convencerme de que estaba diciendo la verdad. Cambió su atención a Kate. “Podemos estar solos?”
“No.” Agarré la mano de Kate, cansada y determinada a no caer en más trampas de vampiros. “Es... es hora de ir a la cama, te veremos en la mañana.”
“Marissa, te amo.”
Asentí. Cualquier palabra que le podría haber dicho se me pegó en la garganta.
Su rostro todavía blanco como el hielo, pero sus nudillos se enrojecieron por el agarre feroz que tenía sobre el sofá. Estaba enojado conmigo?
Repentinamente, colapsó en el suelo. Kate chilló, haciendo añicos mis ya destrozados nervios, mientras mi corazón tomaba un buceo.
La noche no había ido bien en lo absoluto. Dominic estaba en mal estado físico, yo estaba en un choque emocional, y Kate no estaba mucho mejor. Después de horas sentada con Dominic mientras yacía inconsciente en el sofá, finalmente lo llevé a la habitación de invitados. Kate me siguió como un pequeño cordero perdido.
Mientras me miró silenciosamente por unos minutes, me mantuve deseando que se fuera a la cama. Luego ella finalmente susurró, “Te veré en la mañana.”
Asentí, no queriendo decirle lo que planeaba hacer, pero ella parecía saberlo de todos modos.
Ella se arrastró por el pasillo hasta mi habitación con un lento, cansado paso y cerró la puerta. Al principio, le saqué los zapatos y medias a Dominic. Miré fijamente sus pantalones por lo que pareció ser una eternidad, el pensamiento que cruzó mi mente que me lo había imaginado desnudo y puesto en exhibición ante el Tribunal de brujos. Parecía ser que había pasado una eternidad desde que nos habíamos conocido.
Desabroché su cinturón y abrí la cremallera de sus pantalones. Bueno, no lo desnudaría totalmente, solo lo suficiente para que pudiera dormir cómodamente.
Arrastré sus pantalones durante algún tiempo, luego finalmente se los saqué y aterricé de cola por tercera vez en el día. Aplasté la maldición que se elevó a mis labios.
A continuación, trabajé en su camisa, y luego se la quité. Murmuró bajo su respiración, aunque su pulso todavía era débil. No había recobrado la conciencia desde que había colapsado en el salón, lo que me había preocupado lo suficiente para temer que quizá todavía lo podía perder. Había perdido suficientes lágrimas ya. Por ahora, debía trabajar en mantenerlo con vida.
Adónde habría ido, y que habría hecho mientras estuvo fuera? Él no había estado viendo a Lynetta porque el vampiro estaba atormentándome. Entonces que había pasado con él? Estaba muriendo por saber y por decirle todo lo que Lynetta había dicho. Tenía que saber su versión de la historia, de nuevo, asegurarme que decía la verdad. Aunque no pensé por un instante que estuviera fingiendo su debilidad ahora, y si no estaba pretendiendo, cómo podía ser el vampiro anciano?
Me saqué los zapatos y pantalones. Usando solamente una blusa sedosa y panties, salté debajo de las sábanas con él, y descansé mi cabeza en su pecho. Para estar medio muerto, me sorprendió cuando su mano se cerró en mi muñeca llevándome más cerca.
Si hubiera sido de verdad el vampiro anciano como Lynetta afirmó, decidí que no importaba. Él me había encantado tan bien que lo amaba, lo quería, incluso si fuera brevemente. Era mejor que nunca haber sido querida en lo absoluto.
Al menos eso era lo pensé. Mi mente luchaba con mi corazón, arrastrando mis pensamientos por ese modo y el otro. La idea de que alguien me usara para su provecho personal hería mi orgullo.
Por un instante, me sostuvo cerca, pero luego el esfuerzo pareció cansarlo, y mi corazón se extendió hacia él, derribando mis pobres dudas. “Dominic,” susurré contra su oído, “necesitas algo de mi sangre para fortalecerte?”
Sus párpados se abrieron, y asumí que eso significaba que sí. Nuevamente tuve miedo ligeramente. Parecían haber pasado siglos desde la última vez que él había tomado mi sangre.
Dolería esta vez? Pararía cuando se hubiera llenado antes de tomar demasiado de mí, o tendría dificultades como Lynetta dijo?
Aparté mi cabello a un lado y le ofrecí mi garganta. No se movió hasta mí, Simplemente me estudió con sus líquidos, chocolates ojos que tenía una triste y lejana mirada. Al principio fui aplastada. Luego vacilé entre preocuparme de que no me quisiera más o preocuparme porque estuviera demasiado débil incluso para alimentarse. No me podía ver a mi misma mutilándome para ofrecerle mi sangre si no la podía tomar de otro modo. De hecho, derramar mi sangre Siempre me enfermaba, para ampliar, me había desmayado cuando la dermatóloga removió un lunar sospechoso de mi hombro el año anterior. Me estremecí tan solo con pensar en ofrecerle mi sangre.
“Dominic? Puedes oírme?”
Él continuó mirándome, pero no respondió. Me incliné hacia delante y besé sus labios gentilmente para comenzar. Quizá de este modo es como necesitaba ser-como lo habíamos hecho la noche previa. Mucho más agradable pensar en un beso que en dar sangre.
Él me besó en respuesta, su lengua presionando para separar mis labios. Parecía haber recuperado su apetito, excepto que me preocupé que deseara más que mi sangre en este momento. Deslizó sus manos por mi espalda, la blusa de seda resbalándose.
“Marissa.”
“Dominic, todo estará-”
Sus labios presionaron fuertes contra los míos, apasionadamente, desesperadamente entusiasmados. Me uní a sus besos, sintiendo el mismo tipo de fiera desesperación.
Mis moléculas golpearon y chocaron mientras electricidad zumbaba por mi interior.
Sin respiración, susurró contra mi cuello, “Detenme si te lastimo. Nunca me dejes lastimarte.”

Oyendo sus palabras, a pesar de la falta de fuerza que contenían, mi corazón se alegró. Nuevamente, cepillé mi cabello a un lado y expuse mi garganta. Deseé el íntimo lazo que nos convertía en uno cuando bebía mi sangre, el éxtasis que me llenaba de placer cuando succionaba.
Repentinamente, una tabla debajo de la alfombra chirrió al lado de la puerta de la habitación, alertándonos de la prematura presencia no bienvenida de alguien. Mi primer pensamiento fue que era Kate, sin poder dormir, preocupada por Dominic.
Cuando giré mi cabeza para mirar a la puerta, el malvado hechicero, Joshua, de pie alto, con sus negros ojos entrecerrados, su cabello desaliñado como si hubiera caído de la cama-del lado equivocado.



Mi corazón se sacudió por el pánico.
“Él no te merece, Marissa,” Joshua dijo, una sonrisa burlona en sus delgados, pálidos labios.
“Déjame hacer los honores.”

TRADUCIDO POR MI ♥

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