PERFECCIÓN // Capítulo 23

Traducido por: Jhos


Parte III AFUERA

La belleza del mundo……… tiene dos partes, una de risa, una de angustia, rompiendo el corazón en pedazos.

—Virginia Woolf, A Room of One's Own

DESCENSO

Tally cayó fuera de control.

Después de la calma en el globo, la inesperada fuerza del viento con que chocaba, casi le arranca la aerotabla de las manos. Tally la sostuvo cerca de su pecho, pero las ráfagas de viento continuaba tratando de apropiársela, hambrientas de arrebatarle su única esperanza de sobrevivir. Juntó las manos alrededor de la base de la tabla, moviendo sus piernas, tratando de controlar la caída. Gradualmente, el oscuro horizonte se estabilizó.

Pero Tally estaba al revés, mirando las estrellas y colgando de la tabla. Podía ver la oscura forma del globo sobre ella. Luego se su encendió la llama, envolviéndolo en un brillo plateado que contrastaba con la oscuridad, como una inmensa, luna opaca en el cielo. Supuso que Perís estaba ascendiendo tratando de deshacerse de quienes les seguían. Al menos estaba tratando de ayudar.

Su cambio la había herido, pero no tuvo tiempo de preocuparse por eso, no mientras continuaba cayendo.

Tally luchó para subirse, pero la tabla era más ancha que ella-tomo el aire como una vela, tratando de quitarse ella misma de su agarre. Era como tratar de sostener un gran cometa en una fuerte ventisca, excepto que si ella perdía el control de este cometa en particular, se estrellaría en la tierra en unos sesenta segundos.

Tally trató de relajarse, dejándose colgar allí. Hasta que se dio cuenta que algo estaba tirando de su muñeca. Aquí arriba en el vacío, los elevadores de la tabla eran inútiles, pero aún podían interactuar con sus brazaletes.

Ella ajustó su brazalete izquierdo para maximizar la conexión. Su control sobre la tabla mejoró, estiró el brazo derecho. Era como andar en el automóvil de sus padres cuando sacaba la mano por la ventana. Abriendo la palma de la mano para poner resistencia al viento, y Tally se encontró poco a poco empezando a darse vuelta.

Unos segundos después la tabla estaba debajo de ella.

Tally observó la vista de la tierra que se extendía bajo sus pies, vasta, oscura y hambrienta. El implacable frío parecía pasar directamente a través de su abrigo.

Estuvo cayendo por lo que le parecieron horas, pero el suelo no se veía cerca. No había nada que le permitiera estimar la distancia solo el sinuoso río, que se veía más pequeño que un pedazo de cinta. Tally inclinó su mano extendida, y observó que la curva del reflejo de la luna en el agua giraba en sentido de las agujas del reloj bajo ella.

Volvió a acercar su brazo, y el río se estabilizó

Tally sonrió. Al menos tenía algún control sobre su descenso.

Mientras bajaba, la banda plateada de río creció en tamaño, primero lentamente, luego más rápido, el horizonte oscuro se expandió como un gran depredador avanzando hacia ella, opacando el cielo estrellado. Aferrándose de la tabla con ambas manos, Tally se percató de que con sus piernas podía guiar el descenso, manteniendo el río justo debajo de ella.

Y luego, en los últimos diez segundos, empezó a darse cuenta de lo largo que este río era, su superficie era amplia y sinuosa. Ella vio cosas moviéndose en él.

Creció, más rápido y más rápido……….

Cuando se activaron los levantadores de la tabla, fue si como recibiera un portazo en la cara, aplastando su nariz y rompiendo su labio inferior, inmediatamente sintió el sabor de la sangre en su boca. Sus muñecas fueron retorcidas cruelmente por los brazaletes, y el impulso que llevaba la aplastó contra la tabla, sacándole todo el aire de los pulmones. Tuvo que esforzarse para poder respirar.

La aerotabla desaceleraba rápidamente, pero la superficie del río seguía creciendo en todas las direcciones como un espejo gigante reflejando las estrellas, hasta que ………….

Slap!

La tabla golpeó el agua como la palma de una mano gigante, dándole al cuerpo de Tally otra descarga de golpes, una explosión de luz y un sonido sordo en su cabeza. Y, luego estaba bajo el agua los oídos le pitaban. Dejó ir la tabla y trató de nadar hacia la superficie, tenía los pulmones vacíos por el impacto. Obligándose a mantener los ojos abiertos, Tally vió un atisbo de luz que se asomaba a través del agua turbia.

Sus brazos lucharon débilmente, y la luz lentamente se hizo más grande mientras se acercaba a la superficie. Finalmente, salió, jadeando y tosiendo.

El rió rugía a su alrededor, la corriente olas de agua turbia en todas las direcciones. Trató de nadar estilo perro, mientras el peso de su bolso trataba de hundirla. Sus pulmones aspiraron aire, y tosió fuertemente sintiendo el sabor a sangre en su boca.

Mirando a los lados, Tally se dio cuenta que había aterrizado demasiado bien, estaba en el mero centro del río, cincuenta metros a cada lado de la orilla. Maldijo y siguió nadando en espera de que las pulseras tiraran de ella.

Donde estaba su aerotabla? Para este momento ya debería haberla encontrado.

Había tomado mucho tiempo para que los levantadores se activaran-Tally había esperado frenar en el aire, no golpear el río con esa velocidad. Luego de unos momentos, se dio cuenta de lo que había sucedido. El río era más profundo de lo que ella suponía, los minerales en su suelo estaban bastante más debajo de sus pies. Recordó como las aerotablas a veces se tambaleaban sobre el río de la ciudad-los depósitos estaban demasiado lejos como para que las aerotablas trabajaran a toda potencia.

Fue una suerte que la tabla al menos hubiera disminuido la fuerza de su caída.

Tally miró alrededor. Muy densa para flotar, la tabla probablemente se había hundido hasta el fondo, la corriente la había llevado lejos de ella. Giró sus brazaletes llamando a su tabla en un radio de un kilómetro, y esperó a observarla para impulsarse a si misma hacia la superficie.

Formas se balanceaban a su alrededor, redondas e irregulares, como una manada de caimanes moviéndose con la corriente. Qué eran?

Algo la golpeó…….

Se volteó, pero era solo el viejo tronco de un árbol-no un caimán, y no su aerotabla.

Tally se aferró a él agradecida, ya que estaba exhausta de patalear. En todas las direcciones había más árboles, así como ramas, cañas y montones de hojas podridas. El río arrastraba todo tipo de cosas en su superficie.

La lluvia, pensó Tally. Tres días de intensas lluvias deben haber inundado las colinas, y limpiado toda la materia acumulada en el fondo del río, aumentando su tamaño y acelerando su corriente. El troncó al que se aferraba estaba podrido, pero unos rastros de madera sana indicaban el punto de rotura. La fuerza del agua lo había arrancado vivo del suelo?

Los dedos de Tally se deslizaron por donde el árbol había sido fracturado, y se dio cuenta sumamente recto lo había fracturado.

Como el borde de una aerotabla.

A unos pocos metros, otro árbol flotaba, cortado con el mismo filo. El aterrizaje de Tally había roto el viejo árbol por la mitad. Su cara sangraba por el impacto; todavía podía saborear la sangre. Entonces, que daños tendría la aerotabla?

Tally torció sus pulseras tratando de enviar un llamado más fuerte a la aerotabla, dejándoles poca batería. Cada segundo la corriente la arrastraba a mayor velocidad desde donde había aterrizado.

La tabla no salió a la superficie, ni atendió el llamado de su pulsera. Mientras los minutos pasaban, Tally tuvo que admitir que la aerotabla estaba muerta, un pedazo de chatarra en el fondo del río.

Cambió sus pulseras a modo apagado, y todavía aferrada al tronco, empezó a patear tratando de acercarse a la orilla.

La orilla esta resbaladiza por el barro y el suelo saturado debido a la lluvia y la crecida del río. Tally se acercó a la orilla donde había una especie de laguna, inundada de ramas y hojas, el agua le llegaba a la altura de las caderas. Era como si la inundación hubiera recogido todo a su paso y lo hubiera vertido allí.

Incluyendo a Tally Youngblood.

Se subió a la orilla, desesperada por alcanzar tierra seca, su instinto la impulsaba a seguir moviéndose lejos de la corriente del agua. Su cuerpo exhausto se sentía como si estuviera lleno de plomo, y Tally se deslizo por la pendiente, quedando cubierta de barro. Finalmente, se dio por vencida acurrucándose sobre el suelo barroso, temblando del frío. Tally no recordó haberse sentido tan cansada desde que se convirtió en perfecta, como si el río hubiera absorbido la vitalidad de su cuerpo.

Tomó el encendedor de su mochila y, con dedos temblorosos, reunió una pila de ramas. Pero la madera estaba tan húmeda por los tres días de lluvia que la pequeña llama del encendedor solo provocó un ligero silbido en la ramas.

Al menos su abrigo todavía funcionaba. Puso el calentador al máximo, sin preocuparse por la baterías, y se abrazó a si misma formando una bola.

Tally esperó que el sueño viniera, pero su cuerpo no paraba de temblar, como cuando la atacaba la fiebre cuando era fea. Pero los nuevos perfectos casi nunca se enfermaban, a menos que ella hubiera llegado demasiado lejos con lo que había hecho el último mes-comiendo prácticamente nada, quedándose afuera en el frío, corriendo a fuerza de adrenalina y café, cuando solo una hora de las últimas veinticuatro había estado completamente seca.

O finalmente estaba teniendo la misma reacción que Zane a la cura? La píldora estaba empezando a dañar su cerebro, ahora que estaba lejos de cualquier posible ayuda médica?

Horribles pensamientos la aturdieron. No tenía tabla, no había manera de llegar a las ruinas que no fuera a pie. Nadie sabía dónde estaba. El mundo estaba vacío a parte de la naturaleza, el frío, y Tally Youngblood. Incluso la ausencia de su pulsera en su muñeca se sentía extraña, como la brecha dejada por la pérdida de un diente.

Peor era la ausencia del cuerpo de Zane junto al suyo. Ella se había quedado con el todas las noches el último mes, y pasaron la mayoría del tiempo juntos. Incluso cuando no podían hablar, se había acostumbrado a su presencia constante, su toque familiar, sus conversaciones sin palabras. De repente el ya no estaba, y Tally sintió como si hubiera perdido una parte de sí misma en la caída.

Se había imaginado este momento miles de veces, finalmente abrazando la naturaleza, lejos de la ciudad. Pero ni una vez se había imaginado estar aquí sin Zane.

Y sin embargo allí estaba ella. Completamente sola.

Tally estuvo despierta tendida en el suelo mucho tiempo, reproduciendo en su cabeza los últimos frenéticos minutos en el globo. Si solo hubiera saltado antes, o hubiera pensado en mirar antes de que la ciudad despareciera bajo ella. Después de lo que Zane había dicho, ella no se podría haber acobardado, sabiendo que este escape era su única oportunidad de libertad juntos.

Una vez más, todo se había echado a perder, y era su culpa.

Finalmente el cansancio de Tally superó sus preocupaciones, y se sumió en una pesadilla.

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