Friday Night Bites / Capítulo 13

CAPÍTULO TRECE

ELLOS TE COMERÁN VIVA

Ethan en pantalones negros y una apretada camisa negra de manga larga, estaba de pie en el umbral de la cocina de Mallory, con las manos en sus bolsillos. Su cabello recogido, la informalidad del conjunto indicando que tenía planes que no involucraban negociaciones o diplomacia. Mallory y Catcher estaba justo detrás de él.

Los ojos de Morgan se abrieron de golpe, la emoción tensando su rasgos y por una fracción de segundo, plateando sus ojos.

Era simplemente algún tipo de estupefacción. Por qué estaba Ethan aquí?

“Si quieres que la cortejee apropiadamente, Sullivan, necesitarás darnos algún tiempo a solas.” Las palabras y tono eran para Ethan, pero su mirada estaba en la mía.

“Mis disculpas por la. . . interrupción,” dijo, pero no pudo haber sonado más sarcástico, de hecho, sonó plenamente feliz por interrumpir.

Fue un largo, silencioso, e incómodo momento antes de que Morgan finalmente lo mirara. Intercambiaron asentimientos con la cabeza varoniles, estos dos Maestros, los dos hombres quienes controlaban el destino de dos tercios de los vampiros en Chicago. Dos hombres que reclamaban un poco demasiada autoridad sobre mi tiempo.

“Lamento robártela,” Ethan dijo, “pero tenemos negocios de la Casa Cadogan.”

“Por supuesto.” Morgan volteó hacia mí, y en plena vista de Dios y de los invitados, me besó suavemente. “Al menos tuvimos la cena.”

Lo miré con ojos funestos. “Lo siento.”

“Seguro.”

Un incómodo silencio cayó hasta que Morgan ofreció, “supongo que debería seguir mi camino y dejarlos a ustedes dos con sus . . . negocios.” Su tono era petulante, como si no estuviera enteramente convencido de que Ethan estaba aquí por razones relacionadas a Cadogan. Solamente Dios sabía por qué Ethan había decidido oscurecer la puerta de Mallory. Si me necesitaba, por qué no simplemente me mandaba un mensaje por el beeper?

“Te acompañaré fuera,” dije.

Ethan, Catcher y Mallory se apartaron en el pasillo, permitiéndonos salir de la cocina. Morgan caminó fuera, yo detrás, ambos ignorando a Ethan mientras pasábamos a su lado.

Lo acompañé hasta la puerta, y volví a mi anterior posición en el porche.

“No es tu culpa,” Morgan dijo, sus ojos en la casa. No había duda de eso-no era como si yo hubiera invitado a Ethan a que pasara por aquí-pero me pregunté si él realmente creía que yo estaba libre de culpa. Estaba segura de que culpaba mayormente a Ethan, pero Morgan había levantado preguntas antes sobre mi relación con mi Maestro. Esto probablemente no estaba ayudando.

Fueran cuales fueran sus pensamientos, se sacudió el pesimismo y me dio una sonrisa alegre, luego inclinó su cabeza hacia la casa de piedra caliza. “Supongo que ser un Maestro omnipotente tiene sus ventajas: tener a las personas a tu entera disposición.”

“No tienes gente a tu entera disposición?” Le pregunté, recordándole que era uno de esos Maestros de los que se estaba refiriendo.

“Bueno, la tengo, pero no creo que los tenga oficialmente a mis órdenes(cortado)

“No estoy segura sobre esta caliente mierda, pero la parte de la Centinela es verdad suficiente.” Lancé mi propia oscura mirada a la puerta; Ethan y Catcher unidos en el pasillo. “Aunque no tengo idea de que se trata esto.”

“Me gustaría saber.”

Miré atrás hacia él, con la esperanza de que no me pidiera información. La preocupación se debía haber reflejado en mi cara; sacudió su cabeza. “No voy a preguntar, solamente me gustaría saber.” Luego su tono fue frío-frío como el de Maestro vampiro. Debe haber estado practicando. “Espero que si es algo que nos afecte a todos, seamos informados.”

No apuestes a eso, pensé.

Después de despedirnos, cerré la puerta detrás de mí y encontré a todo el mundo de pie en el vestíbulo. Catcher y Ethan estaban en poses idénticas-pecho fuera, brazos cruzados, mentón caído. Guerreros en concentración. Esto era serio, entonces, y no solo una manera para que Ethan me irritara más.

Cuando me les uní, expandieron su semicírculo para dejarme entrar.

“Me he enterado,” Ethan comenzó, “que una rave se llevó a cabo más temprano en la noche. Necesitamos chequearlo. También necesitamos esperar que hayamos sido los únicos que oímos sobre ella.”

Cómo Ethan se había enterado sobre la rave, dada que su usual fuente para tales cosas estaba de pie a su lado, era una interesante pregunta.

Catcher y yo aparentemente estábamos en la misma longitud de onda. “Cómo lo supiste?” preguntó.

“Peter,” Ethan dijo. “Recibió un aviso.” Eso tenía sentido, pensé, ya que Peter era conocido por sus contactos. “Un amigo suyo, un barman de un club en Naperville, oyó a dos vampiros discutiendo (cortado)

“El alcohol afloja los labios de los colmilludos?” Catcher preguntó sardónicamente.

“Aparentemente es así,” Ethan estuvo de acuerdo. “El barman no reconoció a los vampiros-eran aparentemente como Rogues vagabundos. Para el momento en que Peter escuchó a su fuente y contactó a Luc, la rave había comenzado hace mucho.”

“Entonces no podemos detenerla?” Pregunté.

Ethan sacudió su cabeza. “Pero tenemos una oportunidad de investigar con menos maniobras políticas que serían necesarias si estuviéramos deteniendo la fiesta.” Ethan miró a Catcher. “Y hablando de maniobras políticas, puedes unírtenos?”

Catcher dio solamente un asentimiento de cabeza, luego me miró. “Está tu espada en el auto?”

Asentí. “La necesitaré?”

“Lo sabremos cuando lleguemos allí. Tengo algún equipo escondido aquí, linternas y otras cosas.” Miró hacia Ethan. “Trajiste tu espada?”

“No,” dijo. “Estaba fuera.”

Todos nos quedamos silenciosos, esperando a que Ethan diera detalles, pero no obtuvimos nada.

“Entonces supongo que armaré el equipo de vampiro. Y necesito llamar a Chuck,” dijo, luego sacó su celular de un bolsillo y lo abrió. “Se supone que debemos ser un grupo diplomático,” murmuró, “no los Chicos Duros. Y puedes ver cuán bien nos está funcionando eso.”

Mallory rodó sus ojos por el mini-discurso. Supuse que no era la primera vez que lo oía. “Yo limpiaré la cena,” ofreció.

“Whoa, whoa, whoa,” Catcher dijo, deteniendo su escape con una mano en su brazo. “Perdón, niña, pero tu vienes con nosotros.”

“Con nosotros?” Repetí, Mallory y yo compartiendo la misma mirada de cervatillo asustado por los faros de luz. Sabía que él quería fomentar su aprendizaje, pero no estaba segura si este era el momento para eso.

“Necesita la experiencia,” Catcher contestó, sus ojos en Mallory.
“Y te quiero ahí conmigo. Eres mi compañera, mi valor. Tu lo puedes hacer.”

Había tensión alrededor de sus ojos pero asintió.

“Esa es mi chica,” murmuró él, y presionó sus labios contra la sien de ella.
Luego la liberó, puso el celular en su oído, y trotó por el vestíbulo hasta la parte trasera de la casa. “Sullivan,” gritó, “me debes un gran maldito favor. Y Merit, querrías cambiarte tus zapatos.”

“Hecho,” Ethan respondió. “En ambos casos.”

Mallory y yo bajamos la vista a mis lindas zapatillas de ballet. Rojas o no, probablemente no las quería usar para investigar una flebotomía.

“Agarraré un par de botas o algo,” ella dijo. “Sé que dejaste algunas aquí.” Aunque indudablemente yo tenía mejor idea donde estaban el resto de mis ropas, Mal se alejó, dejándome como niñera de Ethan. No es que pudiera culparla por tomar la salida.

Nos quedamos de pie silenciosos por un momento, ambos haciendo el mejor esfuerzo de evitar la mirada del otro. La mirada de Ethan estaba en las fotografías a lo largo de la pared del vestíbulo, la misma pared en la cual había sido aprisionada un par de horas atrás.

“Por qué yo?” Le pregunté.

Se volteó hacia mí con las cejas arqueadas. “Disculpa?” Su voz era glacial.
Aparentemente, estaba en el modo completo de Maestro y Comandante. Que suerte la mía.

“Por qué estás aquí? Sabías que tenía planes esta noche; me viste irme. Luc estaba en la Casa cuando me fui, como también el resto de los guardias. Ellos tienen todos más experiencia que yo. Podrías haber llamado a uno de ellos. Pedirles ayuda.” Y dándome un respiro, silenciosamente agregué. Darme la chance de superar el (cortado)

“Luc está ocupado protegiendo a nuestros vampiros.”

“Luc es tu guardaespaldas. Hizo un juramento para protegerte.”

Sacudió su cabeza irritado. “Ya estás en esto.”

“Luc estaba allí cuando explicaste las raves, ayudó en tu plan para mi involucración, y estoy segura que lo informaste enseguida sobre las cosas que hemos averiguado hasta ahora. Él sabe todo lo que yo sé.”

“Luc estaba ocupado.”

“Yo estaba ocupada.”

“Luc no es vos.”

Las palabras fueron rápidas, cortadas, y completamente aturdidoras. Esta era la segunda vez que me sorprendía en el lapso de unos pocos minutos.

Catcher estaba nuevamente caminando por el pasillo antes de que pudiera responder, la correa de una bolsa de lona negra en una mano, la funda de laca negra de su katana en la otra. “Tu abuelo está enterado ahora,” dijo mientras se nos acercaba, luego miró a Ethan.
“Si voy eso significa que estamos haciendo de esto algo oficial. Me estoy involucrando en beneficio de la oficina del Ombud, por lo tanto, en beneficio de la ciudad.”

“Entonces no habrá necesidad de contactar autoridades adicionales,” Ethan concluyó, y ellos compartieron un asentimiento de complicidad.

Oí las pisadas de Mallory en las escaleras. Apareció con un viejo par de botas de cuero de caña alta en sus manos.

“En caso de que hayan, tu sabes, fluidos,” dijo, entregándome los zapatos. “Supuse que cuanto más altas mejor.”

“Buena idea.”

Con mis zapatos en mano, observé a Mallory, quien se había volteado a mirar a Catcher con las cejas levantadas. Había terquedad en la posición de su mandíbula, claramente ella no iba a rendirse tan fácilmente como él hubiera deseado.

“Será una buena práctica,” él le dijo.

“Tendré semanas de prácticas que realizar, Catcher. Soy una ejecutiva-o era en todo caso. No tengo nada que hacer alrededor de Chicago en el medio de la noche”-agitó nerviosamente un brazo en el aire-“limpiando después de los vampiros. Sin ofender, Merit.” Dijo, con una mirada rápida de disculpa. Me encogí de hombros, sabiendo mucho para discutir.

Catcher frotó sus labios entre ellos, la irritación obviamente elevándose. Esa irritación era evidente en la contracción de la mandíbula, y el cosquilleo de magia empezando a aumentar, invisible pero tangible, en el aire. “Necesito un compañero,” dijo. “Una segunda opinión.”

“Llama a Jeff.”

En los años que conocía a Mallory, no estaba segura de nunca haber visto en ella esta terquedad. O no estaba ansiosa de visitar el lugar de la rave, o no estaba emocionada por la idea de probar los poderes que Catcher esperaba que practicara. En ambos casos podía entenderla.

Catcher siguió frotando sus labios, luego soltó la bolsa en el suelo. “Nos dan un minuto?”

Asentí. “Vamos,” le dije a Ethan, tomando su mano e ignorando la pequeña chispa al contacto que estremeció mi palma mientras lo arrastraba hacia la puerta frontal.

Me siguió sin ningún comentario y mantuvo su mano en la mía hasta que llegamos a la puerta, hasta que desenlacé nuestros dedos para agarrar mis llaves de la mesa.

La noche estaba fresca cuando salimos, el aire fresco un alivio.
Me senté en el escalón superior del porche y cambié los zapatos de la cita para los zapatos de trabajo, luego caminé hasta el auto, agarré mi espada, y metí dentro las zapatillas. Cuando me giré nuevamente, Mallory y Catcher estaban en el porche, cerrando la puerta detrás de ellos. Ella vino primero hasta la acera y se detuvo cuando me alcanzó.

“Están bien?” Le pregunté.

Cuando rodó sus ojos irritada, supe que estaría bien. “Lo amo, Merit, juro por Dios que lo hago, pero él es seriamente, seriamente, un idiota.”

Miré alrededor y a Catcher, quien me dio una sonrisa a escondidas. Podría ser un idiota, pero sabía como tranquilizar a nuestra chica sobre su miedo.

“Tiene sus momentos,” Le recordé.

El auto de Ethan era demasiado pequeño para los cuatro. El mío, siendo demasiado naranja brillante, no era exactamente apropiado para este trabajo, por lo que nos acomodamos en el sedán de Catcher, chicos adelante, chicas atrás, las katanas sobre el regazo de Mallory y el mío. Catcher condujo hacia el sureste, y el auto estuvo en silencio hasta que hablé.

“Entonces, que deberíamos esperar?”

“Sangre,” Catcher y Ethan contestaron simultáneamente. “En el peor de los casos,” Catcher agregó, “los cuerpos que la acompañan.” Miró a Ethan. “Si las cosas son así de malas, sabes que deberé llamar a alguien,” Catcher dijo. “Podemos desdibujar los límites jurisdiccionales, pero estaré obligado a reportar eso.”

“Comprendido,” Ethan dijo en voz baja, probablemente imaginando el escenario del peor de los casos.

“Encantador,” Mallory murmuró, frotando una mano nerviosamente por su frente. “Eso es encantador.”

“Nadie debería estar allí,” Ethan dijo, suavidad en su voz. “Y dado que los vampiros raramente beben de los humanos hasta la muerte-”

“Compañía presente excluida,” Murmuré, levantando una mano hasta mi cuello.

“-es improbable que encontremos cuerpos.”

“Improbable,” Catcher dijo, “pero no imposible. No es como si esos vampiros en particular fueran grandes seguidores de las reglas. Solo estemos preparados para lo peor, esperando lo mejor.”

“Y en que soy realmente capaz de contribuir a esta misión?”

Seguí la mirada de ella. un círculo brillante de luz amarilla flotando justo por encima de su mano, una suave, casi-mate bola de luz que iluminaba el asiento trasero del auto.

“Bien hecho,” Catcher dijo, sus ojos observándonos por el espejo retrovisor. Ethan medio giró en su asiento, sus propios ojos ensanchándose al ver la bola en su mano.

“Qué es esto?” Le susurré, como si un volumen más alto pudiera disipar el brillo.

“Es. . . “ Su mano se sacudió, y la esfera vaciló. “Es una condensación de magia. La Primer Llave. Poder.” Sus dedos se contrajeron, y la bola se acható hasta llegar a un plano de luz para desaparecer. Con su mano todavía extendida, me miró, esta chica quien podía por si sola canalizar la magia a luz, y entendí perfectamente la expresión de su rostro: Quién soy?

“Eso no es todo lo que sos,” Catcher dijo tranquilamente, como si leyera sus pensamientos. “Y no es por eso que te traje. Sabes muy bien eso. Y la Primer Llave no es todo sobre canalizar el poder a luz. Sabés eso, también.”

Ella se encogió de hombros y miró fuera por la ventana lateral.

Era gracioso, pensé, que habíamos tenido conversaciones similares con nuestros respectivos jefes mientras nos acostumbrábamos a nuestros poderes. No estaba segura de si ella era afortunada o no de estar durmiendo con el hombre que la criticaba.

“Hombres,” Murmuré.

Levantó la vista hacia mí, total acuerdo en sus ojos.

Condujimos a través de los barrios residenciales, pasando un palmo de casas, casas de varios pisos o casas siendo remodeladas una después de la otra. Como era común en Chicago, el tenor de la calle cambiaba cada pocas cuadras, desde perfectos apartamentos con ordenadas (cortado)

Nos detuvimos en un barrio industrial cerca del Lago frente a una casa-el único edificio residencial restante de la cuadra-que había visto definitivamente mejores días.

Era el resto final de lo que probablemente había sido una vez un barrio próspero, un resto ahora rodeado por lotes llenos de basura, maleza y ruinas industriales. La casa estilo la de la Reina Anne, iluminada por un solo farol de la calle, probablemente había sido una princesa en su tiempo-una vez antes, un porche invitador flanqueado por columnas estriadas; un balcón en el segundo piso; soportes ahora pudriéndose y colgando de sus esquinas. La pintura cayéndose en tiras anchas de las tablillas de madera y brotes de hierba empujados por la vida en un patio delantero enredados con plástico desechado.

La bolsa de lona de Catcher descansaba en el asiento entre Mallory y yo, se la entregué a través del espacio frente a los asientos. La abrió y sacó cuatro linternas, luego la volvió a cerrar y la colocó entre él y Ethan. Nos pasó al resto de nosotros las sobrantes linternas. “Vamos.”

Con la katana en mano, abrí mi puerta.

La esencia me golpeó cuando me puse de pie fuera del auto, linterna y katana en mano. Sangre-el olor a hierro de ella. tomé una repentina respiración, la urgencia de beber la esencia casi irresistible. E incluso más problemático, ya que ella se removió. Ethan se detuvo y volteó hacia mí, una ceja levantada en pregunta.

Me tragué el ansia y empujé abajo a la vampiro, agradecida de haber bebido sangre antes. Asentí hacia él. “Estoy bien.” El olor a abandono y a decadencia ayudó a contener la necesidad. “Estoy bien.”

“Qué está mal?” Preguntó Mallory.

“Sangre,” Ethan dijo sombrío, ojos en la casa. “El olor restante.”

Mallory le entregó la espada enfundada de Catcher a Ethan, y ambos colocamos nuestras katanas alrededor de la cintura.

El barrio estaba silencioso a excepción del crujido de una bolsa de plástico por el soplo de la brisa y el tronar lejano de un tren de carga. Sin comentarios, Catcher tomó el liderazgo. Encendió la linterna, el círculo de luz moviéndose delante de él mientras cruzaba la calle y caminaba hacia la casa. Ethan lo siguió, luego Mallory, luego yo.

Nos quedamos de pie en el bordillo, los cuatro en línea. En posición.

“Hay alguien todavía allí?” Preguntó Mallory, miedo en su voz.

“No,” Ethan y yo contestamos simultáneamente. La falta de sonido-y gracias a Dios por el mejoramiento en la audición-dejaban eso claro.

Catcher dio otro paso hacia adelante, puños apretados en su cintura, y recorrió la casa con la vista. “Yo voy primero,” dijo, ejerciendo su autoridad de Ombud, “luego Ethan, Mallory, Merit. Estén preparados para correr.” Miró a Mallory. “No te alejes demasiado. Solo mantén tu mente abierta como hemos hablado.”

Mal asintió, pareciendo reafirmar su coraje. Hubiera apretado su mano si tuviera algún coraje que ofrecer. Como era, tenía la mano derecha sudando alrededor de la linterna, los dedos de mi izquierda golpeando nerviosamente el mango de mi espada.

Catcher comenzó a adelantarse, y lo seguimos como había ordenado, Ethan y yo con las katanas a nuestro lado. Esta vez el sonido de la voz de Ethan en mi cabeza no me sorprendió.

Puedes controlar el ansia?

Le aseguré que podía, y pregunté. Qué estoy buscando?

Evidencia. Una prueba de la involucración de una Casa. Cuántos eran? Hubo una lucha?

Nuestra línea de investigadores amateurs tomó su camino por la acera en el concreto roto, vidrio marrón, y botellas de plástico de soda. el pequeño porche en la parte delantera de la casa crujió ominosamente (cortado)
Catcher abrió la antigua puerta. El olor a humedad, decadencia y sangre derramada llegaba hasta la acera. Respiré por la boca para evitar la tentación, aunque sea mínima, por la sangre.

Entramos a lo que había sido una vez un vestíbulo, y giramos nuestras linternas alrededor. Había caoba podrida debajo de nuestros pies y estábamos rodeados por un montón de terciopelo como tapiz de pared, marcado por rasgaduras, manchas de agua, y chorros de agua escurriéndose. En la otra punta del salón, una gigantesca escalera se elevaba hasta el segundo suelo. Montones de madera y latas de pintura seca estaban agrupadas en una esquina, las habitaciones salpicadas aquí ya allá con piezas gastadas de muebles pesados. El edificio había sido despojado de acumulaciones de moho, las lámparas habían desaparecido, probablemente para ser vendidas. No veía sangre, aunque el olor colgaba en el aire.

“Elijan su aventura, vampiros,” Catcher avisó en un susurro. “Este u oeste?”

Ethan miró hacia las habitaciones del lado este de la casa, luego a la escalera frente a nosotros. Su cabeza se movía mientras su mirada seguía la creciente escalera hasta el segundo piso.

“Arriba,” decidió. “Merit, conmigo. Catcher, primer piso.”

“Hecho,” Catcher respondió. Se volteó hacia Mallory y golpeó un dedo contra su sien derecha, luego a su pecho, luego a su sien otra vez.

Mallory asintió. Debía ser algún tipo de código secreto de hechiceros. Ella apretó mi mano, luego lo siguió hacia la izquierda.

Solos los dos en el vestíbulo, Ethan me lanzó una mirada. “Centinela, qué es lo que sabes?”

Deslicé mi propia mirada a la escalera y cerré los ojos. Sin visión, dejé que los sonidos y las esencias me rodearan.

Había sentido el movimiento de magia antes-cuando Celina me había comprobado, cuando Mallory y Catcher pelearon y en mi Comendación, cuando me deleitaba en el flujo de la misma, el aire se espesaba con el centelleo de la magia de docena de vampiros.

Aquí, no habían corrientes. Si algo de magia quedaba en la casa, era mínima. Tal vez un cosquilleo aquí y allá, pero nada lo suficientemente fuerte para mí como para separar, identificar.

La casa estaba igualmente silenciosa de cosas vivientes, sin incluir los movimientos del piso inferior de Mallory y Catcher, el regular sonido de los latidos de Ethan, y el inquietante escabullido de pequeñas cosas deslizándose bajo nuestros pies y sobre las paredes.

Me estremecí, apretando mis ojos cerrados y forzándome a ignorar los sonidos del ambiente.

Me enfoqué en la esencia, me imaginé a un depredador, preparado para la caza (aunque un pensamiento de una caza de salmón y espárragos). El sabor a sangre era evidente, en tal cantidad que flotaba como una nube de humo invisible, que fluía por las escaleras y a través de la sala, que cubría el olor a mojo y agua estancada. Me quedé en silencio por un momento, asegurándome que tenía el control de mi misma para continuar investigando, asegurándome que ella estaba lo suficientemente bloqueada para impedir su loca carrera hasta el segundo piso, hasta la sangre.

En silencio, en tranquilidad, capté algo más. Algo sobre la humedad, el polvo y la sangre.

Algo animal.

Incliné la cabeza, instintos agudizados. Era una presa? Predador?

Era tenue, pero estaba ahí-un resto de piel y almizcle. Abrí los ojos, y encontré a Ethan mirándome curioso. “Animales?”

Asintió. “Tal vez animales. Tal vez cambiaformas quienes no tienen la capacidad de enmascarar sus formas. Buena atrapada.”

Me hizo señas con una mano y se dirigió a las escaleras. Miedo (cortado)

Típico de una casa vieja, el piso superior contenía un laberinto de pequeñas habitaciones. El olor a sangre se hizo más fuerte cuando pasamos por las habitaciones del lado derecho, el piso de madera crujiendo a medida que avanzábamos, el haz de nuestras linternas iluminando de vez en cuando una abandonada pieza de mueble o un charco de líquido sucio alimentado por una mancha cobriza del techo.

El olor a animal permaneció, pero estaba por debajo de otras esencias en la habitación. Si un cambiaformas había estado aquí, era de paso. Él o ella, no había sido un jugador clave.

Seguimos moviéndonos a través de las pequeñas habitaciones en la parte posterior de la casa hasta que llegamos a la habitación del final de la línea. Me detuve antes de entrar, el olor a sangre repentinamente cerniéndose sobre el pasillo.
La adrenalina bombeando, bloqueé mi vampiro y pasé el haz de luz alrededor de la habitación. Luego me congelé.

“Ethan.”

“Lo sé,” dijo, deteniéndose a mi lado. “Lo veo.”

Allí era donde se habían congregado. El suelo estaba lleno de basura al azar, latas de soda, y envoltorios de dulces. Una cómoda reflejada ubicada a lo largo de una pared, nuestra reflexión distorsionada por el efecto del tiempo en la parte trasera de plata del espejo.

Más importante, tres sucios, manchados colchones yacían en varios lugares alrededor de la habitación. Los cobertores azul y blancos que los cubrían tenían obvias manchas de sangre. Grandes manchas de sangre.

Ethan me rodeó y entro, utilizando el haz de la linterna para inspeccionar la habitación, de pared a pared, de esquina a esquina. “Probablemente tres humanos,” concluyó, “uno para cada colchón, uno por cada mancha de sangre. Quizá seis vampiros, dos por persona, uno en la muñeca, el otro en el cuello. Ningún cuerpo, y no hay signos de lucha. Sangre sí, pero no cantidades obscenas. Parece que se han detenido por si solos.” Había alivio en su voz. “No hubo asesinatos, pero los humanos tampoco recibieron los beneficios que se imaginaron que obtendrían.” Su voz se había vuelto seca al final, claramente no siendo un gran fan de los aspirantes a colmilludos.

“Beneficios,” repetí, moviendo la luz hasta donde estaba Ethan de pie, con su mano libre en la cadera, mirada yendo entre los dos colchones que estaban más cerca juntos. “Cuando estábamos en tu oficina, mencionaste algo sobre convertirse en un Renfield?”

“Un sirviente humano,” dijo. “Ofreciéndole protección a un vampiro durante las horas de luz, tal vez interactuando con humanos en beneficio del vampiro. Pero no hemos tenido Renfields en siglos. Un humano podría imaginar que se le dará el regalo de la inmortalidad. Pero si un vampiro quiere hacer otro”-se detuvo para arrodillarse e inspeccionar el colchón central-“esta no es la manera en la cual el acto ocurriría.”


Inspeccioné el otro colchón, el círculo de sangre en él. “Ethan?”

“Sí, Merit?”

“Si beber es tan problemático, tan peligroso para los humanos, por qué permitirlo? Por qué no eliminar el riesgo y beber fuera de la ley por completo? Hacer que todos usen la cosa de las bolsas? Entonces no habrían políticas que permitieran las raves. Podrían absolutamente prohibirlas.·

Ethan estuvo en silencio por tanto tiempo que me giré hacia él, y lo encontré mirándome fijamente con ojos puramente de plata fundida.

Mis labios entreabiertos, la respiración saliendo entrecortada.

“Porque, cualquiera que sean las políticas, nosotros somos vampiros.” Ethan abrió sus labios, mostrándome las puntas afiladas como agujas de sus colmillos.


Estaba completamente shockeada por que me dejara verlo completamente hambriento, sorprendida y excitada por ello, y cuando inclinó su cabeza, con sus ojos plateados clavados en mí, tragué el aumento de lujuria tan densa y rápida que mi corazón galopeó.

El sonido de mis latidos, el golpe hueco de mi corazón, retumbó en mis oídos.

Ethan extendió una mano, palma hacia arriba, una invitación.

Ofrécete a ti misma, susurró, su voz en mi mente.

Apreté el mango de mi katana. Supe lo que quería hacer-caminar hacia delante, arquear mi cuello, y ofrecerle acceso.

Por un segundo, tal vez dos, lo consideré. Me dejé preguntar como sería dejarlo morder. Pero mi control, ya debilitado por el olor de la sangre, estaba amenazado a punta. Si dejaba descender mis colmillos, si la dejaba tomar el control, había una buena probabilidad de que terminara hundiéndolos en la larga línea de su cuello, o que terminara dejándolo hacerme lo mismo.

Y mientras no era lo suficientemente ingenua para negar que estaba curiosa, intrigada por la posibilidad, este no era ni el momento ni el lugar. No quería que mi primera experiencia real en compartir sangre sea aquí en medio de la miseria industrial, en una casa donde la confianza de los humanos había sido tan recientemente violada.

Así que peleé por el control, sacudiendo mi cabeza para aclararla. “Punto hecho,” Le dije.

Ethan arqueó una ceja mientras retiraba la mano, cerrando su puño y recuperando su propio control. Retractó sus colmillos, y sus ojos se aclararon, cambiando de plateado a verde esmeralda. Cuando me miró nuevamente, su expresión era clínica.

Mis mejillas se ruborizaron por la vergüenza.

Entonces, todo había sido un punto para enseñarme. No se trataba de deseo o lujuria de sangre, sino una oportunidad de Ethan para demostrar su moderación. Me sentí ridículamente ingenua.

“Nuestra reacción a la sangre,” Ethan cuestión-de-hechos comenzó, “es predatoria. Instintiva. Mientras es posible que tengamos que recluir nuestros hábitos (cortado)

Miré alrededor de la habitación, pintura descascarada, periódicos en forma de bolas, colchones dispersos, y puntos rojos sobre el suelo de madera astilladas.

“La supresión conlleva a esto,” dije.

“Sí, Centinela.”

Era Centinela otra vez. Las cosas volvían a la normalidad.

Inspeccionamos la habitación pero no encontramos ningún indicio de las Casas o algo más que podría identificar a los vampiros bebedores. Habían evitado dejar obvia evidencia detrás, lo cual no era del todo sorprendente para supernaturales quienes viajaban hasta casas desiertas a cambio de unos pocos sorbos ilícitos.

“Sabemos que los humanos estuvieron aquí,” Ethan dijo, “que sangre fue tomada. Pero eso es todo. Incluso si hubiéramos llamado a alguien, sin más pruebas de lo que pasó, la única cosa que hubiéramos conseguido de una investigación sería mala prensa para nosotros.”


Supuse que Ethan quería decir que no estaba dispuesto a involucrar al CPD en la investigación de las raves. No estaba en desacuerdo con él, especialmente desde que Catcher estaba aquí en beneficio a la oficina del Ombud. Por otra parte, si Ethan estaba realmente cómodo ocultando información, probablemente no se hubiera molestado en justificármelo a mí.

“Supongo que eso tiene sentido,” dije.

“El lugar,” dijo Ethan repentinamente, y fruncí el ceño por la confusión, pensando que me había perdido algo. Pero no me estaba hablando a mí-Catcher y Mallory estaban de pie en el umbral detrás de nosotros. Ambos lucían bien, ninguno mostrando signos de haber sido acosados por un raver remilgado. La expresión de Catcher era nuevamente la normal-ligeramente aburrido. Mallory lanzaba miradas incómodas a los colchones en el suelo.

“Sí,” Catcher estuvo de acuerdo, “luce como si la acción hubiera ocurrido (cortado)

“Tres humanos?” Preguntó finalmente.

“Eso es lo que parece,” Ethan confirmó. “Posiblemente seis vampiros, y quien sabe si hubieron observadores. No encontramos evidencias de las Casas.”

“Incluso si las Casas de vampiros estuvieran involucradas,” Catcher dijo, encontrando a Ethan en frente al colchón central, “es poco probable que hubieran dejado alguna evidencia notoria detrás, especialmente ya que la Casas no sancionan este tipo de conducta. Mucho menos beber, para la mayoría de ellas.”

Ethan hizo un sonido de acuerdo.

El silencio cayó mientras los hombres revisaban las sucias camas ante ellos. Se consultaban en voz baja mientras caminaba alrededor, antes de que se agacharan y señalaran los colchones. Miré a Mallory, quien se encogió de hombros en respuesta, ninguna de nosotras al corriente de sus conversaciones.

Catcher finalmente se puso de pie nuevamente, luego miró a Mallory. “Estás lista?” Su voz era suave, cuidadosa.

Ella tragó, luego asintió.

No estaba segura sobre que iba a hacer, pero lo sentía por ella, asumiendo que Mal estaba a punto de tirarse de cabeza por primera vez a la piscina supernatural. Habiendo tomado ese salto también, sabía que el primer paso por el tablón era un poco desalentador.

Extendió su mano derecha, palma hacia arriba, y la miró fijamente.

“Mira a través de ella,” Catre susurró, pero Mallory no vaciló.

El aire en la habitación pareció templarse, hacerse más grueso, un efecto secundario de la magia que Mallory estaba canalizando, de la magia que estaba comenzando a palparse en el aire sobre su mano.

“Respira a través de ella,” Catcher dijo. Deslicé mi mirada de la mano de Mallory a los ojos de él, y vi allí sensualidad. Los vampiros podían sentir la magia; podíamos sentir su presencia. Pero los hechiceros (cortado)

La lengua de Mal salió fuera para mojar sus labios, pero sus ojos azules seguían enfocados en el brillo sobre su mano.

“Sangre roja,” dijo repentinamente, su voz apenas audible, extrañamente ronca, “al salir la luna. Y como la luna, ellos se elevarán y caerán, estos reyes de la Ciudad Blanca, y ella triunfará. Ella triunfará, hasta que él llegue. Hasta que él llegue”

Silencio. Era una profecía de algún tipo, la misma habilidad que había visto realizar a Catcher una vez en la Casa Cadogan.

Ethan levantó la vista hasta Catcher. “Eso tiene algún sentido para ti?”

Catcher sacudió la cabeza tristemente. “Supongo que no deberíamos burlarnos del regalo, pero Nostradamus era más fácil de entender.”

Lancé una mirada a Mallory. Sus ojos estaban todavía cerrados, sudor humedeciendo su frente, su brazo extendido temblando por el esfuerzo.

“Chicos,” dije, “Creo que está por colapsar.”

Ellos la miraron.

“Mallory.” Catcher dijo suavemente.

No respondió.

Sus ojos se abrieron Repentinamente, sus bíceps temblando.

“Vayámonos, ” dijo él.

Asintió, mojó sus labios, bajó la mirada hasta su mano, y separó sus dedos. El brillo en el aire desapareció. Después de un segundo, Mal limpió su frente con la parte trasera de su muñeca.

“Estás bien?”

Me miró, asintió con naturalidad. “Simplemente un duro trabajo. Dije algo útil?”

Me encogí de hombros. “No tan útil como super-espeluznante.”

“Creo que hemos obtenido todo lo que pudimos,” Ethan dijo, “al menos que tengan otras ideas?”

“No muchas,” Catcher contestó. “Vago sentido del miedo, la sugerencia de una animal.” Miró entre nosotros. “Asumo que obtuvieron eso?”

Ambos asentimos.

“Nada más que eso. Nada más reconocible en ese sentido, y no estoy seguro si el cambiaformas estuvo aquí cuando esto pasó. Tal vez después. De todos modos, no tiene sentido que los medios descubran este lugar, al menos no todavía.” Catcher miró alrededor de la habitación, manos en sus caderas. “Hablando de eso, debería llamar a un equipo? Hacer que despojen el lugar y lo limpien?”

No se me había ocurrido que la oficina del Ombud tuviera la autoridad o la mano de obra para borrar la evidencia. Ellos se referían a si mismos como enlaces, intermediarios. Supuse que eran un poco más activos que eso.

“Pueden hacer eso?” Pregunté.

Catcher me dio una mirada sardónica. “Realmente no hablas muy seguido con tu abuelo.”

“Hablo muchísimo con mi abuelo.”

Catcher bufó y volteó, nos dirigió fuera de la habitación. “No sobre las buenas cosas. La ciudad de Chicago ha mantenido la existencia de los supernaturales en secreto antes del fuego, Merit. Y eso no es porque los incidentes no ocurrieran. Es porque nos encargamos de los incidentes.”

“Y la ciudad no se entera?”

Asintió. “Ese es el modo en que funciona. Las personas no estaban preparadas para saber. Todavía no lo están, para meterse en algunos chanchullos de los vampiros.”

Nos dirigimos a las escaleras en el mismo orden en el que entramos a la casa.

“Si estuvieran preparados para saber,” Mallory dijo, “no estaríamos aquí. Quiero decir, sé que tienen banderines y pegatinas y todo eso, pero beber en una oscura y destartalada casa no es exactamente un grito de integración. Y ahora está ese asunto con Tate.”

Eso nos detuvo a Ethan y a mí en el medio de las escaleras.
“Qué negocio con Tate?” Preguntó.

Mallory le dio a Catcher una mirada acusadora. “No les dijiste?”

“Otros negocios que atender,” Catcher respondió, apuntando el pulgar hacia el segundo piso encima de nosotros. “Una crisis a la vez.”

Catcher continuó su camino por las escaleras. Sin ninguna otra opción, lo seguimos, el silencio espesando lo suficiente para cortar el aire. Ethan prácticamente trotó por las escaleras. Cuando alcanzamos la puerta principal, luego el porche, luego la acera, Ethan se detuvo, manos en sus caderas.

Mallory hizo un silbido de advertencia. Me había preparado para el estallido de Ethan, predicho silenciosamente, “Y la mierda golpeará el ventilador en cuatro . . . tres . . . dos . . .”

“Qué negocio con Tate?” Ethan repitió, un borde de rabia en su voz.

Reprimí una sonrisa, agradecida que fuera Catcher al que Ethan estaba a punto de atacar. Eso era un buen cambio.

Catcher se detuvo y giró hacia Ethan. “El personal de Tate ha estado llamando a la oficina.” Dijo. “Ha estado haciendo preguntas sobre el liderazgo vampírico, sobre las Casas, sobre la Centinela.”

Desde que yo era la única Centinela en el pueblo, me animé. “Sobre mí?”

Catcher asintió. “La Asamblea General acordó renunciar a la legislación de gestión vampírica este año a cambio de investigar, para asegurarse que nada demasiado perjudicial ocurría. Pero eso no fue muy difícil de elegir, ya que una mayor Illinois no debe lidiar con vampiros en medio-todas las Casas están Chicago. Aunque la Ciudad del Cónsul se está poniendo ansiosa. Sé que vos y Grey hablaron con sus concejales”-Ethan asintió a esto-“pero el resto del consejo tiene sus preocupaciones. Se está hablando de la zonificación, de los toques de queda, de las regulaciones.”

“Y cuál es la posición de Tate en esta cosa?” Pregunté.

Catcher se encogió de hombros. “Quién demonios sabe lo que piensa Tate?”

“Y todavía no ha venido a ninguno de nosotros,” Ethan murmuró, ojos en el suelo, ceño fruncido. “No ha hablado con Scott o Morgan o mí.”

“Probablemente no esté listo de hablarte en persona,” Catcher dijo. “Tal vez esté haciendo su trabajo preliminar antes de establecer una reunión?”

“O está manteniendo la distancia a propósito,” Ethan murmuró. Sacudió su cabeza con reprobación, luego me miró. “Qué quiere saber sobre Merit?”

“Gustos, lo que no le gusta, flores favoritas,” Mallory aportó.

“Eso no está ayudando,” Susurré.

“No estoy bromeando. Creo que está totalmente colado por vos.”

Bufé incrédula. “Claro. El alcalde de Chicago está colado por mí. Eso es probable.”
Diferente a Ethan, yo había conocido a Tate, y pensé que había sido lo suficientemente agradable, no había modo de que estuviera colado por mí.
“Simplemente quiere información,” Catcher dijo. “Creo que sobre este punto es simple curiosidad. Y francamente, sus intereses pueden estar relacionados con su familia, en lugar de su afiliación.”

Ethan se inclinó hacia mí. “Al menos se que no estás alimentando la información de Tate, o seguro hubiera descubierto eso.”

Apreté mi mandíbula por la insinuación que había hecho antes, que era algún tipo de colador de información entre la Casa y la oficina de Tate. Decidí que había estado en el lado receptor de demasiados discursos y comentarios sarcásticos hoy. Miré a Catcher y le pedí el mismo favor que nos había pedido antes a nosotros. “Nos darían un minuto?”


Catcher miró entre nosotros, sonrió pícaramente. “Desquítate niña. Estaremos en el auto.”


Esperé hasta que las puertas del auto se cerraran. Caminé hacia delante, me detuve a unas pocas pulgadas del cuerpo de Ethan. “Mira. Sé (cortado fuck)

No esperé a que respondiera, giré sobre mis talones y me dirigí al auto. Abrí la puerta trasera, salté dentro, y golpeé la puerta detrás de mí.

Catcher captó mi mirada en el espejo retrovisor. “Te sentís mejor?”

“Está todavía de pie allí con ese expresión estupefacta en su cara?”

Hubo una pausa mientras él chequeaba, luego una risa. “Sí, lo está.·

“Entonces, sí, me siento mejor.”


El auto estuvo silencioso en el viaje al norte del Wicker Park, Ethan molesto con Catcher por no compartir la información sobre Tate dentro de su marco de tiempo preferido (es decir, inmediatamente), Mallory echándose una siesta en el asiento trasero, aparentemente exhausta por sus esfuerzos mágicos, y Catcher tarareando una maratón de ABBA que encontró en una estación de radio a.m.


Llegamos a la casa de piedra rojiza y nos despedimos. Catcher me recordó que estaba previsto practicar con él antes que nada mañana por la noche, Mallory y yo lloramos por su traslado al Aprendizaje de Hechiceros, y por el hecho que mi tiempo con ella por las próximas seis semanas sería seriamente limitado a llamadas telefónicas. Pero (cortado)

Ya que habíamos llegado separado, Ethan y yo condujimos en nuestros respectivos autos devuelta a la Casa Cadogan-él en su elegante Mercedes, yo en mi Volvo cuadrado. Aparqué el Volvo en la calle, agradecida de haber completado mi ronda de obligaciones por la noche así podría al menos tener unas pocas horas para mí misma. Pero me esperó en el vestíbulo, con un sobre crema en su mano. Ajusté las cosas en mis brazos-correo, zapatos, espada-y se lo quité.

“Esto fue entregado para ti.” Dijo.

Lo abrí. Dentro había una invitación a una gala en la casa de mis padres la próxima noche. Hice una mueca. Esta noche había sido lo suficientemente larga; no lucía como si la de mañana brindaría mucho alivio.

“Encantador,” dije, luego le mostré la invitación.

La leyó por arriba, luego asintió. “Me encargaré del vestido. Tienes entrenamiento de katana con Catcher mañana?” A mi afirmación, asintió en respuesta. “Entonces nos iremos poco después.”

“Qué hay en la agenda?”

Ethan se volteó y comenzó a caminar hacia su oficina. Lo seguí, al menos tan lejos como las escaleras.

“La agenda,” dijo cuando se detuvo, “es continuar nuestras investigaciones. Tu padre es consciente de que estamos interesados en una amenaza que involucra a los Breckenridges. Dado lo que sé de él, es probable que haya hecho su propia investigación.”

“Lo planeaste,” dije, pensando en la semilla que había plantado con mi padre. “Decirle lo suficiente sobre los Breckenridges, sobre el peligro que representan, para hacer que quiera realizar preguntas.” Aunque no estaba emocionada por la idea de ir a casa, podría apreciar una buena estrategia cuando la oía. “Eso no está mal, Sullivan.”

Me dio una mirada seca antes de girar hacia su oficina. “Yo (cortado)

Una vez en mi habitación, me deshice de mi espada, y de mi pila de correo, luego me quité los zapatos. Había dejado mi celular en la habitación, desde que había planeado pasar la noche con la única gente que sería probable que me llamara, pero encontré un correo de voz en espera.

Era de Morgan. Dijo que era para comprobar, asegurarse de que había llegado a casa sana. Pero podría oír las preguntas en su voz-dónde había estado, qué había estado haciendo, qué había sido lo suficientemente importante para motivar a Ethan a sacar a un Centinela de unos pocos meses de edad al deber. Todavía no estaba segura de tener la respuesta para esa última.

Comprobé el reloj; eran casi las cuatro de la mañana. Supuse que Morgan todavía estaría despierto, pero después de un momento de duda, opté por no regresar la llamada. No quería bailar en torno a temas, y no estaba de humor para lidiar con su menos-que-cubierta animosidad hacia Ethan. La noche había sido lo suficientemente larga, lo bastante polémica, sin esto.

Con el amanecer amenazando, me despojé de mi ropa de cita y me metí en el pijama, luego lavé mi rostro, agarré un diario Moleskine y una pluma, luego salté dentro de la cama. Escribí notas al azar mientras el sol se elevaba-sobre vampiros, las Casas, la filosofía de beber-y caí dormida, con la pluma en mano.

Traducido por mi

Anónimo –   – (6 de noviembre de 2009, 11:32)  

por faaaa kuelga el capitulo 14


ievo todo el dia mirando si lo as publikado

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