Especiales/ Capítulo 11

CAPÍTULO 11


Traducido por Jhos

VUELO


Tally cayó en la oscuridad.

El silencio de la noche la envolvió, y por un momento ella solo se dejó caer. Quizás ella había rozado la sustancia plateada mortal en su camino a través del hoyo, quizás ella estaba a punto de ser arrojada desde el cielo, o estaba cayendo hacia su muerte, pero al menos era fresco y tranquilo ahí afuera.

Luego sintió un tirón en su muñeca, y la forma familiar de su aerotabla precipitándose en la oscuridad. Tally giró sobre sí misma en el aire, aterrizando de forma perfecta como un caballo.

Shay ya estaba a toda velocidad a través del borde más cercano a la ciudad. Inclinando su tabla para seguirla, Tally llamó sus aspas de elevación, el repiqueteo se sintió bajo sus pies para construir un aullido.

El cielo a su alrededor estaba lleno de formas brillantes, todas mantenidas lejos de Tally. Cada aerodeslizador estaba tratando de mantener distancia entre ellos mismos, ninguno de ellos sabía cuales habían sido salpicadas con la sustancia plateada y cuales estaban limpias. Lo más obviamente contaminado, eran las máquinas rudimentarias en la zona de exclusión aérea, aquietando sus aspas antes de que infectaran el resto.

Ella y Shay tendrían unos pocos minutos de ventaja mientras la armada se organizaba a si misma.

Imaginando pinchazos de calor en sus brazos y manos, Tally miró hacia abajo para revisarse a sí misma de puntos de la sustancia plateada. Se preguntó si los pulverizadores dentro, estaban manteniendo los hambrientos nanos bajo control, o si el edificio iba a hundirse en la tierra.

Si la sustancia plateada era la clase de cosas que la Armería mantenían en su museo, como serían las armas “serias” que estaban almacenadas bajo tierra. Claro, destruir un edificio no era mucho para los estándares de los Oxidados. Ellos habían acabado con ciudades completas con solo una bomba, enfermando generaciones con radioactividad y veneno. Al lado de eso, la cosa plateada en verdad era una pieza de museo.

Detrás de ella aerocarros de extinción de incendios llegaban, esparciendo enormes nubes de espuma negra por toda la Armería.

Tally se alejó del caos y fue tras Shay, en el oscuro cielo, aliviada al ver que ninguna gota incandescente se había aferrado a su traje negro de camuflaje. “Estás limpia,” gritó ella.

Shay dio una rápida vuelta alrededor de Tally. “Tú también. Te dije que los Especiales nacimos con suerte!”

Tally tragó grueso, mirando sobre su hombro. Unos poco aerodeslizadores estaban moviéndose fuera del pandemonio de las tierras de la Armería, persiguiéndolas. Ella y Shay quizás eran invisibles en sus trajes, pero sus aerotablas todavía se verían como cintas brillantes de calor. “Yo no llamaría a esto suerte,” ella gritó a través del vacío.

“No te preocupes, Tally-wa. Si ellos quieren jugar, tengo más granadas.”

Mientras las dos alcanzaban el borde de la ciudad de los adultos perfectos, Shay bajo al nivel de los techos para tomar mejor ventaja de la malla.

Tally la siguió hacia abajo, tomando un ligero suspiro. Que Shay tuviera una granada fuera confortante mostraba en que clase de noche esto se había convertido.

Ella podía oír el rugido de los aerodeslizadores de construcción ahora. Aparentemente, la sustancia no había llegado a ellos.

“Se están acercando.”

“Son más rápidos que nosotras, pero no se meterán con nosotras en la ciudad. Ellos no querrán matar a inocentes transeúntes.”

Que no nos incluyen, pensó Tally. “Entonces, como escapamos?”

“Si podemos encontrar un río en las afueras de la ciudad, podemos saltar.”

“Saltar?”

“Ellos no pueden vernos, Tally -solo a nuestras tablas. Cayendo a través del aire en nuestros trajes de camuflaje, seremos completamente invisibles.” Ella estaba jugando con una de las granadas. “Solo encuéntrame un río.”

Tally pasó una superposición cartográfica a través de su visión.

“Toda esa potencia de fuego cortará nuestras tablas en pedazos,” dijo Shay. “Ellos no tendrán suficiente para…” la voz de Shay se desvaneció. A la vez el deslizador se acercó, dejando la noche vacía.

Tally hojeó bajo varias superposiciones de infrarrojos, pero no podía ver nada. "Shay?"

“Deben haber apagado sus aspas. Están moviéndose con magnetismo, totalmente clandestinos.”

“Pero por qué? Sabemos que nos están siguiendo.”

“Quizás no quieren asustar a los perfectos,” dijo Shay. “Están siguiéndonos el paso, rodeándonos, esperando que dejemos la ciudad. Entonces empezarán a dispararnos.” Tally tragó grueso. En el silencio momentáneo su adrenalina estaba cayendo, y la magnitud de lo que ellas habían estado haciendo finalmente le llegó. Por culpa de ellas, los militares estaban en un alboroto, probablemente pensando que la cuidad estaba bajo ataque. Por un momento el atractivo helado de ser un Especial desapareció. “Shay, si esto sale mal, gracias por tratar de ayudar a Zane.”

“Calla, Tally-wa,” silbó Shay. “Solo encuéntrame ese río.”

Tally contó hacia atrás los segundos. El límite de la cuidad a menos de un minuto. Ella recordó la otra noche, la emoción de perseguir a los del Humo hacia el borde de la naturaleza. Pero ahora ella era la que estaba siendo cazada, superada en número y en armamento….

“Aquí vamos,” advirtió Shay.

A medida que se aproximaban al borde oscuro la ciudad, aparecían formas brillantes alrededor de ellas. Tally escuchó primero los rugidos de las aspas viniendo a la vida, y luego lanzas brillantes de calor empezaron a rayar el cielo.

“No se los hagas fácil!” exclamó Shay.

Tally comenzó a zigzaguear, deslizándose alrededor de los arcos que describían los proyectiles que llenaban el aire. Un cañón de fuego fue disparado más allá de ella, dejando calor como el del desierto en su mejilla, fragmentando los árboles abajo como cerillas.

Ella giró y subió, apenas evitando otra ráfaga en la dirección opuesta.

Shay lanzó una granada hacia arriba en el aire. Unos pocos segundos después, estalló detrás de ellas, y una ola de conmoción golpeó a Tally como un puño, tambaleando su tabla. Ella escuchó los chillidos lastimeros de las aspas retorciéndose de dolor- Shay le había dado a uno de los aerodeslizadores sin ni siquiera apuntar!

Lo cual solo probó, por supuesto, cuantos más de ellos habían…….

Dos arcos más de fuego rayaron en el camino de Tally, quemando el aire, y ella se giró con fuerza para evitarlos, apenas manteniéndose en su aerotabla.

Hacia adelante en la distancia, una banda que reflejaba la luz de la luna brillaba.

“El río!”

“Lo veo,” dijo Shay. “Programa tu tabla para que vuele recto y a nivel una vez que saltes.”

Tally se cubrió de nuevo, otra ráfaga de proyectiles que apenas fallaron. Clavó en los controles de sus pulseras, programando la tabla para que volara hacia delante sin ella.

“Trata de no hacer ruido!” exclamó Shay. “Tres……dos….”

Tally saltó.

El oscuro río brillo bajo ella mientras caía, un tortuoso espejo negro que reflejaba el caos en el cielo.

Ella tomó respiros profundos, almacenando oxígeno, presionando sus manos juntas para penetrar limpiamente en el agua.

La superficie del río la golpeó fuertemente, luego el rugido del agua borró lo ruidos de los disparos y la aspas. Tally se hundió profundo en la oscuridad, su silencio y frío la envolvieron.

Agitó sus brazos en círculos para evitar flotar a la superficie demasiado rápido, quedándose abajo tanto tiempo como sus pulmones se lo permitieron. Cuando finalmente salió, sus ojos escanearon el cielo, pero solo encontró pestañeos en el oscuro horizonte, a kilómetros de distancia. La corriente del río era rápida y sin problemas.

Ellas habían escapado.

“Tally?” un grito rebotó sobre el agua.

“Por aquí,” respondió ella suavemente, remando para acercarse al sonido.

Shay la alcanzó con unos pocos fuertes golpes. “Estás bien, Tally-wa?”

“Seah.” Tally hizo un rápido diagnostico de sus huesos y músculos. “Nada roto.”

“Yo tampoco.” Shay sonreía con cansancio. “Vayamos hacia la orilla. Tenemos una larga caminata por delante.”

Mientras nadaban lentamente hacia la orilla, Tally observaba el cielo con ansiedad. Ella había tenido suficiente de lucha contra las fuerzas armadas de la ciudad por una noche.

“Eso fue verdaderamente helado, Tally-wa,” dijo Shay mientras se arrastraban a la orilla del río barroso.

Ella sacó la herramienta que había encontrado en el museo. “Para esta hora mañana, Zane estará en camino hacia la naturaleza. Y nosotras estaremos justo detrás de él.”

Tally miró el cortador de aleación, difícilmente creyendo que ellas casi habían sido asesinadas por algo más pequeño que un dedo. “Pero después de todo lo que hicimos ahí, alguien realmente creerá que fueron un montón de Crims?”

“Quizás no.” Shay se encogió de hombros, luego se rió. “Pero para el momento en que logren detener la sustancia plateada, no les quedará mucha evidencia. Y así piensen que fueron los Crims o los del Humo o un manojo de Especiales, ellos sabrán que Zane-la tiene algunos amigos difíciles.”

Tally frunció el ceño. Ellas solo querían hacer parecer a Zane burbujeante, no envolverlo en un ataque mayor.

Por supuesto, con la ciudad amenazada de esta manera, la Dra. Cable probablemente pensaría en reclutar algunos Especiales más, lo más pronto posible. Y Zane sería un candidato lógico.

Tally sonrió. “El si que tiene amigos difíciles, Shay-la. Nos tiene a ti y a mi.”

Shay se rió y ellas penetraron en el bosque, los trajes de camuflaje cambiaron para igualarse a los ejes moteados de la luz de la luna. “Dímelo a mi, Tally-wa. Ese chico no sabe lo afortunado que es.”

FIN DEL CAP.

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