Especiales/ Capítulo 12

CAPITULO 12


Traducido por: Nanndadu


Parte II

Rastreando a ZANE

Cuando las personas del mundo conocieron la belleza como belleza, surgió el reconocimiento de la fealdad. Cuando conocieron a Dios como Dios, surgió el reconocimiento de la maldad. —Lao Tzu, The Tao Te Ching.

CUT FREE

La noche siguiente, encontraron a Zane y a un pequeño grupo de Crims esperando por ellos, agrupados en la sombra de sus presas, calmados como el río antes de ser cercado por La Nueva Linda Ciudad. El sonido del agua cayendo y el nervioso olor de los Crims hicieron zumbar los sentidos de Tally, sus brillantes tatuajes giraban en sus brazos como molinos.

Luego de las aventuras de la noche pasada, su viejo y simple cuerpo estaría cansado de muerte. Ella y Shay caminaron hasta el centro de la ciudad antes de llamar a Tach para que trajera nuevas tablas, una excursión que hubiese enfermado a cualquier humano normal por días. Pero unas pocas horas de sueño habían restablecido el cuerpo de Tally casi por completo, y su hazaña en la Armería lucia prácticamente como un chiste—uno que quizá se le había salido un poco de las manos…

Su skintenna estaba crujiendo con la alerta de la ciudad: guardianes y fuerzas especiales en las calles, los noticieros se preguntaban abiertamente si la ciudad estaba en guerra. La mitad de Crumblyville había visto el infierno en el horizonte, y la gigante pila de espuma negra donde la Armería una vez había estado era difícil de explicar. Había un aerodeslizador militar visible en el centro de la ciudad, estacionado para proteger al gobierno de cualquier ataque furtivo. La exhibición de fuegos artificiales se había cancelado hasta nuevo aviso, dejando el cielo extrañamente oscuro.

Incluso los Cutters habían sido llamados para buscar alguna relación entre los Smokies y el Arsenal de Destrucción, lo cual Tally y Shay encontraron bastante gracioso.

El zumbido de la energía de emergencia de Tally; ella encontró toda la situación helada, como cuando la escuela era cancelada por una tormenta de nieve o un incendio. Incluso con sus adoloridos músculos, ella se sentía lista para seguir a Zane a lugares desiertos por semanas o meses, lo que sea que hiciera falta.

Pero mientras su tabla aterrizaba, Tally se aseguro de no atrapar su mirada acuosa. No quería esa fría sensación succionando dentro de ella, por su casual dolor. Así que giró su vista al resto de los Crims.

Había ocho en total. Peris estaba entre ellos, sus grandes ojos ampliándose cada vez más mientras veía el nuevo rostro de Tally. Él sostenía un grupo de globos de juguete, como un animador de alguna fiesta infantil.

"No me digas que tú te vas," resopló.

Él volteo su mirada sin pestañear. "Sé que fui un cobarde, Tally. Pero estoy listo ahora."

Tally miró los labios de Peris, la suavidad de su intento-de-expresión-desafiante, y se preguntó si su nueva actitud había llegado con una de las píldoras de Maddy. "Así que para qué son esos globos? En caso de que tu aerodeslizador se averíe?"

"Ya lo veras," respondió, reuniendo una sonrisa.

"Será mejor que tu burbuja esté lista para un largo viaje," dijo Shay. "Es posible que los Smokies esperen un rato antes de atraparte. Espero que sea ropa de supervivencia lo que hay en esos bolsos y no champaña."

"Estamos preparados" respondió Zane. "Agua purificada y seis días de comida para cada uno. Mucho Spaghetti a la Bologna."

Tally se estremeció. Desde su primer viaje a la selva, cualquier pensamiento de Spaghetti a la Bologna hacía que su estomago saltara. Por suerte, los Especiales reunían su propio alimento de la naturaleza; sus estómagos reconstruidos podían extraer alimentos de prácticamente cualquier cosa que creciera. Algunos Cutters habían tomado la casería, aunque Tally toleraba las plantas—ella había comido su parte de animales muertos en los días Smokey.

Los Crims comenzaron a levantar sus bolsos, manteniendo sus rostros solemnes, intentando lucir serios. Ella solo esperaba que no huyeran en medio de la selva y dejaran a Zane solo. Él ya se veía un poco agitado, incluso con su tabla aun en el suelo.

Algunos Crims miraban de ella a Zane. Ellos nunca habían visto a un Especial antes, mucho menos a un Cutter con cicatrices y salvajemente tatuado. Pero ellos no lucían asustados—como un burbujeante normal debería estar—simplemente curiosos.

Por supuesto, los nanos de Maddy habían estado haciendo rondas por un rato. Y los Crims serian los primeros en intentar algo para hacerlos burbujeantes.

Como podrías pasear por una ciudad donde todos son Crims? La mayoría de las personas en lugar de seguir las reglas, ellos siempre roban o hacen trucos. No terminarías eventualmente con crímenes reales - violencia al azar e incluso asesinatos - como de vuelta en los días de Rusty.

"De acuerdo," dijo Shay. "Alístense para movernos." Ella sacó el alloy-cutter.

Los Crims deslizaron sus anillos de interface de sus dedos, mientras Peris le extendía a cada uno un globo, ellos ataron sus anillos al cordel colgante.

"Listo," dijo Tally, y Peris le sonrió brillantemente a ella. Cuando dejaron ir los globos con los anillos atados, la interface de la ciudad luciría como si los Crims estuvieran tomando un lento viaje en aerodeslizadores juntos, dejando que el viento los empuje a lo largo de una típica burbuja.

Shay dio un paso hacia Zane, pero él levantó su mano. "No, quiero que Tally me libere."

Shay soltó una corta y ronca risa y le lanzo la herramienta a Tally. "Tu chico te quiere."

Tally respiró lentamente y se dirigió a donde se encontraba Zane, prometiéndose a si misma que no le dejaría a su cerebro moverse aleatoriamente. Pero cuando ella comprendió la cadena mental, sus dedos rozaron su cuello desnudo y pasaros a través de ella. Sus ojos permanecían en el collar, pero al estar tan cerca, sus dedos a centímetros de su carne, le trajo viejos y vertiginosos recuerdos.

Pero entonces ella vio el temblor en las manos de Zane, y la repulsión creció en ella una vez más. La guerra en su cerebro no terminaría hasta que el fuese un Especial—él cuerpo de él tan perfecto como el suyo propio.

"No te muevas," dijo ella. "Esto está caliente."

La vista de Tally se volvió turbia mientras la herramienta centellaba a la vida, chispas multicolores azules y blancas en la oscuridad. El calor golpeó su rostro como si abrieran un horno, y un olor similar a plástico quemado lleno el aire.

Sus propias manos estaban temblando.

"No te preocupes, Tally. Confío en ti."

Ella trago saliva, aun sin mirar sus ojos. Ella no quería ver su azulado color, o Zane se daría cuenta de sus pensamientos tan obvios en su rostro. Ella solo quería que él se moviera, afuera en lo salvaje, donde podía ser encontrado por los Smokies, recapturado, y finalmente re-hecho.

Mientras el brillante arco tocaba el metal, Tally escucho el sonido de alerta a través de ella. El procedimiento estándar de la ciudad: El collar está diseñado para enviar una señal si se averiaba. Cualquier guardia en los alrededores de la ciudad pudo haber odio la alarma también.

"Será mejor dejar ir esos globos," dijo Shay. "Ellos vendrán a buscarlos pronto."

El arco corto a través de unos milímetros la cadena, y Tally la levantó de su cuello con ambas manos, cuidadosamente, manteniendo la punta ardiente lejos de su piel desnuda.

Sus manos estaban a mitad de camino al rededor de Zane cuando éste tomó sus muñecas. "Intenta cambiar de idea, Tally." Ella se aparto, su control no más fuerte que la tela de una araña. "Yo estoy bien con las cosas como están."

Las yemas de sus dedos se deslizaron por su brazo, a lo largo de las arrugas de sus pequeñas cicatrices. "Entonces, porque haces esto?" ella miro sus manos, aun temiendo mirar sus ojos. "Nos hace helados. Es como ser una burbuja, pero mucho mejor."

"Qué es lo que no estás sintiendo, por lo que haces eso?"

Ella frunció el ceño, incapaz de responder la pregunta. Él nunca entendió el cutting porque nunca lo hizo. Por lo cual, su skintenna llevaba cada palabra a Shay…

"No puedes ponerte nuevos circuitos de nuevo, Tally," dijo él. "El hecho de que te convirtieras en un Especial quiere decir que puedes cambiar."

Ella miro la herramienta cortante que seguía brillando, recordando por todo lo que había pasado para conseguirla. "Ya he hecho mucho más de lo que piensas."

"Bien. Entonces puedes escoger de que lado estas, Tally."

Ella al fin lo miro a los ojos. "Esto no se trata sobre de qué lado estoy, Zane. No estoy haciendo esto por nadie más que nosotros."

Él sonrió. "Yo tampoco. Recuerda eso, Tally."

"Qué estas…?" Tally bajo la mirada, sacudiendo su cabeza. "Tienes que empezar a moverte, Zane. No lucirás muy burbujeante si los guardianes te capturan antes de que hayas dado un paso."

"Y hablando de ser capturados," susurró Shay, entregándole el rastreador a Zane. "Dale una vuelta a eso cuando encuentres el Smoke, y nosotros vendremos corriendo. También funciona si lo lanzas al fuego, cierto, tally-wa?"

Él miró el rastreador y luego lo metió en su bolsillo. Los tres sabían que él no lo iba a usar.

Tally se atrevió a mirar de nuevo a los ojos de Zane. Él podía no ser un Especial, pero su expresión fiera tampoco lo hacía lucir como un burbujeante.

"Intenta mantenerte cambiada, Tally," dijo suavemente.

"Solo vete!" Ella se giró y se alejó unos pasos, alejando los últimos globos de Peris, y retorciendo las cadenas del collar aun ardientes. Cuando los dejo ir, los globos empezaron a luchar contra el collar, hasta que un fuerte viento aboyó su fuerza.

Cuando volvió a mirar a Zane, su tabla se estaba elevando, sus brazos extendidos vacilantes, como si se balanceara buscando equilibrio. Un Crim se encontraba a cada lado, listo para ayudar.

Shay lanzó un suspiro. "Esto va a ser muy fácil."

Tally no respondió, manteniendo su mirada en Zane hasta que desapareció en la oscuridad.

"Será mejor que nos movamos," dijo Shay.

Tally asintió. Cuando los guardias llegaron olfateando, pensarían que quizá fue una coincidencia encontrar un par de Especiales rondando en la última locación de Zane.

Parte de su traje se estremecio al encontrarse ahi , Tally se puso los guantes, pasando la capucha de la capa sobre su cara.

En cuestión de segundos, Tally y Shay era tan perfectamente negros como el cielo sobre ellos.

"Vamos, jefe," dijo ella. "Vamos a encontrar al Smoke."

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