Especiales/ Capítulo 33

CAPÍTULO 33
CONFESIÓN

TRADUCIDO POR JHOS


La oscuridad absoluta duró por lo que parecieron horas. Una ira incandescente construida dentro de Tally, un incendio forestal ganando fuerza con cada segundo que pasaba. Ella luchó contra las ganas de correr a ciegas en la oscuridad, destruyendo todo a lo que pudiera ponerle las manos encima, abriéndose camino a través del techo y luego al siguiente nivel, hacia arriba hasta alcanzar el cielo abierto.

Pero Tally se obligó a si misma a sentarse en el suelo, respirando profundo y tratando de permanecer calmada. El pensamiento siguió dando vueltas en su cabeza, ella iba a perder ante la Dra. Cable una vez más. Tal como había perdido cuando el Humo había sido invadido, cuando ella se había entregado a si misma para que la hicieran perfecta, y cuando ella y Zane escaparon juntos, solo para ser capturados.

Una y otra vez, Tally empujó la ira hacia abajo, apretando su puño con tanta fuerza que sentía como si sus dedos se fueran a romper. Ella se sintió imponente, al igual que cuando Zane había estado tendido ante ella, muriendo…

Pero ella no podía permitirse perder otra vez. No esta vez, cuando el futuro estaba en juego.

Así que esperó en la oscuridad, luchando.

Finalmente, la puerta se abrió, enmarcando la silueta familiar de la Dra. Cable. Del techo, cuatro reflectores se encendieron, incidiendo directamente en los ojos de Tally. Cegada por un momento, escuchó a más especiales deslizarse antes de que la puerta se cerrara detrás de ellos.

Tally saltó sobre sus pies. “Donde está el Ayuntamiento de la ciudad? Es urgente que hable con ellos.”

“Me temo que lo que tu tienes que decir quizás los moleste, y no podemos permitir eso. Muy nerviosos estos días, el Consejo.” Una risa vino de la silueta de la Dra. Cable. “Están en el nivel H, aún susurrándose unos a otros.”

Dos pisos más arriba… Había llegado tan cerca, solo para volver a fracasar.

“Bienvenida a casa, Tally,” dijo suavemente la Dra. Cable.

Tally miró el auditorio vacío. “Gracias por la fiesta sorpresa.”

“Tu eras la que planeaba una sorpresa para nosotros, creo.”

“Que, diciendo la verdad?”

“La verdad? De ti?” la Dra. Cable se rió. “Que podría ser más sorprendente?”

Un destello de ira atravesó a Tally, pero ella tomó una respiración larga y lenta. “Como lo sabe?”

La Dra. Cable dio un paso hacia la luz, sacando un pequeño cuchillo de su bolsillo. “Creo que esto es tuyo.” Lanzó el cuchillo al aire, giró, brillando bajo los reflectores, y se hundió en el suelo entre los pies de Tally. “Las células de piel que encontramos en él sin duda lo fueron.”

Tally miró el cuchillo.

Era el que Shay había arrojado para provocar la alarma en la Armería, el mismo que Tally había usado para cortarse a si misma esa noche. Tally abrió su puño y miró su palma; los destellos de los tatuajes todavía se tejían con su ritmo entrecortado, quebrado por la cicatriz. Ella había visto a Shay limpiar sus huellas dactilares, pero algún rastro de su carne debe haber permanecido…

Deben haberlo encontrado y comparado con su ADN, poco después del ataque, y sabido todo este tiempo que Tally Youngblood había estado allí en la Armería.

“Sabía que esos desagradables hábitos eventualmente meterían los Cortadores en problemas,” murmuró la Dra. Cable. “De verdad se siente maravilloso, cortarse a si mismo? Debo tomar eso en cuenta la próxima vez que haga Especiales tan jóvenes.”

Tally se arrodilló y sacó el cuchillo del suelo, sopesándolo en su mano, preguntándose si un tiro certero podría encontrar su camino hacia el cuello de la Dra. Cable. Pero la mujer era igual de rápida que Tally, igual de especial.

Ella no podía permitirse pensar como Especial más tiempo. Tally tenía que pensar la manera de salir de esto.

Ella lanzó el cuchillo a un lado.

“Solo respóndeme algo,” dijo la Dra. Cable. “Por qué lo hiciste?”

Tally sacudió su cabeza, Decirle toda la verdad significaría traer a Zane a colación, lo cual solo le haría más difícil mantener el control.

“Fue un accidente.”

“Un accidente?” la Dra. Cable se rió. “Es un verdadero accidente, destruir la mitad de la cede militar de la ciudad.”

“No planeamos soltar los nanos.”

“Nosotros? Los Cortadores?”

Tally sacudió la cabeza- tampoco tenía sentido mencionar a Shay. “Una cosa más o menos llevó a la otra…”

“De hecho. Así es como siempre funciona contigo, no Tally?

“Pero, por qué le mintió a todos?”

La Dra. Cable suspiró. “Eso debería ser obvio, Tally. No podía muy bien decirles que tú casi desmantelas las defensas de la ciudad. Los Cortadores era mi orgullo y dicha, mi Especiales especiales.” Su afilada sonrisa se esparció en su rostro. “Además me diste una oportunidad espléndida para deshacerme de un viejo oponente.”

“Que le hizo Diego a usted?”

“Ellos apoyaron el Viejo Humo. Les han dado asilo a los fugitivos por años. Luego Shay reportó que alguien le estaba suministrando a los del Viejo Humo trajes de camuflaje y grandes cantidades de esas terribles píldoras. Quien más podría haber sido?” Su voz de volvió más fuerte. “Las otras ciudades solo esperaban que alguien acabara con Diego, con su Nuevo Sistema y su incumplimiento de las reglas morfológicas estándar. Tu solo me diste el argumento. Siempre has sido tan útil, Tally.”

Tally cerró los ojos, las deliberadas palabras de la Dra. Cable de alguna manera deben ser oídas en la reunión del consejo. Si solo supieran que fueron engañados…

Pero esta ciudad estaba demasiado aterrada para pensar claramente, demasiado conmocionados por su propio contraataque, demasiado dispuestos a aceptar el dominio de esta mujer retorcida.

Tally sacudió su cabeza. Había pasado los últimos días centrada en reconfigurarse a si misma, pero ella necesitaba reconfigurar a todos.

O quizás solo a la persona correcta…

“Cuando se acaba todo?” preguntó calmadamente. “Cuando tiempo durará esta guerra?”

“Nunca termina, Tally. Estoy obteniendo mucho más de lo que jamás había podido, y créeme, los cabezas burbujeantes se están divirtiendo de lo lindo viéndolo en las noticias. Y todo lo que se necesitó fue una guerra, Tally. Debí haberlo pensado hace años!” La mujer se acercó, su cruel belleza de cara al borde de los reflectores. “No lo ves, hemos entrado a una nueva era. De ahora en adelante, cada día es una Circunstancia Especial!”

Tally asintió lentamente, luego dejó que una sonrisa se formara en su rostro. “Amable de su parte explicármelo a mi. Y a todos.”

La Dra. Cable levantó una ceja. “Perdón?”

“Cable, yo no vine aquí a decirle al Consejo de la Cuidad lo que está pasando. Son un montón de endebles, si te ponen a cargo. Vine aquí para asegurarme que todos supieran tus mentiras.”

La mujer dejó escapar una risa grave y retumbante. “No me digas que hiciste alguna clase de video de ti misma, Tally, explicando que tu empezaste la guerra? Quien te creerá? Quizás fuiste famosa una vez entre los cabeza burbujeante y los feos, pero nadie con más de veinte sabe siquiera que existes.”

“No, pero te conocen a ti, ahora que te has puesto a ti misma a cargo.” Tally buscó en el bolsillo de su traje de camuflaje y sacó el inyector. “Y ahora que te han visto explicar que todo esta guerra es una falsa, ellos te recordarán por siempre.”

La Dra. Cable frunció el ceño. “Que es esa cosa?”

“Un transmisor por satélite, uno que no puede interferirse.” Tally levantó la tapa del inyector mostrando la aguja. “Ve esa pequeña antena? Impresionante, no?”

“No podrías…no desde aquí.” Los ojos de la Dra. Cable se cerraron, sus párpados revoloteaban mientras comprobaba el cebo.

Tally siguió hablando, sus propios dientes desnudos con una sonrisa cada vez mayor. “Hicieron la cirugía más loca en Diego. Reemplazaron mis ojos con cámaras, y mis uñas con micrófonos. Toda la ciudad te ha visto explicar lo que has hecho.”

Los ojos de la Dra. Cable se abrieron. Ella resopló. “No hay nada en el cebo, Tally. Tu pequeño juguete no funciona.”

Tally levantó sus cejas, mirando la parte inferior del inyector perpleja. “Oops. Olvidé presionar enviar.” Movió sus dedos…

La Dra. Cable saltó hacia delante, con una mano precipitándose hacia el inyector, y en la misma fracción de segundo volvió la aguja en el ángulo exacto…

El golpe impactó contra el inyector en su mano, y Tally lo escuchó castañear en la esquina, roto en pedazos.

“De verdad Tally,” dijo la Dra. Cable sonriendo. “Para alguien tan inteligente, eres una pequeña tonta a veces.”

Tally bajó su cabeza y cerró los ojos. Pero estaba tomando aire lentamente por la nariz buscando aire…

Luego olfateó- la esencia pura de la sangre.

Abrió sus ojos y vio a la Dra. Cable mirando su mano, ligeramente molesta por el pinchazo de la aguja. Shay había dicho que apenas había notado la cura al principio, que tardó días en manifestarse.

Mientras tanto, Tally no quería a la Dra. Cable preguntándose como se había apuñalado a si misma con la “antena,” y mirando de cerca el inyector roto. Tal vez una distracción era lo que necesitaba.

Tally estableció una mirada de rabia en su rostro. “Me estás llamando tonta?”

Arremetió con un pie, dándole a la Dra. Cable en el estómago y sacándole el aire.

Los otros Especiales reaccionaron instantáneamente, pero Tally ya estaba en movimiento, precipitándose hacia donde había visto caer el inyector. Plantó un pie firmemente sobre los restos, aplastándolo tan fuerte como pudo, luego se volvió con una patada voladora que aterrizó en la mandíbula de su perseguidor más cercano. Se levantó de un salto sobre la primera fila de asientos, corriendo a lo largo de los espaldares sin tocar el suelo.

“Agente Youngblood,” dijo otro guardia. “No queremos lastimarla!”

“Me temo que tendrán que hacerlo!” Ella giró de regreso hacia donde estaba tendido el primer guardia. La puerta de la sala se abrió de pronto, un enjambre de uniformes de seda gris irrumpió en la habitación.

Tally saltó hacia abajo cerca del guardia caído, aterrizando una vez más en los fragmentos del inyector. El otro guardia en atavíos de batalla atizó un golpe en su hombro, haciéndola rodar dentro de la primera fila de asientos. Se levantó de un salto y se arrojó hacia él, ignorando el montón de Especiales descendiendo sobre ella.

Pocos segundos después, Tally se encontró a si misma tirada boca abajo sobre el suelo, sus brazos atrapados debajo de ella. Ella se agitó aplastando las últimas piezas del inyector bajo ella hasta volverlas polvo. Luego, alguien le dio una patada en las costillas, sacándole el aire en un gruñido.

Más de ellos se apilaron, como un elefante sentado en su espalda. La habitación se nubló. Tally se sentía aplastada contra el borde de la conciencia.

“Está bien, Doctora,” dijo uno de los Especiales. “La tenemos bajo control.”

Cable no respondió. Tally estiró el cuello para ver. La Doctora estaba doblada, todavía recuperando el aliento.

“Doctora?” preguntó el Especial. “Está bien?”

Solo dale tiempo, pensó Tally. Y ella estará mucho, mucho mejor…

FIN DEL CAP.

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