Twice Bitten- Capítulo 19

CAPÍTULO DIESCINUEVE: NOCHE DE CHICAS

Cuando regresamos a la Casa, Ethan me dio las horas finales de oscuridad libres, luego se dirigió a la Sala de Operaciones para poner a Luc al día. Me dirigí inmediatamente a mi habitación y a la ducha para fregar los residuos de magia, luego me puse una camiseta y unos pantalones de yoga e hice mi camino hasta la cocina del segundo piso. La convocatoria había sido un drenaje-físico y emocional. Me terminé dos pintas de sangre de la nevera antes de sentirme equilibrada nuevamente.

Cuando estuve saciada-y después de mensajear a Mallory para dejarle saber que Ethan y yo habíamos llegado de la convocatoria indemnes-decidí reportarme con Linds. Hubiera sido muy fácil encerrarme en mi habitación con un libro, pero era la Presidenta Social de la Casa. No había ningún mal en cumplirlo. Pude oír su habitación antes de poder verla, al ruido desparramarse desde la puerta abierta de Lindsey al pasillo. Me asomé dentro y encontré a Margot, Lindsey y Michelle preparándose para lo que lucía como una noche tarde en la ciudad.

“Hey!” dijo Lindsey, saludando desde su lugar frente al espejo. “Estábamos a punto de irte a buscar. Ya que lograste patear algunos traseros en la convocación”-la habitación rompió en aplausos-“hemos decidido que te vamos a llevar al Templo Bar!”

“Queremos que sepas que te apoyamos,” Margot dijo con un asentimiento y una sonrisa, levantando una copa de vino tinto.

“Especialmente desde que has sido muy. . .um. . .”

“Mal tratada?” Michelle ofreció.

Margot sonrió socarronamente. “Gracias Chelle. Mal tratada.”

“Es una noche exclusiva para Cadogan en el Templo,” Lindsey dijo, “lo que significa sin humanos y sin vampiros Navarro en la asistencia. Por lo que pasaremos nuestras horas finales antes del amanecer tomando un par de tragos, relajándonos y en general divirtiéndonos, no se permiten Maestros. Y ésta no es una salida opcional,” agregó, cuando abrí mi boca para poner una excusa.

“Ha sido un largo día.”

“Lo cual es la razón por la que necesitas esto,” Lindsey dijo.

“Hay alguna chance de que me pueda salir de esto?”

“Ni una mínima chance.”

“Entonces supongo que estoy dentro.”

Lindsey guiñó un ojo pero frunció el ceño cuando captó la vista de mi ropa de entre casa. “Primero lo primero, el vestuario.” Giró hacia las otras vampiros y giró un dedo en el aire.

“Prepárate, luego encuéntranos en el vestíbulo en veinte. Los taxis deberían estar allí para entonces.”

Cuando las despidió a todas, caminamos de regreso a mi habitación.

“Entonces,” dijo cuando estaba encaramada finalmente frente a la puerta abierta de mi armario, “esta es la primera vez que sales con nosotras desde la Comendación. Es también la primera vez que sales desde que fuiste, tú sabes. . .”

“Dejada? Devuelta? Reemplazada?”

“Hay una forma delicada de decirlo?”

“No realmente. Cuál es tu punto?”

“Mi punto es, la mejor venganza es una vida bien vivida o lo que sea. Eso significa que necesitas lucir completamente, insanamente fabulosa, y necesitas pasar un tiempo fantástico.” Sacó una camiseta azul pálido sin mangas con un escote superpuesto de una percha, luego agarró un par de pantalones negros rectos. Con el conjunto armado, se volteó hacia mí. “El lugar estará lleno de vampiros Cadogan, y sabes como corren las noticas. Eso significa que es hora de enseñarle una lección.”

Hice una mueca. No quería jugar el “enseñarle a Ethan una lección” juego, especialmente desde que estaba tratando de renunciar a él, pero sabía cuando sería derrotada. Extendí una mano, luego abrí y cerré mis dedos.

“Dame,” dije, luego tomé el conjunto y me dirigí al baño. Diez minutos después, emergí con una coleta y brillo de labios, mi beeper enganchado en mi cintura. Lindsey había demandado que llevara el cabello recogido.

Combinado con el cuello superpuesto, ella explicó, era la manera vampírica de anunciar que estás soltera. . .y que tu carótida está disponible. No estaba muy interesada en buscar amor, pero supuse que discutir el punto sólo nos llevaría mucho tiempo. Nos dirigimos hacia las escaleras donde el resto de nuestro séquito esperaba en la misma moda de cuello descubierto. Como una mujer en una misión, Lindsey dio una señal con la mano, y todas obedientemente la seguimos afuera. Una línea de taxis blancos y negros estaban estacionados fuera de la Casa, listos para llevarnos al Templo Bar. El lugar oficial de la Casa Cadogan para obtener bebidas estaba situado en mi barrio favorito, Wrigleyville, a unas cuantas cuadras del Wrigley Field.

Los paparazzi nos tomaron fotos mientras subíamos a los taxis, y sus compañeros de armas estaban esperando fuera del bar cuando llegamos quince minutos- gloriosamente libres de tráfico- después. (Habían obvias ventajas de conducir casi toda parte del tiempo cuando la mayoría de la población estaba dormida.) Fuimos acompañadas hasta el bar, había una señal de FIESTA PRIVADA en la puerta, advirtiéndole a los humanos y otros que no podrían brillar esta noche. Membresía, supuse, sí tenía sus ventajas.

Incluso tan tarde en la noche como era, el bar estaba todavía activo, los dos barman-Sean y Colin-sirviendo bebidas mientras rock clásico sonaba en el sistema de sonido. Lindsey nos dirigió a través de la multitud de vampiros a una mesa marcada con un RESERVADO.

A diferencia de la Casa Cadogan, Templo Bar carecía de finas antigüedades y pinturas elegidas cuidadosamente. Pero sí tenía nuevos y viejos bártulos de los Cachorros, de todas las formas y tamaños-chaquetas antiguas, banderines, muñecos con cabeza móvil. Como podrías imaginar, me sentí como en casa.

Apenas habíamos apartado las sillas y tomado asiento cuando Sean apareció en el otro lado de la mesa. Como Colin, Sean era alto y delgado, y tenía corto, rubio cabello que enmarcaba un rostro ovalado y brillantes ojos azules. Sean era guapo en un tipo de forma seria, antigua, como si hubiera salido de una fotografía de la Segunda Guerra Mundial.

Por otra parte, él era un vampiro, e inmortal. Bien podría haber sido un miembro de la Segunda Guerra Mundial. Sean cruzó sus brazos y nos miró de arriba abajo con diversión. “Y qué trae a las más elegantes de Cadogan a nuestra pequeña área del barrio esta noche?”

Todo el mundo me señaló. Mis mejillas se calentaron.

“Ahhh,” él dijo, luego levantó su vista hacia mí. “Entonces nuestra Centinela ha finalmente escapado del confinamiento?”

“Lo ha hecho,” dijo Lindsey, envolviendo un brazo alrededor de mis hombros. “Ha hecho su deber con los cambia formas, y ahora está trabajando en un poco de olvido. Qué le recomendarías?”

“Hmm,” dijo, mirándome de arriba a abajo. “Femenino o masculino?”

Parpadeé. “Disculpa?”

Se movió alrededor hasta mi lado de la mesa, luego se bajó hasta quedar sobre una rodilla, una mano en el respaldo de mi silla.

“Las mujeres que beben socialmente tienden a caer en dos categorías,” él dijo, con la confianza de un sociólogo o un proveedor de bebidas, los trabajos probablemente teniendo mucho en común. “Mujeres que beben femeninamente: mujeres que meten cosas coloridas en copas de martini, vino blanco, bebidas congeladas; y mujeres que beben masculinamente: mujeres que no tienen miedo de sorber un poco de un buen whiskey Irlandés, o un poco de un rígido Escocés. Cuál tipo de mujer eres, mi Centinela?”

Le devolví la sonrisa desde debajo de mi cerquillo. “Por qué no lo decides tú?”

Me guiñó. “Me gustan las chicas valientes.”

Bueno, él definitivamente me iba a gustar.

Sean aparentemente me consideró digna de una bebida masculina. Trajo un vaso ancho medio lleno con hielo y líquido dorado. “Puedes manejar eso,” me aconsejó en un susurro, luego continuó poniendo bebidas frente a todas las demás.

Cautelosamente, levanté el vaso y aspiré. Nunca había sido una gran bebedora, y esto olía ligeramente más aceptable que la gasolina. Pero me gustaba la idea de ser la chica que ordenaba un escocés en las rocas-asumiendo que era esto de lo que se trataba. Había algo genial sobre ello, como ser la chica que conducía un Wrangler, la chica que jugaba football con los chicos en un día frío de otoño. . .y ganaba. Levanté el vaso y tomé un sorbo cauteloso. . .luego pasé los siguientes segundos tosiendo.

Margot, riendo a mi lado, golpeó mi espalda. “Cómo está esa bebida, Centinela?”

Sacudí la cabeza, llevé un puño a mi boca mientras trataba de recuperar el aliento. “Como un cohete,” Jadeé.

“Dejaste que eligiera tu bebida?”

Asentí.

“Sip, ese es tu error. Nunca dejes que Sean o Colin elijan tu bebida, Merit. Tienen un lado sádico. Pero le hacen lo mismo a todo el mundo, si eso te hace sentir mejor.” Levantó su copa. “Bienvenida al club.”

“Hablando de club,” le pregunté, haciendo un gesto hacia los fiesteros a nuestro alrededor, “de dónde salió toda esta gente? Deben haber al menos cien vampiros aquí.”

“Recuerda, todavía hay trescientos y algo de vampiros afiliados con Cadogan, incluso aunque ellos no vivan en la Casa. Por alguna extraña razón, ese par de cientos no tienen el deseo de jugar a la hermandad de vampiros de chicas y salir con el resto de nosotros.”

Dada la semana que había tenido hasta el momento, no creía que hubiera demasiado misterio sobre el por qué.

Pasamos la siguiente hora hablando, yo sosteniendo la bebida en mis manos como si me estuviera proporcionando el calor necesario, y tomando un sorbo solamente cuando mi garganta se había enfriado lo suficiente de cada trago previo.

Los vampiros a mí alrededor me obsequiaron con historias de la vida en la Casa Cadogan-de la vez que la alarma de incendios sonó durante la Comendación del 2007, hasta del boicot de Blood4You en 1979, como también de la violación de la verja por un residente de Hyde Park que estaba convencido de que la Casa era el lugar de ocultos rituales secretos.

Repentinamente, Margot bajó su bebida, apartó su silla, y se puso de pie sobre ella. Cuando estuvo de pie, hizo un gesto hacia la barra. Sean sonrió en respuesta, e hizo sonar una campana de bronce que colgaba de un poste corto detrás de la barra.

Toda la sala estalló en aplausos.

“Qué está pasando?” Murmuré a Lindsey, pero ella levantó una mano.

“Sólo sigue escuchando. Lo entenderás.”

“Vampiros Cadogan,” Gritó Sean, cuando cada vampiro en el bar hubo hecho silencio. “Ha llegado el momento de participar de una digna tradición del Templo Bar. No es que la tradición sea digna, pero ciertamente el Templo Bar lo es.”

“Larga vida al Templo Bar!” gritaron los vampiros al unísono.

Sean ofreció una inclinación de rey, luego hizo un gesto hacia Margot.

Hubo un abucheo en la multitud, luego el chirriar de madera contra madera cuando las sillas fueron volteadas para enfrentarla.

Ella levantó las manos.

“Damas y vampiros,” ella gritó, “es hora para una ronda de bebidas honrando los variados y diversos tics de personalidad de nuestro Maestro-Ethan Sullivan!”

No pude detener la sonrisa que se extendió por mi rostro.

“Esta noche, le damos la bienvenida a nuestro pacto sagrado a . . . nuestra Centinela!” Levantó su copa hacia mí, mientras cada otro vampiro en el salón hacía lo mismo. Con mis mejillas sonrojadas, levanté mi todavía lleno vaso hacia el resto de ellos, inclinando mi cabeza en reconocimiento. Margot me miró, copa todavía levantada, y me guiñó. “Y puede Lacey Sheridan bendecir su alma, ahogarse en ella.”

La sala estalló en aplausos. Mis mejillas dolían por la sonrisa en mi cara. Lindsey se inclinó y presionó un beso en mi mejilla.

“Te dije que necesitabas esto.”

“Definitivamente necesitaba esto,” estuve de acuerdo.

“Que todo el mundo se divierta,” Margot dijo. “Que todo el mundo beba dentro de lo razonable. Y luego haga uso de la más grande atracción de Chicago-transporte público!”

Con la ayuda del vampiro detrás de ella, Margot bajó y tomó asiento nuevamente. Todos en nuestra mesa bajaron sus bebidas y movieron sus sillas un poco más cerca.

“Muy bien,” dije, timidez fuera. “Entonces qué exactamente estamos haciendo aquí?”

“Bueno Centinela,” Margot dijo, “podría llamarte Centinela?”

Sonreí, y asentí.

Asintió en respuesta. “No creo que estemos equivocándonos diciendo que nuestro querido Maestro y Liege, Ethan Sullivan, es un poco-”

“Particular,” Lindsey terminó. “Él es muy, muy particular.”

“Sí,” dije secamente, “tengo esa sensación.”

“Es también una criatura de rutina,” Margot explicó. “De tics de personalidad y hábitos. Rarezas, podrías decir, que pueden rallar tus nervios.”

“Como la etiqueta en la espalda de un realmente áspero buzo,” Lindsey sugirió.

Margot le guiñó un ojo. “De vez en cuando, nos reunimos. Nos tomamos un pequeño momento-un pequeño momento de catarsis-para descargarnos sobre esas particularidades que nos vuelven locos.”

Con los codos en la mesa, me incliné hacia delante. “Así que, sobre cual de esas particularidades estamos hablando?”

“El primer punto en la lista-el levantamiento de cejas.” Para demostrarlo, arqueó una ceja negra cuidadosamente depilada, luego miró alrededor a cada uno de nosotros.

“Beban!” Lindsey gritó, y todos tomamos un sorbo.

“Odio cuando hace eso,” Michelle dijo, ondeando su bebida. “Y lo hace constantemente.”

“Es como el más irritante tic nervioso del mundo,” Estuve de acuerdo.

“Nervioso mi trasero,” Margot dijo. “Él cree que es intimidante. Es el gesto de un Maestro vampiro hablando a un bajo Novato.” Su voz se había profundizado a una desagradablemente nítida imitación del perfecto tono condescendiente de vampiro Maestro. Quizá ella tenía una pequeña Maestra dentro suyo, también.

“Entonces, cuál es el número dos?” Pregunté.

“Tengo éste,” Lindsey dijo. “El número dos-cuando Ethan se refiere a ti no por tu nombre, sino por tu título.” Hundió su barbilla y me miró a través de sus ojos entornados. “Centinela,” ella gruñó.

Bufé. “Siempre pensé que lucías familiar.”

“Beban!” Margot gritó, y levantamos nuestros vasos nuevamente.

En la siguiente hora y media continuamos más o menos en la misma moda-Ethan, quizá no sorprendentemente tenía un montón de tics y rarezas. Eso significaba un montón de bebidas. Y si alguien surgía un tic no catalogado antes, teníamos que tomar una doble ronda.

Como prácticamente no había hecho ningún progreso con mi bebida “masculina,” Sean se apiadó de mi y me trajo una taza plástica de agua helada. Que no estuviera bebiendo alcohol no hizo que me divirtiera menos a expensas del vampiro más pretencioso y menos agradable.

Bebimos por cada mención de Amit Patel, por cada discurso que Ethan dio sobre el deber, por cada mención de alianzas, por cada vez que respondió una llamada a la puerta de su oficina diciendo, simplemente, “Entre.” Bebimos por cada vez que él sacudió su reloj, cada vez que enderezó sus mancuernas, por cada vez que revolvió sus papeles cuando te reportabas a él en su oficina. Ethan tenía rarezas suficientes para que la mitad de la mesa tuviera que cambiar a soda o a agua para el tiempo en que estábamos.

Ethan tenía rarezas suficientes que tuve que excusarme de la mesa. Y esa era la razón por la que estaba de mi regreso a la mesa de la parte trasera del bar cuando las vi-fotografías que habían sido clavadas a la pared, décadas de imágenes de vampiros juntos, todas tomadas en el Templo Bar.

“Genial,” murmuré, mi mirada escaneando la recopilación de imágenes. Había Afros y vestuario disco, peinados de los 80 y hombreras. . .y una foto que estaba medio escondida en un rincón de la exposición.

Con las yemas, volteé la fotografía sobre su eje para tener una mejor vista. El borde blanco Polaroid enmarcaba un hermoso chico con pómulos afilados y la caída de cabello rubio sobre su rostro. A su lado había una chica rubia, su brazo metido en el de él, una copa de martini en sus manos. Él la miraba. . .con adoración en sus ojos.

Se me hizo un nudo en el estómago.

Eran Ethan y Lacey, una fotografía tomada unos años atrás, dada la ropa en la foto, pero era una foto de ellos de todos modos-un chico y una chica, felices juntos, amor en sus ojos.

Deslicé la imagen de regreso a su lugar, parcialmente escondiéndola de vista. Pero no había forma de apagar la alarma.

Él definitivamente tenía sentimientos por ella. Y después de que había dormido conmigo, la había llamado para que volviera. Me recosté contra la pared y cerré los ojos. No le podía suplicar amor. No podía.

No si eso era lo que ellos tenían juntos. Pero demonios, sí lamentaba estar en el medio de ello, ser el detonante del recuerdo de esa emoción.

Algunas veces, la verdad no hacia ningún bien. Estuve allí de pie en el pasillo por unos cuantos segundos, hasta que estuve lista para enfrentar a los vampiros nuevamente. Cuando finalmente regresé a la mesa, me detuve en mi silla y toqué el hombro de Lindsey.

Levantó la vista, su sonrisa desapareciendo mientras su mirada registraba mi rostro. “Te encuentras bien?”
Asentí. “Estoy bien.” Apunté con el pulgar la puerta frontal. “Voy a tomar un poco de aire fresco.”

“Estás segura de que te encuentras bien?”

Le dí mi mejor sonrisa. “Estoy bien, en serio. Simplemente quiero algo de aire.” Esa era la verdad. Mi dolor de cabeza inducido por la magia de cambia formas no estaba mejorando gracias al derrame de magia de cientos de vampiros.

Me miró por un momento, aparentemente decidiendo si estaba diciendo la verdad.

“Necesitas compañía?”

“Estoy bien. Estaré de regreso en unos cuantos minutos.”

“Bien. Pero si conoces algún humano guapo allí afuera que necesite algún trabajo de sangre, me lo dejas saber.”

“Tu serás la primer vampiro que llame.”

Zigzagueé desde la barra hasta la puerta frontal, luego acepté una mano de un lindo, sonriente, vampiro de cabello rizado en la puerta. Una vez fuera, caminé por la acera, mi mirada en los restaurantes, bares, y tiendas eclécticas que llenaban esta parte de Wrigleyville. Supuse que podrían ser lugares interesantes para visitar la próxima vez que viniera.

Acababa de pasar una polvorienta librería-ahora en la cima de lista de lugares a visitar-cuando oí pasos rasguñando la acera detrás de mí. Instintivamente puse una mano en mi cintura, en el lugar donde mi espada usualmente estaría puesta, antes de darme cuenta que la había dejado en la Casa.

“No la necesitarías incluso aunque la tuvieras,” dijo una voz baja detrás de mí.



TRADUCIDO POR LU ♥

Isabel  – (4 de septiembre de 2010, 4:43)  

No me dejen asi xfavor! :O se qedo super interesante!
Muchas gracias x el capi, estuvo genial... Y como siempre ya estoy deseando el siguiente.
Besos!

Almudena :D –   – (4 de septiembre de 2010, 13:04)  

muuuuuuuuuuuuuuuuchas gracias LU!
Se espera con ansia el siguiente jajajajjaja!:D
xoxo

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