MARATÓN DRINK DEEP

ONCE, DOCE, TRECE, CATORCE, QUINCE Y DIECISÉIS. YESSSSSS! Lamentablemente no pude subir el libro completo porque el capítulo 17 todavia no está pronto, y de él se está encargando otra chica, que lo iba a intentar tener para hoy pero de la que todavía no supe nada :( Yo me voy de viaje unos días y no voy a tener internet pero cuando vuelva prometo subir lo que queda, ya que va a estar todo pronto! No es totalmente seguro, pero estaré volviendo a medidados de la semana que viene a más tardar. Denle un agradecimiento especial a Hishiru que me sigue en mis locuras!!♥


CAPÍTULO ONCE
QUERIDO JOHN


Atravesamos la puerta y bajamos los escalones, mi cabeza golpeteando pero el dolor de mi cuerpo casi había desaparecido. Algunas noches pagaba el ser un vampiro con rápida curación, dejando la ira de las hadas de lado.

El cielo rojo sangre estaba ahora salpicado con nubes de una furiosa tormenta, y los relámpagos todavía brillaban en grandes y brillantes arcos. Decidimos hablar en mi auto, debido a que no queríamos ser su objetivo.

Caminamos a través del aire frío y del césped húmedo y de regreso a mi Volvo. Nos movimos en silencio, el aire entre nosotros cargado por lo que él había hecho, y mis sentimientos mezclados sobre ello. Era definitivamente bueno estar viva, pero tenía una mala historia con el auto-sacrificio. Ethan se había lanzado delante de una estaca que estaba dirigida a mí porque sentía algo por mí; había Jonah hecho lo mismo?

Decidí enfocarme en mis acciones peligrosas en vez de sus acciones heroicas.

“Lo siento tanto,” le dije cuando entramos. “Frank está racionando la sangre. El hambre era abrumadora. Nunca había sentido algo tan fuerte.” Incluso en mi primer hambre, durante la cual me había lanzado a Ethan, no había sido tan malo. El guardia había estado mucho más cerca de ser marcado por los colmillos.

“El receptor les cortó los suministros de sangre? Está tratando de incitar los disturbios?”

“O hacer que enloquezcamos y ataquemos al primer supernatural a la vista.”

“Misión cumplida,” Jonah djo.

“Si los vampiros han reaccionado siempre de este modo a la sangre de hada, eso explicaría por qué no les gustamos más que los humanos.”

“Es cierto,” estuvo de acuerdo. “Y explica por qué mantienen las distancias y por qué les tenemos que pagar tanto para proteger la Casa. Ese tipo de poder es peligroso. Desafortunadamente, no nos ayuda realmente con el problema mayor.”

“Descubrir qué demonios está pasando?”

“Ese mismo. Claudia mencionó un par de veces que no cree que se trate del cielo y del agua en sí, sino que eran síntomas de un problema mayor.”

Asentí. “Y creo que puede estar en lo cierto. Acusó a los guardias de no decirle sobre la magia elemental. Qué si lo decía literalmente?”

“A qué te refieres?”
“Hasta ahora, hemos visto agua y cielo afectados. Agua y aire.” Repetí y observé como su expresión cambiaba cuando entendió.

“Agua. Aire. Tierra. Fuego,” dijo. “Los cuatro elementos.”

“Exacto. Hemos visto dos hasta ahora. Si estaba en lo cierto sobre estas cosas siendo síntomas—“

“Entonces alguien está haciendo magia con efectos elementales,” Jonah terminó.

No estaba completamente segura sobre lo que eso significaba o quién podría estar haciéndolo, pero mi instinto me decía que estábamos encaminados. Y después de la semana que habíamos tenido, tomaría cualquier victoria que pudiera obtener.

“Ella también culpo a la magia antigua,” Jonah dijo. “Magia vieja. Alguna teoría de quién podría ser?”

“En realidad, sí. Qué sabes sobre Tate?”

“Seth Tate?” Él se encogió de hombros. “Sé que se cree que tiene magia—que tú las has sentido antes—pero nadie sabe qué magia es. Por qué?”

“Porque cuando lo visité, tuve la sensación de algo antiguo. Un tipo diferente de magia. Más cerca de lo que sentí con Claudia de lo que he visto en los vampiros.”

“Bien, pero ésta es la tercera vez que nos acercamos a un grupo supernatural pensando que podrían haber comenzado el problema y hemos estado equivocado las tres veces.”

“Lo sé. Nuestro promedio de bateo apesta. Pero como ella dijo, hemos estado mirando los síntomas, no la causa. Además, debemos intentar algo. Si no podemos asociar esto con el uso de magia supernatural, entonces qué otra cosa podría ser?”

“Radiación? Un nuevo tipo de arma? Calentamiento global? Y si los supernaturales no están haciendo esto a propósito y es algún tipo de magia accidental?”

Pensé sobre la predicción de Lorelei que muchos cambia-formas en la ciudad estaban haciendo justo eso—desequilibrando accidentalmente al mundo.

Por otra parte, ella culpó a los cambia-formas cuando el agua había sido el único problema. Esta vez teníamos agua y aire.

“Si Claudia está en lo cierto,” él dijo, “y esto se trata sobre un profundo desequilibro en la ciudad, tal vez la clave no sea quien. Sino que. Qué tipo de magia sería lo suficientemente poderosa para arruinar tanto el agua como el aire? Los hechiceros?”

“Puedo responder por Catcher y Mallory. Él está exhausto por trabajar en este problema, y ella está envuelta en sus exámenes. Además, si les preguntáramos ambos enloquecerían.” Y no necesitaba más locura en este momento.

“En realidad estaba pensando en el único hechicero autorizado por la Orden en la ciudad.”

“Estás hablando de Simon?” Le pregunté. “Para ser sincera, cuando le pregunté sobre el agua, parecía estar en negación sobre la cosa entera. Un poco sombrío, sí, pero en gran medida haciendo como si nada hubiera sucedido. Podría ser una fachada para algún tipo de magia secreta que está realizando, pero no me dio esa sensación. Y si eres el único hechicero autorizado en la ciudad, ya serías el gran hombre del lugar. Por qué arriesgar eso? Cuál sería el beneficio? El premio?”

“En cualquier caso, no tenemos mucho con que continuar. Podría valer la pena hablar con él sobre ello. Ver qué información pueden proveernos él o la Orden.”

“Tienes razón. Veré si Catcher puede arreglar la charla.”

Un rayó cayó cerca, sacudiendo el auto. Ambos miramos el cielo por las ventanas, las nubes girando en él.

“Si este es un síntoma,” dije, “un efecto colateral, tal vez podemos encontrar su corazón?”

Jonah me miró. “Qué quieres decir?”

“El efecto en el río se detuvo en los límites de la ciudad, cierto? Así que no es probable que el cielo esté rojo en todos lados. Y sin hay límites, quizás también haya un centro. Un punto de origen.”

“Como un gigante tornado succionador en el medio del Loop?”

“Esperemos que eso no, pero esa es la idea, sí. Si no podemos encontrar al responsable de esto, tal vez podamos encontrar su ubicación. Podemos conducir por diferentes barrios para ver si hay un foco, y cubriremos más territorio si nos separamos. Si encontramos algo, podemos reunirnos en ese lugar?”

“Ese suena como un plan decente,” Jonah dijo, pero no hizo ningún movimiento para salir del auto. Estaba esperando que dijera algo sobre lo que había sucedido en la torre? Decirle gracias… o tal vez acusarlo?

Maldije silenciosamente y me recordé a mi misma que el punto era lo que había hecho—no el por qué. “Y por cierto, gracias, por defenderme.”

“De nada,” dijo. “Es una parte esencial de ser el compañero de alguien.”

“Todavía no somos compañeros,” le recordé, pensando en la Guardia Roja.

“No lo somos?” Me miró, y estaba claro que no estaba pensando en la Guardia Roja, sino en algo mucho más fundamental. Sus ojos cambiaron, y luego su mano estaba detrás de mi cabeza y se estaba inclinando sobre mí, acercándome a él y antes de que pudiera detenerlo sus labios estaban en los míos, su boca insistente.

Jonah me besó con la intimidad de un amante y la confianza de un aspirante al trono, retándome a pensar fuera de la caja que había amurallado a mi alrededor.

Y por un momento, lo dejé.

Se sentía tan bien ser querida, ser necesitada, ser deseada por alguien otra vez. No había pasado mucho tiempo desde que Ethan se había ido, pero Ethan y yo no habíamos estado juntos mucho tiempo, en todo caso.

Y el beso era simplemente…sonrojante. Jonah no era un principiante, y usó cada parte de su cuerpo para su ventaja, sus dedos estaban en mi barbilla, su lengua buscando la mía, su cuerpo moviéndose cada vez más cerca, como una sugerencia de las cosas que podía ofrecer: calidez; el consuelo del tacto; otro tipo de intimidad.

Sin embargo, un choque de culpa revolvió mi estómago. No estaba lista.

Me aparté y volteé la cara, cubriéndome la boca con una mano. Había sido solo un beso, uno no iniciado por mi, y definitivamente no era una violación de cualquier promesa que hubiera hecho. Pero mis labios estaban hinchados, y mi piel enrojecida, y había una bola de fuego en la boca de mi estómago.

Sin importar cuan inesperado podría haber sido, y sin importar cuánto tiempo Ethan se había ido, mi reacción se sentía como una traición a su memoria.

“No estás lista,” dijo en voz baja.

“No. Lo siento—pero no lo estoy.”

Sus siguientes palabras me sorprendieron casi tanto como el beso.

“No, yo lo siento,” dijo. “No debería haberte presionado. Es que yo sólo—no esperaba esto. No esperaba encontrar una conexión.”

Lo miré de nuevo, mi corazón acelerándose al ver el deseo en sus ojos y la repentina sensación de pánico que apretaba mi pecho. “Me siento halagada, enserio, pero—“

Levantó una mano y sonrió gentilmente. “No tienes que disculparte. Tomé la oportunidad, y no fue oportuna. Sin daño no hay culpa.” Aclaró su garganta, luego asintió con confianza. “Sólo olvidemos la humillación temporal y regresemos a trabajar.”

“Estás seguro?”

“Estoy seguro,” dijo asintiendo, y sacó su teléfono, uno brillante y dorado, para ponerse al día con Scott Grey. Hice lo mismo y le envié un mensaje a Kelley, diciéndole que no habíamos descubierto nada útil, y que Claudia aparentemente ni siquiera sabía nada sobre el cielo.

Su respuesta me dejó helada: “LOS MANIFESTANTES SE DUPLICARON DEBIDO AL CIELO. TODOS LOS VAMPIROS EN GUARDIA. HADAS EXTRA EN EL PORTÓN. GUARDIA NACIONAL LLAMADA. LOS HUMANOS CREEN QUE EL APOCALIPSIS ES INMINENTE.”

Maldije por lo bajo.

“Qué?” Preguntó Jonah en voz baja, pero levanté la mano mientras escribía una respuesta a Kelley.

“REGRESO A CASA?” Le pregunté, “O SIGO INVESTIGANDO?”

“LA CRISIS ESTÁ SIENDO MANEJADA,” Ella respondió. “SIGUE INVESTIGANDO.”

Definitivamente podía seguir investigando. Lo que estaba resultando difícil eran los “descubrimientos.” Con el mensaje enviado, cerré el teléfono e informé a Jonah.

“Los humanos piensan que el fin está cerca,” le dije. “Los manifestantes fuera de la Casa Cadogan se han duplicado nuevamente.”

La alarma atravesó sus ojos. “Necesitamos regresar?”

“Kelley dice que ella se está encargando y que quiere que continuemos investigando. Crees que podrías llamar a Scott para tal vez enviar algunos guardias?”

Contestó sin ninguna duda, enviando inmediatamente un mensaje por celular.

“Hecho,” dijo después de un momento, guardando nuevamente su teléfono.

“Scott está al tanto. La Casa Grey está tranquila, y contactará a Kelley para ofrecerle algunos amigos.”

La Casa Cadogan no tenía ninguna alianza con las otras Casas en Chicago; tal vez podríamos hacer de la Casa Grey un aliado, a pesar de que las circunstancias no fueran las mejores.

“Regresaré al Loop. Buscaré allí algo que luzca como un foco, y me mantendré cerca del agua en caso de que haya un vínculo entre el agua y el cielo que no conozcamos. Por qué no conduces por esta parte de la ciudad? Conduce por el resto de la Costa Gold y del Parque Jackson. Llámame si encuentras algo.”

Asintió. “Seguro,” dijo, luego saltó fuera de mi auto y entró al suyo. Me sentí rara dejándolo luego del beso, pero que otra cosa podía hacer?

Había un límite de lo que una chica podía hacer en una noche.

Una vez que estuve de camino al Loop, encendí la calefacción al máximo. Incluso aunque me sentí un poco claustrofóbica en la torre, había algo extrañamente tranquilizador sobre el arranque del calor en una fría noche. Habían habido noches frías durante la escuela de post-grado—noches en las que Mallory estaba fuera en el trabajo o en una cita con algún abogado o lindo economista—en las que me tomaba un descanso del estudio y saltaba a mi auto para conducir por la ciudad. Sabía que las carreteras tenían menos tráfico y relativamente pocas luces, por lo que usaría el paseo para despejarme, para olvidarme de mí, de todo experto de la carretera delante de mí.

Ocasionalmente, llevaría un audiobook, la duodécima o decimotercera entrega de una larga serie de acción o misterio que no podía parar de comprar, incluso aunque los libros parecieran copias de sus predecesores. Subiría el sonido como lo haría con la calefacción y conduciría a través de Chicago—algunas veces por Indiana, algunas veces por Wisconsin, algunas otras por el campo de Illinois—para tener algún tiempo a solas.

Esta, por supuesto, no era una de esas veces. No tenía tiempo para un viaje de placer, y el trayecto no era relajante. La ciudad todavía estaba llena con grupos de personas amontonadas en las aceras o en los porches, mirando tentativamente hacia el cielo, tomando fotografías con sus celulares y cámaras.

No había forma que “Crisis en Chicago!” no fuera a ser la historia principal en cada canal de noticias en el país, especialmente si la Guardia Nacional estaba involucrada. Todos estarían en busca de alguna explicación de lo sucedido con el cielo y el agua, y yo no tenía absolutamente nada para ofrecerles. Desearía tener las respuestas que estaban buscando.

Crucé el río, la parte que era de un negro brillante y tan oscuro como la tinta, y conduje de regreso al Loop. Había más edificios aquí, pero el cielo lucía tan rojo como en el Parque Potter, los rayos cayendo con la misma frecuencia. Ni más frecuente, ni menos.

“Demonios,” murmuré en voz baja. Era probablemente una de esas pocas veces que nadie más que un meteorólogo o un cazador de tormentas lamentaban la ausencia de un gigante tornado en un área muy poblada, como Jonah había señalado. Pero me hubiera dado una respuesta. Y ésas eran pocas y lejanas en estos días.

En cambio…había preguntas. Preguntas sobre mí. Preguntas sobre los hechiceros. Preguntas sobre la Casa y su personal. Preguntas sobre la ciudad y si confiaba en nosotros para que vivamos nuestras propias vidas sin nuestras constantes aseguraciones de que no queríamos lastimarlos.

Después de lo que había visto esta noche—una reina hada deseosa de dejarle una cicatriz a aquellos que trabajaban para ella porque no la habían informado de los problemas con la suficiente rapidez—tal vez ellos estaban en lo cierto. Tal vez no deberían confiar en nosotros.

Dios, estaba comenzando a deprimirme a mí misma.

Sin ninguna mejor opción, me detuve en un lugar para estacionar y apagué el auto. La ciudad estaba relativamente silenciosa, pero la noche todavía llevaba ese tranquilo zumbido. Había energía en Chicago. Incluso aunque no fuéramos la ciudad que no dormía, definitivamente éramos la ciudad que nunca descansaba.

Pensando que una katana atraería demasiado a los rayos para mi gusto, desabroché la espada y la dejé en el auto. Los humanos ya nos temían; no tenía sentido sacarlos de quicio cuando ya teníamos otros problemas que atender.

Estaba a una cuadra de la Calle State, por lo que caminé hasta allí, manteniéndome cerca de la fila de edificios mientras buscaba cualquier cosa que pudiera estar mal. Las calles estaban relativamente vacías excepto por los excursionistas de bares y las personas escaneando el cielo en busca de meteoros, alienígenas o cualquier otra explicación para su color.

Caminé por State hasta el río, notando el extraño cosquilleo de su cada vez más potente aspiradora de magia, y me acerqué al puente, deteniéndome en la mitad y echando un vistazo. El río se extendía frente y detrás de mí—una arteria negra congelada en el centro de la ciudad. El cielo era de un rojo uniforme, nubes pesadas también estaban teñidas de rojo por…lo que fuera. El efecto colateral de alguna maldición, algún encanto antiguo, algún hechizo macabro?

Desafortunadamente, no tenía idea. Si había un foco, no lo había encontrado. Nada parecía diferente aquí fuera. No habían hechiceros lanzando hechizos hacia el cielo. Ni dragones respira fuego. Tate, hasta donde sabía, no se había escapado e ido hasta el Loop para transformarnos con su extraña magia.

Aunque ninguno de esos acontecimientos hubiera sido exactamente bienvenido, al menos habría habido acontecimientos. Indicios de respuestas.

Caminé de regreso a mi auto, deteniéndome en una parada de autobús y sentándome en la banca vacía. La ciudad estaba atravesando desastres naturales sin causa aparente, y por lo visto éstos sólo eran síntomas de un problema mayor. Cómo se suponía que solucionaría esto? Los vampiros podíamos sentir la magia, pero solamente si estaba cerca. Esto iba más allá de mi experiencia. Necesitaba una adivina—las brujas que caminaban por ahí con ramas con forma de tenedor en busca de manantiales ocultos—excepto que yo necesitaba una que buscara magia.

Me senté derecha y saqué mi celular. Y ya que era la única cosa más cerca de una bruja de agua que tenía, llamé a Catcher.

“Todavía estás viva.”

“Así parece. Y aquí hay un hecho para agregar a tu base de datos—la sangre de hadas vuelve malditamente locos a los vampiros.”

Oí el chirrido de su silla mientras se incorporaba. “Derramaste sangre de hadas?”

“En realidad no. Claudia, la reina, se irritó con sus guardias. Ellos no la habían informado todavía sobre el cielo.”

Él silbó por lo bajo. “Ya que el cielo todavía es rojo, asumo que las hadas no eran el problema.”

“No, no lo eran. Ese sería el strike tres. Los supernaturales del agua no la arruinaron; los supernaturales del cielo no lo arruinaron. Claudia cree que estamos viendo los efectos de un problema mágico más grande con magia elemental como los síntomas visibles.”

Oí su suspiro a través del teléfono. “Magia elemental,” dijo. “Debería sumar dos más dos. Debería haber pensado sobre eso.”

Mi corazón se aceleró—estábamos llegando a algún lado? Tenía una respuesta? “Eso significa algo para ti?”

“Nos da el contexto mágico. Nos muestra un patrón.”

“Hay un grupo, una especie, una persona que use ese patrón?”

“No específicamente. Pero prueba que la magia está involucrada.”

Puse mis ojos en blanco. Todavía no había deducido que la magia estaba involucrada? Dejando las sugerencias de Jonah a un lado, parecía poco probable que los humanos hubieran simplemente encendido un interruptor que hubiera vuelto al cielo rojo y enviando rayos a través de él.

Como si hubiera sido irritado por el pensamiento, un rayo golpeó repentinamente un auto a tres cuadras de distancia. La alarma del auto comenzó a chillar en advertencia. Me acurruqué en la parada de autobús, deseando estar de regreso en mi auto. Odiaba los rayos.

“No tendrás una mejor idea de lo que Tate podría ser? Claudia pasó mencionando la magia antigua, y esa es la sensación que tengo de él.”

“La magia antigua no me sorprende,” Catcher dijo. “aunque esa no es una clasificación mágica en realidad. Que su magia se sienta “antigua” no señala lo que él es o podría ser.”

Por supuesto que no. Eso hubiera sido demasiado fácil “Entonces necesitamos trabajar en eso y descubrirlo. Puedes conseguir que lo vea de nuevo?”

Catcher silbó. “Desde que nuestra oficina ha sido oficialmente disuelta, no estamos exactamente en la lista de visitantes aprobados del establecimiento secreto que contiene a nuestro antiguo alcalde. Podemos ser capaces de tirar de algunas cuerdas, pero eso llevará su tiempo.”

“Haz lo que puedas. No estoy yendo a ninguna parte.” Aunque había un grupo que podía investigar. “Sé que esta pregunta te dolerá, pero necesito una respuesta de todos modos. Qué hay con la Orden?” me mordí el labio en anticipación de su respuesta sarcástica. Pero eso no fue lo que obtuve. Catcher había cambiado su tono.

“Me he estado devanando los sesos,” dijo, y podía oír el cansancio en su voz ronca. “Pero no puedo idear ninguna forma en la que estén involucrados. Simplemente no veo qué ventaja verían en hacer esto. Esto podría ser ingenuo, pero ellos no son malvados.”

“Qué hay sobre Simon?”

“No sé como Simon pasa sus días, Merit, además de monopolizar gran parte del tiempo de Mallory y hasta la última gota de su energía mental. Ella parece ser en lo único que está concentrado. Además, él es el rey de la ciudad ahora. Para qué molestarse?”

“Pensé lo mismo.”

“Mantén a tu gente calmada y fuera del radar de Simon. Él podrá parecer apacible, pero todavía es un miembro de la Orden completamente entrenado y la interferencia vampírica solamente lo molestará. Déjame investigar eso.”

“Lo haré,” dije, “pero Frank está ansioso, y sabes la presión que le está poniendo a Malik. Los humanos están enloqueciendo, y la Guardia Nacional se dirige a la Casa Cadogan. Sin importar quien esté involucrado en esto, necesitamos evidencia, y la necesitamos ya.”

“Yo me encargaré. Dónde estás de todos modos?”

Decidí no decirle que estaba acurrucada en una parada de autobús en la calle State simplemente porque no tenía una idea mejor. “Estoy siendo Centinela,” le dije. “Llámame tan pronto tengas algo.”

Catcher gruñó su acuerdo, y el teléfono quedó muerto. Lo guardé y miré la noche. El ruido comenzó a llegar de la calle mientras un desfile de humanos vestidos de blanco caminaban hacia mi. Ellos llevaban carteles blancos anunciando el Apocalipsis y recomendando considerar inmediatamente pasajes Bíblicos. Las advertencias estaban garabateadas en pintura rojo sangre, gotas marcadas al final de las letras. Habían pintado los carteles apurados, desesperados por hacer una diferencia antes de que fuera demasiado tarde.


“Antes de que los vampiros destruyan el mundo,” murmuré en voz baja.

Los humanos podrían estar en lo cierto sobre el final del mundo; esa no era exactamente una información de la que no estuviera al tanto. Pero estaba bastante segura de que tendrían más que palabras si me atrapaban aquí sola, por lo que me agaché en una esquina y los observé pasar, cantando una advertencia de la tragedia venidera.

Unos cuantos minutos después, desaparecieron de mi vista y la calle quedó en silencio nuevamente. Me puse de pie y estiré las piernas, pero cuando estuve por abandonar la parada de autobús, un relámpago atravesó el cielo y la lluvia comenzó a caer en gruesas gotas.

“Por supuesto que llovería,” murmuré.

Me quedé bajo la parada unos cuantos minutos más, mientras la lluvia rebotaba en mis botas, esperando que se detuviera por un momento y deseando una vez más, que Ethan estuviera aquí conmigo. Él sabría que hacer, tendría algún plan de ataque en mente.

Sabía que esta carga era mía; sólo esperaba tener la fuerza suficiente para llevarla y la inteligencia para resolverla.

Tan repentinamente como comenzó, la lluvia amainó y se detuvo. A medida que me adentraba en la calla, obtuve el aroma de agua, ciudad y sulfuro, pero también había algo más: el olor a limón y azúcar, el mismo aroma que sentía alrededor de Tate.

Claudia pensaba que la magia era antigua, y ahora la lluvia olía como Tate? Eso no podía ser simplemente una coincidencia.

El amanecer se acercaba, pero sabía exactamente a dónde necesitaba ir mañana a la noche. Con suerte el nombre de mi abuelo, todavía significaría prestigio y conseguiría que viera a Tate de nuevo.

Todavía con miedo a los rayos, corrí hacia mi auto, y mi piel zumbó por el ozono en el aire. Recién terminaba de poner la llave en la cerradura cuando en cañón de un arma fue presionado contra mi mejilla.


“Hola, Merit,” McKetrick dijo agradablemente. “Largo tiempo sin verte.”

CAPÍTULO DOCE
LA FELICIDAD ES UN ARMA CALIENTE


Miré hacia abajo al acero oscuro y frío ahora apuntando a mi pecho. El arma era más larga y corpulenta que una pistola, parecida en forma a una escopeta recortada con un solo y ancho cañón.

Miré hacia arriba. McKetrick sonrió con aire de suficiencia. Era un hombre guapo, de pelo corto oscuro, pómulos esculpidos, y un cuerpo al que no renunciaría. Sus ojos eran grandes y de aspecto exótico, pero su boca estaba torcida por la crueldad–y había una nueva cicatriz a través de su labio superior que no había estado allí la última vez que lo había visto.

"Manos al aire, por favor", dijo amablemente.

Por segunda vez en la noche, levanté mis manos al aire. No era irónico? Había dejado mi espada en el coche para no asustar a los humanos y allí estaba él, apuntándome con una pistola en mi pecho.

"McKetrick", le dije a modo de saludo. "¿Podrías mover el arma, por favor?"

"¿Cuando es tan eficaz para conseguir tu atención? No lo creo. Y en caso de que tengas la idea de tomar un tiro por el bien de la causa, estamos utilizando una nueva variedad de bala. Algo un poco menos de hierro y acero. Con algo un poco más leñoso. Un nuevo proceso que combina el impacto de una bala con la reacción química del álamo. Ha demostrado ser muy efectivo."

Un escalofrío me recorrió el cuerpo. Si se las había arreglado para convertir el álamo–la única cosa que, con un tiro al corazón de un vampiro, nos convertiría en polvo–en balas, y él sabía que era ‘efectivo’, ¿Cuántos vampiros habían muerto para probarlo?

"¿Es así como conseguiste la cicatriz?" pregunté en voz alta.

Su labio superior se curvó. "No soy nada de tu incumbencia."

"Lo eres cuando tienes una pistola apuntándome", dije, y calculé mis opciones. Tratando de quitar el arma de su mano con una patada bien sincronizada podría tener éxito, pero él era un ex-militar e indudablemente un experto en un mano a mano. Además, a la ‘fuerza’ llevaba un riesgo bastante alto–yo podría tomar un trozo de álamo en el corazón y acabaría en un montículo de cenizas. Había también una posibilidad bastante sólida de que él tuviera secuaces esperando en el exterior con armas similares.

Habían sido muchas muertes últimamente, así que rápidamente decidí que jugar al mártir no era una opción. En su lugar, opté por reunir toda la información que podía.
"Me sorprende que estés fuera esta noche", dije. "¿No deberías estar alertando al pueblo sobre el apocalipsis? O ¿tal vez salir con el alcalde? Te vimos en la conferencia de prensa."

"Ella es una mujer con un plan para la ciudad".

"Ella es una imbécil fácilmente manipulable."

Él sonrió. "Tus palabras, no las mías. Aunque ciertamente ha sido receptiva sobre mi posición sobre los vampiros."

"Es lo que he visto. Supongo que eres uno de los cerebros detrás de la ley de registro?"

"No soy un fan", dijo.

"¿En serio? Parecía que vigilar de cerca nuestras actividades sería justo algo que harías.”

"Eso es solamente un pensamiento a corto plazo, Merit. Si se permite que las aberraciones sobrenaturales se registren, justificaría su existencia." Sacudió su cabeza como un pastor de lecturas. "No, gracias. Eso es un paso en la dirección equivocada".

No estaba realmente ansiosa por escuchar lo que McKetrick pensaba que podría ser la ‘dirección correcta’ para la ciudad, pero él no me permitiría el lujo de su silencio.

"Sólo hay una solución para la ciudad–limpiarla. Librarla de los vampiros. Eso resuelve el problema del apocalipsis. Para limpiar la ciudad, necesitamos un catalizador. Si libramos a la ciudad de un vampiro que es conocido por el público, podríamos ser capaces de hacer algunos avances."

Mi estómago se hundió. McKetrick no sólo estaba buscando sacar a los vampiros fuera de la ciudad.

Él quería exterminarlos, empezando por mí.

Con el arma apuntando hacia mí, no tenía muchas opciones. No podía agarrar mi celular, y llamar a los humanos dentro del campo de audición sólo los pondría en la línea de fuego. No podía correr ese riesgo. Con mi fuerza de vampiro aumentada, podría ser capaz de vencer a McKetrick en un combate cuerpo a cuerpo, pero él rara vez viajaba solo. Por lo general venía con un grupo de chicos igual de musculosos en un negro inalterable, y aunque aún no los había visto, no podía imaginar que no estuvieran allí esperándome.

Así que opté por utilizar uno de mis mejores talentos–la terquedad.
"¿Exactamente qué piensas que lograrás con sacarme? sólo vas a molestar a los vampiros e incitar a los humanos que no quieren asesinatos en su ciudad."

McKetrick se veía afectado por la acusación. "Esto es increíblemente ingenuo. Claro, puede haber unos pocos en Chicago que no se den cuenta de la amplitud del problema de los vampiros. Pero eso es de lo que se trata todo esto. La gente necesita reunirse en torno a algo, Merit. Tú eres el punto de reunión."

"¿Quieres decir que me convertiré en cenizas? sabes que eso es todo lo que seré, ¿verdad? un montículo de cenizas, allí en la acera." Hice un gesto hacia el concreto por debajo de nosotros. "No es como si fueras a estar de pie sobre el cadáver de un vampiro caído. Créeme—lo he visto."

Dije una oración silenciosa de disculpa a la memoria de Ethan por mi dureza, pero debido a la mandíbula crispada de McKetrick, seguí adelante. "Se verá más como si vaciaras una aspiradora que si estacaras a un vampiro, y eso exactamente no será sensacional en la televisión. Ni siquiera estarás al frente de batalla."

"¿Qué se supone que significa eso?"

"Significa que hay un desorden de humanos ahora mismo fuera de la Casa Cadogan protestando nuestra existencia, y la Guardia Nacional está en camino. ¿Por qué no estás ahí afuera con ellos? ¿Conociéndolos? ¿Reclutándolos como—almas gemelas? Oh," dije, asintiendo con mi cabeza. "Lo tengo. Realmente no te gusta la gente más de lo que te gustan los vampiros. Simplemente te gusta jugar al héroe. O que te imagines ser un héroe. Yo personalmente no creo que el genocidio sea terriblemente heroico".

Me dio un golpe en la mejilla lo suficientemente fuerte para que mi cabeza zumbara, e inmediatamente probé sangre.

"No dejaré", dijo amenazadoramente, dando un paso más cerca de mí, "que una pequeña perra con colmillos me desvíe de mi misión."

Mi ira–ayudada por el filo de mi hambre–comenzó a extenderse a través de mis piernas en una gloriosa carrera cálida que empujaba el frío de mis huesos.

"¿Tu misión? Tu misión es asesinar, McKetrick, así de simple. No nos olvidemos de eso. Y consideraría que lo que sabes acerca de mí–o acerca de los vampiros—cabría en la cabeza de un alfiler."

"Comprueba el cielo", dijo, empujando el cañón de la pistola a mi pecho. "¿Crees que no tiene nada que ver con ustedes?"

"En realidad, no tiene nada que ver con nosotros", dije, pero le ahorré los detalles sobre los otros grupos que podrían haber tenido algo que ver. No tenía sentido ponerlos en el radar de McKetrick, también.
"¿Cómo que no tiene algo que ver con ustedes? ¿Qué otra cosa podría ser responsable de esto?"

"¿Calentamiento global?", sugerí. "¿Has reciclado hoy en día?"

Eso me valió un puñetazo en el estómago que me puso en el suelo húmedo sobre mis rodillas. Tosí un poco, exagerando la lesión. Había hecho daño definitivamente–pero no estaba mal. Creo que él había sacado su golpe un poco al final. Tal vez golpear a una ‘perra con colmillos’ era más difícil que darle una buena bofetada en la cara. Su pensamiento era más delicado lo que en realidad sólo funcionaba a mi favor.

"Eres un sádico", escupí.

"No", dijo con paciencia, "Soy realista. Me haces violento. Me haces luchar una guerra que no debería tener que luchar."

"Culpar a la víctima es tan del año pasado", le dije. Me preparé para una patada, pero no pasó nada. En su lugar, se puso en cuclillas, su ceño fruncido en preocupación.

"No entiendes."

"Lo entiendo. Eres un egoísta, y crees que sabes más que nadie en Chicago. Pero en realidad, McKetrick, eres un cobarde ignorante. Estás luchando para quitarnos nuestros derechos, y somos los únicos tratando de resolver el problema. Tu ego te ha cegado. Lo siento por ti, en realidad."

Eso fue al parecer el límite de su paciencia. Se puso de pie otra vez, metió dos dedos en su boca y lanzó un silbido. Dos hombres con uniforme negro corrieron hacia nosotros. Uno señaló otra arma de ancho cañón hacia mí, mientras que el otro me jaló sobre mis pies y tiró de mis brazos hacia mi espalda.

Lo maldije–en voz alta–y pisé su pie, pero el cañón de McKetrick en mi barbilla era un impedimento bastante bueno para más violencia.

"Ponla en el vehículo", dijo McKetrick. "Vamos a llevarla de vuelta a las instalaciones".

Ver ‘las instalaciones’ definitivamente me ayudaría a cerrar las operaciones de McKetrick, pero parecía poco probable que en última instancia sobreviviera a la visita.

Entrar en el coche era una sentencia de muerte, por lo que luché con todas mis fuerzas. Me retorcí en los brazos del gorila, y mientras él luchaba para mantenerme erguida, cambié mi peso y golpeé la pistola de McKetrick. Voló de su mano. Él de inmediato se fue tras ella.
El agarre del gorila se aflojó en el caos, y con una baja patada rápida a sus joyas y una zancadilla reversible que conectó de lleno, lo puse sobre su espalda.

"Ese es uno de mis movimientos favoritos", le dije, pensando en una conversación que Ethan y yo tuvimos. Lástima que yo estaba luchando ésta sola.

"Agárrenla", dijo McKetrick, habiendo agarrado el arma a unos pocos metros y comenzado a caminar de regreso a mí con los brazos extendidos.

Me volví para correr y lo hice directamente hacia el gorila número dos. Lo miré, sonreí un poco, y le ofrecí otra patada-por-debajo-del cinturón. Este fue lo suficientemente inteligente como para anticipar la jugada. Él la bloqueó, pero no era el primer hombre que había bloqueado una de mis patadas. Esquivé un golpe, mientras lancé un puñetazo a su espinilla. Cuando él brincó de dolor, salté y realicé una imagen perfecta de una patada de media luna que lo puso en el suelo.

Eso dejó a dos gorilas sobre el suelo gracias a unas patadas bien-ejecutadas, pero aún no tenía tiempo para disfrutar de la victoria cuando un golpe a mi riñón me puso sobre el suelo otra vez.

Miré detrás de mí.

McKetrick se quedó allí, con el arma extendida, el brazo temblando con una furia evidente.

"Ya he tenido suficiente contigo", dijo, agitando el dedo en el gatillo.

Después de ser golpeada por Celina una noche de lluvia, me había hecho una promesa. Así que me puse de pie y miré atrás hacia él, obligándome lucir calmada—y bloqueando mis piernas para que no temblaran.

"Si vas a estacarme", le dije, "lo harás mientras me miras a los ojos." Me preparé para el golpe: para sentir la punzada aguda de astillas si él llegaba a fallar mi corazón, o perderme a mí misma por completo si su puntería era buena. Yo era lo suficientemente valiente para admitir que cualquier opción era una posibilidad.

Extendió la pistola hacia mi pecho, justo encima de mi corazón.

Intenté una última maniobra. "Aprecio esto, sabes."

Lo vi luchar contra el deseo, pero aún así preguntó.

"¿Apreciar qué?"

"Lo que estás haciendo." Tomé un paso minúsculo hacia adelante, empujando mi pecho al cañón de la pistola. "Haciéndome una mártir. Quiero decir, comprendo que tu tendrás que preparar algún cuento sobre cómo traté de hacerte daño y que tú salvaste a la ciudad de Chicago de mí." Bajé mi voz un poco. "Pero los seres sobrenaturales lo sabrán, McKetrick. Los vampiros. Los cambia-formas. Les agrado. Y no te creerán."

Me paré de puntas y lo miré a los ojos. "Te van a encontrar."

Lo más gracioso de la ira–es que podría ayudarte, o podría herirte. Podría arruinar tu compostura, y hacerte parpadear.

McKetrick parpadeó.

"Perra", dijo, apretando los dientes. "No dejaré que arruines esta ciudad."

El arma vaciló, temblando un poco en su mano. Aproveché la oportunidad, golpeando bajo la pistola y empujándola fuera de su mano. Voló por el aire y se deslizó a través del concreto.

Se lanzó por ella.

Podía reconocerlo: McKetrick era más grande y musculoso que yo. Pero yo era más rápida.

Llegué antes que él, raspé los dedos contra el asfalto para asegurarme que el arma estaba a salvo en la mano, y para el momento en que él me alcanzó, me volví sobre él.

Sus ojos se abrieron. "Estás arruinando esta ciudad".

"Sí, eso dices. Me gustaría señalar, sin embargo, que los vampiros no están arrojándose sobre los civiles y amenazándolos, ni estamos apuntándolos con armas en sus rostros."

Gruñó, escupió unas pocas maldiciones más, y se acuclilló sobre sus rodillas. "¿Esto hace que te sientas poderosa? ¿Conmigo sobre mis rodillas ante ti como un humano adulador?".

"No. ¿Y sabes por qué no?" Le di un culatazo en la sien que lo puso sobre el suelo y lo dejó fuera de combate. "Porque no soy tú".

Cerré los ojos por un momento–sólo un momento para respirar–y después los abrí con el sonido de los neumáticos chirriando.

Miré hacia atrás. Los dos gorilas habían desaparecido, y el SUV negro estaba escapándose por la calle.

"Cuanta lealtad", dije, y luego miré a McKetrick y alrededor del barrio. La parada de autobús estaba a unos cuantos metros, pero el cielo del este comenzaba a clarear. No tenía mucho tiempo, así que iba a necesitar apoyo.

Relámpagos todavía parpadeando alrededor de nosotros, arrastré a McKetrick a la parada de autobús y lo apoyé contra el banco. Saqué mi teléfono.

Catcher respondió con una pregunta. "¿Qué quieres, Merit?"

La casa entera estaba irritada esta semana, y estaba empezando a llegar al final de mi paciencia con el clan Bell/Carmichael. Sin embargo, tenía trabajo que hacer.

Le di mi dirección. "Si puedes llegar lo suficientemente rápido, encontrarás a McKetrick en la parada de autobús, fuera de combate."

"McKetrick", preguntó, su voz de repente bañada con mucho menos ácido. "¿Qué pasó?"

"Él y dos de sus matones me sorprendieron en el Loop. La misma canción y baile sobre el odio a los vampiros y esperando sacarlos de Chicago. Pero con un toque realmente malo. Él tiene, o al menos afirma tener, balas de álamo. Me las arreglé para conseguir una de sus armas, pero no a sus gorilas, quienes escaparon. También mencionó que tiene algún tipo de instalación. Espero que él te dé algunos detalles."

"Eso sería muy útil. ¿Estás interesada en presentar cargos contra él por asalto y agresión?"

"Sólo si es necesario para mantenerlo encerrado."

"No debería serlo," dijo Catcher. "Si recuerdas, ya no estamos afiliados a la ciudad. Esto es sólo un par de chicos en una conversación amistosa fuera del registro. Es curioso cómo la Constitución ya no es un problema".

Tal vez no, pero eso no significa que mi abuelo aún no pueda acabar en agua caliente durante el secuestro. "Esa es tu decisión. Pero no sé cuánto tiempo va a estar fuera, y ya que la ciudad comenzará a moverse bastante pronto, podrías querer dar al Detective Jacobs un aviso. No quieres que cualquier uniformado del CPD (Departamento de policía de Chicago) lo encuentre antes de que llegues aquí."

Jacobs conocía mi abuelo, y me había interrogado después de una dosis de V, la droga que Tate fabricaba para los vampiros, hubiera convertido el bar de la Casa Cadogan en uno de peleas mortales. Jacobs era cauto y propenso al detalle, y él estaba honestamente en el lado de la verdad y la justicia. No había ya mucha gente como esa alrededor, así que lo consideraré como un aliado.

"Transmitiré la idea a Chuck, ver qué dirección quiere tomar. Sé que él quiere permanecer en el lado bueno del CPD, pero hay algo que decir para probar esta nueva libertad que el alcalde nos ha dado."

Escuché sonidos de arrastre de pies. "Nos vamos ahora", agregó. "Deberíamos estar allí en veinte."

"Es casi el amanecer, así que estoy regresando a la Casa. Y hablando de su nueva libertad, ¿alguna suerte organizando la segunda reunión con Tate?"

"Estoy trabajando en ello. Estoy cobrando el capital político que tenemos, pero los burócratas son codiciosos. Kowalczyk los esta poniendo nerviosos. Te dejaré saber mañana por la noche."

"Lo apreciaría. Oye–mientras te tengo en el teléfono, ¿alguna vez has olido algo raro alrededor de Tate?"

"Hice de un hábito el no oler a los políticos o convictos."

"Lo digo en serio. Cada vez que estoy cerca de él, huelo a limón y azúcar. Y hace un rato, después del aguacero, lo olí de nuevo–como si hubiera algún tipo de magia similar fluyendo desde la lluvia. Como si él estuviera involucrado de alguna manera."

"Tenemos un poco de lluvia aquí, pero no huelo nada. No puedo poner mucha atención en los olores. Además, Tate está encerrado. ¿Qué pudo hacer?"

Así lo dijo él. Sabía que había algo en eso, pero lo dejé pasar. "Ten cuidado. Sé amable con nuestro soldado."

"No es que se lo merezca", dijo Catcher, y cortó la llamada.

El borde del cielo era ahora un amarillo tostado, guardé el teléfono de nuevo y dejé a McKetrick en la parada de autobús, viéndose como un fiestero que había tenido un poco de demasiada diversión.

Afortunado él.

CAPÍTULO TRECE
LA MEJOR PARTE DE DESPERTAR… ES CON TIPO A EN TU TAZA


Llamé a Kelly en el camino para darle una actualización sobre McKetrick y llegué a la Casa un poco demasiado cerca al atardecer para mi confort. Corrí desde mi carro a la Casa, dándome cuenta vagamente debido mi agotamiento por la alimentación y el sol, que los protestantes estaban silenciosos, sin duda gracias a las dos docenas de miembros camuflageados de la Guardia Nacional quienes permanecían en puntos iguales alrededor de la reja.

Inmediatamente me dirigí escaleras arriba para caer en mi cama, pero paré en el segundo piso, y miré hacia el tercer piso por encima de mí. Antes de que mi juicio hiciera presencia, subí somnolientamente las escaleras al tercer piso, luego en puntillas caminé por el pasillo hacia el ala donde estaba la suite de la consorte… y las habitaciones de Ethan.

Me detuve frente a las puertas dobles de su apartamento por solo un momento, antes de presionar mi palma en la puerta y frente a la fría madera.

Dios, le extrañaba. El beso de Jonah podría haber sido glorioso por ese único momento de olvido, pero el despertar fue mucho peor, perdiéndome en pensamientos sobre Ethan.

Sin ningún aviso, la puerta se abrió.

Me quedé allí, con el corazón latiéndome fuertemente. No había estado en sus habitaciones desde la noche en que él había sido asesinado. Algunos de sus efectos personales habían sido empaquetados en cajas, pero la habitación sin embargo había permanecido cerrada. Frank había escogido otro cuarto y Malik y su esposa permanecieron en la misma de siempre. Evitaba completamente el apartamento de Ethan, pensando que mejor ser como un frío pavo que convertirme en una pantera, cazando sus habitaciones para alimentar mis recuerdos.

Pero esta noche, luego de los relámpagos, reinas de hadas, besos y armas, necesitaba una forma diferente de caer en el olvido.

Presioné aún más la puerta, y camine hacia dentro.

Por un momento, me quedé en la entrada, con los ojos cerrados, bebiendo esa familiar esencia. Su fuerte, limpia colonia le había dejado paso a las esencias de productos de encerar y el polvo, pero aún se mantenía allí, tenue y fresca, como los susurros de un vampiro.

Abrí mis ojos, cerré la puerta detrás de mí y observé la habitación. Estaba muy bien decorada, con muebles y mobiliarios costosos estilo Europeo, más como una boutique de hotel que las habitaciones de un Maestro vampiro.

Caminé atravesando la sala de estar hacia el segundo set de puertas dobles. Estas llevaban a la habitación de Ethan. Con el sol ahora encima del horizonte, caminé dentro y capté ligeramente de nuevo su esencia. Antes de que pudiese pensar mejor acerca de eso, mis zapatos y la chaqueta estaban en el piso y yo estaba arrastrándome hacia su cama, con lágrimas en mis ojos por la sensación familiar de las sábanas y la esencia de él que allí permanecía.

Pensé en las pocas veces que habíamos hecho el amor, la ternura y la alegría de ello, y la extravagante, incitadora sonrisa que él me daba cuando estaba satisfecho con algo que yo hubiese hecho –o algo que él me hubiese hecho a mí. Sus ojos eran tan brillantemente verdes, sus labios perfectos, su cuerpo tan finamente delineado como una estatua de mármol.

Envuelta en su esencia, sonreí y saboree los recuerdos. Aquí, en su cama en su oscura habitación, me quede dormida.

Estábamos en un casino, rodeados por una cacofonía de pitidos electrónicos y destellantes luces, empujados por un desfile de meseras sonrientes con bandejas de bebidas en vasitos cortos. Me senté en una máquina vacía con cuadrantes que giraban al azar, ocasionalmente reduciendo la velocidad para mostrar una sola imagen. Una estaca.

Una gota de lluvia. Una curva de fuego.

Ethan de pie a mi lado, una moneda dorada entre su pulgar y su índice. Lentamente la hizo girar en su eje, la luz alcanzando cada giro como una dorada luz estroboscópica.

“Dos lados de una moneda,” él dijo. “Cara y sello. Correcto e incorrecto. Bueno y malvado.” Él levantó su mirada hacia mí. “Todos tenemos elecciones, no?”

“Elecciones?”

“Entre ser valiente o cobarde,” él sugirió. “Ambición o satisfacción.”

“Supongo que sí.”

“Cuál opción tomarías, Merit?”

Sabía que él hablaba de algo importante, algo fuerte, pero no podía decir exactamente qué. “Qué elección es la que tengo que hacer?”

Con un giro de su pulgar, él lanzó la moneda en el aire. El techo parecía hacerse más alto a medida que la moneda ascendía, como si no estuviese funcionando la magia de la gravedad, la moneda podría haber ascendido por siempre, nunca tocando el límite del techo. Una y otra vez lanzada, cara y sello y cara de nuevo, captando la luz con cada rotación.

“Desapareciendo,” dijo Ethan.

Observé la moneda hacerse más pequeña en la distancia, alcanzado el infinito. “No está desapareciendo,” le dije a él. “Aún está allí. Aún está dando vueltas.”

“No la moneda. Yo.”

El suave miedo de su voz me hizo mirarle. Estaba observando sus manos, ahora su palma en frente de él. Al tirar la moneda en el aire, Ethan empezó a desaparecer, la punta de sus dedos disolviéndose en cenizas que caían en el patrón psicótico de la alfombra debajo de nuestros pies.

“Qué te sucede?” No podía hacer nada excepto mirar como sus dedos desaparecían un milímetro a la vez. En vez de gritar o tratar de detenerlo, yo solo lo miré con una fascinación clínica, observando como mi amor comenzaba lentamente a ser borrado hacia la nada.

“Yo tomé mi decisión. Te elegí a ti.”

Francamente, con el miedo creciendo en mi garganta, agité mi cabeza. “Cómo lo detengo?”

“Pienso que no podrás hacerlo. Es natural, no lo es? Que todos nosotros regresamos a las cenizas. Al polvo. Y luego somos apartados de nuevo.” De repente su atención estaba puesta a lo lejos. Él miró hacia arriba y a lo lejos hacia algo a través de la habitación, su mirada abriéndose ampliamente.

“Ethan?”

Sus ojos volvieron bruscamente a los míos. “Es muy peligroso. No les permitas hacerlo, Merit.”

“Hacer qué?”

“Ellos tomarán ventaja. Pienso que lo están haciendo ahora mismo.” Él miró hacia sus manos, ahora convertidas en cenizas. “Pienso que allí es donde estoy yendo.”

“Ethan? No lo entiendo.”

“Sólo soy cenizas,” él dijo. Me miró de nuevo, y sentí mi propio miedo crecer ante el miedo –Dios un miedo honesto- en sus ojos.

“Ethan—”

Sin ningún previo aviso, la desintegración se aceleró, y él empezó a deslizarse completamente a lo lejos, su último movimiento el grito de mi nombre.

“Merit!”

Me desperté sobresaltada en un frío sudor y enredada en las sábanas de Ethan, el pavor asentándose en mi estomago. Me tomó un par de minutos ajustarme a estar despierta, para recordar que sólo había sido un sueño. Que el horror no era real, pero que él aún se había marchado.

Las pesadillas estaban viniendo más rápido ahora, sin duda como resultado del estrés que había estado sintiendo. No había resuelto el problema aún, y ahora tenía dos potenciales elementos peligrosos –quizás el más grande de los peligrosos- acechando allí afuera. Tierra y fuego.

Dios nos libre, encontraría una solución antes de que la ciudad ardiese en llamas.

Cuando mi corazón se desaceleró de nuevo, me desenredé de las sábanas y caminé hacia la ventana. La cortina automática que la cubría durante el día ya se había levantado, revelando un glorioso cielo oscuro, con unas pocas estrellas a través de él.

Cerré mis ojos con alivio. El cielo había vuelto a la normalidad, y eso probablemente significaba que el lago y el río también.

Si Claudia y Catcher habían estado en lo correcto—que la magia era elemental y estaba siguiendo un patrón—el indulto sería solo temporal. Habíamos visto aire y agua. Tierra y fuego no podían estar muy lejos. Pero aun un indulto temporal ayudaría a aligerar el calor hacia nosotros.

Regrese a mi habitación. Con Tate en mi agenda, y un mensaje de Catcher confirmando una segunda reunión, me duché y me vestí con mi traje de cuero. No trataba de impresionar a Tate con mi vestimenta de trabajo esta noche; esto era sobre arreglar un problema sobrenatural. Un trozo de madera de prevención, por supuesto, estaba en mi bolsillo.

Jonah, sin embargo, no había llamado. Eso me molestó un poco. Esperaba que no fuese a evitarme porque lo había rechazado. Éramos un equipo nuevo, pero uno bueno. Y mientras aprendía que podía ser Centinela por mi misma, prefería hacerlo con un compañero.

Pensando en una mísera compañía, llamé a Mallory. Le tomó cinco repiques para contestar, y aún así no parecía emocionada por ello.

“En el medio de algo.”

“Entonces no contestes el teléfono la próxima vez,” bromeé, pero el comentario aún aguijoneándome.

“Lo siento,” ella dijo, y sonaba como si de verdad lo sintiese. “Yo solo… cada examen es un poco peor, sabes? Y luego estoy extremadamente cansada y estoy más cerca del final de mi límite. Solo quiero que esto se termine. Ni siquiera me importa si apruebo, solo quiero terminarlo.”

Podía escuchar el cansancio en su voz, y en la velocidad de sus palabras. No me hubiese sorprendido saber que ella estuviese tomando bebidas energizantes.

“Te escucho,” le dije. “Tengo que hacer algo pero podrías tomar un descanso luego?”

“Empiezo mi siguiente examen en unos minutos.”

“Eso apesta.”

“Dímelo a mi. Y para agregar una injuria a mi herida, Catcher está siendo un dolor en el trasero ahora mismo. Pienso que él no tiene idea del estrés que he estado atravesando.”

Su voz era irascible, y me pregunté si alguno de nosotros podía saber por lo que ella estaba pasando. Además de Simon, quien parecía estar direccionándola.

Y mientras le tenía en el teléfono… “Hey, sé que estas en un apuro, pero hay algo que puedas decirme acerca de lo que está ocurriendo en la ciudad ahora mismo con el lago y el cielo? Entiendo que la magia está atada a los cuatro elementos—agua, aire, tierra y fuego. Hay alguna otra cosa que hayas aprendido?”

Su respuesta fue rápida y furiosa. “Jesús, Merit. Cuántas veces te vas a preguntar si los problemas de la ciudad tienen algo que ver con los magos? Lo hiciste con las drogas, también.”

“Me pregunto acerca de muchas cosas,” le dije, recordándome el estrés por el que ella estaba pasando. “Es mi trabajo preguntarme sobre las posibilidades, y luego encontrar cuál es la verdad.”

“Oh, entonces solo somos probabilidades?”

No tenía idea de lo que ella estaba discutiendo, ciertamente no le había acusado a ella de nada. Estaba ella azotándome porque pensó eso o porque estaba estresada?¨

“No es como si estuviese allí afuera haciendo travesuras sin sentido” ella dijo, antes de que yo pudiese responder. “O investigando trozos de magia al azar. Estoy tomando exámenes, Merit.”

Desde cuando lo que ocurría a la ciudad era magia al azar? El comentario era irritante, pero permanecí calmada. “Sé que lo estás. No te acuso de nada. Pero algún tipo de magia está envuelta en esto que no logro entender. Pensé que quizás tú podrías.”

“Sabes lo que sí sé, Merit? Sé sobre sigils y pentagramas, algoritmos mágicos y auras. Eso es sobre lo que sí sé.”

“Sabes qué?” le dije, forzándome a permanecer calmada. “Voy a dejarte ir así podrás volver a seguir estudiando. Okay?”

“Quizás esa sea una buena idea. Y quizás tú deberías limitarte a no llamarme ni acusarme hasta que haya terminado con mis exámenes.”

El teléfono quedó muerto, dejándome con los ojos muy abiertos, nerviosa y completamente sin ninguna palabra.

Lindsey escogió ese momento para aparecerse por mi cuarto. “Desayunamos?”

Bajé el teléfono. “Mallory acaba de colgarme el teléfono!”

Lindsey frunció el ceño entrando a la habitación, y cerró la puerta detrás de ella. “Qué hiciste?”

“Nada. Quiero decir, le pregunté si ella sabía algo acerca del lago y del cielo, pero nada más que eso.”

Lindsey silbó. “Vaya forma de preguntarlo con suavidad.”

“Era una pregunta legítima. Y ella es una de las tres personas en esta ciudad quien podría saberlo.”

“Cierto. Yo no tengo voz en esta discusión. No es como si yo no fuese la primera metiéndome en problemas de relaciones.”

El comentario sugería que iba a venir seguido de detalles que no quería escuchar, pero también sonaba como un grito de ayuda. “Qué hiciste?”

Ella no perdió el tiempo. “Larga historia corta: las relaciones son difíciles, yo no juego justo, y soy la más desastrosa persona que él conoce.”

Hice una mueca—y estuve de acuerdo con él en la primera y la última cosa. La habitación de ella era un desorden de cosas, y no una forma donde hay un orden-de-cosas-en-cajas-identicas-de-mimbre-que-la-gente-pone-en-armarios.

Sus hombros bajaron repentinamente. “Quizás hice alguna referencia a terminar cuando peleamos.”

“Yikes.”

“Si. Es solo—Nunca había hecho algo como esto, sabes? No había estado en una relación seria. A veces siento que todo este miedo está encerrado en una botella, y debe ir a algún lado. Me convencí a mi misma de que esto no iba a ser muy largo.”

“Él te ama.”

“Lo sé. Pero él quizás deje de hacerlo algún día. Y algún día, podría irse, y dónde estaré yo? Estoy envuelta en un chico, y no sé como desenrollarme a mi misma.”

Se sentó ruidosamente en la cama. “Estoy cansada, he trabajado en exceso, estoy siendo forzada a no alimentarme, estoy estresada, y tengo un novio—un novio, Merit—con sus propios problemas, y lo único que quiero es atiborrarme de helado. Y afrontémoslo—el único problema que podré resolver es el problema de “hey, mis pantalones son muy holgados!”.Y ese no es un problema que tenga ahora mismo.”

Ella se puso de pie y me mostró su estomago. Su delgado estomago es-solamente-piel.

“De verdad?” le pregunté, mi voz tan seca como una tostada.

“Es solo—Yo nunca suelo ser este tipo de chica. Yo era Lindsey, Guardia de la Casa Cadogan y malditamente caliente. Yo estuve en la portada de La Voz de Chicago Semanal por el amor de Dios. Yo sabía que lucía bien. Y ahora me estoy preocupando por cómo luce mi cabello? Y si estos jeans lucen realmente fantásticos.”

“Ellos lo hacen.”

“Deberían. Costaron doscientos dólares.”

“Un par de jeans?”

“Ellos levantan el trasero.” Para probar su punto, ella se dio la vuelta y me mostró su trasero en pose provocadora.

Pero yo no estaba impresionada. “Son jeans. Están hechos de la misma tela que los otros levanta-trasero como el resto de los jeans del mundo.”

“Si fuesen Pumas, no te estarías quejando acerca del precio.”

Ella tenía un punto. “Continúa” le ofrecí magnánimamente.

“El punto es, no solía preocuparme por este tipo de cosas. Me importaban, pero no me preocupaba. No me preocupaba sobre lo que este chico pudiese pensar de mi porque no me importaba lo que pensaba de mi, sabes? Y ahora…” Ella negó con su cabeza viéndose disgustada consigo misma.

“Ahora piensas en otros en lugar de solo en ti misma?”

Ella entrecerrando sus ojos fue lo último que vi antes de que una almohada aterrizara en mi rostro.

“Ouch” instintivamente dije, colocando una mano en mi mejilla. “Aún si merecía eso, ouch.”

“Entendiste mi punto?”

“Lo entendí. Pero quizás no sea una mala idea. Digo, no es como si te fueses a convertir en una súper neurótica o algo. A ti te gusta Luc, y quieres que él guste de ti. Quieres ser aceptada.”

“Supongo.”

“Enfócate en la parte de Luc en lugar de la de Lindsey. Digo, él probablemente esta haciendo lo mismo. Preguntándose si sus botas están brillando lo suficiente o cualquier otra cosa de la que los vaqueros se preocupen.”

“Chaparreras. Mientras discutimos, ellos constantemente se preocupan por las chaparreras ”

Presioné mis dedos sobre mis ojos. “Sabes, me mudé de donde Mallory para precisamente evitar conversaciones como esta.”

“No, te mudaste de la casa de Mallory para poder evitar ver a Catcher en bóxer o algo menos que eso. Lo cual, honestamente, es de locos. Ese chico es absolutamente delicioso.”

“Lo he visto más veces desnudo de las veces que lo he visto con bóxer. Y lindo o no, algunas veces, solo quiero sentarme con mis sobras de comida china sin su desnudo trasero paseando por mi cocina.”

Lindsey se rió y se sentó de nuevo. “Así que realmente es un asunto de higiene.”

“Realmente lo es.”

Estuvimos en silencio por un momento.

“Vale la pena?” finalmente le pregunté.

“Qué quieres decir?”

Yo recordaba la noche que había ido con Ethan, finalmente segura de que él quería aceptarme por quien yo era y que yo haría lo mismo por él. No había habido ninguna duda entonces, ni tampoco miedo. Solo aceptación del riesgo que estaba tomando y la confianza de que él valía la pena.

Que nosotros podríamos valer la pena.

Me había tomado un tiempo llegar a ese punto, y a Ethan también para estar listo para una relación. Quizás si hubiésemos llegado antes hubiésemos tenido más tiempo juntos—pero no tenía sentido pensar sobre eso ahora. Él se había marchado excepto que aparecía en mis sueños, y esos se estaban volviendo demasiado traumáticos como para querer revivirlos.

“Pienso,” finalmente dije, “que alcanzaste ese punto donde quieres tomar esa oportunidad. Donde sabes que podrías resultar lastimada a largo plazo, pero aún así decides que vale la pena.”

“Y si yo no llego a ese punto?”

“Entonces sé sincera con él. Pero no permitas que el miedo tome la decisión. Toma la decisión basándote en quién es él y quién eres tú cuando estás con él. O quien te ayuda a ser.”

Ella asintió, una lágrima se deslizó de su ojo. Y tuve la sensación de que la decisión vendría más fácil—y rápido—de lo que se imaginaba.

“Estarás bien” le dije, luego le di un abrazo. “Él te ama, y tú lo amas, y algún día, si tenemos suerte, las cosas volverán a la normalidad.”

Ella cruzó una pierna sobre la otra. “Cómo podría ser eso?”

“Dímelo tú a mí. Imagino que será como la vida antes de que Celina apareciera por la Casa.”

“Ah, si. Los días dorados de… Dios, aquellos días eran bastante aburridos, ahora que lo pienso.”

“Malos si lo haces, malos si no.”

“El césped es más verde,” ella dijo, luego me miró. “Ahora que ya hemos abarcado mis problemas amorosos, estas lista para hablar sobre Jonah?”

Lo que yo quería era cortar esa conversación de raíz. “No hay nada de lo que hablar.”

“Mira,” dijo ella, su tono suavizándose. “No estoy diciendo que este sea el mejor momento para encontrar un compañero por toda la eternidad. Pero quizás sea tiempo de que consideres a alguien. Un amigo. Un amante. Un amigo con beneficios.” Ella golpeo mi hombro juguetonamente. “Jonah es como—digo, Jesús, Merit. Él es realmente hermoso, inteligente, se ha ganado la confianza de la Casa, y te aprecia.”

“Él no es Ethan.”

“Eso no es justo. No hubo Ethan antes de él, y no habrá un Ethan después de él. Pero Ethan se ha ido. No te estoy diciendo que olvides que existió. Solo te digo que la eternidad es un largo tiempo. Y quizás quieras considerar la posibilidad de que hay otras personas que podrían ser parte de tu vida si se lo permites.”
Nos sentamos en silencio por un momento.

“Él me besó.”

Lindsey ofreció un chillido de delfín. “Sabía que lo haría. Cómo fue?”

“El beso? Genial. Mi remordimiento luego? Lo disfruté menos.”

“Eck,” ella dijo. “Qué hiciste?”

“Yo me escapé de él?” Pensé que poniéndolo en forma de pregunta lo haría sonar un poco menos mal. Tal vez sin sorprenderme, no lo hizo.

“Muy malo, Centinela. Muy malo. Aún se hablan?”

“Probablemente no, pero eso cambiará. Tiene que, porque él es único compañero que tengo por el momento.”

“Cierto. Los tiempos son rudos, guardias y compañeros están escaseando, y los humanos son como unos bebes quejosos. Digo, hemos estado aquí tanto tiempo como ellos. Pero puedes apostar que el promedio de asesinatos entre humanos es mucho mayor que entre vampiros. No somos nosotros los que estamos causando los problemas de la ciudad.”

Ella se puso de pie y movió sus manos por su cuerpo, dejando salir un suspiro mientras lo hacía. “Estoy calmada. Estoy calmada. También estoy muy hambrienta. Lista para desayunar?”

Negué con mi cabeza. “No tengo tiempo. Voy a visitar al alcalde.”

Ella se rió por lo bajo. “De nuevo? De verdad estas intentando lo de tener citas?”

“Ja ja. Pienso que él podría tener información acerca de lo que está pasando.” Le informé de mi teoría de limón y dulce. Diferente a Catcher, ella pensó que la idea tenía sentido. Pero eso no la desvió de su meta.

“Alcalde o no, aún los vampiros tienen que comer.” Ella golpeó con un dedo su cabeza.

“Empática, recuerdas? Puedo sentir cómo estas de hambrienta. Y si vas descubrir que demonios está pasando, necesitas estar lista para ello. No puedes desistir de comer solo porque estás cansada. Solo te hará sentir más cansada.”

No estuve en desacuerdo con que ella tenía un punto, pero quería que este tema terminara antes y no luego. Por otro lado, tenía una tendencia a continuar hasta que estaba verdaderamente enferma de ello, hasta que estaba en cama por una semana con un virus que me noqueaba directo a la cama. Una semana de no dormir, sin poder comer comida chatarra, y el estrés tendían a hacer eso a una chica.

No estaba segura de si los vampiros podían tener gripe, pero probablemente no era muy responsable de mi parte si testeaba esa teoría justo ahora.


Bajamos las escaleras y nos movimos hacia la fila en la cafetería. Desafortunadamente, Juliet y Margot habían estado en lo correcto sobre las nuevas opciones nutritivas de Frank: claras de huevo, tocino de pavo, ensalada de frutas orgánica y algún grano en forma de avena que lucía como si sería servido en un orfanato de Anita la pequeña huérfana.

“Ugh,” remarqué, pero tomé una porción de huevos y frutas y tomé una caja de sangre.

Llevamos nuestra comida a una mesa y pronto se nos unieron Margot y Katherine, otra Noviciada con un pícaro sentido del humor y una fabulosa voz.

“Así que realmente ha sido una loca semana. Cómo está todo allí fuera?” Margot preguntó, picando su ensalada de frutas.

“He estado en las calles. Pero no estoy segura de que esté haciendo alguna diferencia.”

“Eso es todo lo que puedes hacer,” Margot dijo, señalándome con su tenedor. “Además, las cosas han vuelto a la normalidad por ahora. Quizás se mantengan así.”

Yo no le apostaría a eso, pero asentí con mi cabeza.

Margot me dedico una pícara mirada. “Escuché que estabas trabajando con Jonah—el capitán de la guardia de la Casa Grey. Algún detalle que quieras compartir?”

Sentí como mis mejillas se ruborizaban. “No realmente,” dije, esperando que Lindsey no fuese a abrir su boca y contar lo del beso. Me enorgullecí, ella mordió su panqueque con obvia deliberación, y se mantuvo en silencio. “Solo estamos trabajando juntos.”

“Y qué tienes en tu agenda por el día?” Katherine preguntó.

“Estaré reuniéndome con el alcalde. Bueno, con el ex alcalde.”

“Piensas que él está cambiando el cielo y el río?” Margot preguntó.

“Pienso que la información sigue llevándonos a él.”

“Has hablado con Cabot recientemente?” Lindsey preguntó.

Negué con mi cabeza, mi estomago gruñendo simpáticamente a la mención de su nombre. “No desde que nos envió a hablar con la hadas.”

“Probablemente pensó que asesinato-por-las-hadas sería una forma fácil de deshacerse de ti,” Katherine gruñó.

“No me sorprendería,” dije estando de acuerdo. “Que ha estado haciendo él?”

“Ahora se está jalando de los cabellos por nuestras habilidades. Estrategias, físicas y mentales. Dijo que revisaría nuestros archivos para asegurarse de que hemos sido apropiadamente categorizados.”

“Estaría evaluando si somos o no una amenaza,” murmuré. “Y probablemente es mi culpa. Cuando nos reunimos, le dije que yo era Fuerte en las habilidades físicas. A él probablemente no le gustó el recordatorio de que nosotros somos competentes en la Casa Cadogan.”

“Es todo un personaje,” Margot agregó. “Y queremos escaparnos de él por unas horas.”

Ella me señaló con su tenedor. “Cuáles son tus planes para esta noche? Estamos pensando sobre hacer una maratón de Evil Dead y Army of Darkness .”

Pestañeé. “Como, las películas de Bruce Campbell?”

La mesa quedó en silencio.

“Muestra un poco de respeto Merit” Lindsey dijo con un poco más que una pequeña ofensa. “Alguna vez has sido superada por un demonio Candarian?”

Les miré a todas, tratando de saber si estaban bromeando o si yo había dado un paso dentro de un culto a Bruce Campbell. “No en las últimas horas.”

“Si, bueno, realmente no es gracioso, o si? Con los alocados ojos y los incontrolables partes de su cuerpo.” Ella se estremeció, y honestamente no podía decir si estaba diciéndolo en serio.

“Bromeas, cierto?” pregunté calmadamente. “Digo, pensé que bromeabas, pero algo realmente extraño está pasando en Chicago, y yo no he leído completamente el Canon todavía, así que quizás me pierda el capítulo del demonio Candarian?”

Ella se controló unos buenos quince segundos antes de soltar el bufido. “Oh, Dios mío, totalmente. Pero casi no pude hacerlo. A pesar de todo, en serio me encantan los movimientos. Vendrás?”

Me acerqué y le golpee suavemente en el brazo mientras el resto se reía. “Te dejaré saber,” le dije.

“Lo harás. Oh,” ella exclamó, “Solo sentí una sólida señal de irritación de Cabot.” Ella golpeó su cabeza de nuevo, lo cual aparentemente era el código internacional para “Tengo poderes empáticos y sé cómo usarlos.”

“En caso de que esté buscando una salida para su obsesión,”ella dijo, “tú quizás quieras tomar ese desayuno para llevar. Escuché que ayer hizo llorar a tres Noviciados.”

No tuvo que decirlo dos veces. Asentí y tomé mi bebida, y brinqué de mi asiento. “Si él llama a una asamblea para anunciar que está dejando Chicago, guárdenme un asiento.”

“Serás la primera a la que llamemos,” Lindsey prometió, y tomé su palabra.


CAPÍTULO CATORCE
PRIVILEGIO DE ALCALDE


Cuando estuve vestida, alimentada y con la katana abrochada, caminé de vuelta al frente de la Casa. Estaba de camino a la oficina de Malik—pensando en darle un informe directo–cuando oí gritos.

No me gustó la idea de los gritos en las cercanías de mi Maestro, así que puse una mano en mi katana para mantenerla equilibrada y corrí por el pasillo. Encontré a Luc y a Malik en su oficina. La puerta estaba abierta, ambos estando de pie en medio de la habitación y con los brazos cruzados. Sus expresiones estaban en blanco mientras escuchaban un informe de prensa desde un estéreo muy caro. Ambos me miraron y ofrecieron un gesto de reconocimiento.

"Y este hombre," dijo la mujer en la radio, quien supuse era la Alcaldesa, "es colega mío, fue abordado por los vampiros en la calle. Y luego fue interrogado por la policía como si fuera culpable por eso. ¿Qué esta sucediendo ahora en esta ciudad si estos son los tipos de engaños que suceden en nuestras calles?"

McKetrick. Cerré los ojos con tristeza. No sólo porque había sido puesto en libertad–y tanto por ese plan–si no porque había jugado bien su mano. Por supuesto, yo solo era culpable de caminar por la calle y defenderme, pero él tenía amigos en lugares altos, y su versión hizo un título mucho más interesante.

Kowalczyk comenzó de nuevo. "Estoy, sin embargo, muy feliz de anunciar que para al final de la tarde, el registro sobrenatural será ley. Para el final de la noche, tendremos la autoridad para rastrear a través de la ciudad la ubicación de los seres sobrenaturales, y ya no serán capaces de sorprender a los ciudadanos en la calle."

Con una expresión de asco, Malik se acercó y apagó la radio.

"Esa mujer es una obra maldita", escupió Luc. "¿Quién se cree que es, y cuan estúpida es en creer en McKetrick?" Él soltó un respiro y juntó sus manos sobre su cabeza. "Ella es una fascista con una desesperación por ser presidente, y no se detendrá".

"No mientras haya titulares preparados", coincidió Malik. Él me miró. "Kelley me dijo lo que realmente sucedió, que tú arreglaste que Catcher lo recogiera. Tengo la esperanza ¿que él al menos dio alguna información útil antes de la liberación?"

"Volveré a visitar a Tate. Catcher debería estar allí, y voy a preguntarle todos los detalles."

"¿Estás pensando en que Tate está detrás de esto?", preguntó Luc.
"Creo que, como mínimo, él sabe lo que está pasando." Les dije acerca de la magia antigua que Claudia había mencionado, y los aromas de limón y azúcar que Catcher no había estado convencido que tuvieran relación.

Pero eso no pareció molestar a Malik. "Tú permaneces como Centinela de esta Casa por una razón, Merit. Él confiaba en ti. Yo confío en ti. Luc confía en ti. Tus instintos son buenos. Síguelos a donde te dirijan, y te apoyaremos sea cual sea el resultado".

Él podría haber tomado las riendas de la Casa en circunstancias lamentables, pero no había duda de que él era un Maestro.

__________


El segundo verso que obtuve de Tate fue más o menos el mismo que el primero, excepto por la parte sobre rodear cuidadosamente a los hombres con armas largas que estaban enfrente de la Casa. Los miembros de la Guardia Nacional parecían más que capaces de mantener a los manifestantes gritones a raya. El problema era que, si McKetrick había convencido al alcalde de la tercera ciudad más grande en el país de que los vampiros eran malos, ¿ellos podrían ser convencidos, también?

Me dirigí hacia el lago y me reuní con Catcher en la puerta de la fábrica. Parecía exhausto, y no estaba segura de si los problemas de la ciudad o de su hechicera eran los responsables de sus ojos inyectados en sangre.

"Oí que McKetrick está de nuevo en las calles."

"Escuché la emisión," gruñó. "No teníamos un lugar seguro para el interrogatorio. Llamamos a Jacobs, que se lo llevó. Él lo interrogó por toda la noche, vamos a sentarnos." Eso explicaba el agotamiento, pensé. "Por lo menos hasta que la alcaldesa llamó y Jacobs tuvo que dejarlo ir. Supongo que él se marchó hasta su oficina e inventaron la historia."

"¿Conseguiste algo de él?"

"No mucho–pero no estoy seguro de que tenga mucho que ocultar. McKetrick tiene bastante claro su posición sobre los vampiros. Genocidio es una palabra dura, perola usaría con él."

"Esperemos que Kowalczyk sea lo suficientemente inteligente como para no comprarlo. ¿Supongo que él no dio la ubicación de sus instalaciones?"

"No lo hizo. Pero dio sus huellas dactilares, un poco de ADN, y tenemos otra serie de la pistola que traía. Esto nos da algo con qué trabajar si comienza a crear problemas".

"Supongo que es algo", reconocí, aunque me pregunté si esos datos habían valido la pena el riesgo. McKetrick iba a estar molesto, y el episodio sólo unirá más a McKetrick y Kowalczyk. Ella lo había rescatado, y eso sería algo que ninguno de ellos olvidaría.

Él se dirigió hacia una parada en frente del edificio, y me di cuenta que los guardias con uniforme del CPD, no hadas, lo custodiaban.

"Esta es una mala idea", dije en voz baja, contemplando a los oficiales, quienes parecían novatos recién salidos de formación–y sin duda no tenían ninguna defensa contra la magia de manipulación de Tate.

"Ellos son la razón de que fuéramos capaces de obtener todo", dijo Catcher. "Chuck sirvió con uno de sus abuelos, y pidió un favor. Los chicos de azul son leales el uno al otro."

"Tal vez sea así", le dije. "Pero estos niños no son rival para Tate. Él fue capaz de manipular a Celina, ella era muy obstinada y resistente mientras que ellos se desmoronarían."

"No hay otra opción", dijo. "Chuck tuvo que luchar para mantener a Tate separado del resto de la población en la cárcel. Si te digo la verdad, no estoy seguro de si es mejor o peor que Tate no sea mas el alcalde. Él empezó a brindar suficiente fuerza–abriendo la oficina del Defensor. Él era un partidario real de Chuck."

"¿Hasta que comenzó a fabricar drogas y trató de controlar vampiros?"

"Hasta eso," acordó Catcher. "No estoy diciendo que esas eran las buenas obras. Creo que son las anomalías más grandes en el esquema de Tate."

No estaba en desacuerdo en que el cambio fue extraño, pero pensé que revelaba los verdaderos colores que Tate no había sido capaz de ocultar por más tiempo. ‘Esquema’, pensé, era la palabra clave.

Salté fuera del auto, dejando mis armas, y luego miré atrás hacia Catcher. "¿Te quedarás aquí?"

Él ya había sacado un libro y fue pasando las páginas. "Aquí estaré esperando, como dice la canción. Estoy investigando los anales de la Orden para cualquier evidencia de si algo como esto sucedió antes–incluyendo si Tate podría estar involucrado." Con el ceño fruncido, distraídamente se rascó la cabeza. "Espero que si pueda encontrar ese tipo de entrada, poder dar marcha atrás y averiguar qué tipo de magia esta detrás de esto."

Dado su evidente agotamiento y sus incansables esfuerzos, no conseguí hacerle una broma juvenil acerca de los ‘anales’ de una organización con las siglas U-ASS (tú trasero, tus anales)

"Eso suena muy razonable."

"Ya veremos", gruñó en respuesta, pero ya estaba pasando las páginas.

Me dirigí a la puerta. El chico de uniforme me ofreció un saludo, luego abrió la puerta del edificio. Un segundo uniformado estaba de pie en la puerta de acero que conducía a la oficina.

"Señora. Tenga cuidado allí", dijo, y cuando le aseguré que lo tendría, abrió la puerta y me dejó en el interior.

De inmediato se cerró de golpe detrás de mí.

Salté un poco, lo cual no era exactamente la fachada valiente que esperaba poner en esta reunión.

"No muerdo, Bailarina," dijo Tate astutamente. En su traje naranja, él estaba sentado en la mesa de aluminio de nuevo. Desde que claramente no iba a usar mi nombre, no me molesté en corregirlo. También decidí que era inútil jugar con un mentiroso, así que me senté frente a él y me puse a trabajar.

"¿Ahora, eres tú el que esta manipulando a la ciudad?"

Me devolvió la mirada, la cabeza ligeramente inclinada, con una expresión inescrutable. "No sé de lo que estás hablando."

Su tono era igualmente opaco. No podría decir si estaba siendo sarcástico o si estaba realmente sorprendido por la pregunta.

Decidí que no tenía sentido no poner todas mis cartas sobre la mesa–no cuando la ciudad estaba estacada.

"El lago quedó quieto. El cielo se volvió rojo. Entiendo que estamos viendo magia elemental, los síntomas que están apareciendo, porque la ciudad está desequilibrada. Hemos visto al agua y al aire hasta el momento. El fuego y la tierra podrían ser los próximos".

"¿Y?"

Hice una pausa, escogí un tono para dar mi teoría. Opté por la voz ‘Asesino Más Que Tú’ de Ethan. "Es la cosa más extraña, Tate. Cada vez que estoy en tu presencia, huelo a limón y azúcar–como a galletas".
Su expresión se mantuvo blanca, pero sus pupilas se habían reducido sólo un poco. Estaba sobre algo.

"Ayer, cuando el cielo estaba rojo, estaba lloviendo. Y olí la misma cosa." Enlacé mis manos sobre la mesa, y me incliné hacia delante. "Sé que estás haciendo esto. Y vas a decirme cómo detenerlo, o vamos a ir por una ronda. Aquí y Ahora."

Bueno, podría haberme ido un poco por la borda en la última parte, y no sólo porque no tenía armas y no estaba del todo segura de lo que él podía hacer. Pero Tate ignoró la bravuconería.

"Si soy el creador de estos eventos, ¿exactamente, cómo los he organizado desde mi humilde morada?"

"No he llegado exactamente a esa parte."

Él hizo un sonido de desprecio. "No habías llegado a ninguna parte. No podrías estar más equivocada, y ese presagio es tan malo para esta ciudad como cualquier otra cosa. No está en mi naturaleza producir ese tipo de magia."

"¿Qué eres?" Le pregunté.

"Si esta magia no es mía, ¿por qué es importante?"

"¿Cómo es posible que no importe?"

Tate frunció el ceño y se revolvió en su silla. "Los humanos tienen un deseo irritante en agrupar a los tipos de hombres y mujeres en categorías. Para darles un tipo, y para dar al tipo un nombre, por lo que por definición ‘ellos’ son lo contrario. 'Ellos' no son lo que ‘nosotros’ somos. Francamente, encuentro el esfuerzo agotador. Yo soy lo que soy, tal y como tú eres lo que eres."

La confesión de Tate–de su identidad mágica y su responsabilidad por el agua y el cielo–hubiera sido buena. Pero sabía cuándo empujar y cuándo escuchar. Y aunque no iba a confesar, él parecía creer honestamente que entendía lo que estaba sucediendo. Eso sin duda valía la pena mi tiempo.

"Si no tienes nada que ver con esto, entonces dime quien lo hizo. Explícame lo que está pasando."

Poco a poco, una sonrisa curvó sus labios. "Ahora esto es interesante. Me estás pidiendo información. Un favor, por así decirlo."

"No es un favor si estoy ayudando a salvar la ciudad que juraste proteger."

"Los juramentos están sobrevalorados. Tú los prometiste también, ¿no? ¿Proteger tu Casa?"
"Lo hice, y lo haré", gruñí. Él no sugirió expresamente que había roto mi juramento–presumiblemente por fallar en proteger a Ethan–pero anduve por debajo de sus palabras.

"Hmm," él dijo sin comprometerse. "Y si yo fuera a darte esta información, ¿cuál es mi incentivo? ¿Mi pago? ¿Mi bendición?"

"¿El bien público?"

Se rió con ganas. "Me diviertes mucho, Bailarina. Realmente lo haces. Y mientras disfruto de Chicago, hay un montón de ciudades en el mundo. Salvar ésta no es incentivo suficiente para el tipo de información de la que estas hablando."

No es sorpresa que él espere un pago por la información.

Pero no quería ofrecer un premio sin un poco de negociación.

"No te debo nada", le dije. "En todo caso, tú me debes. Eres responsable de la muerte de mi Maestro."

"Y la muerte de tu enemigo", señaló. Se inclinó hacia delante sobre la mesa, las manos planas sobre la mesa, y me miró como si yo fuera el tema de su experimento psicológico. Que probablemente lo era. "¿Te molesta que tú hayas asesinado? ¿Que una vida se extinguió por tu mano?"

No muerdas el anzuelo, me recordé. "¿Te molesta que tu fueras la verdadera causa de la muerte de ella?"

"No vamos a entrar en una discusión filosófica acerca de la causalidad."

"Entonces vamos a estar de acuerdo en que me debes una, y puedes decirme lo que sabes."

"Táctica interesante, pero no."

Probablemente no es sorpresa que su dudosa ética no lo incitara a ayudarme por su propia voluntad. "¿Qué quieres?"

"¿Qué tienes?"

Pensé en la pregunta. Honestamente, no tenía mucho. Mi daga y la espada estaban afuera con Catcher. No tenía mucho más de valor además de las perlas de la familia en mi habitación y la pelota de béisbol firmada que Ethan me había dado, y no estaba negociándola.

Mientras consideraba la pregunta, toqué distraídamente la medalla de Cadogan alrededor de mi cuello. Los ojos de Tate se ampliaron por el movimiento.
"Eso sería un premio interesante."

Instintivamente, coloqué los dedos alrededor de ella. Su expresión era cautelosa, pero claramente sincera. No estaba segura acerca de su motivación, pero a diferencia de las hadas, no creía que su interés estuviera en el oro. ¿Tenía la medalla propiedades mágicas? Nunca había pensado en preguntar. De todos modos, era un tesoro para mí.

"Demonios, no hay manera de que te de esto".

"Entonces no tenemos nada de que hablar."

Recordé la primera vez que había hecho un trato con un ser sobrenatural. "¿Qué tal si te debo un favor? ¿Un favor de cualquier tipo?" Esa oferta funcionó con Morgan Greer, ahora Maestro de la Casa Navarro, pero Tate no parecía impresionado con eso.

"Eres un vampiro. Podrías renegar de tu oferta."

"Nunca", le dije, pero no había certeza del tipo de favor que Tate pediría, silenciosamente admití que había una posibilidad de que no siguiera adelante con eso.

Tate se echó hacia atrás. "Hemos terminado aquí. Puedes resolver este problema por tu cuenta. Tal vez uno de tus amigos te pueda ayudar. Son hechiceros, ¿no? Ellos deberían ser capaces de explicar las cosas para ti."

Deberían ser capaces, pero no lo saben, pensé.

Toqué el colgante de nuevo, recorriendo con mis dedos las letras grabadas. La medalla había sido mía desde que fui Encomendada a la Casa–promovida de Noviciado a vampiro y obteniendo la posición de Centinela.

Ethan había abrochado la medalla alrededor de mi cuello. Desde su muerte, rara vez me la había quitado. Pero los problemas que enfrentaban Chicago y sus seres sobrenaturales eran más grandes que yo o Ethan o un poco de oro, por lo que cedí.

Sin decir una palabra a Tate–aunque podía sentir su satisfacción presumida a través de la mesa–me desabroché la medalla y la dejé caer en mis manos.

Tate tendió la mano para recibirla, pero negué con la cabeza.

"Primero la información," le dije. "Después el premio."

"No tenía idea de que fueras así... de tenaz."

"Aprendí de los mejores", le dije, sonriendo dulcemente. "Adelante con ello."

Tate consideró la negociación por un momento, y finalmente asintió.

"Bien. El trato está cerrado. Pero como podrías imaginar, no tengo visitantes a menudo. Voy a tomar el camino largo. Además, estás clara y lamentablemente sin educación sobre el mundo sobrenatural".

No podía luchar contra un suspiro. Conseguir una larga conferencia de historia de Tate no estaba en mi lista de cosas por hacer esta noche. (‘Salvar la ciudad’ era en realidad el número uno en la lista.) Por otro lado, probablemente tenía razón. Yo estaba sin educación.

Mientras que él podría haber planeado tomar el camino largo, no perdió un momento en sentirse cómodo en su silla y transmitir su sabiduría.

"La magia no nació en los inicios de la creación de los vampiros", comentó. "Ha existido por milenios en este plano y otros. Bien y mal convivieron juntos en una ligera relación más, digamos, simbiótica que éste. Eran compañeros, ninguno mejor que el otro, conviviendo en paz. Había una cierta justicia en el mundo. La magia estaba unificada–oscuridad y luz. Bien y mal. Las diferencias no existían. Sólo era Magia. Ni moral ni inmoral, sino amoral, como debía ser. Y luego un día escrito en letra roja, los humanos decidieron que el mal no era simplemente la otra cara de la moneda–que era un error. Malo. No la otra mitad de lo bueno, sino todo lo contrario. Su apoteosis."

Tate dibujó un cuadrado en la mesa con un dedo. "El mal se consideraba una contaminación. Fue transformado del bien, los separaron."

Mallory una vez me dijo que la magia negra era la segunda de las cuatro secciones de un cuadrante que estaba por encima de las cuatro llaves. Sonaba como que su explicación hubiera sido muy precisa.

"¿Cómo se separa la magia?" pregunté.

"Cuidadosamente", dijo. "Hubo un número de repeticiones. Dioses fueron divididos en dos mitades, una moral, una inmoral. Los lados fueron tomados, y los ángeles fueron considerados como buenos o caídos. Lo más importante, dicen algunos, que el mal fue depositado en un recipiente que lo contiene. Se ocultó sólo de unos pocos que buscarían ejercerlo."

"¿Cuál es el recipiente?"

"Se llama el Maleficium."

"Entonces, ¿qué tiene esto que ver con la ciudad? Me han dicho que estamos viendo los efectos en el lago y el cielo porque los cuatro elementos–tierra, aire, fuego y agua–están desequilibrados".

"Como lo mencioné, eso es un típico instinto humano–crear categorías para explicar al mundo y culpar a lo desconocido de una interrupción en las categorías. Pero las categorías no explican las cosas; sino que las describen. ¿Has oído el mito de las cuatro llaves?"

"¿Las cuatro divisiones de la magia? Sí, pero nunca he oído que se refiera como a un ‘mito’".

Tate rodó sus ojos. "Eso es porque los hechiceros no son honestos con ellos mismos. Cada clasificación de la magia–por llaves, por elementos, por signos astrológicos, lo que sea, es sólo una manera de ordenar al universo para los propósitos de sus prácticas. Cada secta crea sus propias divisiones y distribuye las propiedades mágicas en esas divisiones. Pero las divisiones no importan".

Me pareció que la revelación era sorprendentemente decepcionante–que la filosofía de la magia que Catcher me había comunicado meses atrás no era muy exacta, o al menos esa fue sólo una de las muchas ideas medio exactas.

"El punto, Merit, no es que los sistemas mágicos sean incorrectos–pero simplemente no son importantes".

"Entonces, ¿qué es?"

"La distinción entre oscuridad y luz." Él colocó una mano sobre la mesa. "Supongamos que esta mano es el mundo de la magia". Extendió sus dedos. "Llama a cada dedo una llave, un elemento, un cajón, lo que quieras. El nombre no importa. El punto es, que de todos modos tú describes las categorías, las categorías son parte de un sistema único."

"Claro", dije con una inclinación.

"Ahora, imagina que el sistema está partido en dos por lo que quienes decidieron que el bien y el mal eran antítesis uno del otro." Su mano izquierda sobre la mesa, colocó su mano derecha unos centímetros por encima de ella. "Cada mano es ahora la mitad de la magia en el mundo. El mundo sigue funcionando como lo conocemos sólo mientras estas dos capas permanezcan en equilibrio."

Mis pensamientos se detuvieron de dar vueltas caóticamente y se pusieron en orden. "Es por eso que el lago dejó de moverse y el cielo se puso rojo, porque las leyes naturales están torcidas."

"Yo no diría 'torcidas'. Yo diría que 'en proceso de reorganización’."
"Entonces las ninfas, las sirenas, las hadas. ¿Ellos realmente no tienen nada que ver con esto?"

"Pequeños jugadores como mucho."

Suspiré, reagrupé ideas, y proseguí. "¿Por qué las cosas se desequilibraron?"

"Porque la magia de luz y oscuridad se mezclaron. Porque las separaciones entre ellas han sido violadas. Hay una variedad de razones, supongo, como emplear magia negra. Asesinato. Alguien vinculante al servicio. La creación de un familiar. Profecía, para aquellos que no tienen el don. Conjurar demonios. Unión con criaturas de otro mundo. "

"Entonces, ¿quién lo está haciendo? ¿y cómo puedo solucionarlo?"

"¿Cómo lo solucionas?" Él soltó una carcajada. "No lo arreglas. No es un tornillo que hay que apretar. Es simple. Algunos dirían que es un regreso al mundo original. El Primer Mundo. Que existió y Debería Volver a Existir."

Hubo una chispa auto-satisfecha en sus ojos que me sugirió que estaba esperando ese día. Parecía claro que pensaba que el mundo estaba preparado para el cambio.

"¿No sería un regreso a la guerra?" pregunté. "¿El Armagedón?"

Él chasqueó la lengua. "Esa es una visión ingenua. Bien y mal existieron juntos por eones antes que los humanos–o vampiros, para el caso–llegaran a existir. No critiques lo que no entiendes."

Ignoré la insolencia. "Y el Maleficium. ¿Dónde puedo encontrarlo?"

Se recostó en su silla y se pasó un brazo sobre la espalda. "Ahora, ahora, Bailarina. No puedo regalar todos mis secretos, ¿verdad?"

"¿Estás usando el Maleficium para hacer magia para ti? ¿Para lograr ese nuevo orden mundial?"

Me sonrió a través de sus ojos entrecerrados. "¿Haría yo una cosa así?"

"Sí. Y mentir sobre eso."

Él inclinó su cabeza hacia un lado en evidente interés. "Después de todo lo que te acabo de dar, ¿me acusas de deshonestidad?"

"Has mentido toda tu vida. Que tenías el bienestar de la ciudad en el corazón. Que estabas tratando de ayudar a los vampiros. Que eras humano."

"Sí, bueno. La amoralidad es más fácil antes de que las malas intenciones se me atribuyeran."

Rodé mis ojos. "Si no tienes nada que ver con esto, ¿por qué las hadas piensan que la magia antigua esta involucrada? ¿Y por qué la ciudad huele como a limón y azúcar después de la lluvia?"

"Sólo porque no hago magia no significa que no pueda disfrutar de ella. El Maleficium es magia antigua. La recombinación del bien y el mal deja su huella en el mundo natural–el agua y el cielo. También deja su huella en el viento. En la magia latente en el aire. No se puede culpar por querer probarlo, ¿no?"

"¿Cómo puedes probar la magia en el aire de toda la ciudad?"

"Hay más en el universo, Horacio, de lo que puedes ver o creer que es cierto."

"Estoy al tanto", dije secamente.

"El punto es, que la magia no necesita de un camino libre."

"Si tú no tienes el Maleficium, ¿quién lo tiene?"

"La Orden mantiene posesión de el. Guardándola, si quieres."

Mi estómago se agitó con mariposas. Iba a tener que volver con Catcher y acusar a un hechicero de sacar el Maleficium. Sí–quizá Mallory estaba distorsionando el mundo natural en sus quince minutos de tiempo libre cada día.

Bien, independientemente de si me gustaba su respuesta, no podía culparlo por no apegarse a su palabra. Puse la medalla en la mesa y la deslicé hacia Tate. Sin mirar atrás, me levanté de la silla y caminé hacia la puerta.

"Gracias por el premio", dijo Tate. "Y no te pierdas."

Francamente, estaría muy bien si nunca tuviera que volver a verlo. Pero dudaba que tuviera tanta suerte.Capitulo 15

Ave negra



Catcher se reunió conmigo en el carro de golf a las afueras de la puerta. Me subí y se apartó de la puerta.



"¿Qué pasó con tu medalla?"



"La cambié por unos frijoles mágicos", dije malhumorada.



Dio un silbido bajo. "Esos deben haber sido los mejores frijoles".



"El jurado sigue deliberando. Tate está de acuerdo en que los problemas del cielo y la tierra son causados ​​por un desequilibrio mágico–básicamente alguna mezcla un poco muy liberal del bien y del mal. No está convencido de que el cambio no sería una buena idea. Mencionó el Maleficio. ¿Sabes algo al respecto? ¿Hay alguna posibilidad de que podría haberlo conseguido?"



Catcher frunció el ceño, pero negó con la cabeza. "La Orden tiene el Maleficio. Esta en Nebraska en el silo bajo treinta pies de tierra, la Orden tiene el cerrojo y la llave."



"Lo siento", interrumpí. "¿El silo?"



"Silo abandonado de misiles. Nebraska es el centro del país, por lo que está llena de municiones de la defensa estratégica de la Guerra Fría. Ya sabes–lo suficientemente lejos de las costas que podrías mantener las cosas importantes allí".



"Si tu lo dices. ¿Es seguro?"



"Cualquier otra cosa que podría decir acerca de la Orden–y créeme, tengo muchas opciones de palabras en mente–es que no permitirían que el Maleficio saliera del silo. A Tate sólo le gusta verte retorcer. El hombre es un sádico total."



"Tuvo éxito," dije. "Estoy inquieta. Si no tiene el Maleficio, tal vez está trabajando a través de otra persona. ¿Ha tenido alguna visita?"



"Tú eres la única a la que permitimos entrar"



Tanto por esa teoría. "Entonces a mi modo de ver, esto es lo que nos queda: Dice que no está involucrado, y tiendo a creerle. Y la última vez que hablamos, lo hizo, también". Me preparé. "Si no es Tate, y si el Maleficio esta involucrado, y si la Orden tiene el Maleficio..." Dejé que él llenara el espacio.



"No soy yo o Mallory."


"Lo sé. Pero eso sólo deja a una persona. Simon es la única persona en Chicago, quien esta oficialmente asociado a la Orden. ¿Eso no debería hacerlo la única persona en Chicago que tiene acceso al Maleficio?"



Catcher no respondió.



"¿Cuál es la historia entre tú y Simón?" Le pregunté.



Catcher hizo chillar el carrito de golf hacia una parada delante de la puerta en una agitación de piedras y grava. "El problema", dijo, "es que no es historia."



"Estamos mas allá de las venganzas personales en este momento."



"¡Esta no es una maldita venganza personal!", gritó Catcher, golpeando con el puño el salpicadero de plástico del carro. "Yo quería protegerla de esto. No quería que ella tratara con la mierda de la Orden, que tratara con la política de la Orden, que tratara con los servidores de la Orden. Se esta volviendo loca, y ambos estamos agotados, y él está ahí con ella–allí con ella–todos los días. Sólo Dios sabe lo que él está poniendo en su cerebro."



"Mallory nunca te sería infiel", dije en voz baja.



"¿Infiel a nuestra relación? No, ella no lo haría," estuvo de acuerdo. "Pero hay muchas maneras de volverse en contra de alguien, Merit. Si a alguien a quien amas le lavaran el cerebro, ¿qué harías al respecto?"



"¿Lavando de cerebro? Eso es expresarse un poco fuerte, ¿no?"



"¿Ella parece la misma persona para ti?"



No lo parecía, en realidad, desde que conoció a Simon, lo cual apoyaba mi teoría de que Simon estaba involucrado.



"De un modo u otro, Simón es la pieza clave en este asunto. Si no puedes soportar hablar con él, entonces acuerda una reunión conmigo."



"Simon no se reunirá con un miembro de la Casa. La Orden no se lo permite. Hay un proceso formal que se tiene que seguir sólo para hacer la solicitud, que ellos no concederán."



"He hablado con él antes."



"Casualmente. Estas hablando sobre hacerle preguntas de vampiros sobre sus acciones. Eso es diferente."



Mi paciencia con los hechiceros–Catcher incluido–estaba acabándose. Me bajé del carro, luego le devolví la mirada. "Si no puedo encontrarme con él, entonces tú lo harás."



La mandíbula de Catcher se tensó. Dio unos golpecitos con los dedos sobre el volante, aparentemente listo para dejarme.



Por lo menos podía hacer un favor a alguien.



*******



Con otra interrupción en la acción–ya que estaba segura de que no iba a interrogar a Simon sin Catcher como apoyo–llamé a Kelley y le di una actualización. Le advertí sobre el Maleficio y nuestra nueva teoría de que la reunificación del bien y del mal estaba causando los problemas en la ciudad.



También llamé a Lindsey, quien confirmó que el maratón de películas de Bruce Campbell estaba en marcha. No tenía exactamente el tiempo para una película, pero estaba estresada, cansada y necesitaba comida de verdad. Si una película era puesta durante la comida, que así fuera. Con una cena en mente, me detuve en un carro de tacos de camino de regreso a Hyde Park y ordené todo lo que pudiera meter en una sola bolsa, lo cual pensé que era menos probable aumentar la ira de Frank si era capturada con comida chatarra escondida dentro de la Casa.



Me dirigí hacia atrás y me deslicé dentro de un espacio de aparcamiento, luego caminé de regreso a la Casa cantando rítmicamente delante de los manifestantes y estoicos hombres y mujeres en uniforme. La Casa estaba en silencio cuando entré, sólo unos pocos vampiros deambulaban en las habitaciones del frente. Había una especie de solemnidad en la Casa bajo el mando de Malik, y no estaba segura de si eso era porque la Casa reflejaba su personalidad generalmente solemne, porque los vampiros estaban en duelo, o porque todavía estábamos bajo la ocupación del GP.



Una combinación de los tres, tal vez.



Sin mi medalla pero con contrabando, me apresuré por las escaleras hacia la habitación del tercer piso de Lindsey. No me molesté en tocar, pero abrí la puerta con cuidado–por lo general había vampiros regados en cada rincón y abertura, y si no tenías cuidado, inevitablemente golpeabas a alguien en la cabeza.



El cuarto oscuro estaba, como de costumbre, lleno de ruido por la televisión pequeñita de Lindsey y de vampiros. Lindsey, Margot, y Katherine tenían ocupada la cama, y ​​un montón de vampiros que había visto de pasada estaban echados en el suelo, ¿tal vez quince en total? Eso era sin duda una violación a la regla de Tate contra la reunión en grupos de más de diez.



¡Viva la revolución!

Me abrí camino a través de los Novicios, distribuyendo tacos envueltos en papel como una Santa Claus culinaria, y finalmente me detuve en un pequeño rincón vacío en la esquina más lejana de la habitación. El vampiro a mi lado sonrió y me ofreció una de sus almohadas, la cual tomé con un ‘gracias’ muy bajo.



Después de una película de terror extravagante, llegué a dos conclusiones:

Uno: Amaba a mi amigos.

Dos: Todavía no los entendía.



*******



Habíamos limpiado la habitación de los envoltorios de tacos y vampiros cuando mi beeper y el de Lindsey sonaron al mismo tiempo.



Saqué el mío y comprobé la pantalla. ‘SALÓN DE ENTRENAMIENTO’, decía, seguido con un ‘VESTIMENTA PARA ENTRENAR’.



Levanté la vista hacia Lindsey. "¿Qué es esto?"



"Estoy segura de que Frankfurter tiene alguna lección fundamental que nos quiere enseñar."



"Lamentablemente, Frankfurter no nos pide consejo", le dije. "Y apoyo totalmente el uso de ‘Frankfurter’ ".



"Sabía que lo harías", dijo, dirigiéndose a la puerta de su baño, probablemente para ir a cambiarse en nuestro necesario pantalón de yoga. "Él podría aprender mucho de dos vampiros chic en la gran ciudad."



"¿Acabas de dar el reparto de tu propia comedia?"



"Creo que lo hice, sí. Tengo un diálogo ingenioso y una salida de clases especial lejos de un Emmy. Ya sabes, en caso de que la cosa de guardia vampiro no funcione."



Ofrecí un sonido en acuerdo y caminé hacia la puerta para que pudiera cambiarme de ropa. "Frank sigue aquí", señalé. "Probablemente hay una buena posibilidad de que esta cosa de la guardia no funcionará para cualquiera de nosotros."



Mucho se dijo que ella no estaba en desacuerdo conmigo.



*******



Una vez vestida con un top deportivo negro y pantalones de yoga, me reuní junto con Lindsey, Juliet, y Kelley en la sala de entrenamiento.



Nos paramos descalzas en los bordes de las colchonetas, esperando nuestra llamada para equiparnos–o lo que Frank tuviera en el almacén. Él se puso de pie en medio de la habitación–en medio de las colchonetas–todavía en un traje y zapatos de lujo.



Lindsey chasqueó su lengua silenciosamente. "Luc se enfadará de que Frankfurter este usando zapatos sobre su tatami."



"No", le susurré en acuerdo. "Eso no irá bien. No es que él pueda hacer algo respecto".



Malik y Luc se pararon juntos al otro lado de la habitación, magia irritada se filtraba desde su esquina. El balcón que rodeaba a la sala se iba llenando con vampiros de la Casa, sus expresiones fluctuaban desde la curiosidad hasta la preocupación. Claramente ellos no se fiaban de Frank más que nosotros.



Cuando el balcón estuvo lleno, Frank se aclaró la garganta audiblemente y apuñaló miradas a los vampiros hasta que todos estuvieron sentados. Luego bajó la mirada a nosotras cuatro.



"He determinado que es en el mejor interés de la Casa que su prueba física semestral se realice esta noche."



Silencio de asombro descendió sobre la sala, al menos hasta que el murmullo comenzó. Los comentarios silenciosos de los Novicios resonó en mi: Este no era el momento para tomar a los guardias fuera de servicio de la Casa para una prueba. ¿Y aun si nosotros fallábamos, quien nos iba a sustituir?



Esta tenía todas las marcas de un intento para acusarnos como incompetentes–o lo que me parecía peor era que Frank imaginaba que yo ya lo estaba.



Luc fue el primero en hablar en voz alta. "¿Quieres hacer una prueba? Eso es ridículo. Necesitan estar fuera en la defensa de la Casa, no tratando con un disparate burocrático".



"Afortunadamente", dijo Frank, "No pedí, ni requerí, tu opinión. Mientras que el GP ha intentado en repetidas ocasiones penetrar en esta Casa, esta Casa y su funcionamiento es su principal y única preocupación. No lo son las complicaciones de la existencia humana."



"Mientras que tú y el GP están muy conscientes", volvió a escupir Luc, "la ciudad se está cayendo a pedazos, un pedazo de tierra a la vez, y ¿no crees que tengamos que estar preocupados sobre eso? ¿No crees que tengamos que estar por ahí en las calles tratando con eso?"



"Luc", dijo Malik, poniendo una mano sobre el brazo de Luc. "Ahora no".

Sus palabras sugirieron a Luc mostrar respeto a Frank, pero sus emociones eran claramente turbulentas. Desde su esquina era evidente el surco de su frente, la tensión en su postura y la vibración de la magia tensa.



El conflicto que enfrentaba Malik era obvio–defender a sus guardias y su segundo al mando, u obedecer al consejo responsable de la existencia de su casa y la protección de sus vampiros.



A veces, había que perder la batalla para ganar la lucha.



"Sr. Cabot ", dijo Malik en el tenso silencio. "Continúe".



Frank asintió pomposamente, pero el resto de los vampiros tomaron la palabra de Malik, e inmediatamente callaron. "Como iba diciendo, serán probados y evaluados en diversas formas de aptitud física y resistencia. Si se niegan a participar, serán destituidos de su posición en la Casa. Si fallan, serán destituidos de su posición en la Casa."



La habitación calló en un silencio sepulcral, todos nos sorprendimos. Él levantó la vista y miró hacia mí.



"Todos ustedes son valorados como Psíquicos Muy Fuertes. Vamos a ver si esas clasificaciones son válidas." Frank miró hacia su reloj. "Tu vas a comenzar..."



"Esto no puede ser real–" declaró Kelley, pero fue silenciada por una mirada fulminante del tirano.



"Tu vas a comenzar", dijo Frank otra vez, "ahora".


*******



Examinar a un vampiro en fuerza y resistencia era complicado, especialmente si los vampiros eran guardias de una de las Casas de vampiros más antiguas de la nación. Éramos evidentemente fuertes, rápidos y flexibles. Habíamos sido entrenados en combate, con y sin espadas, y corríamos nuestra parte justa de kilómetros. Habíamos hecho miles y miles de abdominales, sentadillas, lagartijas y flexiones en las barras. Los cuatro de nosotros probablemente podríamos ejercitarnos hasta el infinito. Pero Frank no estaba interesado en el infinito.



Frank estaba interesado en lo que podíamos hacer ahora mismo con medias raciones de sangre, medidas por un régimen de pruebas probablemente creadas en la década los 50’s. Nuestra fuerza fue probada al lanzar bolas gigantes de hierro y pesadas a través de la base Cadogan. Una rompió la ventana a pesar de que–eran realmente un difícil objetivo–logramos superar sus metas arbitrarias.



Nuestra flexibilidad y velocidad fueron puestas a prueba con cuerdas de salto que esperábamos usar con repeticiones mas rápidas. Nos arrastramos bocabajo en el patio trasero, con neumáticos gigantescos de camión volcados que él había transportado para la prueba, corrimos sprints hacia adelante y hacia atrás hasta que nuestras piernas se sentían como un peso muerto. Él nos ordenó meternos en la piscina, congelándonos en el frío de noviembre, y nos hizo hacer largos hasta que nuestra piel fuera de un color blanco lechoso y nuestros dientes castañearan de frío.



Salimos de la piscina con la ropa y cabellos empapados, aumentando el vapor de nuestro cuerpo, y el odio de Frank creciendo en nuestros corazones.



Frank llevaba alrededor un tablero y tomaba notas a medida que trabajábamos a través de sus ejercicios, su mirada desdeñosa, como si falláramos en cumplir en cada aspecto con cualquier criterio mental que él había establecido.



No es que fuera sorpresa. Honestamente no podía pensar que esto era un buen momento para probar a los únicos guardias de tres años y medio que quedaban en la Casa Cadogan. La Casa estaba en paz sólo porque le habíamos pagado a los empleados de Claudia para protegernos, y era una pérdida de tiempo tratar de demostrar algo que él nunca aceptaría. Si pasábamos o fallábamos... todavía fallábamos.



Pero mientras que el entrenamiento era agotador, todavía era sólo un entrenamiento. Doloroso, claro. Agotador, sí. Pero así como en un entrenamiento normal, llegabas a un punto donde zonificabas el ritmo. Estábamos los vampiros, los fuertes, y eso significaba algo. Éramos fuertes, rápidos y flexibles, lo que Frank estaba criticando.



Y no eran los únicos que pensaban así. La noticia de la prueba se propagaba a través de la Casa. Lento pero seguro, un puño de vampiros Cadogan comenzaron a derramarse en el patio. Formaron un círculo protector alrededor de nosotros mientras trabajábamos, ocasionalmente entregando cajas de sangre y botellas de agua como voluntarios de maratón.



Estábamos arrastrándonos boca abajo por el césped por segunda vez, cuando Margot y Katherine aparecieron por el borde de la multitud.



"Tenemos algo para ti", dijo Margot, mirando a escondidas a su alrededor para localizar a Frank.



Lindsey, con el pelo todavía húmedo y pegajoso por la piscina y el rostro manchado de suciedad y sudor, miró hacia arriba desde el suelo. "Está tomando una llamada de Darius", dijo, "por lo que si vas en contra de cualquiera de sus numerosas reglas, hazlo ya."



"No podemos hacer eso", dijo Katherine, y un semicírculo de vampiros la rodearon para enfrentarnos mientras nos arrastrábamos por nuestro camino a través del suelo. "Pensamos que una pequeña noche de música podría hacer el truco."

Katherine cantó una nota para poner a prueba su tono, que era tan perfecta como un piano de cola bien afinado. Ella guiñó un ojo, y sin más que eso, Katherine y el resto de su grupo coral vampiro comenzó a cantar a los Beatles ‘Black Bird’.



El terreno quedó completamente en silencio, cada vampiro callado mientras que la voz de ella sonaba fuerte y clara, a través de la noche.



Semanas y semanas del comportamiento abusivo de Frank había cobrado su precio en la Casa. Cuando Ethan había sido maestro, la Casa Cadogan había sido más que una estructura, había sido un hogar. Yo tenía la esperanza de que Malik podría hacerla de esa manera otra vez, pero como Frank lo había dejado claro, su objetivo era romper a la Casa Cadogan, ladrillo por ladrillo, vampiro por vampiro.



Pero mientras yacía boca abajo en la fría y húmeda hierba, no podía haberme sentido más cerca de los vampiros. Las lágrimas empezaron a rodar sobre mi rostro, y no era la única conmovida. Había rastros de lágrimas en el rostro de Lindsey, y Kelley se mordía el labio para contenerlas.



Cuando el grupo llegó al interludio, el resto de los cientos de vampiros en el césped se unieron a ella, sus voces en un coro en contra de la idiotez. Sus voces en un coro por la Casa, y por nosotros, y por todo lo que Ethan había intentado crear.



Para la familia que había querido hacer de nosotros.



La magia se levantó y aumentó, salpicando mis brazos con piel de gallina, y envié una oración silenciosa de ‘gracias’ al universo. Frank podría ser un imbécil, pero había logrado unirnos incluso después de que la muerte de Ethan nos había tirado fuera.



El coro acababa de terminar la canción cuando Frank surgió entre la multitud una vez más. Los vampiros susurraban nerviosamente mientras él metía sus manos en los bolsillos y nos estudiaba con evidente desdén.



"No estoy seguro de que los conciertos estén dentro del espíritu de las reglas. Esto es un procedimiento de prueba, no una fiesta."



Malik, quien también estaba en el borde de la multitud, sus manos detrás de su espalda, se volvió con atención hacia él. "Podría no estar dentro del espíritu de las reglas", dijo, "pero tampoco está en contra de su mandato. Y que, como nos lo ha recordado, es lo que importa. Las reglas".



Frank miró a Malik por un momento... pero no discutió.



Tal vez él podría aprender a escoger sus batallas después de todo.



*******

Ay, me equivoqué de nuevo. Después de haber puesto a prueba nuestra agilidad, fuerza y resistencia, Frank decidió probar todo de nuevo.



Él nos llevó a la esquina trasera de los jardines de la Casa, donde cuatro postes de madera del ancho de los postes de teléfono habían sido metidos en el suelo. Tenían cuatro pies de alto y tal vez unas diez pulgadas de diámetro.



"Juliet, Kelley, Lindsey, Merit", dijo, señalando hacia los postes en sucesión. "Permanezcan en la cima de su poste."



Todos lo miramos por un segundo, probablemente todos pensábamos lo mismo: perdón, ¿quiere que permanezca sobre un poste?



"Esta no es una petición", dijo en un tono mordaz tan inadecuado de líder que él tenía para intimidar a la gente a seguir sus órdenes.



Todos compartimos una mirada, pero sin una mejor opción–que no sea perder nuestras posiciones en la Casa–que obedecer.



Me subí en el poste y enrollé mis brazos para tratar de no caer de nuevo. Con las rodillas y tobillos temblorosos, los brazos extendidos, lentamente me puse de pie, y luego eché una mirada hacia atrás a Frank.



"Esta prueba demostrará su resistencia, fuerza y equilibrio", dijo.



"¿Qué es lo que hacemos exactamente?", preguntó Juliet.



"Permanecer allí", dijo Frank, "hasta que no puedan permanecer mas."



"El sol se alzará pronto", señaló Lindsey.



"Y ustedes permanecerán allí hasta que no puedan permanecer más", repitió Frank.



Miré a Malik. Él asintió con la cabeza, en reconocimiento de nuestra lucha, y la promesa de intervenir en caso de necesidad. Cerré los ojos en anticipación al drama y deseé la fuerza para tratar con eso.



Y así, con tres horas para que cayera el amanecer, estábamos en los postes en medio de Hyde Park, y esperábamos por la salida del sol.



*******



Durante casi tres horas, estábamos en nuestros postes–vampiros siendo utilizados como peones en un juego político que no tenía nada que ver con nosotros. No era justo, seguro, pero ciertamente no es la primera vez que la gente había sido utilizada y manipulada para satisfacer algún objetivo político. ¿No era el mecanismo de prácticamente todos los dictadores y demagogos de la historia? ¿El utilizar a las personas para lograr algún fin político supuestamente importante?



Hace tres horas había cuatro de nosotras. Ahora estábamos dos. Kelley había tropezado y caído de su poste mientras la oscuridad comenzaba a dar paso a la madrugada y el cansancio por fin la había superado. Lindsey, cansada y deshidratada, había conseguido un calambre y cayó al suelo.



La prueba, cualquiera que fuera su propósito, estaba entre Juliet y yo.



Nos quedamos en silencio, ella con estructura élfica y rasgos delicados. Yo con el equilibrio fortuito de una ex bailarina, pero aún rígida y adolorida. Juliet se había cambiado a tenis para competir partes de la prueba, pero yo aún estaba descalza, y difícilmente podía sentir mis pies, los calambres desde hace mucho tiempo habían dado paso a un entumecimiento. Cualquier otro músculo en mi cuerpo dolía por el esfuerzo de mi equilibrio en ese puesto, y sabía que iba a estar adolorida cuando esta tarea se acabara.



El cielo del este estaba empezando a volverse en un tono fino de naranja. Los vampiros que se habían quedado al aire libre con nosotros estaban encorvados en segmentos de sombra que los protegían del sol naciente.



Nosotras no teníamos esa opción.



Frank caminó hacia el patio, una taza pretenciosamente delicada en su mano. Había entrado y salido de la Casa para inspeccionarnos, presumiblemente para asegurarse de que no habíamos caído de los postes o tomado descansos no permitidos. No tenía respeto por un supervisor que no podía molestarse en mantener vigilancia sobre los exámenes que había decidido que eran cruciales para la Casa.



Malik, por el contrario, se paró frente a nosotras, con su espalda hacia el este, con los brazos cruzados sobre el pecho. Parecía obviamente cansado, sus ojos hinchados por el cansancio, pero se había quedado con nosotras. Él nos había observado. Era como una promesa de padres a hijos que aunque no podía afrontar las pruebas por nosotros, él nos había apoyado inquebrantablemente mientras íbamos a través de ellas.



Este hombre era un Maestro de vampiros.



Él observó a Frank sospechosamente mientras cruzaba el patio. "El sol está saliendo", dijo Malik. "Si hay un punto para esta prueba, debes sacarla ahora".



"Por supuesto que hay un punto", respondió Frank. "Esta es una prueba de resistencia. La resistencia no es sólo permanecer de pie en el poste; esa no es exactamente una tarea complicada. La resistencia está en permanecer en el poste bajo el sol."



Juliet y yo intercambiamos una mirada nerviosa. "Pero eso nos matará", dijo ella.



Estábamos protegidas parcialmente por los árboles en la parte posterior del patio, pero al salir el sol, los rayos de luz se desplazarían a través del césped, cada vez más cerca de donde estábamos... Y Juliet estaba más cerca de los rayos que yo.



"Esto es ridículo", le dije, y se podía oír la histeria en mi voz. "Ella está más cerca de lo que yo estoy. El sol la quemará antes de alcanzarme."



"Esa fue suerte por sorteo", dijo Frank. "Ella sacó la posición que encontró. No hay nadie a quien culpar por eso."



Pero eso simplemente no era cierto. Frank nos había dirigido a nuestros postes.



"No puedo creer que el GP apruebe tal cosa", dijo Malik. "No hay ningún vampiro que haya tomado juramento en su casa, que haya jurado protegerla."



Frank inclinó la cabeza hacia Malik. "¿No crees que enfrentar al sol sea una habilidad importante para un vampiro? ¿No crees que sea una situación con la que podrían tropezar?"



"Dios mediante", dijo Malik, entornando los ojos, "en caso de que alguna vez lo enfrentaran, sería a manos de un enemigo, no por una organización que existe para protegerlos."



Y eso, pensé, encapsularía perfectamente lo que había visto del GP. Podrían haberse establecido todos aquellos años para proteger a los vampiros, para organizar las Casas, y para proveer el orden, pero de lo que había visto de Darius West y su monstruo, era sólo que ahora se preocupaban con probar un punto político.



Tal vez era tiempo de reconsiderar mi participación en la Guardia Roja. Tal vez, ahora que Ethan se había ido y Malik estaba bajo el arma, era el momento para pensar en dar un paso para proteger a todos los vampiros, no sólo los de la Casa.



Cuando el sol se abrió al horizonte y la luz cruzó el patio, el caso en favor de la membrecía a la GR se hizo más fuerte.



El rayo de la luz solar se alargó, profundizándose, alcanzando el poste de Juliet y subiendo por un lado. Horrorizada, vi que las puntas de sus tenis comenzaron a brillar en un rojo resplandeciente.



"Juliet? ¿Estás bien?"



Las lágrimas comenzaron a rodar por su rostro, pero ella apretó la mandíbula y mantuvo su posición en estoico silencio. Ella debió haber tenido un tremendo dolor, y aún así permaneció de pie en la cima de su poste, negándose a rendirse.



Su hambre también parecía pasar factura; sus ojos se platearon y sus colmillos se extendieron, el depredador despertó por el dolor, el hambre y el agotamiento.



Miré de nuevo a Frank, que estaba bebiendo de su taza, completamente indiferente a la agonía de ella. "Hay que poner fin a esto. ¿No ves que ella está sufriendo?"



Él sólo arqueó una ceja arrogante.



"Bien. Si no harás algo, entonces yo lo haré. Renunciaré a la prueba." Hice un movimiento para saltar hacia abajo desde el poste, pero sus palabras me dejaron fría.



"Mantén tu posición, Merit. Mantén tu posición en ese poste, o tu posición como Centinela será suspendido inmediatamente. Y lo mismo pasa con Juliet. Si no puedes respetar la importancia del bien común por encima de cualquier vampiro, ninguna de las dos se merece sus posiciones".



Un sollozo hizo eco desde el césped de la esquina de Juliet mientras que yo miraba boquiabierta a Frank. "No puedes destituirme de Centinela. Ethan me dio esa posición. Sólo Malik puede hacer eso."



"Oh, pero yo puedo", dijo Frank. "Es mi responsabilidad para poner a esta casa en orden. Un vampiro que voluntariamente se retira de la prueba–que se niega a mantener para sí los estándares de sus hermanos y hermanas en armas–no es un vampiro que tiene los mejores intereses de la Casa primeramente en mente."



Miré a Juliet, que temblaba ferozmente por el dolor, con las manos alrededor de su cintura mientras sollozaba.



"Juliet, bájate de ahí!"



"No p-p-puedo," tartamudeó. "No puedo dejar de ser un guardia. Es todo lo que he conocido. Esta casa es mi vida".



Ella no tendría mucho de donde escoger si yo no actuaba. El castigo era injusto, pero era más injusto que Juliet sufriera doblemente–las quemaduras del sol naciente y la pérdida de su posición en la Casa.



Tanto tiempo como fuera capaz de hacerlo–aun si sólo eran unos minutos más–mi trabajo consistía en proteger a la casa y sus vampiros. Si pudiera tan fácilmente descartar el valor de la vida de ella, yo no debería haber sido Centinela de todos modos.

Fue una decisión fácil, pero eso no significaba que la repercusión iba a ser fácil de soportar. Ethan me había nombrado Centinela. Ethan me había Encomendado a la Casa y formado en esta posición.



Y mientras que no podría haber estado dispuesta a aceptar en el momento, era mi posición ahora. Mía para elegir. Mía para proteger.



Y al igual que con mi medalla Cadogan, mía para renunciar.



Encontré la cara de Malik en la multitud, y cuando él asintió con la cabeza, me llevé las manos al aire. "Renuncio", dije. "Renuncio. Juliet gana. ¡Bajenla!"



Hubo una loca carrera al poste de Juliet. Luc se acercó, la agarró y la llevó a la Casa, seguido por un flujo de vampiros que buscaban cubrirse en la sombra. El sol estaba saliendo, y mis facultades me estaban abandonando. Estaba temblando de cansancio, pero me las arreglé para saltar, sin caer en la cercanía de los rayos de luz–sólo para hacer frente a Frank, que estaba delante de mí con una expresión alegre en su rostro.



"Hay maneras más sencillas de conseguir que renuncie", le dije, y disfruté ver la sonrisa borrándose de su rostro. Él se había asegurado de que estaba en el poste más seguro, que tendría que renunciar con el fin de proteger a alguien de ser quemado. Supongo que fue un halago que él pensara que yo me sacrificaría... y que pensara en algo lo suficientemente peligroso, que él preferiría dejar a la Casa sin un centinela, que dejarme en esa posición.



"No sé de lo que estás hablando."



"Lo dudo," dije, "pero eso es entre tú y tu conciencia." Corrí hacia Malik, que ahora estaba en la puerta de la Casa, asegurándose de que todos estuvieran seguros adentro.



Frank fue el último en entrar, y lo hizo tan sólo cuando el sol llenó el patio con luz. Afortunadamente, las persianas de la casa ya habían bajado.



Permanecí dentro en la fresca y silenciosa cocina por un momento con los ojos cerrados, disfrutando de la oscuridad.



Cuando abrí los ojos, Malik era el único vampiro a la vista.



"Lo siento", le dije. "No podría haber sido la cosa correcta a hacer por la Casa–renunciar a mi posición–pero no podía quedarme allí y dejarla hacerlo."



"Fue la única cosa correcta a hacer", aseguró. "Dicho eso, con Cabot aquí..."



No le hacía falta terminar el punto. No podía permanecer como centinela mientras que Frank–y el GP–tenían control de la Casa.

Oh, cómo habían cambiado las cosas. En unos cuantos meses, Ethan había perdido la vida y un nuevo Maestro se había instalado. Y rápidamente reemplazado. La oficina del Defensor había sido desmantelada. Me habían despojado de mi identidad como un Centinela.



Pero así como no había habido elección en esos meses atrás cuando Ethan me nombró para el cargo en primer lugar, no hubo más remedio que aceptar el cambio y tratarlo con tanta gracia como fuera posible.



Incluso si actuaba sola, me gustaría actuar con valentía. Un Centinela en corazón y mente, aunque no oficialmente.



Asentí con la cabeza. "Entiendo".



"Ethan hubiera estado orgulloso de ti hoy, Merit. Me siento orgulloso de ti hoy, al igual que los demás vampiros de esta Casa. Jugaste el juego de Cabot de la única manera respetable que pudo haber sido jugado, incluso si el resultado estaba predeterminado."



"Aunque el resultado es el mismo. La Casa se queda sin un Centinela."



Malik sonrió socarronamente. "La renuncia se extiende sólo a tu posición actual. No puedes permanecer como Centinela, al menos no por el momento. Sin embargo, no puso ninguna restricción en tu servicio como guardia."



Aunque el agotamiento empezaba a cansarme, esbocé una sonrisa. "Muy creativo, Liege."



"Tengo mis momentos."



Cojeé hacia mi habitación, casi acabé inconsciente por el sol, en las frías y frescas sábanas y reconfortante oscuridad que me esperaba allí. No estaba demasiado cansada para llorar con mi cabeza en la almohada, la rabia reprimida, la frustración y el dolor escapando ahora que había logrado terminar la prueba.



Dolor, porque en cuestión de una noche había perdido mi conexión con Ethan y la Casa: el vínculo que habíamos compartido cuando él me nombró Centinela y la medalla que había usado como símbolo de mi juramento.



Todavía permanecía como guardia de la Casa, y no había que negar la importancia de ese papel. Pero se sentía como si otra parte de Ethan hubiera sido arrancada.



Y ese daño era mucho como cualquier otra cosa.





Capítulo 16
Una casa dividida


Afortunadamente me desperté de un estupor sin sueños en la misma oscuridad que había estado cuando había quedado inconsciente hace unas horas. Consideré jugar al enfermo y esconderme en la cama bajo las sábanas todos los días, pero eso no iba a resolver mis problemas o los de la ciudad.

Cuando me levanté y duché, también pensé en llamar a Mallory. No tenía ninguna duda que estaba estresada por los exámenes, pero no estaba segura de si sacarla de su templo mientras ella estudiaba era la mejor cosa a hacer. Por otro lado, ella me dijo específicamente que no la molestara hasta que realizara los exámenes.

Eso todavía dolía.

Claro, no era la primera vez que teníamos un desacuerdo. Había sido un chico con el que ella salía que yo pensaba que era desagradable, y ella tendía a darle más crédito a mis padres que yo. Nos habíamos mantenido separadas cuando me habían convertido en un vampiro y graciosamente no se ajustaba a mi nueva vida. Su aprendizaje en Schaumburg no había hecho mucho por nuestro programa social.

Pero siempre nos las arreglábamos para superarlo. Sólo podía esperar que esta vez no fuera diferente, que incluso con la magia y los exámenes entre nosotras, nos las arreglaríamos para encontrarnos otra vez.

Después de mantener el teléfono en mis manos durante unos minutos, me decidí a llamar. Si ella realmente necesitaba espacio, se lo daría. Dios sabe que ella habría hecho lo mismo por mí.

Pero mientras ella podía evitarme, Catcher no podía. Marqué al celular de él y lo contestó en el coche.

"De camino a casa de tu abuelo", dijo.

"¿Todavía en una oficina extraoficial?"

"A menos que escucháramos algo diferente de la ciudad, lo cual parece extraordinariamente improbable, ‘no oficial’ es nuestro trabajo permanente. Por desgracia", agregó mientras un claxon tocó en el fondo, "el tráfico a lo de tu abuelo es mucho peor que a la oficina. Me toma el doble de tiempo llegar allí."

"¿No hay una parada de autobús por su casa?"

"Prefiero mi auto", dijo con rotundidad. "¿Qué está pasando en la Casa Cadogan esta noche?"

"Bueno, debido a eventos desafortunados, ya no soy Centinela." Lo puse al corriente de las pruebas de Frank y mi fracaso forzado.

"Clásico", dijo. "Hizo parecer a Darío West un dulce total."

"Yo no iría tan lejos, pero tienes un punto ahí. ¿Has tenido la oportunidad de hablar con Simon?"

"Lo hice. Esta tan desconcertado como nosotros. Dice que no ha escuchado nada sobre el Maleficio y que está sano y salvo en Nebraska. Para una precaución extra, la Orden estableció un comité para investigar las cosas, y están en camino. También piensa que Tate esta mintiendo, y puso algo de interés en tu teoría del limón y azúcar. Dice que la ‘magia forense’ reconoce la evidencia del rastro mágico como el olor."

El tono de Catcher gritó ‘sarcasmo’, pero también hubo un toque de ‘celoso’ allí. Catcher no había sido miembro de la Orden durante algún tiempo, así que era lógico que estuviera anticuado sobre la información y técnicas más recientes. Él claramente tenía problemas sin resolver con la Orden. Tal vez eran unos pocos de celos mágicos lo que enterraba bajo su irritación de que Mallory estaba aprendiendo magia de Simón.

"¿Hasta cuándo Mal acaba con los exámenes?"

"En un par de días, pero el horario es fluido. Simon, aparentemente esta tratando de mantenerla en sus manos. Escucha, estoy entrando en el estacionamiento. Te llamaré si hay noticias".

"Te lo agradezco," dije, y me colgó. No tenía ninguna duda que volvería a saber de él. Si había aprendido algo en mi mes como vampiro, era que el drama estaba en oferta ilimitada.

*******

Me encontré con una pila de libros fuera de mi puerta otra vez, todos refiriendo a acontecimientos históricos inexplicables. El bibliotecario parecía pensar que la desaparición de Amelia Earhart y el Triángulo de las Bermudas se relacionaban con nuestros problemas del cielo y el agua. Estaba sentada en el suelo, hasta la cintura en teorías de conspiración mágica, cuando sonó el teléfono.

Salvados por la campana, pensé, y lo saqué. Cuando vi el número de Jonah en la pantalla, lo abrí.

"Hola", dije con cuidado, no estando segura de su estado de ánimo ya que no habíamos hablado desde el beso–y nerviosa de que él estuviera llamando para revelar una nueva crisis. Realmente me vendría bien un descanso.

"¿Qué estás haciendo?", preguntó.

"Lectura. ¿Qué haces tu?"

"Estoy en Benson’s. Mueve tu culo hasta aquí y cómprame un trago".

Benson’s era el bar de la Casa Grey, localizado cruzando la calle desde el Wrigley Field.

"No voy a comprarte un trago."

"Estoy bastante seguro que recuerdas que me debes un trago. Especialmente después que me rechazaste totalmente cuando te abrí mi corazón."

No podía dejar de sonreír, y aprecié que él hubiera roto el hielo. "No recuerdo que haya ocurrido de esa manera."

"Entonces estarías equivocada."

"Estoy bastante segura de que estás alucinando", dije, pero eché un vistazo a los libros y decidí que no podía leer mas teorías locas esta noche. Necesitaba un cambio de escenario, aun si ese cambio empezara con comprar una ronda de disculpas para mi compañero.

"Voy a estar allí en cinco", le dije, y luego cerré de golpe el teléfono y lo metí de nuevo en mi bolsillo. Cogí mi chaqueta, le dejé a Kelley un recado, y salí.

*******

El Benson´s se encontraba en un edificio estrecho que daba a la parte de atrás del Wrigley Field. Asientos del estadio se habían instalado en el techo para que los fanáticos sin entradas de los Cubs pudieran observar la acción en asientos más baratos. El estrecho bar también estaba abarrotado con tantas mesas como los propietarios podían meter. Después de todo, este era el principal territorio en raíces de los Cubs, y la gente que no podía caber en el Wrigley todavía quería estar lo más cerca posible de la acción. El bar podía llenarse en los días de partido, pero definitivamente había algo que decir sobre meterse en un bar con los amigos cercanos (y extraños) en las raíces de los Cubs. El Benson’s incluso tenía una firma con los Cubs relacionada con la bebida–una capa de copas con alcohol azul y rojo. El sabor era como jarabe para la tos, pero lo tomábamos por el color–no por el sabor.

El Benson’s estaba lleno con recuerdos de los Cubs, y aunque la temporada de los Cubs había terminado hace algún tiempo, el bar todavía estaba lleno esta noche. ¿Qué mejor lugar para pasar el fin del mundo que con tus amigos más cercanos y tu bebida favorita? Dado que los humanos no eran conscientes de que el bar estaba afiliado a la Casa Grey, o los vampiros en general, la clientela era una mezcla de humanos, vampiros, y probablemente algunos seres sobrenaturales que ni siquiera sabía que existían.

Me introduje a través de cuerpos hasta que alcancé a vislumbrar a Jonah de pie en una esquina lejana. Llevaba una camisa de manga corta con cuello ‘V’ sobre unos jeans y tenía una barba de un par de días. Hubiera sido una mentira negar que era guapo, y cuando levantó la vista para verme caminar a través del bar, podía haber imaginado–en otro tiempo y lugar–acercándome a él en un bar por una razón completamente diferente.

"Oye", dijo cuando lo alcancé. "Te las arreglaste para no ser capturada por los manifestantes descontentos. Bien hecho".

Había un brillo atractivo irritante en sus ojos, pero él ya había tenido una buena actitud sobre el beso, decidí dejarlo así. "Ja ja", le dije. "Y sí. No logré ser capturada por los descontentos."

Jonah gesticuló al hombre a su lado, que era un poco más bajo que Jonah y tenía una mata de pelo rubio platino. "Merit, Jack", dijo. "Jack es un guardia de la Casa. Hemos sido amigos durante años. Jack, Merit".

Jack, cuyos brillantes ojos azules con delineador, me miraron. "Tu eres–exactamente como lo esperaba", dijo con una voz que sonaba levemente del Sur.

Sonreí tímidamente. "Gracias, ¿creo?"

"Es totalmente un cumplido. Eres adorable, y me encanta el flequillo."

Había algo completamente cautivador en Jack. Su sonrisa era enorme, y dio la impresión de que no se molestaba en decir cosas que no quería decir, lo que hizo del cumplido mucho más significativo.

Pero no estaba segura de como sentirme sobre el hecho de que sabía como veía. ¿Jonah había estado hablando de mí?

"Gracias", dije. "¿Espero no haber interrumpido algo?"

"Estábamos hablando de espadas dobles", dijo Jonah, entonces metió la mano en el bolsillo trasero de su cartera. "¿Necesitas un trago?"

"Todavía no, gracias. ¿Cuáles son las espadas dobles?"

"Usando dos katanas a la vez", explicó Jack. "Creo que es una técnica de circo. Completamente impráctico y utilizado únicamente para impresionar e intimidar".

"Y creo que aquí nuestro amigo Jack está lleno de mierda", agregó Jonah, "y las katanas dobles son la próxima tendencia importante en las artes marciales."
"Juro por Dios que eres terco", dijo Jack, rodando sus ojos. "¿Cuándo fue la última vez que estuviste involucrado en una batalla y pasó que tuvieras dos espadas a la mano?"

"Las tendría si se tratara de armamento estándar."

"Exactamente mi punto", dijo Jack, me ofreció un guiño. Yo le ofrecí una sonrisa.

"Mira", dijo Jonah: "Estoy hablando de capacidad. Y en el campo de batalla, todo se vale."

"¿Incluyendo las espadas dobles?" pregunté.

"Incluyendo las espadas dobles, mi soltera-katana amiga".

Jack hizo un sonido de duda, pero chocó su botella de cerveza de buen humor con la de Jonah. "Supongo que si todo lo demás falla podemos pasar a las espadas dobles, triples e ir directo a las cuádruples."

"Hooah", se apretaron juntos, y tintinearon sus botellas de nuevo.

Los chicos eran un completo misterio para mí, y me les quedé mirando a ambos.

"Sabes acerca de las Cuatro Espadas ¿verdad?" preguntó Jonah.

Negué con la cabeza.

"¿Puedo darte una lección siendo un novato total?"

"Realmente desearía que no. Edúcame, pero sólo si puedes hacerlo sin un comentario editorial."

Jack sonrió. "Sabía que me ibas a agradar. Lo sabía."

"Érase una vez", comenzó Jonah, "en un reino muy, muy lejano, vivía un Samurai. Él creía que estaba destinado a viajar por el mundo y ayudar a quienes lo necesitaran. Como un Samurai, viajó con cuatro espadas a su lado, cada uno representando uno de los cuatro elementos del mundo–aire, fuego, tierra y agua."

Había mucho de eso rondando en estos días.

"El Samurai viajó por el mundo para educar a otros acerca del arte de las espadas y finalmente llegó a Europa."

"Este fue el Samurai que entrenó a los vampiros en como luchar con katanas", dije, estropeando su parte final.
"Lo fue", dijo Jonah. "Pero ¿sabías que Scott era el vampiro que conoció al Samurai y lo introdujo al arte antes que alguien más? Y ¿que las mismas cuatro espadas cuelgan ahora en la Casa Grey? "

Miré entre Jonah y Jack. "¿Es cierto?"

Jack me tocó el brazo. "Esa historia es verdad, pero no le creas cuando comience a contar en cómo salvó a todos los huérfanos en Kansas City en el momento en que Godzilla atacaba."

"Era un pueblo de retiro y un león de montaña se escapó," corrigió Jonah. Si estaba diciendo la verdad, imaginé que era lo suficientemente dramático.

Jack se quitó lejos la corrección y miró su reloj. "Tengo que correr. Si el mundo se esta acabando, quiero estar en los brazos de un ser querido cuando suceda. O por lo menos con Paul", añadió con un gruñido.

"El fin del mundo resolvería el problema de Paul", ofreció Jonah. "Así romperías con él."

Jack hizo un sonido de duda. "Él ya me prometió refugiarme en el infierno si sucediera eso. Y una ruptura pasaría igual de bien."

"Cállate y hazlo, Jack."

"Te voy a cortar", dijo Jack con una sonrisa, señalando con un dedo feroz a la cara de Jonah. Pero su expresión se disolvió. "Nos vemos mañana por la noche, compañero. Los trimestrales estarán en tu escritorio."

"Te lo agradezco", dijo Jonah.

Jack abrió los brazos, y luego me abarcó en un abrazo. "Encantado de conocerte, Merit. Ten cuidado de nuestro capitán", susurró, dejándome con un rubor.

"¿Problemas de relación?" pregunté, esperando que Jonah no hubiera oído ese comentario, mientras veíamos desaparecer a Jack en la multitud.

"Nunca se termina el drama", dijo Jonah. "No soy, como te habrás dado cuenta, fan del drama. Jack tiene una tolerancia mucho mayor. La tolerancia de Paul, por desgracia, es aún mas grande."

"Jack parece un tipo sincero, a pesar del drama".

"Jack es la lealtad personificada", dijo Jonah. "Aprecio la lealtad".

"Es un gran rasgo de carácter."

"Tengo la sensación de que no nos hemos visto mucho últimamente."

La sensación era correcta–y con un poco de miedo. "Ya no soy Centinela".

Se quedó paralizado. "¿Qué?"

Le hablé sobre Frank, acerca de las pruebas, sobre todo lo que había pasado la noche anterior.

"Soy un guardia ahora", admití, luego fruncí el ceño. "Bueno, estoy actuando como uno. No he sido nombrada oficialmente, por lo que estoy enterada. De cualquier manera, voy a ser honesta–se siente como ser degradada."

"Me di cuenta de eso." Entonces su sonrisa fue demasiado satisfecha para mi comodidad. "Como capitán de la guardia, ¿eso me hace tu superior?"

"Eso definitivamente no", le dije, señalando con un dedo hacia su pecho. "No necesito jefes adicionales a mi jerarquía, muchas gracias."

"Sólo compruebo. De todos modos, lo siento por la mierda que Cadogan está pasando. Si no fueran ustedes, habría sido Navarro o nosotros. El GP es solo... bueno, ya sabes mi teoría sobre eso."

Abrí mi boca, luego la cerré de nuevo, debatiendo sobre qué decir y cómo salir de lo que tenía que salir. Me decidí por cambiar de tema. "¿Podemos hablar de algo?"

"¿Se trata de mi efervescencia?"

"Se trata de la GR."

Sus cejas se levantaron en interés. "Sabes cómo llamar la atención de un chico."

Aparté la vista, y luego volví a hablar de nuevo. "Creo que es hora de que tome algunas medidas para proteger la Casa. El GP está poniendo a mis colegas, mis amigos, en peligro. No está bien, y si hay algo que pueda hacer para ayudar, lo haré. Así que, me gustaría unirme a la Guardia Roja."

Jonah se quedó callado por un momento. "Esa es la única razón para que debas decir que sí. Si dijeras sí por cualquier otro motivo, yo habría dicho que no."

Volví la vista hacia él. "¿En serio?"

"Es un compromiso de veinte años, la GR, y es uno serio. No queremos personas que se unan porque quieran venganza. No queremos personas que se unan porque odian la autoridad. Queremos protectores. Guardianes. Personas que reconozcan la injusticia en el sistema y se muevan para detenerlo."
"Esas son buenas razones."

"Las son. Y ahora sé que tus razones son similares. Tendré que hacer una llamada telefónica y pasar la voz en la cadena, pero para todos los efectos y propósitos, estás dentro". Me sonrió, y esta vez había algo más serio en sus ojos. No coqueteo. No amistad. Compañerismo.

"Vamos a trabajar juntos", dijo. "Es una relación estrecha, y tiene que ser una relación de confianza. ¿Puedes confiar en mí?"

Lo miré por un momento, no queriendo dar una respuesta sin haber dado un pensamiento prudente. Consideré lo que sabía de él, y pensé en las veces que había defendido mi espalda. En una rave en Streeterville, cuando salvamos a un joven humano. Con Claudia, cuando él se había parado delante de mí para mantenerme fuera de peligro.

Podría haber tenido sus reservas, pero él dejaría todo cuando eso contaba.

"Confío en ti", le dije.

Asintió con la cabeza, y me tendió la mano. "Entonces me siento profundamente honrado en darte la bienvenida, Merit, a la Guardia Roja."

"¿Eso es todo?" No es que yo hubiera imaginado una banda y un desfile, pero me pareció digno de por lo menos una ceremonia o un broche o algo así.

"Haremos juntos una ceremonia más formal después de informar a Noah. Que tomará un poco de tiempo en organizar. Mientras tanto..." Él movió sus dedos, esperando un apretón de manos.

Con mi promesa ya hecha, nos estrechamos las manos.

Al hacerlo, comprometí mi presunta lealtad al GP. Frank podría haber intentado reducir mi influencia sobre la Casa. De hecho, sólo había conseguido acercarme más a mis compañeros Noviciados y hacerme luchar más duro por ellos.

"Esto se ve muy agradable."

Ambos miramos detrás de nosotros, donde un vampiro alto, de cabello oscuro estaba de pie, los brazos cruzados, la malicia apenas oculta en su expresión.

"Hola, Morgan," dije, pensando en que Paul probablemente apreciaría su sentido del dramatismo.

Morgan Greer, el Maestro de la Casa Navarro, era sin duda apuesto–atractivo de una manera oscura y seductora. En mi opinión, su sentido del humor equilibraba su buena apariencia desenfadada, pero su inmadurez anulaba ambas. En resumen, él tenía todo lo que un Maestro podría desear–salud, apariencia, dinero y poder. Pero tenía una actitud hosca, un adolescente agrio.

Esta noche llevaba una camisa de vestir sobre unos vaqueros ajustados y botas. Su pelo oscuro y ondulado golpeaba sus hombros, y parecía que no se había afeitado en un par de semanas. Sus mejillas estaban demacradas, lo que añadió un borde afilado a su apariencia.

No había hablado con él desde la muerte de Ethan y Celina; no estaba segura de cómo se sentía sobre ambas, pero supuse que las emociones estarían mezcladas, en el mejor de los casos. Y esta noche, estaba en una posición que no había visto antes–él tenía una cita.

La chica junto a él era alta y delgada, con pelo largo y oscuro y un rostro exótico. Usaba un par de mallas oscuras y un top bastante grande (sin duda, de alguna boutique de alta costura) con cinco pulgadas de tacón y unos pendientes largos. Parecía una modelo en un casting, y sentí una pequeña punzada de celos antes de recordarme que no podía importarme menos.

Su mirada me rozó, luego a Jonah, aterrizando sobre mí otra vez con evidente disgusto. "No pierdes tiempo, ¿cierto?"

Jonah debe haber sentido el rápido destello de magia que lancé al aire, porque él puso una mano de advertencia sobre mi brazo. Le di a su mano una caricia rápida de tranquilidad.

"Estamos trabajando", le dije, tratando de mantener mi compostura y no entrar en una pelea a gritos con un vampiro emocionalmente atrofiado.

"Seguro. ¿Cuál es el motivo?"

Había suficiente mordacidad en su voz que no podía decir si estaba tratando de hostigarme, o de verdad no tenía ni idea sobre de los eventos en Chicago.

"¿Seguro que no te has perdido la parte sobre el lago volviéndose negro y el cielo volviéndose rojo?"

"Eso no tiene nada que ver con nosotros".

Ah, así que ese era su juego–ignorancia deliberada. Él conocía los hechos, pero estaba jugando a la mascota del GP y pretendiendo que no tenía nada que ver con los vampiros.

"Solo porque los vampiros no han causado los problemas no significa que no tengamos un papel en arreglarlos."

"¿Por qué deberíamos hacerlo? ¿Por qué no deberíamos concentrarnos en nuestras propias casas?"

Aparentemente orgullosa de su respuesta, la chica a su lado me mostró una ceja arrogante.

"Porque si la ciudad cae", dijo Jonah, "las Casas caerán con ella".

"Chicago no se va a caer", dijo Morgan.

Jonah dio un paso adelante. "Porque las otras Casas están holgazaneando." La implicación en su declaración fue clara–Navarro no estaba haciendo su parte.

Las mejillas de Morgan se sonrojaron. "No tienes idea de lo que mi Casa esta o no esta haciendo por esta ciudad."

"Ese es exactamente mi punto", dijo Jonah. "No tenemos ni idea, aunque ciertamente no hay nada que podamos ver ahora."

"Recuerda tu lugar, vampiro", ladró Morgan. Era la misma advertencia que Ethan había dado a Morgan cuando Morgan había abierto la bocota.

A diferencia de Ethan, Morgan no lograba hacerlo.

"Con el debido respeto, Sr. Greer, le debo mi lealtad a Scott y a la Casa Grey. Si usted tiene problemas acerca de mi obediencia, puede tratarlo con él."

Morgan estaba obviamente echando humo, enviando nubes de magia irritada al aire. Pero debajo de esa irritación había algo diferente. ¿Un poco de miedo, tal vez? Eso llevaría un poco de investigación, pero más tarde. Una crisis a la vez.
Al parecer acabada la reunión, Morgan giró sobre sus talones y se alejó. Su novia se quedó atrás y me dio una evaluación visual nada favorecedora.

"En caso de que haya cualquier duda", dijo ella, "debes mantener tus manos lejos de él."

"¿Lejos de Morgan?"

Ella me dio un malévolo ladeo de cabeza.

"Ten la seguridad, de que Morgan ni siquiera esta en mi radar. Pero buena suerte con él." La vas a necesitar, pensé, en el primer momento que él tenga un ataque de celos o comience a hacer pucheros por alguna leve torpeza.

No es que pensara que Morgan era un mal tipo, pero el chico amaba el drama.

La cita murmuró algo un poco halagador. Siendo la persona más grande, simplemente le devolví la sonrisa. Pero una reacción de fantasía todavía jugaba en mi mente–una en la cual la ponía en el suelo con solamente un dedo en uno de sus puntos de presión y la mantenía allí hasta que pidiera disculpas por la grosería.

Tal vez Ethan había tenido razón. Tal vez ser un vampiro era sacar la humanidad fuera de mí.

Después de otros segundos de miradas desagradables, se volvió y desapareció entre la multitud. Jonah y yo nos quedamos allí mirándola por un momento. Esta vez, en lugar de esperar su ataque, jugué a la defensa.

"Sólo salimos por un par de semanas."

Sonrió un poco. "Sé sobre el trato", dijo. "Noah y Scott estaban entre la multitud."

Me había olvidado de eso. Noah y Scott habían estado presentes cuando Morgan se había presentado en la Casa Cadogan, frenético porque un vampiro de Cadogan había amenazado a Celina. En mi primer acto real como Centinela, había dado un paso al frente, calmándolo con la punta de mi espada. Él se había rendido, pero sólo por el acuerdo que le permitía cortejarme.

Había cedido, y aunque Morgan podía ser increíblemente encantador, era demasiado inmaduro para ser un contrincante.

"¿Cómo esta Noah en estos días?" pregunté. Noah era su propio guardia, pero no había oído hablar de él desde que Jonah se había convertido en mi contacto principal. También era el hecho de que era líder de los vampiros Rogue de Chicago, los que no estaban vinculados a una Casa en particular.

"Ocupado. Los Rogues siempre se ponen nerviosos cuando las Casas están en problemas. Temen a las represalias del GP contra ellos, o al internamiento, si ese es el camino a seguir."

"La razón número cuatro para unirse a la GR", murmuré.

Había diversión en sus ojos, Jonah me deslizó un vistazo. "¿Cuáles son las otras tres?"

"Ayudar a las casas, tener un compañero confiable, y esas playeras de la 'Escuela Nocturna'. ¿Cómo puedo conseguir una de esas?"

"Por supuesto. Sólo tendrás que encontrar un lugar privado para guardarla".

No había pensado en eso–que habría equipo de la GR, materiales, documentos que necesitaba mantener en secreto incluso en mi propia habitación. Tendría que pensar en eso.

Jonah se frotó las manos. "¿Qué tal un trago?"

"Sí, por favor," estuve de acuerdo, pero antes de poder realizar la orden, sentí un ambiente muy malo. El edificio vibró un poco. Sólo por un momento, pero hubiera jurado que sentí algo.

"¿Sentiste eso?"

"¿Sentir qué?"

Me quedé helada, y después de un momento, me pregunté si lo había imaginado. Y mientras estaba de pie esperando, se me ocurrió echar un vistazo a un vaso de agua sobre una mesa del bar junto a nosotros. El temblor comenzó bajo y profundo, enviando ondas a través del agua.

"Jonah–"

"Vi eso", dijo, y luego hizo una pausa. "Tal vez es sólo un dinosaurio muy grande."

"O realmente magia grande", terminé. "Creo que tenemos que salir a la calle."

Pude ver en su cara que no quería creer que algo estaba allí, pero tenía un deber que cumplir, por lo que él estaba dispuesto a echar un vistazo. "Vamos".

Nos escabullimos a través de cuerpos y mesas–de humanos y vampiros aparentemente ajenos a las vibraciones–y salimos al aire frío de noviembre...

Y no ví nada.

Los fiesteros iban y venían por la calle. El tráfico era ligero, pero había unos cuantos coches por ahí.

"Sé que sentí algo", le dije, explorando la calle de arriba a abajo.

Di otro paso hacia adelante y cerré mis ojos, dejando caer algunas de las defensas que utilizaba para mantener la masa de información que inundaba el cerebro de un vampiro como en una bahía. Por un momento, no había nada... sólo los olores y los sonidos típicos de una noche de otoño en Chicago. El aire olía a gente, comida y grasa. La suciedad del estadio. El humo del tráfico.

Mis ojos cerrados, mi cabeza inclinada hacia atrás, sentí la vibración de nuevo, el suelo vibraba vertiginosamente debajo de mí.

"¡Merit!", gritó Jonah. Abrí los ojos justo a tiempo para ser tirada hacia atrás mientras él pasaba un brazo alrededor de mi cintura y me jalaba contra él.

La quebradura de asfalto, una montaña de tierra de veinte metros de ancho en erupción en medio de la calle en frente de nosotros.


TRADUCIDOS POR HISHIRU, MINI CARTER Y LUU

Siyara  – (13 de enero de 2012, 12:05)  

ahhhhhhhhhhhhhhhhhhhh
GRACIAS!!!!!!! muchas gracias!!!!!


y q la pases super bien!!!!

besos!

Lucia –   – (13 de enero de 2012, 14:25)  

Falta el 15!!!
Pero los demás genial, muchas gracias!!!

Marijose  – (13 de enero de 2012, 15:16)  

Sí... falta un capítulo entre medias...
Aun así muchas gracias por todos los capis!!
Bss!

kika  – (13 de enero de 2012, 16:07)  

Wow!!!.... Siiiii... MaRaToN!!!.. Gracias Chicas, son unos solessss!!...

diviertete q aki te esperamos!!... ñ.ñ

XOXOXO

Anónimo –   – (14 de enero de 2012, 8:26)  

wowww!!!! dadme vuestra direccion e ire a daros un abrazo jejeje, muxos besos por los caps que habéis podido subir en tan poco tiempo y tan bien traducidos graciias, no se k hariamos sin vosotras.
P.D: subireis el 15?

Anne Polet  – (16 de enero de 2012, 16:41)  

Ah!!!! espero q toda esa magia se por Ethan volvera xD, miles de gracia por los capitulos se pasaron!!! suerte en el viaje adios

-Bess-  – (22 de enero de 2012, 10:11)  

el 14 es el último, no? xDDDDDDD es que leí 14-15-16....., y claro, fui leyendo despacito y me encontré con el 14 y na más T_T :P Menudo maratonazo!!!! Pero se lee taaan rápido, tan bien. Es genial! (A ver cuándo en España ;) ) Bs

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