Especiales/ Capítulo 4

Traducido por mi

Capitulo cuatro:


RESCATE

Tally voló lento y rápido, apenas rozando la superficie del río, mirando fijamente los árboles oscuros de cada lado.
Dónde estaban ellos?
Los del Humo no podían estar tan lejos-no con solo un par de minutos adelantados. Pero como ella, estaban volando bajo, usando los depósitos de minerales en el serpenteante lecho para mayor impulso, manteniéndose ajo la cubierta de los árboles. Ni siquiera la especial-caliente luz infrarroja de los cuerpos de Shay y Fausto podía penetrar la oscura capa del bosque. Y eso era un problema.
Qué si ellos ya se habían apartado del río, yendo a hurtadillas entre los árboles para mirarla pasar? En sus tablas robadas, los del Humo podían dirigirse a cualquier dirección que quisieran.
Tally necesitaba unos pocos segundos en el cielo, para mirar hacia abajo. Pero los del humo también tenían infrarrojos. Para tomar un vistazo sin regalarse, tendría que enfriar su cuerpo a una temperatura muy baja. Ella miró dentro de la oscura agua apresurándose a sus pies y se estremeció.
Esto no iba a ser divertido. Tally giró para detenerse, rociando agua helada con la cola de su tabla, haciendo cosquillas en sus brazos y rostro, mandando otro escalofrío a sus huesos. El río estaba corriendo rápidamente, lleno hasta el borde con nieve derretida que rueda desde las montañas, tan congelada como la parte trasera de una cubeta de champagne en los días chispeantes.
“Magnífico,” Tally dijo frunciendo el ceño, luego dio un paso hacia delante. Con los dedos de los pies apuntados, apenas salpicó, pero la congelante agua puso a su corazón a latir aceleradamente.
En segundos sus dientes comenzaron a castañear, sus músculos tensos, amenazando con romper sus huesos. Tiró la tabla de Ho abajo en el agua a su lado, y las turbinas salpicaron zacillos de vapor al tiempo que se enfriaban. Tally comenzó una interminable, tortuosa cuenta hasta diez, deseando mala suerte y destrucción a David, los del Humo, y quien quiera que haya sido el que inventó primeramente el agua congelada. El frio se filtró en su cuerpo, haciendo que sus nervios griten y calándose profundamente en sus huesos.
Pero entonces la golpeó, el momento especial. Fue como cuando se cortó, el dolor aumentando hasta que casi no lo pudo soportar más... luego repentinamente arrojándose fuera. Y oculto dentro de la agonía, la claridad extraña vino de nuevo, como si el mundo se hubiera acomodado en algo que tuviera perfecto sentido.

Justo como la Dra. Cable había prometido tanto tiempo atrás, esto era mejor que ser chispeante. Todos los sentidos de Tally estaban incendiados, pero su mente parecía estar totalmente apartada de ellos, observando sus sensaciones sin ser abrumada. Ella no era al azar, ni sobre el promedio...era casi más allá de lo humano. Y había sido echa para salvar al mundo.
Tally paró de contar y dejó salir una lenta, calmada respiración, y poco a poco, su temblor se alejó.
La congelante agua había perdido su poder.
Volvió a la tabla de Ho, aferrando los bordes con sus nudillos blancos como huesos.
Tomó tres intentos chasquear lo suficientemente fuerte sus entorpecidos dedos, pero finalmente su tabla comenzó a elevarse dentro del oscuro cielo, trepando tan alto como los frescos y silenciosos levantadores magnéticos. Cuando despejó los árboles, el viento golpeó como una avalancha de frío, pero Tally lo ignoró, sus ojos barriendo a través del maravilloso claro mundo debajo de ella.

Allí estaba ellos-solamente un kilómetro mas o menos por delante- un parpadeo de tablas contra la negra agua, un vislumbre de un humano resplandeciente por los infrarrojos. Los del Humo parecían ir lento, apenas moviéndose. Quizá ellos estaban descansando, desprevenidos de que estaban siendo seguidos. Pero para Tally, fue como si su momento de enfoque helado los hubiera detenido en su camino. Dejó caer la tabla, cayendo de su vista antes de que el calor de su cuerpo pudiera cortar a través del frío de sus empapadas ropas. Su uniforme colgó de ella como una manta de lana húmeda. Quitándose la chaqueta, Tally se dejó caer dentro del río.

Su tabla rugió nuevamente a la vida, deslizándose al ras hacia delante con sus turbinas en máxima potencia, dejando una ola de un metro.
Tally debería estar empapada y helada hasta los huesos, y solo una contra cinco, pero el baño le había aclarado su cabeza. Sintió sus sentidos especiales diseccionando el bosque a su alrededor, sus instintos hilando, su mente calculando por las estrellas exactamente cuanto tomaría atraparlos. Sus manos flexionadas aturdidas, pero Tally sabía que ellas eran la únicas armas que necesitaba, sin importar que otros pequeños trucos engañosos podrían llevar a cabo los del Humo.
Estaba lista para esta lucha.
Sesenta segundos más tarde, ella lo vio: una sola tabla en el cielo esperando por ella, simplemente pasando una curva en el río. Su conductor estaba de pie silenciosamente, una silueta negra sosteniendo la forma resplandeciente de un Especial.
Tally se arremolinó hacia una parada, azotando en un firme círculo para escanear los árboles. El purpúreo fondo del bosque estaba lleno con formas medio-vislumbradas fustigadas por el movimiento del viento, pero no formas humanas. Miró a la oscura figura bloqueando el río frente a ella. El desarreglado traje escondía su rostro, pero Tally recordó la manera en que David se paraba sobre su tabla: su pie anterior virado cuarenta y cinco grados, como un bailarín esperando la música para empezar. Y ella podía sentir que este era él.
L a forma resplandeciente-caliente en sus brazos tenía que ser Shay, todavía inconsciente.
“Me viste siguiéndolos?” Ella preguntó.
Él sacudió su cabeza. “No, pero sabía que lo harías.”
“Qué es esto? Otra emboscada?”
“Necesitamos hablar.”
“Mientras tus amigos se alejan?” Las manos de Tally se flexionaron, pero ella no saltó hacia delante para atacar. Era extraño oír la voz de David otra vez. Viajaba claramente sobre la prisa del agua, cargando un rastro de nervios.
Se dio cuenta de que estaba asustado de ella.
Pero claro que lo estaba, pero todavía se seguía sintiendo extraño...
“Puedes recordarme?” Le preguntó.
“Qué crees, David?” Tally frunció el ceño. “Te recuerdo a ti cuando yo era chispeante. Siempre hiciste una gran impresión.”
“Bien,” él dijo, como si ella hubiera dicho eso como un cumplido. “Entonces recordarás la última vez que me viste. Habías descubierto como la ciudad había hecho un lío con tu cabeza. Te forzaste a ti misma a pensar claramente otra vez, no como una perfecta. Y tu escapaste. Recuerdas?”
“Recuerdo a mi novio yaciendo en una pila de mantas, medio cerebro muerto,” ella dijo.
“Gracias a esas píldoras que tu madre preparó.”
A la mención de Zane, un temblor atravesó la oscura forma de David. “Eso fue un error.”
“Un error? Quieres decir, que me enviaste esas píldoras accidentalmente?”
Se movió en la tabla. “No. Pero nosotros te advertimos sobre los riesgos. No lo recuerdas?”
“Recuerdo todo ahora, David! Puedo finalmente ver.” Su mente estaba clara, Especial-clara, desenredada de lo salvaje, de las emociones feas y de la mente chispeante, comprendiendo la verdad de lo que los del Humo eran. Ellos no eran revolucionarios; no eran más que egomaníacos, jugando con vidas, dejando personas rotas en su camino.
“Tally,” él imploró suavemente, pero ella simplemente rió. Los tatuajes flash de Tally estaban girando ferozmente, empujados por el movimiento furioso provocado por el agua helada y su rabia. Su mente afilada como una navaja de afeitar, y vio claramente su idea con cada latido de ella golpeando en su corazón.
“Roban niños, David, niños citadinos quienes no saben cuan peligroso es fuera en lo salvaje. Y ustedes juegan con ellos.”
Él sacudió su cabeza. “Yo nunca... nunca quise jugar contigo, Tally. Lo siento.”
Ella comenzó a responder, pero vio la señal de David justo a tiempo. No era nada más que un chasquido de un dedo, pero su mente era tan afilada que ese pequeño movimiento brilló como fuegos artificiales contra la oscuridad. La conciencia de Tally se disparó en todas las direcciones, buscando en la oscuridad a su alrededor. Los del Humo habían elegido un lugar con rocas medio sumergidas, sumándole el rugido del agua, cubriendo cualquier sonido sutil, pero de algún modo Tally sintió el momento de ataque.
Un instante después, su visión periférica atrapó las flechas en su camino: una de cada lado, como dos dedos aplastando un insecto. Su mente avanzó lentamente como si estuviera en tiempo muerto. menos de un segundo antes de golpear, y los misiles estaban demasiado cerca para que la gravedad la tirara hacia abajo, sin importar cuan rápido ella doblara sus rodillas. Pero Tally no necesitaba gravedad...
Sus manos se dispararon a sus lados, codos doblados, dedos convertidos en puños alrededor de las flechas. Se resbalaron unos centímetros a través de sus palmas, la fricción quemando como el pabilo de una vela, pero su velocidad se ahogó en su agarre.
El zumbido eléctrico en sus puntas chisporroteó por un molesto momento, lo suficientemente cerca que Tally sintió el calor en ambas mejillas, y luego las flechas burbujearon en frustración.
Sus ojos estaban todavía enfocados en David, e incluso a través del desarreglado traje ella vio su mandíbula caer abierta, un pequeño, sonido de sorpresa traído a través del agua.
Ella soltó una filosa risa.
La voz de él temblado. “Qué te han hecho, Tally?”
“Ellos me hicieron ver,” ella dijo.
Él sacudió su cabeza tristemente, luego soltó a Shay en el río.
Ella se cayó adelante flácidamente, dando una bofetada al agua cara-primero y duro. David viró en su tabla, dando un puntapié de roció mientras se alejó. Los dos arqueros se alejaron de los árboles y lo siguieron, tablas rugiendo nuevamente a la vida.
"Shay!"Tally sollozó, pero el inmóvil cuerpo ya se estaba hundiendo, arrastrado hacia abajo por el peso de los brazaletes de caída y por la ropa empapada. Los colores infrarrojos de Shay comenzaron a cambiar en el agua helada, manos cambiando de un amarillo brillante a un naranja. La rápida corriente la llevó debajo de Tally, que tiró las gastadas flechas a un lado, dio vuelta con un talón y se sumergió en el helado río.
Unos pocos golpes de pánico la trajeron a un lado de la vagamente resplandeciente forma, y se extendió para agarrar el cabello de Shay, tironeando su cabeza fuera del agua. Los tatuajes flash apenas se movían en su pálido rostro, pero luego Shay tembló y vació sus pulmones con una repentina tos.
“Shay-la!” Tally giró en el agua, obteniendo un mejor agarre.
Shay ondeó sus brazos débilmente, luego tosió más agua. Pero sus tatuajes flash estaban gradualmente volviendo a la vida, girando más rápido mientras sus latidos de corazón se fortalecían. Su rostro resplandeció más fuerte con su infrarrojo mientras la sangre empezó a fluir nuevamente.
Tally cambió su agarre, luchando por mantener ambas cabezas por encima del agua, señalizando con su brazalete de caída. Su tabla prestada respondió con un sonido magnético, viniendo a su encuentro.
Shay abrió sus ojos, pestañeando un par de veces. “Eres tú, Tally-wa?”
“Sí, soy yo.”
“Deja de tironearme el cabello.” Shay tosió otra vez.
“Oh, perdón.” Tally desenredó sus dedos del cabello húmedo. Cuando la tabla la golpeó desde atrás, ella pasó un brazo a su alrededor, agarrando con el otro a Shay. Un largo y frío camino las esperaba a las dos.
“El agua está fría...,” Shay dijo. Sus labios estaban casi azules en el infrarrojo de Tally.
“No me digas. Pero te despertó, al menos.” Se arregló para subir a Shay a la tabla, manteniéndola derecha. Ella se sentó allí, acurrucada miserablemente contra la brisa mientras Tally seguía en el río, mirando fijamente dentro de sus ojos vidriosos.
“Shay-la? Sabes donde estamos?”
“Tu me despertaste, entonces estaba...dormida?” Shay sacudió su cabeza, cerrando sus ojos para concentrarse.
“Maldición. Eso significa que ellos me atraparon con una de sus estúpidas flechas.”
“No una flecha; David tenía un shock-stick en su mano.” Shay pataleó dentro del río. “Él hizo trampa. Tirándome a Tachs.” Ella frunció el ceño, abriendo sus ojos nuevamente. “Tachs se encuentra bien?”
“Si. Lo atrapé antes de que golpeara el suelo. Luego David trató de llevarte. Pero te recuperé.”
Una delgada sonrisa apareció en su rostro. “Buen trabajo, Tally-wa.”
Tally sintió una pequeña, temblorosa sonrisa en su boca.
“Y qué sobre Fausto?”
Tally suspiró nuevamente mientras se subía a la tabla, con sus turbinas girando debajo de su peso. “Ellos lo tomaron, también.” Miró hacia el río, viendo nada más que oscuridad.
“Y se han alejado mucho, adivino.”
Shay colocó un tembloroso y húmedo brazo alrededor de Tally. “No te preocupes. Lo traeremos de regreso.”
Shay bajó su mirada, confundida. “Entonces, cómo llegue hasta el río?”
“Ellos te dejaron caer aquí, usándote como cebo. Ellos querían capturarme a mi también. Pero fui demasiado rápida para ellos, así que David te soltó para distraerme, supongo. O quizá estaba tratando de darle a los otros del Humo tiempo para alejarse, los que tenían a Fausto.”
“Hmm. Eso es un poco insultante.” Ella dijo.
“Qué cosa?”
“Ellos me usaron a mí como señuelo en vez de a Fausto?”
Tally sonrió y apretó aún más fuerte a Shay. “Quizá ellos estaban más seguros de que me detendría por ti.”
Shay tosió. “Bueno, cuando los atrape, desearán haberme tirado por un acantilado en cambio.” Tomó una profunda respiración, sus pulmones al fin limpiándose. “Sin embargo gracioso. No es como que los del Humo tiraran a alguien dentro de agua helada mientras están inconscientes. Entiendes lo que digo?”
Tally asintió. “Quizá se están desesperando.”
“Quizá.” Shay se estremeció nuevamente. “Es como que si vivir fuera en la naturaleza los estuviera convirtiendo en Oxidados. Ellos pueden atacar a la gente con arcos y con flechas, después de todo. Los prefería más del antiguo modo.
“Yo también,” Tally suspiró. La agudeza de su rabia estaba disminuyendo, dejando su espíritu tan empapado como su ropa. No importaba cuan duro tratara de arreglar todo, Fausto todavía estaba desparecido, y David también.
“De todos modos, gracias por el res, Tally-wa.”
“Eso esta bien, Jefa.” Tally tomó la mano de su amiga. “Entonces... no somos regulares ahora?”
Shay se rió, pasando su brazo alrededor de Tally, su sonrisa ensanchándose para revelar cada uno de sus puntiagudos dientes. “Tú y yo no nos tenemos que preocupar por ser regulares, Tally-wa.”
Tally sintió un arrebato de calidez, como siempre sentía cuando Shay sonreía. “Realmente?”
Shay asintió. “Estamos demasiado ocupadas siendo especiales.”

Encontraron a Ho en el lugar de la emboscada. Él se arregló para mantener despierto a Tachs, y había dado aviso al resto de los Cortadores. Estaban a veinte minutos de allí, trayendo tablas extras y clamando por venganza.
“No te preocupes por convertirte en regular, estaremos visitando tarde o temprano a los del Humo.” Shay dijo, sin preocuparse en mencionar el problema de ese plan: Nadie sabía donde estaba el Nuevo Humo. De hecho, nadie estaba seguro de que estuviera en algún lado. Desde que el Humo original había sido destruido, los del Humo se mantuvieron moviéndose de un lugar a otro. Y ahora de que tenían cuatro tablas nuevas de los de Circunstancias Especiales, ellos serían aún más difíciles de derribar.
Mientras Shay y Tally retorcían su ropa húmeda, Ho y Tachs vagabundearon por los alrededores en la oscuridad de los Senderos, buscando pistas. Pronto ellos encontraron la tabla que la chica del Humo había abandonado.
“Chequea la carga de esa cosa,” Shay le ordenó a Tachs. “Al menos podremos descubrir cuán lejos tuvieron que volar para llegar hasta aquí.”
“Buena idea, Jefa,” Tally dijo. “No hay recarga solar de noche, después de todo.”
“Si, me estoy sintiendo realmente brillante,” Shay dijo. “Pero la distancia no nos dice mucho. Necesitamos más.”
”Nosotros tenemos más, Jefa,” Ho dijo. “Como estaba tratándole de decir a Tally justo antes de que me empujara fuera de mi tabla, tuve una conversación con un niño feo en el monte. Al que la chica del Humo le estaba dando los nanos? Antes de entregarlo a los vigilantes, me arreglé para asustarlo un poquito.”
Tally no tenía dudas de eso. Los tatuajes flash de Ho incluían una cara de demonio dibujada encima de sus propios rasgos, sus líneas color rojo sangre cambiando a través de la secuencia de expresiones salvajes a tiempo con su pulso.
Shay bufó. “Ese pequeño punk sabía donde estaba el Nuevo Humo?”
“Ni una chance. Pero él sabía donde se suponía que tenía que tomar los nanos.”
”Déjame adivinar, Ho-la,” Shay dijo. “Ciudad Nueva Belleza?”
“Si, por supuesto.” Él sostuvo una bolsa plástica. “Pero estos no eran simplemente para alguien, Jefa. Él se suponía que los tenía que dárselos a los Crims.”
Tally y Shay se miraron entre ellas. De todos los Cortadores solo unos pocos habían sido Crims, en sus días de perfectos.
La pandilla era toda sobre causar problemas: actuando como feos, derrotando las lesiones, impidiendo que lo superficial de Nueva Belleza borrara sus cerebros.
Shay se encogió de hombros. “Los Crims son un montón estos días. Hay cientos de ellos.” Ella sonrió. “Desde que Tally y yo los hicimos famosos.”
Ho asintió. “Hey, yo fui uno también, recuerdas? Pero ese chico feo mencionó un nombre, alguien que se suponía a quien se lo tenía que dar específicamente.”
“Alguien que conozcamos?” Tally dijo.
“Si... Zane. Él dijo que los nanos eran para Zane.”

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