Friday Night Bites / Capítulo 3

Capítulo Tres

El Próximo Top Monstruo Americano

Caminé dentro, bajé las maletas, y miré a mi alrededor. La habitación era pequeña, cuadrada, y sencillamente amueblada. Un panel de madera se elevaba hasta la altura de la barandilla de una silla, su color era de la misma tonalidad oscura que el brillante suelo. Inmediatamente enfrentando a la puerta, había una ventana cubierta por una contraventana plegable.
Del lado izquierdo de la habitación había una cama con un respaldo de hierro. Una ventana. Del lado derecho de la habitación habían dos puertas y un espejo de cuerpo entero estaba fijado a una de ellas. Una cómoda estaba situada entre ellas, y un estante se elevaba a la derecha de la puerta que daba hacia el vestíbulo.

Era básicamente, un dormitorio universitario.

Para una vampiro de veintiocho años.

“Hay algo más que necesites?”

Le sonreí en respuesta a Helen. “No, gracias. Aprecio que hayas organizado una habitación tan rápidamente.” Mis retinas, previamente marcadas por las imágenes de los enredos de Catcher y Mallory, también estaban agradecidas.

“No hay problema, querida. Las comidas se sirven en la cafetería al anochecer, a la medianoche, y dos horas antes del amanecer.” Bajó su mirada a su

“No, gracias. Agarré algo en mi camino.” No simplemente algo-el mejor pan de carne casero de este lado de Chicago. El paraíso.

“Bueno, si notas que necesitas algo, las cocinas de cada piso estan siempre bien aprovisionadas, y hay sangre en los refrigeradores. Si necesitas algo que no puedas encontrar en las cocinas, díselo al personal.”

“Seguro. Gracias nuevamente.”

Helen se retiró y cerró la puerta detrás de ella. Me reí fuerte y alto por lo que había revelado. En la parte posterior de la puerta estaba colgado un póster de la Casa Navarro, una imagen de Morgan de tamaño real, en jeans y en una ajustada caliente camisa negra, botas negras en sus pies, sus brazos cruzados, bandas de cuero alrededor de sus muñecas. Había dejado crecer su cabello, y estaba salvaje en la imagen, moviéndose alrededor de su hermoso y severo rostro, pómulos marcados, y su barbilla hendida, sus ojos azul marino de ensueño mirando más allá, cejas oscuras y pestañas ridículamente largas.

Aparentemente Helen había estado coordinando con el Enlace de Navarro algo más que un simple picnic de verano. Esto requería una seria tomadura de pelo, así que saqué mi celular del bolsillo y marqué el número de Morgan.

“Morgan,” contestó.

“Sí,” dije, “Me gustaría hablar con alguien para ordenar pornografía Navarro, por favor. Quizá un póster de seis pies de altura de un apuesto Maestro Vampiro, ese con ojos soñadores?”

Él soltó una risita. “Encontraste mi regalo de bienvenida, no es cierto?”

“No es un poco raro que un vampiro Navarro deje un regalo de bienvenida para un vampiro Cadogan?” Pregunté, mientras husmeaba las puertas del lado derecho de la habitación. La primera puerta abría hacia un pequeño closet, donde colgaban una docena de perchas de madera. La segunda abría a un pequeño baño- bañera con garras (bañera antigua con patas de metal, que parecen garras), con duchero y lavabo con pedestal.

“No si ella es la vampiro Cadogan más hermosa.”

Bufé y cerré la puerta otra vez, luego moví mis maletas hasta la cama. “No puedes pensar que esa línea va a funcionar.”

“Terminamos nosotros el plato de pastel el Sábado a la noche?”

“Ese es mi recuerdo.”

“Entonces mis líneas funcionan.”

Hice un sonido sarcástico, pero el chico tenía un punto.

“Necesito irme. Tengo una reunión en poco tiempo,” él dijo, “el Maestro de por aquí es realmente un bastardo administrativo.”

“Mmm-hmm. Ya lo creo. Disfruta esa reunión.”

“Siempre lo hago. Y en nombre de la Casa Navarro y el Registro Vampírico Norteamericano, esperamos que tus días en la Casa Cadogan sean muchos y fructíferos. Que la paz esté contigo. Vive mucho tiempo y prospe-”

“Adiós, Morgan,” Dije riéndome, cerrando el teléfono y deslizándolo nuevamente en mi bolsillo.

Era bastante discutible si Morgan me había manipulado hacia nuestra primera cita, que fue el resultado de un compromiso político (en frente de otros cincuenta vampiros, no menos). Pero habíamos pasado esa oficial primera cita unas pocas semanas atrás, como él había señalado, habíamos compartido una pizza o dos desde entonces. Yo claramente no había hecho nada para aplastar su interés; en la otra mano, no había tratado realmente de animarlo. Me gustaba Morgan, seguro. Él era gracioso, encantador, inteligente, y ridículamente hermoso. Pero no me podía sacudir el sentimiento de que estaba saliendo con él desde detrás de una pared de distancia, y que no había dejado caer mi guardia completamente.

Quizás era la química. Quizás era un problema de seguridad, por el echo de que era de Navarro y que, se suponía que como Centinela, tenía que estar siempre en guardia, siempre disponible, para la Casa Cadogan. Quizás era el echo de que había obtenido la cita número uno porque había forzado mi mano enfrente de Ethan, Scott Grey, Noah Beck (el líder de los vampiros independientes de Chicago), y media Casa Cadogan.

Claro, podría ser eso.

O quizás era algo incluso más fundamental: Sin embargo, irónico, el pensamiento de salir con un vampiro-con todas las complicaciones políticas y emocionales que conllevaba-no me entusiasmaba.



Creo que cualquiera de esas, podría ser la razón de porque me sentía extraña, la razón por la que disfrutaba su compañía pero no podía asumir, no obstante, el entusiasmo de Morgan.

Ya que no iba a encontrar la solución hoy, quité el pensamiento de mi cabeza y me dirigí nuevamente hacia mis maletas, todavía cerradas en la pequeña cama. Las abrí y me puse a trabajar.

Comencé sacando libros, escribiendo suministros y chucherías, luego los organicé en el estante. Los artículos de tocador fueron al gabinete de medicina del baño, y la ropa para doblar fue a la cómoda. Camisas y pantalones fueron colgados en las perchas de madera en el armario, donde eché debajo mis zapatos informalmente.

Cuando hube vaciado las maletas, comencé a cerrarlas otra vez, pero me detuve cuando sentí algo en el bolsillo lateral interior. Lo alcancé y encontré un pequeño paquete envuelto en papel marrón. Curiosa, saqué la tapa y comencé a desenvolverlo. Dentro había un pedazo de cuadro con una cruz de lino bordada en él, que decía: LOS VAMPIROS SON PERSONAS, TAMBIÉN.

Aunque no estaba segura si creía en el mensaje, tan sorprendente como eran los regalos de bienvenida, no estaba nada mal. Ciertamente, aprecié el pensamiento, e hice una nota mental para agradecerle a Mal la próxima vez que la viera.

Apenas había doblado las bolsas vacías dentro del cajón superior de la cómoda cuando el beeper en mi cintura comenzó a vibrar. El beeper era un equipo necesario para los guardias Cadogan, pensados para asegurar que pudiéramos responder rápidamente a las emergencias colmilludas. Ahora que era un residente oficial de la Casa-en vez de estar a veinte minutos al norte-podría responder en un tiempo record.

Descolgué el beeper y miré la pantalla. Se leía: OPS RM. 911.

No era poesía, pero el mensaje era lo suficientemente claro. Había algún tipo de emergencia, así que nos teníamos que dirigir al Salón de Operaciones de la Casa, el HQ (cuartel general) en el sótano de la Casa Cadogan. Volví a colocarme el beeper, agarré enfundada katana, y me dirigí hacia abajo.

“No me importa si les están tomando fotos, pidiéndoles sus autógrafos, o comprando sus bebidas! Esto. Es. Completamente. Inaceptable.”

Luc, la cabeza del cuerpo de seguridad de la Casa Cadogan, nos estaba gruñendo. Resultó ser, que la emergencia, aunque discutiblemente era nuestra culpa, había ocurrido durante la luz del día y esta reunión era el desafortunado resultado.

Aquí estábamos, sentados alrededor de una mesa de conferencia de alta tecnología, en el Salón de Operaciones de igualmente alta tecnología-Peter, Juliet, Lindsey, Kelley y yo, los guardias (y Centinela) responsables de asegurar la salud y bienestar de los vampiros Iniciados de Cadogan.

Todos nosotros estábamos siendo medio-reprendidos por un rubio, vaquero-convertido-vampiro pelilargo quien nos estaba regañando a gritos por la “actitud indiferente” que teníamos hacia nuestra nueva encontrada popularidad que habíamos engendrado.

Así que, sí. No estábamos sintiendo exactamente el amor.

“Lo estamos haciendo lo mejor que podemos,” Señaló Juliet, una pelirroja quien tenía más años como vampiro debajo de su cinturón que yo de vida. “Los reporteros siguieron a Lindsey a todos lados la semana pasada,” ella dijo, señalado a otra guardia. Lindsey era rubia, desfachatada, y, agradecidamente, en mi esquina.

“Sí,” Luc dijo, levantando una copia del Semanario Mundo de Chicago de la mesa de conferencia, “tenemos evidencia de eso.” Él la volteó para que todos pudiéramos tener un vistazo de Lindsey, quién había sido honrada con una fotografía de página entera como portada. Ella estaba engalanada con su tradicional rubia cola de caballo, tanto como su par de jeans de diseñador, zapatos de tacones, y grandes lentes de sol, su cuerpo en movimiento mientras (cortado)

“Este no es exactamente el uniforme Cadogan aprobado,” Luc señaló.

“Pero esos jeans son geniales,” Susurré.

“Lo sé, cierto?” Ella me sonrió en respuesta. “Seriamente en oferta.”

“Ver tu diminuto trasero en la portada del Seminario no es el camino para llegar a mi corazón, Rubiecita,” Luc dijo.

“Entonces mi plan funcionó.”

Luc gruñó, su paciencia obviamente escaseando. “Es eso realmente lo mejor que podes hacer por tu Casa?”

La irritación crónica de Lindsey con Luc sólo fue igualada por lo que imaginé que era su profundamente-escondida pasión por él, aunque no lo podrías saber por la amenaza en su mirada. Levantó su dedo índice y comenzó a contar.

“Primero que todo, no pedí ser fotografiada. Segundo de todo, no pedí ser fotografiada. Tercero, no pedí ser fotografiada.” Levantó sus cejas hacia Luc. “Estamos entendiendo el punto aquí? Quiero decir, realmente. Ese tema no-exhibición-en-fotografías es un mito total.”

Luc murmuró algo sobre la insubordinación y pasó una mano a través de su cabello. “Gente, estamos ante una encrucijada. Hemos sido apuntados, hemos sido investigados por el Congreso, y ahora tenemos a la prensa respirándonos sobre nuestros cuellos. Hemos sabido también que en el tiempo de unas pocas semanas, la cabeza de Norteamérica Central, Gabriel Keene, vendrá él mismo a nuestra ciudad de lujo.”

“Keene vendrá aquí?” Peter preguntó. “A Chicago?” Peter se inclinó hacia delante, con los codos en la tabla de conferencia. Peter era alto, de cabello marrón, y delgado, y parecía tener treinta. También tenía (cortado)

“A Chicago,” Luc confirmó. “Los humanos no podrían saber de la existencia de los cambiaformas, pero nosotros sí, desafortunadamente para todo el mundo.”

Habían un par de husmeadores entre los guardias. Vampiros y cambiaformas no eran exactamente amigos, y esas tensiones estaban incrementándose-había oído que Gabriel venía a la ciudad para hacerla un sitio para una futura conferencia con sus cambiaformas. Las noticias relacionadas a esa visita, y la posibilidad de que los cambiadores se congregarían en masa en Chicago, habían hecho que los diarios-noticias diarias sobre los guardias de Cadogan-actualizaran más de una vez.

“Miren, no sean ingenuos y pretendan que esta cosa de celebridad vaya a durar para siempre, de acuerdo? Los humanos, y no te ofendas, Centinela, ya que eres la reciente colmilluda, son un manojo de volubles. Hemos visto que eso pasa cuando se molestan sobre nosotros.”

Luc estaba haciendo referencia a los Limpiamientos, la versión vampírica de las cazas de brujas. Habían habido dos en Europa, la Primera en Alemania en 1611, y la Segunda en Francia en 1789. Cientos de vampiros, un gran trozo de nuestra población Europea, se perdieron entre las dos-estacados, quemados, descuartizados y abandonados a morir. Los cambiaformas habían sabido sobre el Segundo Limpiamiento pero no se entrometieron; así era la animosidad entre las tribus.

“Y aquí está la línea del golpe,” Luc dijo. “Hemos aprendido que el Semanario está planeando una profunda exposición en las actividades subterráneas de los vampiros.”

“Subterráneas?” Kelley preguntó. “Qué es lo que hacemos que es tan subterráneo?”

“Eso es exactamente lo que estoy apunto de descubrir,” Luc dijo, apuntando hacia el techo. “Me estoy reuniendo con su y mi Maestro en cuestión de minutos. Pero hasta que haya tenido la oportunidad de trabajar en conjunto con el gran hombre del campus, déjenme recordarles algunas cosas que aparentemente necesitan recordar.”

“Estamos aquí,” Luc continuó, “para hacer feliz a nuestro Maestro, (cortado)

Ella le dio una mirada entre malvada y como si fuera un mohín, pero se contuvo de no hacer comentarios.

Aparentemente creyendo de que le había ganado, él retornó su mirada al resto de nosotros. “Cualquier acción que hagan allá afuera, fuera de la Casa, nos refleja a todos nosotros, especialmente ahora que sus traseros son, aparentemente, noticia. Eso significa que serán llamados para discutir sobre los problemas de la Casa o de los vampiros.”

Abrió un archivo frente a él, deslizó un manojo de papeles, luego se los pasó a Lindsey, quién estaba sentada más cerca de él. Tomó uno y pasó los sobrantes al resto.

“ ‘Puntos de Charla’?” Kelley preguntó, repitiendo el título que se extendía en la parte superior del documento. Kelley tenía un tipo de belleza exótica- piel pálida, cabello negro carbón, ojos ligeramente ladeados hacia arriba. Ojos que lucían decididamente no impresionados con el papel que sostenía delicadamente entre la punta de sus dedos.

“Puntos de Charla,” Luc dijo con un asentimiento. “Esas son respuestas que están autorizados-y cuando digo ‘autorizados’, quiero decir ‘requeridos’-para dar a los reporteros si los tratan de comprometer en un diálogo significativo sobre política. Lean esto, memorícenlo, y exprésenlo con sus palabras apropiadamente. Está entendido?”

“Si, señor,” contestamos, en un coro de obediencia.

Luc no se molestó con una respuesta, pero se puso de pie y comenzó a ordenar el resto de materiales que estaba dispersos en la mesa frente a él. Tomando eso como una indirecta-reunión terminada-apartamos nuestras sillas. Me levanté, doblé la hoja de los puntos de charla, y estaba preparada para salir cuando Luc me llamó.

Se movió hacia la puerta, y me llamó para que lo siguiera, con dos dedos doblados.

Demonios. Sabía lo que me esperaba, y dos veces en un día, también.

“Centinela, tu vienes conmigo,” él dijo, y dejé salir un lento suspiro, el comienzo de mi preparación mental para la interacción con el vampiro más testarudo del mundo.
“Señor,” dije, guardando los puntos de charla dentro del bolsillo de mi traje y apretando el cinturón de mi katana en mi cintura. Lindsey me dedicó una sonrisa de simpatía, la cual acepté con un asentimiento, luego lo seguí. Tomamos las escaleras para regresar al primer piso, nos dirigimos por el vestíbulo hacia la oficina de Ethan, y encontramos la puerta cerrada. Luc, sin preeliminares, la abrió. Tironeé la parte superior de la chaqueta del traje y lo seguí dentro.

Ethan estaba al teléfono. Asintió hacia Luc, luego hacia mí, y levantó su dedo índice como señal de que su llamada no tomaría mucho tiempo.

“Por supuesto,” él dijo “Entiendo completamente.” Apuntó hacia las dos sillas frente a su escritorio. Obedientemente, Luc tomó la que estaba a la derecha y yo tomé la de la izquierda.

“Sí, señor,” él dijo. “La información está frente a mí mientras hablamos.” Como Maestro de la Casa Cadogan, Ethan obtenía el honorable “liege” pero “señor” era un misterio. Miré a Luc.

Él se inclinó hacia mí. “Darius,” susurró, y yo asentí en entendimiento. Ese sería Darius West, el líder del Presidio de Greenwich.

“Hemos considerado eso,” Ethan dijo, asintiendo con su cabeza mientras garabateaba algo en un bloc en su escritorio, “pero tu sabes los riesgos. Personalmente, te aconsejo en contra de eso.” Hubieron más asentimientos, luego los hombros de Ethan se pusieron rígidos y levantó su mirada.

Y me miró directamente a mí.

“Sí,” Ethan dijo, con sus salvajes ojos verdes sobre los míos, “podemos ciertamente explorar ese camino.”

Tragué reflexivamente, no cómoda con la posibilidad de que yo fuera ese “camino” o “explorar.”

“Sea lo que sea,” Luc dijo, inclinándose nuevamente, “no creo que te vaya a gustar.”

“Realmente no me va a gustar,” Estuve de acuerdo silenciosamente. Hubieron unos pocos minutos más de asentimientos, y afirmaciones antes de que Ethan se despidiera.
Volvió a colocar el tubo en su base, y luego nos miró, una diminuta línea entre sus ojos. Había visto esa línea antes. Generalmente no era una buena señal.

“El Semanario del Mundo de Chicago,” él comenzó, “con su aparente interés en las actividades vampíricas, estará investigando las Fiestas. Publicarán una serie de tres partes, una historia por semana, empezando el próximo Viernes.”

“Demonios,” Luc dijo, antes de compartir una pesada mirada con Ethan que sugería que sabía porque eso era un problema.

Supuse que esos eran los “subterráneos” detalles que Luc había estado esperando. Desafortunadamente, no significaban mucho para mí. Había oído alunas cosas sobre las fiestas vampíricas antes; Catcher las había mencionado una vez, luego se rehusó a darme cualquier detalle. Mi posterior búsqueda en el Canon fue igualmente de improductiva. Lo que sea que fueran, los vampiros no eran muy charlatanes sobre ellas.

Levanté la mano. “Fiestas? Ellos están investigando fiestas?”

“No fiestas,” Luc dijo. “Los humanos actualmente tomaron prestado nuestro término. Las Fiestas en el mundo sobrenatural son definitivamente reuniones, pero son mucho...” Se detuvo, cambiando incómodamente en su asiento, y miró a Ethan, quién me miró a mí.

“Sangrientas,” Ethan cuestión-de-hechos dijo. “Son sangrientas.”

Fiestas, Ethan explicó, eran la versión vampírica de las congregaciones de multitudes. Ellas eran, esencialmente, alimentaciones masivas. Los vampiros eran informados (electrónicamente, por supuesto) donde y cuando reunirse, y esperándolos a ellos habría un grupo de humanos. Humanos quienes creían en nosotros, incluso antes de que anunciáramos nuestra existencia al mundo. Humanos quienes querían estar cerca de nosotros, del sabor del elemento prohibido de la oscuridad.

Por supuesto, dadas las calcomanías y los banderines y el nuevo reinado de Lindsey como la Cover Girl Vampira, no estaba segura cuan “oscuramente prohibidos” éramos.

“Ellos quieren ser parte de nuestro mundo, para ver y ser vistos,” Ethan dijo, “pero ellos no necesariamente quieren nuestros colmillos cerca de sus carótidas. Pero eso es lo que pasa. Beben.”

“Alimentan,” Luc agregó.

“Seguramente algunos humanos si consienten que beban,” Sugerí, mirando de Luc a Ethan. “Quiero decir, ellos caminan por voluntad propia dentro de algún tipo de alimentación vampírica. No es como que están saliendo a una fiesta de jardín. Y todos hemos visto el mundo subterráneo. Estoy segura que hay humanos quienes encuentran eso un tipo de cosa... atractiva.”

Ethan asintió. “Algunos humanos lo consienten debido a que quieren integrarse a los vampiros, porque creen que están posisionando para servir como Vampiros Mortales-sirvientes- o porque encuentran una atracción erótica.”

“Ellos piensan que es caliente,” Luc simplificó.

“Ellos piensan que ser aficionados en nuestro mundo es caliente,” Ethan sardónicamente corrigió. “Pero las Fiestas se hacen en lugares apartados de la vista de esos vampiros Maestros. Acordando gastar tiempo en compañía de vampiros que darían el consentimiento de un sorbo o dos. Pero si un vampiro está deseoso de participar en actividades de esta naturaleza-actividades prohibidas por las Casas-él o ella probablemente no se atenga al pedido del humano de que deje de beber.” Su mirada trabada en la mía. “Y nosotros sabemos cuan crucial es el consentimiento cuando la sangre humana esta en juego.”

Yo sabía sobre consentimiento, en gran parte debido a que no había sido capaz de darlo. Porque, Ethan me había dado la inmortalidad para salvarme de los lacayos de Celina, y esa decisión que hubo que tomar en una fracción de segundo no le dio tiempo a deliberarlo. Entendía el sentimiento de violación que venía con el no-pedido mordisco... especialmente cuando el vampiro no estaba interesado solamente en un sorbo o dos.

“Después de que ellos son mitigados con unas pocas pintas de sangre,” Luc dijo, “para (cortado)

La habilidad glamour a un humano-la habilidad de traer a un humano bajo el control del vampiro-era un indicador del poder psíquico de un vampiro, el cual era una de las tres medidas de la fuerza de un vampiro, Strat (alianzas) y Fís (fuerza física) siendo las otras dos. No podía utilizar el glamour, al menos no el par de veces que había intentado que pasara. Pero parecía tener algún tipo de resistencia a ser hechizada por el glamour, lo cual era una de las muchas razones por la cual Celina Desaulniers no me tenía mucho cariño. Ella era la reina del glamour, y debía llevar bajo su piel el saber que yo no era susceptible a su control.

Así que, para repasar, no solo eran humanos convertidos en involuntarios bocados de vampiros, los autores no eran incluso muy buenos vampiros. Nada de eso sumado a un escenario donde tantos humanos se sentirían cómodos. No lo encontraba cómodo, y no había sido humana en casi dos meses. Los humanos habían acordado vivir con nosotros bajo el entendimiento de que la mayoría de los vampiros no bebían más de las personas, pero utilizaban sangre que era donada, vendida, o entregada en bolsas esterilizadas de plástico por negocios como “Blood4you” (Sangre para ti). Solo cuatro de las doce Casas Americanas, incluida la Cadogan, todavía participaba del ritual de beber directo del recipiente. Pero aquellos que bebían lo hacían en un modo oficialmente sancionado-dentro de la Casa, después de una cuidadosa selección y después de que los formularios de consentimiento hayan sido firmados y hayan sido legalizados. Por triplicado. (Personalmente, estaba lejos de estar mentalmente o emocionalmente preparada para beber de algo más que no fuera plástico.)

Desafortunadamente, los vampiros que bebían de los humanos eran considerados fuera de sincronización, o al menos esa era la imagen perpetuada por Celina cuando había organizado la presentación de los vampiros a la sociedad. Vampiros (cortado)

Desde que los vampiros quienes eligieron beber de los humanos debían seguir aquella protección cubre-tu-trasero, este florecimiento de pesadilla de RP (relaciones públicas) imploraba una pregunta: “Qué Casas participan en las fiestas?” Pregunté.

“Ninguna de ellas, teóricamente,” Luc murmuró, incitando un compresivo asentimiento de parte de Ethan.

“Como tu sabes, un par de Casa son pro-beber,” Ethan respondió. “Pero ninguna de las Casas perdonan las Fiestas.”

“Pueden ser vampiros furtivos de las Casas o Rogues,” Luc agregó, refiriéndose a los pocos vampiros que vivían fuera del sistema de las Casas. “Quizá vampiros errantes de otras ciudades, u otros países. Suma esos grupos juntos y tendrás un nido de vampiros sedientos y humanos aspirantes, manejables. Una mala combinación.”

Crucé mis brazos y miré a Ethan. “Entiendo tus preocupaciones, pero hay alguna razón por la que la Centinela de la Casa esté escuchando sobre estas Fiestas ahora?”

“Nosotros no lo anunciamos exactamente,” Ethan contestó ligeramente. “Sin embargo, ahora que estás enterada, creemos que hay servicios que nos puedes proveer.” Sacó un archivo gris de la cima de su montaña de papeles en su escritorio, luego lo abrió, revelando documentos enganchados, en el superior había una pequeña fotografía a color.

“Entendemos que el reportero está actualmente haciendo su investigación a fondo.” Ethan levantó la fotografía y la volteó para enseñármela.

“Y creo que ustedes dos son conocidos.”

Extendí la mano, cautelosamente tomé la foto de Ethan, y miré fijamente a la familiar imagen. “Hola, Jamie.”

Traducido por Mí ♥

Anónimo –   – (10 de octubre de 2009, 15:23)  

Hola!soi agos, gracias por tomarte el trabajo de traducir los capitulos de friday night bites, lei el primer libro desde este blog asiqe apreciaria qe sigas subiendo los demas capitulos :)
sabes cuando vas a subir los demas?
y una pregunta porqe hay partes cortadas?
y la ultima: sabes por casualidad donde puedo descargarlo en ingles?
GRACIAS y SALUDOS!

Lucía –   – (11 de octubre de 2009, 10:49)  

Muchas gracias! por supuesto vamos a seguir subiendolos, y las partes cortadas se deben a que el libro q conseguimos y que circula por la red esta asi, son partes cortas las q faltan pero igual es molesto, pero por ahora no podemos hacer nada, este es el link de descarga http://www.4shared.com/file/138643761/6b809671/Chloe_Neill_-_Chicagoland_Vamps_2_-_Friday_Night_Bites.html?s=1 ese es uno, despues hay otros.. Beeesos

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