Friday Night Bites / Capítulo 20

CAPÍTULO VEINTE

EL RENACUAJO DE LA CAMADA

Aunque el resto de los vampiros estaban sentados alrededor de la mesa de conferencias, Luc se había acercado a la puerta y estaba apoyado contra el respaldo de un sillón de cuero cuando entramos. Aprecié el movimiento. De este modo, ambos podríamos escoltar a Jeff hasta la mesa, dándole protección desde los dos lados. Mientras Catcher me había asegurado una vez que Jeff podía cuidar de sí mismo, y habiendo visto la profundidad de la furia de Nick, no dudaba que lo podría hacer. Pero con veintiuno, él era más joven, por lejos, que todos en este salón, y el miembro de un grupo que no estaba alto en la lista de los favoritos de los vampiros en este momento. Incluso si no había mucho riesgo de que tuviéramos que usar nuestro armamento, esto aseguraba que los Maestros mantuvieran sus modales.

“Gracias por acceder a hablar con nosotros,” dijo Ethan, de pie y extendiendo una mano a medida que se trasladaba a la mesa. “Especialmente en tan poco tiempo.”

“No hay problema,” Jeff dijo ligeramente, tomando su mano. “Encantado de poder ayudar, supongo.” Se sentó en una silla vacía; y tomé asiento a su lado.

Ethan sonrió y se volteó al resto de la mesa. “Yo (cortado)

Presentaciones completas, Jeff miró a Ethan, luego a mí. “Entonces, qué quieren saber?”

“Como sabes,” comencé, “estamos investigando una amenaza contra Jamie Breckenridge que fue hecha supuestamente por los vampiros Cadogan. Pero no hemos sido capaces de encontrar a nadie-ningún vampiro-que le guarde rencor a Jamie.” Me detuve. “Creemos que los Breckenridges son cambiaformas.”

“Oh,” Jeff dijo, sorpresa en su expresión. “Bien.”

“Estamos tratando de descubrir,” continué, “si cualquier otro cambiaformas podría tener algor contra la familia.”

Jeff frunció el ceño. “No lo estoy siguiendo.”

“Jamie siempre ha sido un poco sin sentido, no lo dirías, Merit?” Ethan preguntó.

Asentí. “Creo que eso es justo.”

“Sin embargo, parece ser que la familia Breckenridge lo está rodeando. Nadie más, tan lejos como estoy enterado, sabe que los Breckenridges son cambiaformas. La teoría que estamos manejando es que quizá ellos lo están rodeando por una razón. Quizá Jamie es débil, tiene algún tipo de problema mágico. Y quizá algunos miembros de la Manada querrían hacer algo sobre eso.”

Jeff sacudió la cabeza. “Todavía no lo-” Luego se detuvo, boca cayendo abierta, shock y consternación, y peor de todo, dolor, en su expresión. Se recostó en su silla, como si la cuestión lo hubiera debilitado. “Wow.”

La habitación se quedó en silencio, miradas culpables cayendo sobre la mesa, vampiros incapaces de hacer contacto visual.

Un minuto o dos pasaron en silencio. Quise extender una mano, tocarlo, para confortarlo y para asegurarme, (cortado)
“Sin ofender, pero es por esto que a los cambiaformas no le gustan los vampiros,” Jeff dijo tranquilamente, llevando nuestros ojos hacia él. “El rumor, la especulación. Preguntarme en la cara-matan a los miembros de su Manada? Eso es insultante.”

Él me miró. “Sé que eres nueva y quizá no lo sabías,” dijo, luego miró a Ethan y al resto de los vampiros, “pero el resto de ustedes han estado por aquí. Seguramente lo saben.”

Ninguno de ellos, para su crédito, ofreció su ignorancia como una excusa.

“Ahora,” Jeff prosiguió, inclinándose hacia delante en su silla y poniendo sus codos en la mesa, “el hecho de que no exterminamos a los miembros-” nos dio a todos una mirada acusadora, sugiriendo que sabía exactamente cuales especies supernaturales lo hacía, y dada la espada a mi lado, pensé que tenía bastante razón-“no significa que no tenemos luchas internas en la Manda. Que Jamie no sea sacado a la luz no significa que es intimidado por miembros más fuertes de la Manada, esos supernaturales no utilizarían su debilidad, cualquiera que sea, en contra de él o de su familia.”

“Chantaje?” Pregunté.

“O extorsión. Ha pasado antes. ‘Dame lo que quiero, y me aseguraré que tu hijo esté protegido,’ ese tipo de cosas. Los miembros de las Manadas quienes están bastante abajo en los estándares tratan de sentirse mejor. Parte de donde están parados es, bueno, ustedes saben, inmutable. Cada cambiaformas tiene una forma primaria. Al animal al que ellos cambian. Los cambiaformas nacen de ese modo. La forma que un cambiaformas toma, no cambia. Nacen así, y eso afecta tu rango en la manada. Pero parte de eso es músculo, fuerza. Y esa fuerza determina que hacer con tu rango-te sientas, dejas que la Manada tome decisiones? O tratas de tener un rol, tratas de influenciar a Gabriel? Lo que pasa con el chantaje, (cortado)

“Porque ese es el tipo de acto que les hace parecer mucho más débiles-no ser capaces de manejar sus propios problemas?”

Jeff asintió hacia Scott. “Exactamente. Gabriel es el soberano de la N. A. Central, la Manada en como un todo, como una unidad. Él no está aquí para arbitrar las disputas familiares o lo que sea. Ese no es su papel.”

Ethan levantó un dedo. “A menos que se conviertan en conflictos de la Manada.” Jeff asintió. “Claro. Si se convierten en disputas de la Manada. Pero eso no pasa muy a menudo. Esa es la naturaleza de la manada. Nosotros nos ocupamos. Si provocas miembros desquiciados, tu te encargas por cuenta propia.”

Esas palabras, pronunciadas por un delgado programador de computadoras de veintiún años, se cernieron incómodamente en el aire.

“Jeff,” pregunté, “sabes algún plan específico para herir a Jamie, o alguna animosidad hacia los Brecks?”

“Ni siquiera sabía que eran cambiaformas hasta que me dijiste. No es que haya una lista o un radar o algo. Recuerda, nosotros todavía estamos en el. . . closet, supongo. Y mientras estamos agrupados en manadas, hay tan solo cuatro en EE.UU. , y eso es solamente geografía. Nosotros nacemos, no somos hechos como ustedes, por lo que operamos mas en un, supongo que ustedes dirían, nivel familiar.”

“Como la Mafia,” Scott sugirió.

“No somos así de malos,” Jeff dijo.

Ethan miró a su alrededor. “Si Jamie, de hecho, tiene algún tipo de daño mágico, esa información podría ser usada en su perjuicio por otras personas dentro de la Manada. Qué se puede extrapolar a partir de eso?”

“Si eso es verdad,” Jeff dijo, aunque creo que la pregunta había estado dirigida a los vampiros, “y alguien lo descubre, ellos habrán encontrando un disparador para los Breckenridges. Algo que podría completamente hacerlos explotar.”

“Algo que los hizo explotar,” Ethan corrigió oscuramente.

“Y si el dueño de esa información era un vampiro,” Luc dijo, miedo en su expresión, “ese disparador podría provocar una guerra entre nosotros.”

La habitación quedó en silencio.

Ethan suspiró profundamente, y luego miró alrededor a los supernaturales en la mesa. “Como tenemos apenas media hora antes del amanecer, si no tenemos nada más productivo para contribuir en el día de hoy, me pondré en contacto con la RDI y les pediré que suplanten nuestra investigación durante el día. Mientras tanto, por favor, sondeen lo mejor que puedan para determinar si alguien más tiene información pertinente que agregar. Sugiero que nos encontremos aquí, una hora después del atardecer, para compartir lo que hemos aprendido. Alguna objeción?”

“Es lo mejor que podemos hacer en un corto período de tiempo,” Dijo Scott, empujando su silla. Noah hizo lo mismo. Ellos asintieron con la cabeza hacia Ethan, y luego se dirigieron a la puerta. La salida de Morgan fue más lenta. Apartó su silla, se levantó y esperó que Noah y Scott salieran por la puerta, probablemente apurados por cubrir al sol que estaba amenazando con mirar por encima del horizonte. Morgan me miró, furia en sus ojos, a continuación, dirigió su mirada a Ethan. Caminó hacia él, se detuvo a pulgadas de su cuerpo, y susurró algo que allanó completamente la expresión de Ethan.

Sin mirarme otra vez, Morgan se alejó y salió por la puerta de la oficina, golpeándola detrás de él.

Ethan, todavía de pie en la cabeza de la mesa, cerró sus ojos. “Algún día, si se prepara para ello, él podría ser un líder de los vampiros. Dios prohíba que ese día llegue antes de que esté preparado.”

“Creo que ese día está aquí,” Malik murmuró para mí. Asentí de acuerdo, pero lamenté mi impacto en la interacción de Morgan con el resto de los Maestros. Había estado desconcertado por mí, y sin embargo había tratado de ser protector cuando saqué el tema de la rave. Realmente no sabía que pensar sobre eso.

“Jeff,” Ethan dijo, “gracias nuevamente por aventurarte dentro de la Casa Cadogan. Apreciamos la información más de lo que podemos decir.”

Jeff se encogió de hombros. “No hay problema. Estoy feliz de poder ayudar a corregir los echos.” Pero luego bajó la cabeza, la inclinó hacia mí, y susurró, “Sobre la otra cosa.”

Lo miré. “No aquí?”

Sacudió su cabeza, y asintió.

“Lo acompañaré fuera,” dije en voz alta, luego aparté mi silla. Jeff hizo lo mismo.

“Puedes irte,” Ethan dijo, caminando hasta su escritorio y descolgando el aurícular de su teléfono. “Los veré a ambos mañana.”

No fue hasta que estuvimos fuera de la Casa, medio camino entre la puerta frontal y la verja de hierro, que Jeff me detuvo con una mano en mi brazo. Miró a su alrededor, escudriñando con la mirada de un lado a otro. Parecía como si estuviera cubriendo la Casa.

“Evitando a los reporteros,” explicó, “y, sin ofender, pero los guardias-no me agradan.”

Ambos miramos a donde ellos estaba de pie, oscuros y severos, en la verja de Cadogan. Y en el momento justo, ellos simultáneamente miraron por encima de sus hombros hacia nosotros.

“Son un poco espeluznantes,” estuve de acuerdo, y luego volví la vista a Jeff. “Qué descubriste?”

“Bien,” dijo, ambas manos moviéndose mientras comenzaba a explicar, “tomó unos pocos intentos, pero me arreglé para rastrear la dirección de correo. La dirección IP te llevaba a un callejón sin salida, desafortunadamente. Demasiadas vueltas, e incluso si encontraba la dirección de origen, eso solamente me daría un lugar, verdad? No iba a decirme quien envió el e-mail.”

Pestañeé por un segundo. “Seriamente no tengo ni idea sobre lo que acabas de decir.”

Dejó de hablar y me miró, luego movió sus manos antes de empezar de nuevo. “No importa. La dirección de correo electrónico es la clave. El e-mail para Nick fue enviado desde una dirección genérica. El tipo que podes configurar de forma gratuita en la web. Me las arreglé para profundizar en ella, obtener los datos de la configuración original, pero la información era falsa. El nombre en la cuenta era Vlad.”

Rodé los ojos. “Eso nos apunta en la dirección correcta, supongo, pero no es muy creativo.”

“Exactamente lo que pensé, por lo que intenté algo más. Cada vez que creas una de esas cuentas genéricas, tenés que poner otra dirección de correo. Un lugar al que la empresa pueda enviarte la contraseña si se te olvida, o algo así.”

“Asumo que la otra dirección de correo era falsa, también?”

Jeff sonrió. “Ahora lo estás entendiendo. Penetré en seis cuentas diferentes.”

Lo interrumpí con una mano. “Espera. Cuando dices ‘penetré’, quieres decir, ‘hackeé,’ cierto?”

Jeff tuvo la gracia de ruborizarse. Era encantador, en su más alta forma ilegal. “Soy totalmente un sombrero blanco*” dijo, “no es que vayas a entender lo que eso significa, pero lo soy. Todo es por el servicio público, si lo piensas. Y yo soy un servidor público, de todos modos.”




*Hace referencia al héroe, al chico bueno que se especializa en computación.
Miré mientras racionalizaba, repentinamente dándome cuenta que el cielo comenzaba a ponerse rosa en los bordes. “Necesitamos apurarnos si es posible, J, antes de que me quede crocante. Qué es lo que descubriste?”

Su sonrisa desapareció. Jeff miró a su alrededor nuevamente, luego sacó un pedazo de papel doblado de su bolsillo. Su expresión hosca, pero me lo entregó.

“Esta es la cadena que descubrí,” dijo. “Todos los e-mails que pude encontrar, llevándome al correo original que es el último.”

Desdoblé el papel. No reconocí nada hasta que llegué al último nombre en la lista. Una dirección de correo que había visto antes, el nombre llevándose todo con él. Murmuré una maldición. “Esto no es lo que quería ver.”

“Sí,” dijo. “Supuse que estamos incluso en esos favores ahora.”

Me quedé de pie en el pórtico por un momento después de que Jeff se fuera, mirando fijamente a la puerta principal cerrada. Los símbolos estaban colocados por encima del umbral, la indicación de las alianzas de la Casa. Desafortunadamente, dada (cortado)

Incluso con sólo unos minutos hasta el amanecer, decidí que no era algo que pudiera postergarse. Me dirigí hacia las escaleras del sótano y a la Sala de Operaciones. Me equivocaba al suponer que Kelley podría ser la perpetuadora, según la investigación de Jeff, Kelley estaba limpia. No podía decir lo mismo del guardia que actualmente lo envió. De todos modos, este guardia estaba bajo la supervisión de Luc, por lo que opté por empezar con él. Además, no le iba a llevar de ningún modo esto a Ethan sin tener refuerzos.

Abrí la puerta y busqué en la habitación, mi corazón latía con fuerza en mi pecho mientras me preparaba a entregar las pruebas de la traición de un colega. Incluso tan cerca del amanecer, la sala rebosaba de actividad mientras los vampiros se preparaban para ceder el control de seguridad de la Casa completamente a la RDI.

Lindsey y Kelley estaban sentadas en sus estaciones con las computadoras. Luc estaba detrás de la silla de Lindsey, su mirada en el monitor mientras trabajaba, pero miró hacia atrás mientras yo cerraba la puerta.

“Centinela,” dijo, enderezándose. “No esperaba verte de nuevo. Qué pasa?”

“Dónde está Peter?”

Luc levantó sus cejas. “Probablemente de nuevo en su habitación. Él tuvo el turno temprano. Por qué?”

Saqué el e-mail. “Por qué él envió la amenaza.”

El salón se quedó en silencio, Lindsey y Kelley volteándose, ojos anchos, para enfrentarme.

“Esa es toda una acusación, Centinela.”

Miré a Lindsey. “Tienes una copia del correo electrónico de Peter que tenía la información de los reporteros?”

“Um, seguro,” ella dijo. Lucía confundida, pero abrió el archivo detrás de su computadora, y sacó la impresión de él, luego giró en su silla y me la entregó. La agarré, luego coloqué ambos pedazos de papel en la mesa de conferencias. Luc caminó hasta allí, brazos cruzados desafiantes sobre su pecho.

Apunté al primer documento. “Este es el e-mail de Peter sobre los reporteros.”

Luc revisó el e-mail, el ceño fruncido tirando de sus rasgos. “Seguro,” dijo. “Me lo envió de su dirección de correo de Cadogan. Yo lo imprimí.”

“Lo sé. Le di el e-mail con la amenaza contra Jamie a Jeff Christopher. Él la rastreó a través de múltiples direcciones, todas falsas. Pero al final de la cadena estaba ésta.” Presioné mi dedo contra la lista que Jeff me había dado unos minutos atrás y apunté al final del e-mail en la lista hacia la dirección de correo de Cadogan de Peter.

Silencio por un momento, y luego maldiciones sin mitigar.

“Hijo de puta.” Luc levantó la vista, mandíbula apretada, las ventanas de su nariz abriéndose mientras se daba cuenta de la traición. “Ha estado jugando con nosotros. Durante todo el tiempo, jugando con nosotros.”

Luc puso sus manos sobre la mesa, con la cabeza inclinada. Entonces, sin previo aviso, se apartó y golpeó de un puñetazo la mesa, una grieta que dividió al aire como un trueno-dejando un agujero del tamaño de su puño en la madera.

“Luc,” dijo Lindsey. Saltó de su silla y pasó un brazo alrededor de su cintura, su otra mano en su hombro. “Luc,” ella repitió, su voz suave.

Contuve una sonrisa; comenzaba a pensar que Lindsey protestaba demasiado sobre nuestro intrépido capitán guardia.

“Lo sé,” dijo, luego levantó la vista hacia mí, sus ojos flameando. “Él no está en esto solo. No para ponerse en contra de la Casa después de todos estos años. Si él está en esto, es porque alguien más está tirando de las cuerdas.”

Pensé en el “ella” que le había dejado un mensaje a Nick. “Lo sé,” le dije. “Creo que probablemente tengas razón sobre eso.”

“Sería demasiado para mí pedir que además de tener esta evidencia, tengas un astuto plan para atrapar a este pequeño idiota?”

Sonreí tímidamente. “Por supuesto que tengo un astuto plan. Soy Merit, después de todo.”

Dos minutos más tarde estábamos en el primer piso. Luc le había dicho a Kelley que enviara una actualización sobre la amenaza de los Breckenridges a la habitación de Peter, confirmando que todavía estuviera en la Casa. También alertamos al RDI, que se les dijo que lo detuvieran en caso de que tratara de huir.

La puerta de Ethan estaba cerrada. Luc golpeó sus nudillos contra la puerta, pero no esperó por una respuesta antes de abrirla.

Ethan estaba detrás de su escritorio, cerrando una laptop para prepararse para el amanecer. “Lucas?” dijo, cejas surcadas por nuestra entrada.

Miré a Luc, quien asintió, luego hice mi pedido. “Necesito el permiso para matar dos pájaros de un tiro.”

Ethan arqueó una ceja. “Necesitas mi permiso para matar aves?”
“Ella está hablando en serio, Ethan.” La voz de Luc era tranquila, severa, y se llevó la atención de Ethan. Me sorprendió, no estaba segura de haber oído nunca a Luc referirse a Ethan por su nombre.

Ellos intercambiaron una mirada, luego Ethan asintió y me miró. “Centinela?”

“Es Peter,” dije. “Él envió la amenaza a los Breckenridges.”

Observé cruzar una ola de emociones por su rostro, de la conmoción a la negación, de la negación a la furia que llenó el aire con un cosquilleo eléctrico, y entrecerró los ojos en rendijas de verde cristal . . . y luego plateadas.

“Tienes evidencia de esto, supongo?”

“Él envió el e-mail,” Luc dijo. “El mensaje para Nick que amenazaba a Jamie. Fue rastreado a través de un montón de direcciones falsas, pero se originaba en la dirección Cadogan de Peter.”

Ethan ajustó la mandíbula, y luego finalmente habló, su voz era baja, gruesa y peligrosa. “Envió un e-mail amenazador a un cambiaformas desde esta Casa?”

Se puso de pie, y empujó hacia atrás su silla con la fuerza suficiente (cortado)

Ethan caminó hasta la barra contra la pared, con la fuerza escurridiza de una pantera, agarró un vaso de la barra, y con una vuelta y un giro de su torso, lo lanzó al otro lado de la habitación. El vaso voló, luego se estrelló contra la pared del otro lado de la mesa de conferencias. Vidrio fracturado, roto, astillado y en el suelo.

“Liege,” Luc dijo, tranquilo pero grave.

“En mi Casa,” Ethan dijo, luego se viró hacia nosotros, manos en sus caderas. “En mi maldita CASA.”

Luc asintió.

“Dos traidores en mi Casa, Lucas. En la casa de Peter. Cómo? Cómo es esto posible? Hay algo que no les haya dado? Algo que les haya faltado?” Su mirada cayó a la mía. “Centinela?”

Bajé mi mirada al suelo, incapaz de soportar el dolor y la furia y la traición en ella. “No, Liege.”

“Liege,” Ethan murmuró, la palabra pronunciada como un chiste.

“Merit tiene un plan,” Luc soltó.

Ethan me miró, cejas levantadas, un poco de sorpresa apreciativa en su expresión. “Centinela?”

“Matar dos pájaros,” Le recordé. “Es muy tarde ahora, el sol se aproxima, pero creo que sé como podemos confrontarlo sin arriesgar al resto de los vampiros en la Casa. Lo tentaremos a salir.”

“Y cómo lograremos eso?”

“Le ofreceremos a Celina como carnada.”

Su mirada se volvió un poco malvada, como si excusara completamente la manipulación. “Haz lo que tengas que hacer, Merit.”

“Eso es un permiso?” Confirmé.

Lentamente, levantó su mirada hasta la mía, luego miró a (cortado)

El plan establecido, y el sol brillando en el borde del horizonte, regresé a mi habitación, encontré mi teléfono celular enojado y parpadeando. Mallory había dejado cuatro mensajes de voz, cada uno más conciliador, un poco menos furioso, que el anterior. Parecía haber dejado salir su vapor, pero yo no podía decir que el mío hubiera disminuido. El drama vampírico se había llevado toda mi atención, ciertamente, pero no había eliminado la pesada rabia. Yo no estaba dispuesta a hablar con ella.


Y eso no fue lo único que me esperaba. Pensé que, en primer lugar, el papel rojo en el suelo de mi habitación había caído desde el paquete de correspondencia que había traído de casa de Mallory. Pero sabía que no había habido un sobre carmesí en el suelo de madera, cuando me cambié de ropa hacía unas horas.

Era el mismo sobre que la carta enviada a lo de Mallory, pero esta vez iba dirigida a mí pero en la Casa Cadogan. La recogí, luego levanté la solapa. No había carta dentro esta vez, pero había algo más. Volqué el contenido en mi mano. Salió un rectángulo de plástico azul transparente del tamaño de una tarjeta de negocios. Llevaba una sola línea blanca delgada, la inscripción RG, y una flor estilizada de lis.

La tarjeta en mi mano, fui a la cama y me senté, luego puse el sobre en el edredón a mi lado. Volteé la tarjeta de un lado a otro, lo acerqué a la luz, trató de leer el reverso. nada.

Ambos sobres habían sido dirigidos a mí-uno a mi antigua dirección, uno a mi nueva. Alguien sabía dónde había vivido y había descubierto que me había mudado. Alguien que quería darme pedazos sin sentido de papel y de plástico? Se suponía que éstos eran mensajes? Pistas?

El sol elevándose, y mi tolerancia para los misterios agotada por este día, puse la tarjeta en la mesita de noche al lado de la cama. Me había puesto el pijama, uno de manga larga, una gran remera de los Osos-me aseguré que los postigos de la ventana estaban puestos y salté dentro de la cama.

Traducido por mi♥

girlsrules  – (24 de noviembre de 2009, 14:08)  

wow... me dejastes reintrigadasima subii prontooooo XD te dejo bye girl xD

veroniica –   – (25 de diciembre de 2009, 13:04)  

olaaaaa chicas! =D cuando vais a poner para descargarlo? necesitais ayuda para recopilarlo o algo? buenoo besitos y nos vemos por PR!

Publicar un comentario

  © Diseño LuxLune by JenV 2010

Back to TOP