Especiales/ Capítulo 37

CAPITULO 37

Traducido por:Jhos


RUINAS

Antes de dejar la ciudad encendió su EARCAN, y encontró tres mensajes esperando por ella.

El primero era de Shay. Le decía que los Cortadores estaban quedándose en Diego. Luego de su ayuda en el ataque el Ayuntamiento, se habían convertido en la fuerza de defensa de la ciudad, sin mencionar sus trabajos de rescate como bomberos y héroes de último recurso. El Consejo de la Ciudad había cambiado las leyes para mantener, por el momento sus violaciones morfológicas.

Excepto las uñas y dientes. Esos tuvieron que irse.

Con el Ayuntamiento todavía vuelto escombros, Diego necesitaba toda la ayuda que pudiera obtener. Aunque la cura ya estaba invadiendo otras ciudades, cambiando lentamente todo el continente, nuevos fugitivos aún llegaban a Diego todos los días, listos para abrazar el Nuevo Sistema.

La vieja y estática cultura de cabezas burbujeantes había sido reemplazada por un mundo donde el cambio era supremo. Así que un día las otras ciudades los alcanzarían- de ahora en adelante la moda cambiaría- pero por el momento, Diego todavía era el lugar que evolucionaba más rápido que cualquier otro. Era el lugar para estar, y crecer todos los días.

Al mensaje original de Shay se le había anexado por hora, un diario de los desafíos que enfrentaron los Cortadores mientras ayudaban a reconstruir una ciudad aún cuando se transformaba ante sus ojos. Parecía que Shay quería que Tally supiera todo, así podría saltar dentro y ayudar cuando fuera liberada al fin.

Shay estaba preocupada sobre una cosa, sin embargo. Todos habían oído sobre la desespecialización. Eran de conocimiento público, un gesto de paz. Los Cortadores querían venir desesperadamente y rescatar a Tally, pero no podían apresurarse y atacar la ciudad ahora que se habían convertido en las fuerzas defensivas oficiales de Diego. No podían reiniciar esta guerra cuando estaba tan cerca de finalizar. Tally vería eso, cierto?

Pero Tally Youngblood siempre sería una Cortadora, así fuera especial o no…

El segundo mensaje era de la madre de David.

Ella decía que David había dejado Diego, había desaparecido en medio de la naturaleza. Los habitantes del Humo se estaban esparciendo a lo largo del continente, todavía trabajando para contrabandear la cura en esas ciudades que se aferraban a la operación de cabezas burbujeantes. Dentro de no mucho, enviarían una expedición al sur y otra a través de los mares a los continentes Orientales. En todos lados, parecía que los fugitivos ya fluían de sus ciudades, estableciendo sus propios Nuevos Humos, inspirados por rumores lejanos.

Había todo un mundo esperando a ser liberado, si Tally quería echar una mano.

Maddy terminó con las palabras, “Únetenos. Y si ves a mi hijo, dile que lo amo.”

El tercer mensaje era de Peris.

Él y otros Crims habían dejado Diego. Estaban trabajando en un proyecto especial para el gobierno de la ciudad, pero no les gustaba quedarse en la ciudad. Resultó que era muy corriente vivir en una ciudad donde todos eran Crims.

Así que viajaban a través de la naturaleza, recogiendo a los aldeanos que los del Humo habían liberado. Les enseñaban de la tecnología, como trabajaba el mundo fuera de su reserva, y a no empezar incendios forestales. Eventualmente, los aldeanos con los que trabajaban volverían con su gente y los ayudarían a ver el mundo.

A cambio, los Crims estaban aprendiendo todo sobre la naturaleza, como cazar y pescar y vivir en la tierra, reuniendo los conocimientos de los pre-Oxidados antes de que se perdiera de nuevo.

Tally sonrió mientras leía las líneas:

Este tipo, Andrew algo, dice que te conoce. Como sucedió eso? Quiere que te diga, “Continúa retando a los dioses.” Sea lo que sea.

De cualquier manera, te veo pronto Tally-wa. Mejores amigos por siempre, finalmente!

- Peris.

Tally no le respondió a ninguno, no todavía. Ella sobrevoló el río, dando un último paseo por los rápidos que nunca vería otra vez.

La luz de la luna iluminaba el agua, cada ráfaga de rocío brillaba a su alrededor como una explosión de diamantes. Los carámbanos se habían fundido en el aire caliente de principios de verano, liberando olor a pino del bosque para cubrir su lengua como jarabe. Tally no colocó su visión infrarroja, dejando que sus otros sentidos sondearan la oscuridad sin ayuda.

En medio de toda esta belleza, Tally sabía exactamente lo que tenía que hacer.

Sus aspas de elevación tomaban vida mientras ella se encaminaba hacia y el viejo y conocido sendero que conducía a la vena natural de hierro descubierta por algún feo truculento hace generaciones. Ella pasó rozando su magnetismo, hasta el cuenco oscuro de ruinas Oxidadas.

Los edificios abandonados se levantaban a su alrededor, enormes monumentos a la gente que alguna vez se había permitido a si misma crecer demasiado y demasiado ambiciosos, millones de ellos hambrientos propagándose alrededor del mundo.

Tally observó mientras pasaba los coches quemados y las ventanas abiertas, sus ojos especiales le regresaban la mirada de un cráneo en ruinas. Ella no quería olvidar este lugar.

No con todos estos cambios que se avecinan…

Su aerotabla subió la estructura metálica del edificio más alto, el lugar al que Shay la había traído esa primera noche que ella había estado Afuera, casi exactamente hace un año. En silencio magnético, Tally se deslizó a través de su caparazón vacío, la silenciosa ciudad se esparcía a su alrededor a través de los marcos vacíos de las ventanas.

Pero cuando alcanzó la cima, David se había ido.

Su saco de dormir y otros equipos habían desaparecido, solo vacíos de comida deshidratada permanecían esparcidas alrededor del piso medio derrumbado. Había muchas de ellas- él había esperado por ella mucho tiempo.

También se había llevado la antena improvisada con la que la había llamado.

Tally encendió su EARCAN y lo sintió llegar a lo largo de la vacía y abandonada ciudad, esperando con los ojos cerrados alguna clase de respuesta.

Pero ningún llamado llegó. Un kilómetro no era nada en la naturaleza.

Ella subió más, hasta la cima de la torre, deslizándose a través de uno de los agujeros del techo hacia el impetuoso viento. Su tabla siguió subiendo hasta que su magnetismo perdió su control sobre el marco de hierro del rascacielos. Luego sus aspas de elevación se activaron, volviéndose rojo caliente mientras luchaban para llevarla más alto.

“David?” dijo ella suavemente.

Ninguna respuesta.

Luego recordó el viejo truco de Shay de los días de fea.

Tally se arrodilló en la tabla vacilante por el viento y extendió una mano al compartimiento de almacenamiento. La Dra. Cable lo había cargado con medspray, plástico inteligente, encendedores, e incluso una comida de SpagBol, solo para recordar viejos tiempos.

Luego los dedos de Tally se cerraron alrededor una bengala.

La encendió, levantando una mano, la fuerza del viento dispersaba un montón de chispas detrás de ella como la cola de un cometa. “No estoy sola,” dijo ella.

La sostuvo allí hasta que la aerotabla se volvió incandescente bajo sus pies, la llamarada finalmente se había reducido solo a brasas brillantes en sus manos.

Luego Tally se dejó caer dentro del rascacielos de los Oxidados y se acurrucó en la planta alta de piso resquebrajado, de repente abrumada por su escape, casi demasiado exhausta para importarle si alguien había visto su señal.

David llegó al amanecer.

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