Twice Bitten- Capítulo 11



CAPÍTULO ONCE: TODOS EN FAMILIA

La finca Breckenridge-y era una finca-estaba ubicada en las afueras de Illinois en Chicago, así que tuvimos que conducir para llegar. Sabiendo que tendríamos tiempo de sobra para hablar, esperé hasta que estuvimos en el auto antes de soltar las noticias sobre Celina.

“Morgan vio a Celina antes de que viniera a Cadogan,” Le dije. “Le dio una nueva medalla Navarro. Ella la estaba usando cuando me atacó.”

“Triste de decir, eso no me sorprende enteramente. Alguna otra información?”

“Morgan no cree que esté todavía en la ciudad. Apuesta que partió hacia Europa. Pero que si está aquí, piensa que probablemente esté en un lugar elegante.”

“Eso encajaría con el modo de ser de Celina.”

“Por mucho que odie admitirlo, una vez que la conminada haya terminado, probablemente necesitemos empezar a tomar algunos pasos activos para, no lo sé, minimizar el daño que ella podría causar?”

“No hay mucho que podamos hacer en ese sentido, dada la inutilidad del PG. Escogieron liberarla, después de todo.”

“Lo sé. Pero si el PG no va a evitar que enloquezca a las Casas y a la Manada, eso es precisamente porque necesitamos tener alguna idea creativa.”

“Tal vez,” dijo, luego se detuvo. “Se me ocurre que fue un error animarte a que salieras con Morgan.”

Contuve una sonrisa. “Estás admitiendo que te equivocaste?”

“Sólo en una manera de hablar. Hay tensión entre ustedes dos que nos hubiéramos ahorrado si no hubieran salido. Apenas pueden soportar estar en la misma habitación juntos.”

Mi estómago se revolvió un poco por su conclusión, y me pregunté si la próxima oración que saliera de su boca sería algo parecido a, Y hablando de relaciones poco aconsejables. . . Pero si tenía alguna preocupación sobre nosotros, no dijo nada.

“Bueno, es agua debajo del puente ahora,” dijo.

“Sabes, una vez me dijiste que él era demasiado humano. No estuve de acuerdo en ese momento, siendo recientemente humana yo misma, pero ahora lo entiendo. Él es inteligente, capaz, divertido-“

“Quizás ustedes deberían estar saliendo.”

“Ha. Pero puede ser realmente infantil. Ha sido un vampiro por cuarenta años. Debería haber pasado la adolescencia y la crisis de la mediana edad.”

“Centinela, hay hombres que han sido humanos por cuarenta años, quienes no han pasado la adolescencia y la crisis de la mediana edad.”

Le dí un punto por eso. También se me ocurrió que en realidad no había oído el teléfono de Ethan sonar. “Fingiste una llamada telefónica para dejarnos a Morgan y a mí a solas?”

“No lo hice. Aunque pensé que les haría bien a los dos aclarar los aires.”

“Ya veo. Quién llamó?”

“Catcher, desafortunadamente. La unidad forense comprobó la moto de Tony. Encontraron pólvora en el tanque, y en el asiento.”

“Hmm. Eso no lo une al tiroteo totalmente; no luce bien dadas las circunstancias. Han Tony o su Manada tomado crédito por el ataque?”

“No que yo esté enterado,” Ethan dijo. “Planeo preguntarle a Gabriel esta noche.”

Ethan encendió la radio, y escuchamos una estación pública durante el recorrido. Los edificios y estacionamientos le cedieron paso eventualmente, a los árboles y terrenos, y el château francés ubicado en el medio de la estancia Breckenridge llena de acres. Ethan entró en el largo camino, flanqueado hoy, por docenas de motos dispuestas en dos filas. Éstas eran un interesante contraste con la mansión de lujo, con sus chimeneas, techo inclinado y pálida piedra.

Ethan aparcó el coche al final de una de las filas de motos. Dudé, preguntándome si llevar la katana conmigo. Sostuve la funda, la pregunta en mi expresión.

“Tráela,” Ethan dijo, anudándose su propia espada. “Si el ataque al bar estaba dirigido a Gabriel, no podemos estar seguros de que un miembro de la Manada no estuvo involucrado.”

“Suficientemente justo,” dije y anudé la mía, también.

Caminamos el resto del camino hasta la puerta principal. La última vez que habíamos estado aquí, un asistente de guantes blancos nos había ayudado a salir del auto, y la Sra. Breckenridge-la mamá de Nick-nos había esperado dentro.

Hoy, nuestra bienvenida fue un poco diferente.

Ella abrió la puerta con fuerza, luego apoyó una mano en su cadera. “Lo tengo, Sra. B,” gritó, nos miró expectante. Era alta y en forma, llevaba una remera ajustada. Botas negras hasta la rodilla, cubriendo sus apretados jeans, y sus cortas uñas estaban arregladas y pintadas en con un negro brillante. Una docena de aros penetraban cada oreja, y sus muñecas estaban tatuadas con tribales pareciendo brazaletes. Tenía delicados rasgos y los mismos ojos dorados de Gabriel, su cabello era una masa de rizos bañados por el sol, que caían hasta sus hombros.

Otro Keene, supuse.

Me dio una rápida mirada, luego cambió su mirada a Ethan. “Sullivan?”

Ethan inclinó su cabeza. “Y Merit.”

“Están en el lugar adecuado,” ella dijo.

“La Sra. B dijo que ya habían pasado la parte de la invitación vampírica, así que extendió la invitación por esta noche o lo que sea.”

Se adentró, sosteniendo la puerta abierta para permitirnos entrar. “Vamos, entren.”

Ethan entró; yo lo seguí, captando una nube de perfume de cítricos y especies mientras pasaba a la chica.

“No escuché tu nombre,” Ethan dijo.

Ella extendió una mano. “Fallon Keene.”

“Ethan Sullivan,” dijo él, sacudiendo su mano.

Se volteó hacia mí.

“Merit,” dije, haciendo lo mismo.

“Le diré a Gabe que están aquí,” dijo, luego nos miró torcido. “Vampiros en una fiesta de la Manada. Esta es definitivamente una nueva era.” Su tono fue lo suficientemente abierto, que no estaba segura si aprobaba o desaprobaba esta nueva era.

La respuesta de Ethan no fue tan equívoca. “Esperemos que sí. Esperemos que sí.”

La casa rebosaba de gente, felicidad y terrosa, magia picante. Hombres y mujeres, comían y bebían, hablaban mientras niños corrían de aquí para allá entre ellos, dicha en sus expresiones, juguetes en mano. Las puertas del elegante salón de baile estaban abiertas, y un largo buffet lleno de comida estaba alineado contra una pared. Parecía más una reunión navideña que una última (pre-convocación) cena.

“Merit!”
Antes de que pudiera reaccionar, Jeff estaba frente a mí, brazos a mi alrededor, sus labios presionados en mi mejilla. “Estamos tan contentos, de que estés aquí.”

Sonreí y lo abracé en respuesta. Asumí que su júbilo tenía que ver con su enamoramiento por mí, al menos hasta que llegó a Ethan y le dio el mismo aplastante abrazo. Ethan, impotencia en su rostro, me miró. Le guiñé en respuesta.

“Esto es enorme, ustedes estando aquí,” Jeff dijo, liberando a Ethan y retrocediendo un paso. “Enorme. Nunca hemos tenido vampiros en una cena antes.”

“Esto es absolutamente una cena,” Ethan dijo, su mirada escaneando la multitud.

“Esto es fabuloso. Ustedes dos deberían obtener algo para comer. Conocieron a Fallon?”

Asentí. “Nos encontró en la puerta. Es la hermana de Gabriel?”

“Su única hermana. La segunda en la línea de sucesión al trono, por así decirlo,” Jeff confirmó.

“La mayoría del resto de ellos están aquí esta noche.” Apuntó a través de la multitud a varios hombres con melena de león, todo de ellos compartiendo el cabello leonado de los Keene. Adam levantó la vista y saludó, hoyuelos animándose en las comisuras de su boca. Dos jóvenes niños, con autos de plástico en mano, corrieron repentinamente entre nosotros, dejando sonidos de vroom en su despertar.

“Es una ocasión de dicha,” Ethan observó.

“Estamos juntos,” Jeff dijo. “Una familia, reunida. Esa es una buena razón para celebrar, incluso si la ConManada significa que deberíamos dejarlos a ustedes.” Me miró con preocupación en sus ojos. “No me quisiera ir. No quisiera tener que abandonarte.”

“Lo sé,” lo conforté, luego apreté su mano. “No quisiera que te fueras.”

Sus ojos se agrandaron, un rubor carmesí subiendo repentinamente por sus mejillas.

“En un modo Platónico, Jeff. En un modo de querido amigo.”

“Menos mal,” dijo, sus hombros balanceándose de alivio. “En realidad quería hablarte sobre eso.”

Por el rubor en sus mejillas, hice una suposición. “Jeff, hay alguien más?”

Ofreció algunos inciertos ums y uhs, pero cuando su mirada retrocedió entre la multitud-y siguió al cabello rizado de Fallon Keene a través del salón-obtuve mi respuesta.

“Ella lo sabe?”

Volvió la mirada hacia mí, y el rubor juvenil se había convertido en algo mucho más maduro. “Por supuesto que sabe. Tengo un juego muy serio, Merit.”

Me incliné y presioné un beso en su mejilla. “Sé que lo haces, Jeff. Ahora, además de tu romance con Fallon Keene, que hay en la agenda esta noche?”

Jeff se encogió. “Esto es casi todo. Recordar. Disfrutar de la companía del tro. Gabe dirá algunas palabras después. Y comida, por supuesto.” Alzó sus cejas. “Has visto el buffet?”

“Sólo desde este lado del salón.”

Jeff chasqueó su lengua a Ethan. “Si vas a hacer lo correcto con ella, mejor consíguele un plato.”

Con eso, desapareció entre la multitud. Ethan y yo nos quedamos de pie allí en silencio por un momento. “Debería suponer que él es mi competencia?”

“Entonces estarías en lo cierto.” Le deslicé una mirada. “Tienes una estrategia para atraerme mejor?”

Sonrió lentamente, maliciosamente. “Creo que he demostrado mi valor atrayéndote, Centinela.”

Gruñí, pero por dentro sonreí, por la réplica inesperada, y mucho más divertida. Estábamos realmente juntos? Estaba esto realmente sucediendo?

“Bueno, adivino que podría seguir su consejo. Estás hambrienta?”

“Lo suficientemente sorprendente, no en este momento.”

“Los milagros nunca cesarán?”

“Ja,” dije, luego escaneé la masa de cambia formas. Padres cargando niños, platos eran pasados entre miembros de la familia, y enamorados abrazados. “Esta no es una típica fiesta Breckenridge.”

“Mis padres hacen todo tipo de fiestas,” dijo una voz detrás de mí.

Ambos miramos hacia atrás. Nick Breckenridge-alto, oscuro, y guapo-estaba de pie detrás nuestro, manos en sus bolsillos. Llevaba una oscura camisa abotonada, las mangas arrolladas, y jeans oscuros. Su cabello tenía un corte César, sus ojos eran azules. Tenía una nariz romana y una frente pesada, y era guapo en el modo en que lo era un solado espartano-estoicamente hermoso.
Por el momento, estaba manteniendo un agarre estoico en sus emociones. Ya veríamos cuánto duraba eso. . .

“Vengadora Encoletada?” Pregunté en voz alta.

“No fue mi idea.”

“Asumo que la historia no lo fue, tampoco?”

Nick asintió con su cabeza. “El editor originalmente se la dio a alguien más. Los convencí de que la historia sería una carga para escribir y se la quité de las manos. No necesitamos que un periodista emprendedor se metiera alrededor del bar, preguntándose sobre los chicos en chaquetas de la NAC.!

“Fue horriblemente pro-Casa Cadogan. Y pro-Centinela.”

“Es posible que me haya apurado a juzgar,” Nick dijo. “Soy capaz de admitir cuando me equivoco. Pero, más importante, mantiene el foco en los vampiros-“

“Y fuera de los cambia formas?” Terminé.

Asintió.

“Entendible. No sabía que estabas trabajando para el diario.”

“Solo por cuenta propia por ahora.” Nick miró entre Ethan y yo. “Es una gran cosa, ustedes estando aquí. Gabriel vetándolos.”

“Es lo que hemos oído,” Ethan dijo. “Y apreciamos la oportunidad.”

Se quedaron en silencio por un momento, midiéndose uno al otro, asumí, y debatiendo si hacer la paz o la guerra.

“Hablando de Gabriel,” dije, haciendo un gesto hacia el salón, “es esto una forma de reparar las vallas?”

“Como tu sabes, fui el principal motor detrás de algunos efectos por los que no está emocionado,” Nick estuvo oscuramente de acuerdo, “pero espero que eventualmente pueda recuperar su confianza. Este es un paso en esa dirección. Y sobre la ConManada, no creo que la Manada vote por quedarse.”

“Es una posibilidad que se vayan,” Ethan dijo. “Y si ese es el voto que ellos hacen, supongo que descubriremos el modo de adaptarnos.”

Me pregunté si los Brecks tendrían que adaptarse, también. Por lo que había visto, ellos no parecían típicos cambia formas-sin Harleys y sin cuero. En cambio, ellos eran una familia con un fuerte lazo con Chicago y con lazos más fuertes con su tierra.

“Si ellos votan por irse,” Le pregunté, “ustedes se irían? Tomar a Michael, Fin y Jamie, con tus padres y dirigirse al norte?”

“No puedo contestarte eso.”

Incliné mi cabeza hacia él. “Porque es un secreto?”

“Porque no lo sé.”

Había derrota-y culpa-en su voz. Era la culpa de un hombre que quería creer, pero que no se había decidido realmente si actuar como seguidor del líder.

Incluso considerando el drama que Nick le había creado a los vampiros, mi corazón se apretó por simpatía. La duda era una cosa cruel, aterradora.

Nick se liberó de futuras predicciones al separarse la multitud. Pude ver unas cuantas personas volteándose en nuestra dirección, y luego Berna estaba frente a nosotros, habiéndose abierto paso entre los cambia formas, con un plato rebosante de comida en mano. Se desbordaba por un surtido de carnes, verduras y un rollo de repollo hervido colocado en la cima como una cereza en un helado.

Los cambia formas a nuestro alrededor quedaron en silencio y voltearon sus miradas a las dos mujeres de pie, enfrentándose: yo, la alta delgada vampiro con una oscura coleta y brillante funda roja, y Berna, la baja, mujer con forma redonda, cabello blanqueado y dedos nudosos, sus brazos extendidos con la ofrenda.

Empujó el plato hacia mí. “Come.”

Comencé a replicar, pero el veneno en sus ojos me hizo pensarlo dos veces. “Gracias Berna. Fue muy considerado de tu parte traerme un plato.”

“Humph,” dijo, luego sacó un tenedor del bolsillo del pecho de su camisa de algodón. Me lo entregó, también. Le deslicé una mirada a Ethan, y con su asentimiento-y para la diversión de los cambia formas que observaban el intercambio-hundí el tenedor en la cazuela de papas, y tomé un mordisco.

Mis ojos se cerraron mientras saboreaba la mezcla de las papas, mantequilla, páprika y más crema de la que debería estar permitida en un solo plato.

“Oh Berna. Esto es increíble.

“Mmm-hmm,” ella dijo, auto-satisfacción en su voz. Abrí mis ojos para verla voltearse en sus talones y alejarse, la multitud tragándola nuevamente.

Tragué otro bocado de la cacerola, luego apunté el tenedor hacia Ethan. Lo miró por un momento, pero, con mi propia mirada amenazadora, se inclinó.

Medio segundo después, sus ojos se cerraron para disfrutar el bocado.

“Te lo dije.” Le dije, luego tomé de regreso el tenedor.

“Tienes un don.”

“Lo sé, cierto?” Dije ausente, pero ya estaba lejos otra vez, a la deriva en un mar de carbohidratos.

Después de un rato, Nick se fusionó de regreso en la multitud, y Ethan se alejó para hacer una llamada, dejándome en el medio de la Manada. Ahí fue cuando Adam hizo su acercamiento. Estaba vestido de forma casual-una fina camisa de algodón sobre sus jeans, gruesas botas, y una larga cadena con un pendiente celta alrededor de su cuello.

“Ustedes dos parecen estar impactando,”dijo ”Berna no cocina para muchos. Sé que aprecia lo que hiciste por ella.”

“Estoy simplemente contenta de haber podido llegar a tiempo,” dije, luego asentí hacia la multitud alrededor de nosotros. “Parece que todos están pasando un gran momento.”

“Usualmente lo hacemos. Este es el tipo de cosas que hacemos en casa. Grandes reuniones, parrilladas, ese tipo de cosas.”

“He oído que Gabriel vive en Memphis. Es allí donde tú vives, también?”

Adam sonrió con malicia, labios curvándose, con sus profundos impertinentes hoyuelos. Supongo que podrías haberle llamado su sonrisa lobuna, ya que había algo definitivamente predador en ella. “Vivo en donde sea que quiero.”

“Eres nómade, o solamente le temes al compromiso?”

Esta vez sonrió con dientes. “Quieres probarme?”

Bufé. “Ya tengo suficientes problemas manejando a los vampiros en mi vida.”

“Cómo sabes que los cambia formas no seríamos más fáciles de manejar?”

“No es sobre cuán fáciles o difíciles son de manejar. Es sobre controlar a las personas que necesitan que las controlen. Prefiero una existencia libre de drama.”

“Probablemente no te deberías haber convertido en vampiro.”

“No tuve exactamente elección.”

Eso lo detuvo. Su sonrisa cayó, remplazada por una expresión de leve mórbida curiosidad. “No tuviste opción? Pensé que los vampiros tenían que tomar juramentos? Consentir la transformación o algo así?”

Aparté la vista y humedecí mis labios nerviosamente. Aunque la ciudad entera sabía que había sido convertida en vampiro, los detalles de mi cambio-el detalle de que no lo había consentido particularmente-eran sólo sabidos por muy pocos. Había hecho la declaración sin pensar. . . pero no estaba segura de estar preparada para decirle a este chico la verdad, con o sin hoyuelos.

“Habían más consideraciones que el drama,” le dije, esperando que eso contestara su pregunta lo suficiente para evitar que pregunte más. “No era sobre convertirme en vampiro.” Era sobre mantenerme con vida. “Esa es la realidad para unos cuantos de nosotros.”

Cuando miré hacia él nuevamente, había algo sorprendente en sus ojos-respeto.

“Eres una luchadora,” concluyó. “Una guerrera de algún tipo.”

“Soy Centinela de la Casa,” dije. “Una guardia, en un modo de hablar.”

“Un caballero entre reyes?”

Sonreí. “Algo como eso. Y cómo pasa sus horas de vigilia, Sr. Keene? Además de cortejar chicas con esos hoyuelos?”

Bajó la vista tímidamente, pero no me lo compré, definitivamente no cuando levantó su mirada nuevamente, sonriendo con malicia. “Soy un hombre de simples placeres, Sra. Centinela.”

“Y cuáles son esos?”

Se encogió de hombros negligentemente, luego ondeó una mano a un hombre que pasaba con tazas plásticas con jugo en una bandeja. Para familia, supuse. Adam agarró dos, luego me entregó una.

“La próxima vez que tomemos una bebida, lo haré más elegante. Cuáles son mis oportunidades?•

Tomé un sorbo del cálido jugo de manzana. “De cero a ninguna.”

Se rió de buena gana. “Tomada?”

“Y sin interés.”

“Ouch,” dijo, soltando la palabra, “eres del tipo descarado. Me gusta eso.”

A pesar de mí misma, sonreí. No estaba tentada por su oferta-y de hecho, al parecer, estaba tomada-pero eso no lo hacía menos adulador. Adam Keene era una combinación letal de buena apariencia, encanto y un trasfondo de maldad.

“También soy del tipo curioso,” Admití. “Y en los pocos minutos que hemos estado aquí, has evitado cada pregunta personal que te he hecho.”

Sostuvo su mano libre en el aire. “Lo siento, lo siento. No pretendí ser evasivo. Eres un vampiro; yo soy un cambia formas. Y aunque me encanta la vibra Romeo y Julieta nosotros tendemos a ser un poco cautelosos cuando se trata de contestarle a los colmilludos.”

“Puedo entender eso,” Asentí. “Pero eso no me hace menos curiosa.”

“Eres obstinada, no es verdad?”

Estaba escuchando eso demasiado últimamente. “Lo soy,” Admití. “Intentemos nuevamente. Qué disfruta hacer, un cambia formas como tú, en su tiempo libre?”

“Bueno,” dijo, bajando la vista al suelo y parpadeando mientras lo consideraba. “Hago parrilladas. Un poco de levantamiento. Ondeo bastante bien la guitarra.”

Levanté mis cejas.

“Ondeas una guitarra? Es decir, lanzarla?” Me había imaginado a dos hombres en un intercambio de artes marciales mixtas, sacando la mierda del otro con guitarras acústicas, madera y cuerdas volando.

Soltó una risita. “Ondear es tocar. Yo molesto con una de doce cuerdas. Nada formal. Algo solamente para relajarme, quizá de vuelta en el terreno con una cerveza, mirando las estrellas.”

“Eso suena como una buena manera de pasar la noche.” Me pregunté dónde estaba ubicado ese terreno. “De dónde eres?” Pregunté otra vez.

Hizo una pausa, jugando con el borde de la taza de plástico, luego levantó la vista hacia mí. “Tenías razón sobre Memphis,” dijo finalmente. “Tenemos una guarida en el Lado Este-fuera de la ciudad, así el brillo no se cruza en el camino de las estrellas.” Frunció el ceño. “Es raro estar aquí-gran ciudad, montón de cosas para ver, y me gusta el agua-pero no hay estrellas.”

“No muchas,” estuve de acuerdo. “Pero no he visto realmente muchas de ellas de todos modos. He vivido en New York y en California.”

“Parece que te agrada el concreto.”

“Parece ser de ese modo. Aunque la idea de estar al aire libre en el terreno con una cerveza en mano suena bastante bien ahora, también.”

“Ese es exactamente el punto, no lo es?”

Incliné mi cabeza hacia él. “Qué quieres decir?”

Adam hizo un gesto hacia el salón. “Esto. Todo esto. Todos podríamos estar en el terreno con una cerveza en mano. En vez de estar haciendo esto, estando en una elegante casa en Chicago, esperando para discutir sobre el futuro.” Se encogió de hombros. “Haré lo que Gabe me pida hacer, pero entiendo la urgencia de regresar a casa.”

“Hablando del drama, ha habido alguna noticia de Tony? Ha aceptado la responsabilidad del ataque? De retar a Gabriel?”

Adam sacudió su cabeza. “No hasta donde yo sé. Pero esa es una pregunta para Gabriel,”

“Tu sabes, creo que acabamos de tener una verdadera conversación. Eso no estuvo tan mal, no es cierto?”

Levantó una mano hasta su cuello. “Mi carótida parece estar intacta, entonces, no, no fue tan duro.”

“No todos nos lanzamos de cabeza para abrir una vena, sabes.”

Bueno, a menos que me pusieras en una habitación con Ethan Sullivan.


TRADUCIDO POR LU ♥


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Perdón si hay algún error, no me dio el tiempo de revisarlo ya que tengo que seguir estudiando.

Besos!

Isabel  – (27 de julio de 2010, 15:41)  

Gracias por el capi Luu!
Estuvo genial, y no he visto ningun fallo gordo, a que no te preocupes y que se te den bien esos estudios :)
Me cae genial Adam, pero spero q no se le ocurra a Merit hacer nada con él, eh? Porque ahora mismo solo tiene que pensar en Ethan!

Almudena :D –   – (28 de julio de 2010, 3:46)  

fiuuuuu fiuuu ese adam promete ehh! jajajjaja
Me encanto el capitulo !
Muchas gracias Luu, se espera con ansia el siguiente y ánimo con los estudios !

Nelisse  – (28 de julio de 2010, 8:20)  

Gracias Luu!!!!
No te preocupes, seguiremos esperando pacientemente (o se intentará).
Suerte con los estudios!!!

Camila  – (28 de julio de 2010, 13:34)  

uyy, bendita Merit!
rodeada por todos los flancos por hombres encantadores :)

gracias por el capítulo.

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