Twice Bitten- Capítulo 13




CAPÍTULO TRECE: TÚ ERES MI MEJOR AMIGA

Mallory me conocía demasiado bien. Le dí una sonrisa triste.
Se apartó y sostuvo la puerta abierta. Al entrar al vestíbulo, fui inmediatamente reconfortada por los sonidos y olores de casa-cera de muebles de limón, canela y azúcar, el ligero olor a moho de una casa vieja, el bajo murmullo de la televisión.

“Sofá,” Ella ordenó. “Siéntate.”

Lo hice, tomando asiento en el cojín del medio.

Mallory agarró un puñado de pañuelos de una caja de la mesa lateral, luego se sentó a mi lado, me los entregó y apartó el cabello de mi rostro. “Cuéntame.”

Lo hice. Le conté sobre el bar de cambia formas, la pizza, el chocolate. Le conté sobre la fiesta, la amistad de Gabriel, y el matón; sobre la reacción de Ethan y el “riesgo” que estaba dispuesto a tomar. Para el final, estaba en sus brazos, llorando en su hombro. Llorando como una chica cuyo corazón había sido destrozado en pequeños, frágiles pedazos, incluso si hubiera sido mi culpa por caer en primer lugar.

“Le dí el beneficio de la duda,” dije, limpiándome la cara con un pañuelo. “Al principio pensé, oh, el sólo tiene miedo. Simplemente no puede dar más porque no es capaz de hacerlo justo ahora.” Sacudí mi cabeza. “No es porque no sea capaz. Es porque quiere algo más.”

Ese sentimiento enfermizo paseó a través de mi estómago otra vez, ese horrible retorcijón que solo el rechazo podría desencadenar. Mallory se recostó en el sillón, con las manos en su regazo, y suspiró, largo y fuerte. “En ese caso, Merit-y no quiero hacer un mártir de él, porque está muy por debajo de nuestra consideración en este momento-es probablemente un poco de ambos. Lo he visto contigo. He visto el modo en que te mira. Sé que soy dura con él.”

Su voz se suavizó. “Sé que he sido dura contigo. Pero hay más que simple deseo en sus ojos cuando te mira. No es sólo algo físico. Hay algo más-algún tipo de cariño, quizás. Algún tipo de apreciación que no es solamente sobre hormonas y partes rosadas. El problema es, que él es un vampiro de cuatrocientos años de edad. No es humano, y no lo ha sido por un largo tiempo. Nosotras ni siquiera sabemos si piensa lo mismo o quiere las mismas cosas.”

“No culpes al vampiro,” le dije. “Eso no lo baja de la horca.”

“Oh, créeme,” ella dijo. “Dame diez minutos a solas con Darth Sullivan, y sentirá mi más excelente ira.” Un cosquilleo de magia encendió el aire y envió una punzada de aprensión por mi columna. Poderosa, era mi hechicera amiga.

“Todo lo que estoy diciendo es, que suena como si él creyera que no tiene una opción. Eso no es una excusa, pero es una explicación.”

Solté una lenta respiración y limpié las lágrimas debajo de mis ojos. “No es que no sepa esas cosas. Sé que no es humano, no en realidad, incluso aunque tenga esos increíbles momentos vulnerables que hacen a mi corazón estrujarse. Debiste haberlo visto cuando saltó sobre el cambia formas, Mallory. Se puso loco-empujó al hombre contra una pared.”

“Actuó como yo lo hubiera hecho. Pero con mi juju de hechicera en vez de su juju de vampiro.”

Asentí. “Pero tú no lo hubieras lamentado. Él lo hizo. Gabriel entendió porque lo hizo-sé que lo entendió. Pero eso no fue suficiente. Quiero decir, es como si yo estuviera siendo castigada porque una parte del negro corazón cocinado de Ethan comenzó a latir nuevamente.”

“Definitivamente, no es justo, cariño. Y desearía tener alguna cosa mágica que decir para reparar la entera situación, pero no la tengo.”

“Es que-sé que no es perfecto. Puede ser frío y controlador. Pero he visto esa pasión, ese cariño que ha encerrado lejos. He visto de lo que es capaz. Él es sólo-él es también, no lo sé-“

“Él es Ethan.”

Levanté la vista hasta ella y sorbí mi nariz.

“Él es Ethan. Por alguna razón bizarra, parece ser tu Ethan. Y para mejor o peor, tú pareces ser su Merit. Eso me irrita en una base diaria.”

“Soy tan estúpida.”

“No estúpida. Sólo un poco demasiado humana para tu propio bien.”

No mencioné que ambos habíamos criticado a Morgan por exactamente la misma razón.

“Algunas veces demasiado humana, otra veces no lo suficientemente humana. Y del mismo modo, algunas veces él puede ser un idiota frío como la piedra.”

“Ahora con eso,” Mallory dijo, “Puedo estar de acuerdo.”

“Ha estado enamorado, tú sabes.”

Mallory me miró. “Enamorado? Ethan?”
Asentí y comencé a pasar la información que una vez Lindsey me había dado. “Su nombre era Lacey Sheridan. Era una guardia de un par de décadas, supongo. Lindsey piensa que él estaba enamorado de ella, aunque terminaron unos años atrás cuando ella comenzó su propia Casa.”

“Ella es una Maestro?”

“Una de los doce.”

“Es perfectamente lógico que si tú fueras la próxima Maestro en línea, serías la decimotercera Casa?”

“Dada mi suerte, malditamente apropiado.”

Se levantó del sillón, luego caminó hacia el pasillo. “Vamos, genio. Consigamos algo para que comas.”

Llevé mis manos alrededor de mi estómago, el cual estaba comenzando a parar de revolverse. “No estoy hambrienta.”

Miró hacia atrás y ofreció una mirada inexpresiva.

“Bueno, no tan hambrienta,” dije, pero la seguí hasta la cocina de todos modos. Me había perdido el postre, después de todo.

“Querido Señor,” dije, entrando en la cocina. Lo que había sido una vez una pequeña cocina de hogar se había convertido en-bueno, no estaba segura de cómo llamarle. El salón de clase de pociones de Hogwarts, quizás?

Me acerqué hasta la isla de la cocina y arrastré mis dedos sobre una pila de libros, una baraja de cartas de tarot, cajas de sal, jarras de vidrio con plumas, hojas de parras, botellas de corcho con aceites, cerillas y pétalos de rosa secos.

Tomé una carta de la baraja de tarot-el as de espadas. Lucha, pensé, colocando la carta con cuidado en la cima del resto de la baraja. “Qué son todas estas cosas?”

“Tarea,” Se quejó.

“Oh, mi Dios, sí es Hogwarts.”

Me lanzó una mirada airada y comenzó a despejar la zona de la isla. “Estoy tratando de ponerme al nivel de las brujas que han estado haciendo todas estas cosas por años.”

Saqué un taburete y me senté. “Pensé que estabas entrenando sola.”

“Lo estoy. Pero no soy la primera estudiante que mi profesor tiene. Antes de haber sido enviado a la Siberia de hechicería-“

“Schaumburg?”

“Schaumburg,” confirmó. “Antes de eso, él enseñó a cantidad y cantidad de niños. Niños quienes eran mucho más jóvenes que yo cuando obtuvieron su magia. Resulta ser que, golpear mi centro de magia a los veintisiete me pone muy por detrás del resto de la manada.”

“Pero apuesto a que lo compensas con insolencia y encanto.”

Entrecerró sus ojos. “Lo compenso por ser dos veces más poderosa que nadie más.”

“En serio?”

“Completamente en serio.”

Analicé las cosas sobre la mesa. “Entonces por qué la tarea? Recuerdo claramente un discurso de Catcher sobre cómo ustedes chicos no tienen que usar hechizos o pociones o lo que sea”-bajé mi voz una octava y sacudí mis hombros en lo que estaba segura era una imitación digna de un Oscar de Catcher Bell-“pero pueden canalizar el poder directamente a través de sus cuerpos.”

“Eso se suponía que era Catcher?”

“Un poco. Sí.”

“Huh. Sonó más como John Goodman.”

“No soy una actriz. Sólo aparecí una vez en la TV. Ve al grano.”

“Esto te sorprenderá,” Mallory dijo, sacando un taburete a mi lado y sentándose, “pero resulta ser que Catcher es un poco pretencioso sobre la cosa mágica.”

Bufé. “Me siento mal porque estás simplemente descubriendo eso.”

“Como si hubiera una manera de no verlo. Considerando que todo lo que sale de su boca sobre magia-excepto por las mayores Llaves; tiene que poder opinar sobre ello. Él cree que el único modo legítimo de hacer magia es querer que las cosas sucedan. Eso no es cierto,” ella dijo, sus hombros caídos mientras recorría las pilas de materiales. “Los hechiceros son como artesanos de la magia.”

“Artesanos cómo?”

“Bueno, las cuatro Llaves son un poco como pintar. Encuentras personas que pintan con óleos, con acrílicos, con acuarelas. Al final, sigues teniendo arte. Sólo que usas diferentes herramientas para llegar allí. Tú puedes usar cualquiera de las cuatro Llaves para hacer magia.”

Levantó un frasco con tapón de corcho, de un polvo blanco a la luz y lo hizo girar como un connoisseur haría girar una copa de vino antes de tomar un sorbo. Su brillo nacarado lo hizo parecer extraordinariamente blanco; densamente blanco.

“Polvo de cuerno de unicornio?” Pregunté.

“Purpurina de esa tienda de artesanías sobre División.”

“Bastante cerca,” Dije. Acaricié la medalla Cadogan en mi cuello, juntando el valor para sacar el tema que no habíamos discutido todavía-el discurso que todavía no había hecho. “Te he extrañado.”

Ella tragó, pero no me miró. “Te he extrañado también.”

“No estuve allí para ti. No como tú estuviste para mí.”

Mallory dejó salir una lenta respiración. “No Merit, no lo estuviste. Pero fui injusta sobre el tema de Morgan. No quise presionarte; yo solo no quería que salieras lastimada. Y la cosa que dije-“

“Sobre mis problemas con papi?” Eso todavía hería.

“Completamente fuera de lugar. Lo siento mucho.”

Asentí, pero el silencio regresó nuevamente, como si no hubiéramos trabajado para atravesar la pared de incomodidad entre nosotras.

“Resulta ser, que estaba completamente en lo correcto sobre el tema de Ethan.”

Puse los ojos en blanco. “Y tan humilde al respecto, también. Bueno-está bien, tenías razón. Él era-es-peligroso, y yo caí derecha en su trampa.”

Ella abrió su boca para hablar, luego la cerró de nuevo. Sacudió su cabeza, como si fuera incapaz de decidir si darle voz a las palabras en su cabeza. Cuando decidió, las palabras salieron de un tirón. “Bien, lo siento mucho, pero tengo que preguntar. Cómo fue? Quiero decir, seriamente. Grado A , imbécil o no, el hombre es hermoso.”

Un rincón de mi boca se arqueó en una sonrisa. “Casi compensa el trauma emocional.”

“Casi como cuánto?”

“Casi como múltiples veces.”

“Huh,” dijo. “Esas dos imágenes-tan lindo como es él- e irritante. Tú medio esperas que un chico que hace algo tonto como lo de esta noche está seriamente en deficiencia en el departamento de habilidades para hacer el acto. Y tu actuación?”

“Mallory.”

Hizo un signo de cruz sobre su pecho. “Tengo un punto, lo juro.”

Rodé mis ojos, pero sonreí un poco. “Estuve impresionante.”

“Tan impresionante que la próxima vez que él te vea en ese cuero, va a salir disparado?”

Le sonreí. “Ahora recuerdo porqué te hice mi mejor amiga.”

“Tienes una memoria defectuosa. Yo te hice mi mejor amiga.”

Nos miramos por un minuto, sonrisas de adolescentes en nuestros rostros.

Estábamos de regreso.

Varios minutos después y la reproducción de unos pocos detalles de Sex and the City más tarde, Mallory estaba fuera de su taburete y dirigiéndose al refrigerador.

“Tengo pizza fría si quieres un poco,” ella dijo, “pero te advierto, es un poco. . . diferente.”

Levanté una pluma de un metro de largo y la giré en mi mano. “Cuán diferente?”

“Diferente al estilo Catcher Bell.” Abrió el refrigerador, sacó una caja de pizza, ancha y plana y cerró la puerta nuevamente con un golpe. Me incliné hacia delante y usé ambas manos para apartar los contenedores del camino, dejando un espacio libre lo suficientemente grande para la caja de pizza. Ésta era de otro lugar de Wicker Park, del tipo que hacen pizzas artesanales con queso de cabra y hierbas orgánicas. No eran mis favoritas, pero definitivamente tenía lugar en mi repertorio. Corteza amasada a mano, salsa casera, montones de mozzarella fresca.

“Cuán diferente puede ser?” Pregunté.

Y luego ella colocó la caja en la encimera y la abrió.

La miré fijamente, incliné mi cabeza hacia ella, tratando de averiguar, exactamente que le había hecho a la pizza.

“Es eso apio? Y zanahorias?”

“Y puré de papas.”

Era como haber sido dejada otra vez, pero esta vez por algo que nunca hubiera imaginado que podía lastimarme. Levanté la vista hacia Mallory, desesperación en mis ojos, luego apunté hacia la pizza nuevamente. “Es eso un guisante?” En la pizza?”

“Es una especie de cosa de pastel de carne. Su mamá estaba experimentando un día y la hizo, y es la única buena cosa de su niñez o algo, y le pagó al restaurante una cantidad de dinero para que la hagan.”

Con mis hombros caídos, mi voz fue petulante. “Pero. . . es pizza.”

“Si te hace sentir mejor, ellos protestaron bastante también,” Mallory dijo. “Trataron de vendernos una pizza de queso crema y doble tocino-“

“La pizza oficial del ticket Merit/Carmichael,” señalé.

“Pero Catcher puede rogar tan bien como el resto de ellos.”

Mal hizo una sonrisa de complicidad. “No es que yo sepa algo sobre eso.”

Gemí, pero sonreí. Si Mallory estaba de regreso discutiendo sobre hacerlo con Catcher, nuestra amistad estaba en reparación. Sin embargo-continuaba siendo algo que no necesitaba saber.

“Eso es asqueroso. Él era mi entrenador.”

“También lo era Ethan,” ella señaló. “Y mira que bien resultó todo. Por lo menos pudiste mostrarle a un Maestro vampiro en primera fila tus posiciones en la cama, y puedes finalmente superarlo.” Se quedó muy quieta, luego me miró.

“Estás superándolo, cierto?”
Algo en mi estómago se retorció y apretó. Me tomó un minuto antes de poder contestar. “Claro. Le dije que era su única oportunidad. Que si la dejaba, el riesgo iba por su cuenta.” Me encogí de hombros. “Él optó por el riesgo.”

“Su pérdida, Mer. Su pérdida.”

“Fácil de decir, pero me sentiría mejor si se hubiera metido en una profunda depresión o algo.”

“Apuesto a que lo está haciendo justo ahora. Probablemente flagelándose mientras hablamos.”

“No hay necesidad de ser dramática. Justo como no hay necesidad de desperdiciar esta-no vamos a llamarla pizza-brebaje de zanahoria.”

Y así la dejé hostigarme con los restos de la pizza pastel de carne. Y cuando terminé, porque ella me ofreció la cosa que no había estado dispuesta previamente a darme-entendimiento sobre Ethan-le di la cosa que yo no había estado previamente dispuesta a darle-tiempo.

“Puedo contarte ahora sobre la magia?” Preguntó tímidamente.

“Déjalo salir, papa frita,” le dije, y le di mi completa atención.

Se sentó de piernas cruzadas en su taburete de la cocina, manos en el aire mientras se preparaba para contarme cosas que no me había hecho el tiempo antes para oírlas. Empezó con lo básico.

“Bueno,” comenzó, “entonces tú sabes sobre las cuatro Llaves principales.”

Asentí. “Las divisiones de la magia. Armas. Seres. Poder. Textos.” Catcher me había enseñado esa lección.

“Cierto. Bueno, como estaba diciendo antes, esas son como tus pinturas-tus herramientas para hacer que las cosas sucedan.”

Fruncí el ceño, puse un codo sobre la encimera, y coloqué mi barbilla en una mano. “Y qué tipo de cosas puedes hacer que sucedan, exactamente?”

“Toda la gama,” dijo, “desde Merlín a Marie Laveau. Y usas una o varias Llaves para hacerlo. Poder-esa es la Primer Llave. Es la fuerza elemental, la pura expresión de voluntad.”

“La única forma legítima de utilizar la magia según los ojos de Catcher.”

Mallory asintió. “Y la ironía es, él es un maestro de la Segunda Llave.”

“Armas,” ofrecí, y ella asintió nuevamente.

“Correcto. Pero cantidad de cosas pueden ser armas.” Extendió sus brazos sobre las pilas de materiales. “Todas estas cosas-pociones, runas, fetiches. Y no del tipo sexual,” ella agregó, como si anticipara que yo hubiera hecho un comentario sarcástico. Muy justo, porque es lo que hubiera hecho.

“Nada de esto es mágico de por sí, pero cuando los juntas en las correctas combinaciones, creas un catalizador de reacciones mágicas.

Fruncí el ceño. “Qué hay sobre mi espada?”

“Recuerdas cuando Catcher pinchó tu palma? Templó el filo con tu sangre?”

Asentí. Lo había hecho en el patio trasero de la casa de mi abuelo en la noche de mi vigésimo octavo cumpleaños. Tenía la habilidad de sentir el acero desde esa noche en adelante.

“Sip,” Dije, frotando mi palma con simpatía.

“Tu espada tenía potencial. Cuando templaste la hoja, sacaste ese potencial, haciéndolo real. Ahora, las dos últimas Llaves principales son obvias. Seres-criaturas que son inherentemente mágicas. Los hechiceros pueden hacerla. Los vampiros son del tipo que pueden “derramarla.” Los cambia formas son todos magia. Y textos-libros, hechizos, nombres escritos. Palabras que operan como la sangre que derramaste en tu espada.”

“Catalizadores de magia?”

“Exactamente. Asi es como los hechizos y encatamientos funcionan. Las palabras juntas, en el orden correcto, con el justo poder detrás de ellas.”

“Así que has aprendido todas estas cosas,” dije, sentándome derecha nuevamente. “Puedes verdaderamente usarlas?”

“Eh, tal vez.” Descruzó sus piernas y regresó a la encimera, levantó la vista hasta las cosas desparramadas, luego cogió un delgado frasco de vidrio de lo que parecía corteza de la matriz de un abedul. “Puedes agarrar algo para mí? Hay un pequeño cuaderno negro en la mesa de café en el living. Tiene escrituras en oro en el lomo.”

“Vas a hacer funcionar algún encanto mágico?”

“Si puedes mover tu trasero antes de que te convierta en sapo, sí.”

Salté de mi taburete. “Si me conviertes en sapo, ya habrás hecho funcionar tu encanto.”

“Eres demasiado inteligente para tu propio bien,” gritó, pero ya estaba dirigiéndome hacia el pasillo. La casa lucía bastante parecida a como había estado la última vez que había venido de visita unas semanas atrás, aunque había mucha más evidencia de la residencia de un chico aquí-recibos al azar aquí y allá; un par de zapatillas para correr; una copia de la Salud del Hombre sobre la mesa del comedor; una pila de equipos de audio en una esquina.

Así que mientras entraba al living, estaba preparada para ver cosas de chicos. Calcetines sucios ovillados, tal vez, o latas medio vacías de Pabst o una botella de 312, o lo que sea que Catcher bebiera.

No estaba preparada para una habitación vacía. . .que había estado llena de muebles unos momentos atrás.

“Santa mierda,” maldije, manos en mis caderas mientras inspeccionaba el salón. “Mal,” grité. “Ven aquí! Creo que fuiste robada!”

Pero cómo pueden haber ellos mudado una entera habitación llena de muebles y adornos-y nosotras no habernos enterado?”

“Mira!”

“Seriamente-ven aquí! No estoy bromeando!”

“Merit!” ella gritó en respuesta. “Solo levanta la vista.”

Lo hice.

Mi boca cayó abierta.

“Santa mierda.”

La habitación se había vuelto totalmente Poltergeist. Todos los muebles-desde el sillón hasta la mesa para la consola de entretenimiento y la televisión-estaban en el techo. Todo estaba en su lugar, pero todo estaba al revés. Era como estar debajo de un espejo-una imagen de lo que había estado antes aquí. Se parecía también como si la gravedad se hubiera tomado unas vacaciones. Vi el pequeño libro negro que Mallory quería, pero estaba en la parte superior (inferior?) de la mesa de café que estaba posada ahora, unos metros por encima de mi cabeza.

“Supongo que podría saltar y tomarlo,” murmuré con una pequeña sonrisa, luego instintivamente miré hacia la puerta. Ella estaba de pie en el umbral, brazos sobre su pecho, un tobillo cruzado sobre el otro, una sonrisa sumamente satisfecha en su rostro.

“Sabes, luces igual a Catcher cuando te paras de ese modo.”

Mallory, la chica que había desafiado a la gravedad, me sacó la lengua.

“Imagino que has aprendido unas cuantas cosas.”

Se encogió de hombros y luego se apartó de la puerta.

“Cómo lo hiciste?” Pregunté, caminando con la cabeza hacia arriba mientras me movía a través de la habitación, para inspeccionar lo que ella había hecho.

“Primera Llave,” dijo. “Poder. Hay energías en el universo que actúan sobre nosotros. Yo moví esas energías, hilé un poco las corrientes, y el universo cambió él mismo.”

Bueno, supuse que Ethan había tenido en parte la razón. “Entonces es como la Fuerza?”

“Esa no es una mala analogía, en realidad.”

Mi mejor amiga podía provocar que el universo cambiara. Me faltaba demasiado para poder ser una chica mala. “Esto es simplemente. . . espléndido.”

Ella rió, pero luego hizo una mueca. “El problema es, que no soy muy buena haciendo que las cosas regresen nuevamente.”

“Entonces qué es lo que vas a hacer? Dejarlo para Catcher?”

“Querido Dios, no. Ya lo ha arreglado tres veces esta semana. Voy a tratar de hacer un intento.” Aclaró su garganta y levantó sus brazos, luego me miró. “Tal vez quisieras apartarte del camino. Puede ser un poco desordenado.”

Tomé la advertencia muy a pecho, luego me coloqué en el espacio entre el living y el comedor, donde me volteé para observar. Mallory cerró sus ojos, y su cabello se levantó como si hubiera puesto su mano en una bobina Tesla. Sentí mi propia cola de caballo elevarse mientras la energía se arremolinaba en el aire, tan fuerte como las corrientes y remolinos en un río.

“Es sólo cuestión,” Mallory dijo, “de cambiar las corrientes.”

Levanté la vista. Los muebles comenzaron a vibrar, a continuación se tambalearon en sus pies, las vibraciones de todos los muebles enviando una lluvia de yeso.

“Esta es la parte difícil,” ella dijo.

“Tu puedes hacerlo.”

Al igual que una banda de música en su receso, las piezas comenzaron a marchar en pequeñas líneas alrededor del cielo raso. Observé asombrada como un asiento seguía al sofá, el cual seguía a una mesa lateral alrededor en círculos y luego, después de una pequeña sacudida, hasta la pared lateral. La gravedad no tenía más efecto aquí que el que tenía en el techo, y los muebles comenzaron a moverse, fantásticamente, bajando por las paredes hasta los zócalos.

“Tramposo, tramposo,” dijo, mientras los muebles bajaban al suelo nuevamente. Volví mi vista a Mallory. Sus brazos extendidos, temblaban por el esfuerzo, brillaban por el sudor. La había visto de este modo antes, una de las primeras veces que la había visto usar su magia. Habíamos estado en busca de una rave, y ella había ofrecido una profecía. Pero había tomado mucho de ella, y se había dormido en el auto de camino a casa.

Esto se parecía muchísimo a eso-pero con consecuencias mucho más pesadas.

“Mal? Necesitas ayuda?”

“Ya lo tengo,” soltó, y los muebles continuaron su danza, el suelo ahora vibrando debajo de nosotras mientras marchaban a su lugar.

“Uh-oh,” ella dijo.

“Uh-oh?” Repetí, luego tomé un paso hacia atrás. “No me gusta el sonido del ‘uh-oh.’ ”

“Estoy levantando polvo.”

Conseguí murmurar una maldición antes de que ella estornudara y el resto de las cosas en el techo se estrellaran contra el suelo. Afortunadamente, los electrónicos ya habían conseguido llegar abajo. Pero el resto de las cosas que podía ver, después de ventilar con una mano el polvo que ella había levantado, se encontraba en un caos.

“Mal?”

“Estoy bien,” dijo, luego apareció a través de la neblina de yeso y polvo que se había acumulado en los veinte años que su tía vivió en la casa. Caminó hasta mi lado, y se volteó para inspeccionar el daño. Había una nevada de chucherías en el suelo-gatitos y rosas de porcelana y otros objetos comprados por la tía de Mal en una de sus juergas en la red de compras televisivas. El sofá había concluido con éxito su camino, pero el asiento estaba precariamente apoyado sobre uno de sus lados. El librero estaba boca abajo, pero los libros se amontonaban en ordenadas pilas a su lado.

“Hey, los libros lucen bien.”

“Cuidado, listilla.”

Contuve una risita que amenazaba con salir, y tuve que presionar mis labios juntos para evitar reír.

“Todavía estoy aprendiendo,” ella dijo.

“Incluso vampiros necesitan práctica,” agregué apoyándola.

“No me digas, ya que Celina te bateó como si ustedes fueran Tom y Jerry.”

Le dirigí una-no demasiado amigable- mirada de costado.

“Qué?” ella preguntó encogiéndose. “A Celina le gusta jugar con su comida.”

“Al menos Celina no destruyó la Casa Cadogan en el proceso.”

“Oh, sí? Comprueba esto.” Ella pisoteó-literalmente, pisoteó-su regreso hasta la cocina, se movió alrededor de la isla, y abrió el largo cajón que contenía mi alijo de chocolate.

Se extendió, sus ojos todavía en mí, movió una mano a través de mi tesoro hasta que sacó una barra de chocolate oscuro gourmet, envuelta en papel. Sonriendo maliciosamente, lo sostuvo ante ella con ambas manos, luego arrancó una esquina de su envoltorio.

“Ese es uno de mis favoritos,” le advertí.

“Oh, lo es?” Ella preguntó, luego usó sus dientes para arrancar una esquina gigante de la barra.

“Mallory! Eso es simplemente odioso.”

“Algunas veces, una mujer necesita odiar,” era lo que pensaba que dijo a través de una mordida de setenta y tres porciento de chocolate oscuro, que había sido capaz de encontrar en una pequeña tienda cerca de la Universidad de California. Por otra parte, me había arreglado sin ella por todo este tiempo. . .

“Bien,” dije, cruzando los brazos sobre mi pecho. Si íbamos a pelear como hermanas adolescentes, iba a ir lejos. “Cómetelo. Cómete la cosa entera mientras estoy aquí de pie.”

“Quizás lo-“interrumpió ella, levantando el dorso de su mano libre y masticando un bocado de chocolate.

“Quizás lo haga,” finalmente salió. Como si actuara en un reto, arqueó una ceja, luego arrancó otro pedazo-al menos uno pequeño-del borde.

“No ondees mi chocolate en mi cara.”

“Ondearé lo que sea que quiera donde sea que quiera. Es mi casa.”

“Es mi chocolate.”

“Entonces probablemente no lo deberías haber dejado aquí,” dijo una voz masculina en el umbral. Ambas nos volteamos hacia la puerta. Catcher estaba de pie allí, con las manos en sus caderas. “Alguna de ustedes me quiere explicar que demonios le pasó a mi casa?”

“Estamos reconciliándonos,” Mallory dijo, todavía tratando de masticar un bocado de chocolate.

“Destruyendo el living y entrando en un coma diabético?”

Se encogió de hombros y tragó. “Parecía ser una buena idea en el momento.” Como si de repente se diera cuenta que el chico rudo que ama había llegado a casa, sonrió. Su rostro se iluminó con ella. “Hey, bebé.”

Él sacudió su cabeza entretenido, luego se alejó de la puerta y fue hasta ella.

Puse lo ojos en blanco. “Podemos mantenerlo apto para niños, por favor? Piensen en los niños.”

Catcher se detuvo cuando la alcanzó y colocó su barbilla entre su pulgar y puño.

“Sólo por eso, vamos a tener una escena erótica de besos.”

Rodé mis ojos y aparté la vista, pero no antes de atrapar un vistazo de él bajando la cabeza por un beso. Les di unos cuantos segundos antes de comenzar a aclararme la garganta, el símbolo universal de amigos incómodos y compañeros de piso en todas partes.

“Entonces,” Catcher dijo, moviéndose hacia mí para agarrar la última porción de la pizza estilo cacerola de la caja cuando finalmente despegaron sus labios. “Cómo van las cosas por la Casa Cadogan?”

“Merit y Ethan lo hicieron.”

Él se detuvo a medio bocado, luego se giró para mirarme.

Mis mejillas quemaron rojas.

“Si estás aquí en vez calentarte en el resplandor, asumo que él hizo algo increíblemente estúpido.”

“Ese es mi chico,” Mallory dijo, luego palmeó su trasero antes de dirigirse a la nevera. La abrió, agarró dos latas de soda dietética, me entregó una, luego abrió la otra.

“Que idiota,” Catcher dijo, y puso el resto de la porción de regreso a la caja. Colocó las manos en sus caderas, con una expresión perpleja. “Sabes que he conocido a Sullivan por largo tiempo, cierto?”

Cuando me miró, con las cejas levantadas, asentí. No sabía como se conocían, pero sabía que iban en el “camino de regreso,” o así Catcher decía.

“Esto puede venir no como un gran consuelo después de lo que haya hecho, por así decirlo, pero él se arrepentirá, y probablemente sea más temprano que tarde. Pero sacaste algo de esto, al menos.”

Al ver mis cejas levantadas, señaló a Mallory. “Ustedes se hablan de nuevo.”

Mallory me miró desde el otro lado de la isla. “No es divertido, que hayamos necesitado a Darth Sullivan para juntarnos nuevamente?”


“Bueno, él tuvo el honor de separarnos en primer lugar.”

Ella tendió su mano y movió los dedos. “Acércate. Abracémonos.”

Y eso hicimos.

Cuando Catcher recuperó su apetito, trabajó en la última porción mientras Mallory y yo revolvíamos mi colección de chocolate. Como un acto de buena fe, doné la mayoría de ella a la casa Carmichael-Bell, pero eso no me detuvo de meter barras de chocolate rellanas con almendras y cerezas secas en mis bolsillos antes de irme. También atrapé una bolsa de nueces cubiertas de chocolate y me senté para ponerme al día con el novio de Mallory. Todavía no tenía ninguna información adicional sobre la investigación del tiroteo en el bar, pero lo informé sobre los detalles básicos de la reunión de la Manada en lo de los Brecks. Eventualmente, se me ocurrió chequear mi reloj.


El amanecer se estaba acercando, y yo todavía debía reunirme con Ethan y Luc para discutir la convocación. “Necesito dirigirme de regreso a la Casa.”
“Tal vez Ethan vuelva a sus cabales ya que te has ido,” Mallory dijo. “Tal vez está a la espera fuera de tu puerta.”

Ambas contemplamos eso por un segundo antes de bufar simultáneamente.

“Y duendes podrían defecar arco iris en tu almohada,” ella dijo.

“Qué hago, Mal? Discuto con él? Le digo que se equivoca y que podemos solucionar esto? Lo ignoro? Grito? Cómo se supone que trabaje con él?”

“Creo que ese es exactamente su punto, Mer. En cuanto a discutir, piénsalo de este modo: quieres estar con un hombre que tiene que ser convencido de estar contigo?”

“No cuando lo dices de ese modo.”

Asintió, luego palmeó mi mejilla. “Estás lista. Ve a casa.”

Sabía cuando tomar una orden.

TRADUCIDO POR LU ♥

Almudena :D –   – (3 de agosto de 2010, 15:30)  

oohh volvio Mallori, ya era hora de que se perdonaran, que lindas :D!
Esperemos al siguiente capitulo para ver a Ethan... :S
Muchas gracias Luu !

Anne Polet  – (3 de agosto de 2010, 16:45)  

uy!!!!1 gracias por elnuevo kapitulo!!!!, me enkanto!!! hayan vuelto a kmo antes las 2!!! sEEE
ETHAN!!!! los eperare en e prox capitulo!!!!

gracias de nuevo!!!!

Camila  – (3 de agosto de 2010, 19:52)  

uuuy, me encanta Merit cuando está con Mallory, las mejooores XD

Aranza  – (7 de agosto de 2010, 18:17)  

¿Por que subes un libro que ya esta para descargar completo? no te lo digo en mal plan solo por si no lo sabes y estas haciendo el trabajo de subirlo pero si buscas en google el libro ya para descargar en español completo ;)

Laura  – (15 de agosto de 2010, 14:56)  

Aranza... Si suber el lik seria excelente, por que he buscado por todo lado y el unico sitio donde lo estan traduciendo es aqui...

Publicar un comentario

  © Diseño LuxLune by JenV 2010

Back to TOP