Hard Bitten - Capítulo XIII

CAPÍTULO TRECE

LA REVOLUCIÓN SERÁ TELEVISADA.
 

 
“Yo lo vi primero,” dijo un vampiro al final de la barra con rastas debajo de una boina.

“Yo lo estaba por tomar cuando metiste tu manota,” dijo un segundo, esbelto y castaño hombre vestido con una remera oscura y pantalones kakis. Parecían más bien poetas ó chicos de cafetería que matones de Temple Bar… hasta que comenzaron a golpearse el uno al otro en el rostro.

“¿Qué mierda?” exclamó Lindsey mientras yo saltaba por la para separarlos. Tomé al chico de la remera oscura por el brazo y lo tiré hacia atrás. Se tambaleó un par de pies antes de chocar el piso con su trasero. Rastas -aún en el calor de la pasión- se abalanzó hacia mí -pero atrapé su puño y retorcí su brazo hacia atrás, aprovechando su peso para ponerlo de rodillas.

Luego miré sus ojos. Sus pupilas estaban pequeñas, sus plateados irises como anillos de diamantes a su alrededor.

Murmuré una maldición. Estaban actuando como lo habían hecho los vampiros del rave -con impulso a actuar violentamente y propensos a la ira- y tenían los mismos largos irises. Mi estómago dio un vuelco en aviso, y temí lo peor. ¿Era este el escenario de la próxima histeria vampírica en masa?

Le di a Rastas un golpe en el cuello que le cortó un poco el oxígeno y lo dejó tirado en el piso.

Desafortunadamente, para el tiempo en que volví a pararme, una docena más de vampiros había sucumbido a lo que fuera que los afligía. Volaban puños furiosos e insultos alrededor, los vampiros se golpeaban como si sus vidas -y no un vaso de alcohol barato- estuvieran en juego.

La irritación se había expandido como un virus. Cada vampiro que estaba peleando e inadvertidamente tropezaba con otro comenzaba un segundo round, y en consecuencia la violencia ondulaba a través de la multitud.

Sin otra opción más que saltar en la lucha, miré a Lindsey, compartí un asentimiento de acuerdo con ella, y me moví. Mi objetivo no era ganar la pelea, sino separar a los peleadores. Comencé por saltar en medio de los dos vampiros más cercanos. Obtuve un golpe en el hombre por ello, pero me las arreglé para separar a los dos vampiros. Los empujé en direcciones contrarias y me encaminé hacia el siguiente par.

Lindsey hizo lo mismo, saltando por encima de la barra -derramando el arcoíris de bebidas en el proceso- y apartando a los vampiros.

Desafortunadamente, no tenían la intención de irse. Lo que fuera que los había poseído los había consumido, haciendo que siguieran enterrando sus uñas los unos a los otros, dispuestos a continuar peleando por nada substancial.

Afortunadamente, aquellos que no estaban afectados -un par de hombres y mujeres que había visto en la Casa- nos ayudaron a separar a quienes luchaban. Nos convertimos en un equipo. Peleando contra los nuestros, desafortunadamente, pero aún así peleando por el bien de la causa.

Apreciaba el esfuerzo, incluso si no era suficiente. Con cada par que separaba, otro aparecía, hasta que la masa de vampiros que
peleaban atravesó la puerta del bar.

Sobre el rugido de las peleas, podía escuchar la sirena de policías. Alguien debió haber llamado a la policía por las peleas. Esto se estaba por poner aún más feo; era tiempo de un nuevo plan.

Miré alrededor, buscando por Lindsey, y la encontré a mi izquierda, arrastrando a un vampiro chillón por el tobillo.

“¡Lindsey, voy a sacar a los humanos del bar!” grité, sacándome de encima a un vampiro y evitando el hecho de que otro me había dado un puntapié.

A los policías no les interesaría que los vampiros estuvieran peleando contra otros vampiros, pero sí estarían completamente molestos si quedaban humanos atrapados en medio de las líneas de fuego.

Con Tate al pie de guerra, no estaba segura de que pudiéramos superar ese tipo de escándalo con la Casa intacta, mucho menos sin un recibidor.

“Estoy en camino” replicó, volcando a su vampiro unas mesas lejos. Otro vampiro de Cadogan tomó su lugar, ayudando a mantener a ese vampiro lejos mientras ella se acercaba a mí y empujaba al vampiro que había tratado de someterme a patadas.

“Sos una muñeca” le dije, saltando una valla de vampiros mientras corría hacia la puerta. Comencé a construir un pasaje tomando la mesa más cercana y deslizándola hacia la puerta. Tres más formaron una falsa pared contenedora entre la salida y el resto del bar, lo que mantenía acorralados a los vampiros que peleaban y les otorgaba a los humanos un camino libre.

Volví a mirar a la multitud, y principalmente vi a una pareja arrinconada contra una de las mesas, con los ojos abiertos de par en par. Corrí hacia ellos, los apresuré a que se levantaran, y les indiqué el camino parcialmente seguro hacia la salida.

“Salgan por ese camino” dije, y mientras ellos se encaminaban a la puerta, reuní al resto. Los humanos fueron fáciles de ubicar. Los pocos vampiros que no estaban afectados por la violencia trataban de ayudar; la mayoría de los humanos se acobardaban, probablemente shockeados por la violencia y tratando de mantenerse alejados. Localicé a tantos como pude y los envié hacia la puerta, las sirenas de policías haciéndose más fuertes mientras corrían hacia fuera.

Cuando disipé a todos los humanos, fui hasta la puerta y encontré la calle inundada de luces azules y rojas mientras los humanos huían del bar como si fueran rehenes liberados de un robo de bancos.

Policías comenzaron a emerger de sus vehículos, y empecé a temer lo peor -que nos arrestarían a todos por incitar la violencia pública. Por supuesto, eso haría a la orden de arresto de Tate una amenaza discutible.

Me moví despacio hacia la vereda, no dispuesta a ser disparada por policías que pensaban que era un criminal. Nuevamente la adrenalina comenzó a pulsar mientras me preparaba para el segundo round- la secuela. Pero cuando un oldsmobile muy familiar dobló la curva, di un respiro de alivio.

Mi abuelo salió del asiento pasajero, vistiendo un pantalón kaki y una remera de mangas cortas amarilla. Jeff salió del asiento trasero, y Catcher salió del piloto con una remera negra que advertía “Bang Bang Reparador de Viviendas”. Sus más usadas podrían traer un sentimentalismo irónico, pero su expresión era de negocios.

Los tres asintieron a los policías que pasaban. Caminé hacia ellos.

“¿Problemas?”

“Violencia,” dije. “Lindsey estaba haciendo tragos en el bar, y los vampiros comenzaron a pelear por quién iba a conseguir cual bebida.

La agresión se expandió como un virus después de eso.”

“¿La misma cosa que viste en el rave?” preguntó Catcher, y yo asentí en acuerdo.

“Eso parece. ¿Algo en el aire, quizás, ó algo en sus bebidas? No lo sé.” señalé al grupo de humanos. “Sacamos a los humanos del bar, pero las cosas todavía están tensas adentro. Siguen peleando, y haberlos apartados los unos a los otros no funcionó realmente.”

“¿Cómo los habían calmado en el rave?” preguntó Jeff.

“No lo hicimos. Básicamente falsificamos una alarma de incendios y volamos de la escena. Y puesto que no llegó a las noticias, asumí que se habían calmado por sí mismos.”

Una mesa del bar de repente voló a través de la puerta abierta y se estrelló en la vereda, deteniéndose frente a los neumáticos delanteros de unos de los autos de la policía.

“Quizás no tengamos tanto tiempo,” dijo Catcher.

“Métete allí,” solicitó mi abuelo, haciendo señas para llamar la atención de uno de los policías. Intercambiaron algún tipo de señales policíacas secretas, los demás policías se mantuvieron agachados mientras Catcher trotaba hacia el bar y desaparecía dentro.

Pasó solo un momento hasta que Lindsey y el resto de los vampiros no peleadores salieron trotando hacia la acera. Colin fue el último, con una terca expresión en su rostro.

“¿Qué es lo que Catcher -?” fue lo único que alcancé a decir antes de que el bar se silenciara. No más vidrios rotos, no más epítetos descriptivos, no más sonidos secos de carne contra carne.

Aunque sabía que probablemente no era posible, mi primer pensamiento fue que Catcher de alguna manera había sacado a cada vampiro en el bar con sus locas habilidades de combate. Pero Jeff se inclinó hacia mí con una respuesta más apropiada.

“Magia,” susurró. “Catcher sacó a los vampiros felices del bar. Eso le dio espacio para trabajar las Llaves en el resto de los que quedaron.”

“¿Poniéndolos a dormir?” pregunté.

“Nah, probablemente algún hechizo calmante. Es bueno en eso -obligando a las personas a tranquilizarse. Es una habilidad que en ocasiones viene bien para tratar con los sups.”

No estaba completamente segura de cómo sentirme acerca de ese hechizo. Aunque confiaba en Catcher, no me emocionaba el hecho de que un hechicero estuviera usando su magia para sedar vampiros. Hubiera preferido estar allí adentro con él, manteniendo un ojo en el procedimiento y supervisando.”

Pero antes de que pudiera formular mi preocupación, se acabó. Catcher apareció en la puerta otra vez y sacudió una mano al resto de los policías. Al momento, había una docena de policías merodeando nuestra esquina en Wrigleyville. La mayoría llevaba uniformes, pero unos pocos eran detectives en traje y camisa, sus insignias enganchadas en la cadera ó colgando en una cadena alrededor de sus cuellos.

“Entraremos,” dijo mi abuelo. “Mi esperanza es que nadie será arrestado hasta que resolvamos esto. Estos oficiales saben que esto no es solo una llamada por ebriedad y desorden -sino que se trata de algo más supernatural.”

“Y nosotros mantendremos un ojo en los vampiros hasta que recuperen sus sentidos.” agregó Jeff, posando una mano en mi brazo. “Es parte de nuestra descripción de trabajo -haciendo de ángeles guardianes ocasionalmente.”

“Lo apreciaría.”

“Estaremos en contacto en cuanto podamos,” dijo mi abuelo. “Mantente lejos de problemas hasta entonces.”

Volví a mirar hacia el bar y pensé sobre mi investigación. Nuestros chicos de la fraternidad y Sarah quizás habrían sido solicitados por el mismo tipo, al menos basados en sus mínimas descripciones. Eso valía más preguntas. “De hecho, creo que voy a dar un vistazo.”

Mi abuelo frunció el seño. “No estoy seguro de estar cómodo acerca de que merodees alrededor cuando hay algo extraño en el aire.”

“Tengo una daga en mi bota, y estoy rodeada por policías.”

“Buen punto, bebita. Solo hazme un favor -¿se cuidadosa? Me voy a tensionar mucho si los de uniforme terminan arrestando a mi nieta, sin mencionar la llamada que tendré que hacer a tu padre.”

“Ninguno de los dos quiere ninguna de esas opciones.” le aseguré.

Mientra mi abuelo y Jeff se encaminaban al bar, escaneé la cuadra.

Lindsey y Christine habían agrupado a los vampiros inafectados a una esquina opuesta a mí. Los humanos, ahora testigos, remolinaban alrededor entro del perímetro de cinta amarilla. Los paparazzi ya se habían reunido a los bordes, sacando fotografías como si se estuvieran pasando de moda.

El clic de sus disparadores sonaban como una plaga descendiente de insectos.

A ambos Ethan y Darius les iba a dar un ataque de histeria por esto. Y hablando de ello, saqué mi celular del bolsillo. Odiaba ser la quien llevara malas noticias, pero necesitaba avisarle a Ethan. Escribí un mensaje de texto con un resumen rápido (“PELEA EN TEMPLE BAR. HAY POLICIAS:”) y una advertencia (“FOTÓGRAFOS SUELTOS. NO DEJES A DARIUS CERCA DE UNA TV.”). Un mensaje de texto tendría que ser suficiente por ahora.

Con eso hecho, miré la calle en la dirección opuesta. La cuadra estaba segmentada por un callejón que corría a lo largo junto al bar. Si nuestro solicitor de raves había estado merodeando por Temple Bar, ¿se habría movido a través del callejón? Parecía una movida razonable, así que decidí darle un vistazo.

Arrugué la nariz en cuanto di unos pasos en el callejón. Era una noche calurosa de verano, y probablemente olía como muchos de los callejones urbanos lo hacían -basura, suciedad, y orina de recursos desconocidos. Estaba oscuro, pero lo suficientemente amplio como para que pasara un auto. Una señal que algún día habría leído NO SEBICICLETAS NI SCOOTERS ahora leía NO CICLETAS NI COOTERS.

Me contuve para no dejar escapar una risita, pero aún así sonreí un poco.

A mitad del callejón, llegué a la puerta de servicios del bar. La pesada puerta de metal era roja, oxidada y marcada con SOLO DELIVERIES y señales de PROTEGIDO POR AZH SECURITY. Con latas de cerveza aplastadas y apiladas junto a la puerta. A parte de eso, no había mucho más para ver.

Por que se me daba la gana, caminé hasta el otro final del callejón. Allí había un par de contenedores de basura y otras dos entradas a otras áreas, pero eso era todo.

Fruncí el seño con desilusión. No estaba segura de qué esperaba ver, quizás un hombre bajito de cabello negro parado debajo de una flecha flotante de neón que dijera TIPO MALO AQUÍ hubiera sido lindo. Una sospechosa y rápida confesión no hubiera sido inoportuna tampoco.

Esto era mucho más difícil que en las películas.

Oh, se me prendió la lamparita. Eso era.

Mi corazón repentinamente acelerándose con emoción, troté hasta la puerta trasera del bar. Efectivamente, había una cámara de seguridad encima de la puerta. El área estaba oscura y sucia, así que la cámara quizás no habría capturado nada digno de un Oscar, pero al menos era una iniciativa. Pero lo primero, necesitaba encontrar a Jeff.

Corrí otra vez fuera del callejón, pero Jeff todavía no había salido del bar. Y puesto que no entraría y saltaría en medio de un drama policial, decidí ir por Lindsey.

No había dado dos pasos, cuando sentí un golpecito en el hombro.

“¿Está todo bien?”

La voz era familiar, pero me había sorprendido lo suficiente como para darme escalofríos. Me di la vuelta y me encontré a Jonah detrás de mí en una remera ajustada y jeans. Acompañado por dos vampiros que no conocía. Uno vestía un jersey azul y amarillo con un número al frente. El uniforme de la Casa Grey, asumía.

Jonah estaba aquí con sus amigos, lo que significaba que estábamos jugando a ser Centinela y Capitán, sin la conexión de la GR. Y en
esos roles, puesto que nadie nos había visto juntos en la Casa Grey, no nos habíamos conocido. Podría seguir el juego.

“¿Eres Merit, cierto? La Centinela de Cadogan.”

“Sí. ¿Y tú eres?”

“Jonah. Capitán. Casa Grey.” miró hacia el bar. “¿Necesitas ayuda por aquí?”

“Creo que estamos bien. Hubo una pelea en el bar.”

Los ojos de Jonah se abrieron de par en par. “¿una pelea?”

Miré a los dos chicos detrás de él. Quizás podría darle información a Jonah, pero estos dos eran completos extraños. “No conozco a tus amigos.”

“Danny y Jeremy,” dijo, señalando a cada uno. “Son guardias de Casa Grey.”

Danny sonrió y asintió con la cabeza; Jeremy me ofreció un pequeño saludo con la mano. “¿Cómo va?” dijo.

“Puedes ser cándida,” dijo Jonah, y tuve la impresión de que me estaba hablando como a una miembro potencial de la GR, no solo una testigo del caos.

En ese caso, “Había muchos vampiros. Se sacaron de quicio por relativamente nada, y luego se volvieron locos. El bar prácticamente explotó.”

“Escuchamos que hubo algunas reuniones. Violentas.”

“Yo lo he visto con mis propios ojos.” lo miré y luego a sus amigos. “¿Qué están haciendo por aquí?”

“Estábamos por el vecindario pero ahora nos dirigíamos devuelta a la Casa.” sacó una tarjeta blanca y me la extendió. Era una tarjeta de negocios con su nombre, posición, y número de teléfono. “Mi teléfono está allí. Siéntete libre de llamarme si necesitas algo.”

“Gracias, aprecio la oferta.”

“Nada como un poco de cooperación entre Casas.” dijo él. “Buena suerte.”

“Lo aprecio.”

Con un asentimiento, el Capitán de Casa Grey y sus empleados se marcharon y desaparecieron en la multitud. Hubiera sido agradable pedirle ayuda nuevamente -¿pero qué hubiera podido hacer esta noche?

Guardé la tarjeta en mi bolsillo y, cuando me di la vuelta otra vez, encontré a Catcher detrás de mí.

“¿Conoces a Jonah?”

“Ahora sí,” dije, mi estómago comprimiéndose ante la mentira. “Es el Capitán de Casa Grey.”

“Eso he escuchado.” Me observó un momento.

“¿Qué?” pregunté, mi propia curiosidad despertando.

¿Sospecharía que conocía a Jonah? ¿Sospecharía que Jonah sabía más de lo que admitía?

Pero Catcher se mantuvo callado, guardándose cualquier sospecha que tendría para sí mismo.

Ahí fue cuando lo vi -una sombra al costado de mi visión al principio, pero luego un distinguible hombre parado al otro lado de la calle, con una de sus soldados a su espalda.

Era Mcketrick, vestido en jogging negros y remera negra. Sin armas, aunque con todos los policías cerca, era difícil de decir si llevaría algo oculto. Lo que sí tenía era un par de binoculares en la mano, y el hombre detrás de él garabateaba en un pequeño cuaderno.

Aparentemente nuestro amistoso vecino militar anti-vampiro estaba haciendo un poco de reconocimiento esta noche. Escaneaba la
multitud, aparentemente sin saber que yo me encontraba cerca con un par de simpatizantes de vampiros. No imaginaba que tendría algo agradable que decir acerca de eso.

Me incliné hacia Catcher. “Al otro lado de la calle en la esquina. Está McKetrick y uno de sus matones.”

Con toda la habilidad de un operativo de la CIA, Catcher señaló hacia un edificio hacia la dirección de McKetrick. “¿Sabías que ese edificio fue creado por un mono que vivía en el último piso de la Torre Tribune?”

“No lo sabía. ¿Un mono, dices?”

“Pelaje, bananas, mierda por todos lados, todo completo.” Volvió a darse vuelta y metió sus manos en los bolsillos. “No conozco el rostro. Pero está en negro, y tiene binoculares y un subordinado. ¿Ex militar?”

“Dado el atuendo que llevaba el otro día, eso sospechaba. ¿Qué crees que esté haciendo por aquí?”

“Probablemente tiene un dispositivo policial.” dijo Catcher, el gruñido en su voz dándome toda la información que necesita sobre su opinión de ellos. “Es posible que haya escuchado la llamada y decidido venir y ver en que clase de problema se estaban metiendo los vampiros esta noche.”

“Malditos vampiros.” murmuré.

“Siempre metiéndose en algo.” dijo en acuerdo. “Dado que está enfocado en los vampiros, voy a mandar una Evasión Chicago y lo voy a vigilar.”

“¿Evasión Chicago?”

“Voy a ir por el lado contrario y lo voy a atrapar de espaldas.”

“Claro que sí, jefe.” dije “Solo ten cuidado con los militares y cualquier dama con lindas piernas.”

Catcher me dio una mirada oscura. “A veces, no se por qué me molesto.”

“Porque soy genial, y me suplantaste en mi propio hogar.”

Él sonrió maliciosamente. “Eso sí que alivia herida. Vigílalo desde aquí y mándame un mensaje de texto si pareciera ser que quiere unirse a la diversión.”

“Lo haré.”

Catcher bajó su gorra, y se escabulló en la oscuridad de la calle en dirección contraria.

“Evasión Chicago,” murmuré despacio, solo queriendo decir la frase en voz alta. Decidí que todas las operaciones futuras necesitaban nombres tan astutas como esa.

Jeff apareció tan pronto como Catcher desapareció. “¿A dónde se fue?”

“Vimos a McKetrick -el que odia a los vampiros- al otro lado de la calle. Catcher fue a reunir alguna información. ¿Tu que encontraste adentro?”

“Hay un montón de vampiros atontados, y los policías no están sorprendidos de que estén causando problemas en público. Van a querer adjudicar esto a Cadogan, sabes.”

“Lo sé. No estoy entusiasmada de tener que hablar con Ethan sobre esto.”

“Yo tampoco lo estaría. Los policías estaban hablando con Chuck acerca de llamar al Intendente Tate, advirtiéndole sobre lo que ocurre.”

“Es un asunto un poco pequeño como para molestar al intendente, ¿no?”

“Aparentemente no cuando hay vampiros involucrados.” hizo señas hacia los paparazzi, aún tomando fotos, ahora de los que habían estado dentro del bar.

“No hay mucho que podamos hacer ahora.” dije. “Pero sí hay algo que puedes hacer por mí.” Levanté una mano antes de que me recordara acerca de Fallon otra vez. “Y no es nada lascivo. Pero requerirá tus habilidades tecnológicas.”

“Esa es mi segunda favorita habilidad.”

“Hay una cámara en la puerta trasera del bar. ¿Puedes ir a ver a Colin y descubrir si están grabando?”

“Lo haré. Si lo encuentro, ¿Qué es lo que estoy buscando?”

“Lo que sea. Actividad sospechosa. Vendedores de drogas, cosas así.”

“Eso no es muy específico.”

Palmeé su brazo. “Es por eso que vine a ti, Jeff. Porque tienes habilidades locas. Y mantén los ojos abiertos por un hombre bajito con cabello negro. Lo encuentras, te ganas el gran premio.”

Jeff se tambaleó sobre sus tacones. “Define gran premio.”

Me tomó un momento imaginar un premio que no lo metería en problemas con Fallon -o a mí en problemas con el Pack Central de Norte América. Pero Jeff era un americano, cambia formas de sangre roja, así que tenía una idea.

“Llamaré al carnicero favorito de mi abuelo y ordenaré su especial de fin de semana para la oficina.”

Sus cejas se levantaron, un destello de apreciación depredadora en sus ojos. “No se supone que no debemos, ya sabes, aceptar gratitudes -empleados de la ciudad y todo eso-”

“Estoy bastante segura de que habrá media docena de filetes, probablemente algunos solomillos, hamburguesas, chuletas, salchichas. Pero si crees que es inapropiado, lo saltearé. No quiero que te metas en problemas.”

Jeff asintió con absoluta certitud. “Si hay un video, lo buscaré. Encontraremos a tu hombre.”

“Lo aprecio.”

Con su asignación en mano, Jeff se encaminó nuevamente hacia el Olds de mi abuelo, donde se subió al asiento trasero y abrió una laptop negra.

Sonreí ante el entusiasmo, contenta de tener amigos que estaban del lado de la verdad y la justicia. Ser Centinela hubiera sido mucho más difícil sin Jeff, Catcher, mi abuelo, Mallory, y todo aquel que movía información en mi dirección. Realmente no podrías subestimar el valor de un buen equipo.

Y ahora estaba comenzando a sonar como Jonah.

Quizás su charla acerca de la GR me estaba afectando después de todo.
 
 

Traducido por Ro

Marijose  – (17 de junio de 2011, 14:46)  

kiero mas!! se ke la traduccion lleva tiempo y todo eso... pero adoro esta saga... realmente no puedo esperar por mas... no sean malas y no nos dejen esperando muxo mas :( jejej
x cierto.. muxas gracias x la traduccion... es un trabajo duro ke siempre agradecere a tdos kienes traduzcan ls libro ke me gustan bss primor!!

Grecia B.  – (19 de junio de 2011, 13:21)  

hdjsbfdhfbdfhjd MIL GRACIASS POR LOS CAPIS, no me habia podido pasar a leerlos.
Pero ayer me acabe todos.
*O*
Graciaas ^^

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