Hard Bitten - Capítulo XVII

CAPÍTULO DIESCISIETE

DOS MAESTROS Y UNA SOLA MALA ACTITUD.


Estaba a medio camino de la Casa Navarro cuando el teléfono sonó nuevamente. Era Jonah, así que lo abrí y lo coloqué entre mi oído y hombro.

“Hola, Jonah. Qué pasa?”

“Sólo chequeando como estabas. Cómo está progresando la investigación?”

“Bueno, fuimos capaces de identificar al hombre bajo que Sarah vio fuera del bar. Encontramos un video con su auto en él. El tipo se llama Paulie Cermak. Acabo de hacerle una visita.”

“Obtuviste algo interesante?”

“No realmente. Tiene una horrenda casa y un fabuloso Mustang vintage. No es exactamente tímido sobre su trabajo, pero su historia es que es un jugador inferior. Dice que es la gestión que dirige el show. La policía no encontró nada que lo incrimine, así que no creo que tengamos mucha suerte, tampoco.”

“Hay alguna posibilidad de que McKetrick esté a cargo?”

“No parece tener ni idea de quién es McKetrick. También dijo que V significa veritas.”

“Verdad?”

“Exacto.”

“Eso es horriblemente profundo para un traficante de píldoras.”

“Eso fue lo que pensé.”

“Grandes mentes y todo,” dijo con un tono divertido en su voz. “Vendrás a la fiesta esta noche?”

“Iré. Tú?”

“Con campanita y todo. . . y un elegante traje Italiano que no tengo más remedio que usarlo.”

“Sólo estate contento de que lo tienes que sacar únicamente en ocasiones especiales,” le dije. “Ustedes tienen jerseys-nosotros tenemos elegantes trajes Italianos cada noche.”

Soltó una risita. “Es cierto. Hey, hablando de Ethan-mi historia es que nos conocimos por primera vez fuera del Temple Bar luego del incidente.”

“Bien por mí. Has hablado con Darius en este viaje?”

“No todavía. He estado con los guardias hoy. Estuvimos entrenando. Por?”

“Sólo una advertencia, é les un asno.” Me arrepentí de las palabras en el instante en que estuvieron fuera de mi boca. Seguro, Jonah me había hecho sólida, pero sabía realmente algo sobre él? Aparte de su apariencia de chico bonito y su ridícula abundancia de títulos de posgrado?”

“Enterado,” Jonah dijo. “Él y Scott discutieron sobre los jerseys, en realidad. Darius los encontró impropios para vampiros de una Casa.”

No pude evitar reírme. “Eso suena como algo que él diría. Supongo que Scott eventualmente ganó la batalla?”

“Yo no diría que la ganó. Más como que no se rendiría y Darius eventualmente perdió interés en la discusión.”

“Esa es una estrategia riesgosa con un inmortal,” dije. “Tienen todo el tiempo del mundo para discutir.”

“Hablando por experiencia propia?”

“Yo? Por supuesto que no. No soy para nada terca y sí completamente flexible.”

“Mentirosa,” dijo con picardía. “Bueno, voy a dejar de acosarte y dejaré que regreses a lo que hacías. Llámame si me necesitas.”

“Lo haré. Gracias.”

Aparté el teléfono nuevamente, un poco extrañada sobre la llamada. Era amable de Jonah el querer comprobar las cosas-para trabajar en la suposición que V eran un problema que los vampiros necesitábamos enfrentar juntos. Todos manos a la obra, en lugar de la Centinela hacerlo en solitario.

Por otra parte, la conversación había sonado un poco. . . coqueta. Él estaba comprobando, preguntándome qué haría luego. Quizá no había querido decir nada con eso. Quizá él realmente estaba halagándome a mí y a mis varios encantos. Pero había un coqueto, tono amistoso en su voz que no había escuchado antes. . . y que no me emocionaba enteramente escucharlo ahora.

Halagada? Sí. Pero no necesitaba la complicación.

Tampoco estaba emocionada por acabar de darle un informe a Jonah que todavía no le había dado a Ethan. No me gustaba el engaño, especialmente no cuando se trataba de engañar a alguien que había salvado mi vida anteriormente. Sabía por qué estaba ocultando información de él, pero eso no lo hacía más confortable.

La ironía? Había arremetido contra Ethan por ocultarme información. No es que eso lo haya detenido, pero aún así me volvía loca. Y aquí estaba yo, haciendo lo mismo. Eran mis razones mejores? Él había estado peor?

Y aunque no éramos pareja, la deshonestidad se sentía mal. Como una violación de la confianza que habíamos alcanzado, un tipo de confianza que iba más allá de Centinela y Maestro. También estaba perdiendo en usar a Ethan como una caja de resonancia sobre Jonah y la GR. Si había alguna posibilidad de que fuera neutral, una segunda opinión habría sido útil.

Pero como Maestro, él no podía ser neutral. Así que por mucho que no me gustara, no había un camino libre a la verdad en este momento.

Roí la conclusión por un momento, trabajando en ella una y otra vez en mi mente. Me perdí en mis pensamientos y en el camino.


***

No es que lo vampiros fueran antitéticos a las mansiones. El diseño estético vampírico estaba lejos de las cadenas, candelabros de cráneos y encaje negro, y no es como si la Casa Cadogan fuera un cuchitril. Era elegante antes del ataque, y estaba volviendo a serlo.

Sin embargo, la Casa Navarro establecía un nuevo nivel de opulencia vampírica. Primero, estaba ubicada en el barrio Gold Coast, una de las zonas más elegantes de Chicago, llena de mansiones de la Época Dorada y retiros de celebridades. Segundo, el interior era imponente. Espacios gigantes, arte extraña, y el tipo de mobiliario que verías en revistas de diseño. (El tipo de mobiliario que pensarías se encontraba en museos, pero que en realidad no querrías sentarte en él para mirar un partido en la pantalla plana una tarde de Sábado.)

Mencioné que Navarro tenía un escritorio de recepción?

Habiendo estacionado el Volvo y habiéndome refrescado lo más que pude en el espejo retrovisor, entré y me preparé para enfrentar a las tres mujeres de cabello oscuro que controlaban el acceso a Navarro y su Maestro.

Ethan y yo las llamábamos las tres Parcas, como el mito Griego, porque ejercían una cantidad similar de poder. Eran pequeñas, pero tenía el presentimiento que un movimiento en falso-o un paso sin autorización pasando el escritorio de recepción-y te encontrarías en problemas.

Hoy ellas parecían mayormente abrumadas. El vestíbulo de la Casa estaba abarrotado de gente. Ninguno caía dentro de las obvias categorías-no había reporteros, ni vampiros, ni nadie que pareciera miembro del grupo de McKetrick haciendo un poco de investigación en la Casa. La mayoría usaban trajes negros comunes, más de la variedad de contadores que de la Casa Cadogan, y llevaban blocs de notas y bolsos negros indefinidos.

Maniobré a través de ellos hasta el escritorio de la recepción y esperé hasta que obtuve la atención de la Parca de la izquierda.

Después de un momento, levantó la vista hacia mí, obviamente agotada, sus dedos volando a través de las teclas incluso mientras hacía contacto visual.

“Sí?” Preguntó.

“Merit, Centinela, Cadogan, vine para ver a Morgan si él está disponible?”

Dejó salir un suspiro, finalmente bajando la vista a la pantalla, y continuando con su maratón de tipeo. Un hombre golpeó a mi lado el escritorio y la miró.

“Tenía una cita quince minutos atrás.”

“Nadia está trabajando lo más rápido posible, señor. Ella estará con usted a la brevedad.” Señaló con un dedo de largas uñas los bancos detrás del escritorio.

“Tome asiento.”

Al hombre claramente no le gustó la respuesta, pero se mordió la lengua y regresó por donde vino.

Me incliné un poco hacia delante. “Qué está sucediendo aquí hoy? Pensé que Tate no estaba permitiendo humanos en las Casas?”

Ella rodó sus ojos. “Ha ofrecido una excepción a esa regla. Estamos en el proceso de elegir a nuestros proveedores para el próximo año. El alcalde le sugirió a Nadia que hablara con representantes de las empresas humanas en la ciudad para conseguir sus ofertas.”

Nadia era la Segunda de Navarro, la vicepresidenta de Morgan. Era también hermosa como una supermodelo, lo cual era una cosa terrible de aprender la primera vez que caminabas dentro de la morada de tu ex-novio. La Parca lanzó una mirada infeliz a través de la multitud. “Seriamente dudo que ellos puedan satisfacer nuestras necesidades.”

Daba por sentado de que teníamos un equipo de limpieza y un equipo de terreno, y conocía a una de las chef de la Casa. Pero no se me había ocurrido que los vampiros necesitábamos proveedores. Pero alguien tenía que llenar las cocinas de la Casa, mantener los archivos y marcadores en el Salón de Operaciones, y asegurarse que las licoreras de la oficina de Ethan estuvieran llenas con finas bebidas. Aquí, ese deber correspondía a Nadia y una multitud de proveedores compitiendo por el privilegio de vender sus mercaderías.

Me preguntaba si Malik hacía lo mismo para la Casa Cadogan, entrevistar vendedores, considerando ofertas y cotizaciones, considerando contratos. Sin duda, habría tenido sentido.

Ethan era el primer director ejecutivo de la Casa, lo cual convertía a Malik en su jefe ejecutivo de operaciones.

Una rubia con rígido cabello y un montón de delineador negro se acercó al escritorio.
“Está el Sr. Greer disponible? Quizá pueda simplemente hablar con él si Nadia está muy ocupada?”

Expresión plana, la Parca me miró. “Recuerdas dónde se encuentra su oficina?”

“Puedo encontrar mi camino a ella,” le aseguré, alejándome de las quejas de la mujer que había desplazado en la fila.

No es que tuviera alguna chance.

Caminé a través del gigante primer piso de la Casa hasta las arqueadas escaleras que conducían al segundo piso. La oficina de Morgan estaba allí, una suite moderna con vista a los jardines. La puerta estaba cerrada, así que golpee mis nudillos contra ella.

“Entre.”

Entré. . . y casi pierdo mi aliento.

Morgan estaba medio desnudo, vestido sólo con un pantalón negro, pasando una camiseta interior blanca sobre su cabeza, los músculos de su estómago apretándose y abultándose con el esfuerzo. Cuando estuvo vestido, sacó su cabello negro, largo hasta sus hombros y lo ató detrás de su nuca.

No fue hasta entonces que levantó la vista para mirarme.

“Sí?”

Abrí mi boca, luego la cerré de nuevo, habiendo olvidado completamente el discurso que estaba preparada para hacer. Siendo honesta con Dios, mi mente estaba completamente en blanco, todo pensamiento racional habiéndose esfumado con la vista de su cuerpo. Dios sabía que la atracción física nunca era el problema. Nada sobre Morgan era el problema. Yo era el problema.

Ethan era el problema.

Tuve que sacudir mi cabeza para aclararla. Su expresión era de satisfacción; supuse que estaba feliz de ser capaz de aturdirme.

“No esperabas compañía?” Finalmente logré decir.

Morgan se sentó en el borde de una silla, se puso las medias, luego levantó elegantes zapatos con punta cuadrada del suelo y deslizó su pie en uno de ellos. “Acabo de terminar el entrenamiento, y tenemos la cena en una hora. Qué necesitas?”

Al darme cuenta que estaba todavía de pie en el pasillo, puerta entreabierta, entré en la habitación y la cerré detrás de mí.

“Quiero ponerte al día con la investigación.”

A medio camino del Segundo zapato, sus manos se congelaron y levantó la vista hacia mí. Allí fue cuando noté las sombras azules debajo de sus ojos. Lucía cansado. No puede haber sido fácil para él tener que llenar los zapatos de Celina, especialmente teniendo en cuenta los disturbios.

No envidiaba a un Segundo siendo forzado dentro del rol de un Maestro. . . y yo había ayudado a ponerlo allí.

“Entonces, por todos los medios, ponme al día.”

Conseguí no poner los ojos en blanco y repetí lo que había descubierto en Streeterville, lo que había aprendido en el bar, y lo que había aprendido de Paulie. Para el momento en que hube terminado, Morgan estaba completamente vestido y sentado en la silla con los dedos cruzados sobre su estómago.

“Atravesaste la ciudad para decirme todo eso?”

“Hemos identificado al tipo que ha estado vendiendo V a los vampiros. Su nombre es Paulie Cermak. Necesito saber si luce familiar para ti.”

“Claro, bueno, yo generalmente no ando alrededor de adictos.”

La actitud no era inesperada. Es por eso que le había pedido a Jeff la fotografía-esto era sobre evidencia, no irritación. Saqué mi teléfono y busqué la foto de Paulie.

“Él no es un adicto. Es un vendedor, por lo menos hasta donde yo sé.”

Me acerqué y extendí el teléfono, luego observé para asegurarme que la viera. Esperaba que Morgan rodara sus ojos y me dijera que no había visto a Cermak antes. Esperaba que fuera sarcástico sobre mi investigación.

Lo que no esperaba era una expresión incrédula.

Se tensó, sus hombros se cuadraron, su mandíbula apretada. Él sabía algo.

“Lo has visto,” dije, antes de que pudiera negarlo o hacer que sus rasgos fueran inexpresivos nuevamente. Pero todavía le llevó un minuto responder.

“Seis meses atrás. Celina nunca permitió humanos en la Casa, incluso antes que Tate publicara el mandato. Estaba en mi camino hasta aquí para hablarle-no recuerdo sobre qué teníamos que discutir. Él-Cermak-estaba saliendo de la oficina. Le pregunté a ella quién era. Era. . . extraño que estuviera en la Casa.”

Entonces Celina se había reunido con el hombre que vendía V en su propia Casa. Eso estaba bien y era bueno, pero era completamente circunstancial.

Circunstancial o no, Morgan claramente estaba nervioso, claramente molesto por los vínculos que estaba empezando a armar. Morgan cerró sus ojos, luego restregó sus manos sobre su rostro y las unió sobre su cabeza. “Realmente, realmente me molesta cuando tienes razón.”

“No quiero tener razón,” Le aseguré. “Quiero ser la que tiene teorías absurdas. No quiero a Celina haciendo tu trabajo-o el mío-más difícil.”

Gruñó y apartó la vista, sin estar listo para compartir los detalles de lo que sea que supiera. Le dí espacio, caminando hasta el otro lado de la oficina donde una ventana gigante daba hacia un patio de elegante diseño.

“Qué dijo Celina sobre él?” Pregunté después de un momento.

“Que era un vendedor para la Casa.”

Y las cosas dieron un giro completo. “Y como Segundo, seleccionar a lo vendedores era tu trabajo, cierto?”

Morgan miró en respuesta y asintió con tristeza.

“Esa era otra razón de por qué era extraño que él estuviera aquí. Simplemente supuse que era un proyecto especial. Comprobé los libros-estaban bien. Todos los fondos de la Casa estaban registrados. Pero no había ningún vendedor extra en la lista.”

“Así que en realidad ella no había obtenido nada de él. Según los libros, de todos modos.”

Morgan asintió.

“Qué más querría con Paulie Cermak? Quiero decir, incluso si estuvieran en el juego de las drogas juntos, por qué querría ella estar involucrada en la venta de drogas a vampiros? Necesitaba dinero?”

Morgan sacudió su cabeza. “Ella recibe un estipendio del PG por ser miembro, y ha estado viva por un muy largo tiempo.”

“Interés compuesto?”

“Interés compuesto,” confirmó.

No era eso, entonces. “Quizá es la droga en sí misma,” sugerí. “Cermak dijo que significaba veritas, lo cual en latín es ‘verdad.’ Dijo que se suponía hacía a los vampiros sentirse más como sí mismos.”

Morgan frunció el ceño, considerándolo.

“Celina siempre ha creído que las relaciones entre humanos y vampiros llevarían a un final catastrófico. Pensaba que ella terminaría en la cima.”

“Ese es el por qué había trabajado para integrarse con los humanos-para anunciar el final de su reinado?”

Él se encogió de hombros. “Tal vez. Pero sobre V, no lo sé. Si ella quería vampiros más ‘verdaderos,’ por qué no permitir que Navarro bebiera?”

Porque si permitía que bebieran, pensé, no hubiera sido capaz de demonizar a Cadogan. En cualquier caso, podíamos descubrir sus motivaciones luego. En este instante, necesitábamos evidencia.

Miré fijamente el suelo por un minuto, tratando de descubrir si estaba olvidando algo. Pero nada se me ocurría, tanto como quería que hubiera una respuesta final a mis preguntas relacionadas con V.

Cuando levanté mi mirada a Morgan nuevamente, encontré la suya en mí, su expresión sorprendentemente sin defensa.

“Qué?” Le pregunté.

Me dio una mirada plana, lo que implicaba que había sido recordado del afecto que sentía por mí y que yo no compartía. No hay tiempo como el presente para cortar el tren del pensamiento.

“Debería irme yendo,” dije. “Necesito cambiarme.”

“Llevarás un acompañante?”

“Habrá alguna vez en la que no me preguntes sobre Ethan?”

“Sólo cuando deje de irritarte que pregunte.”

“Difícil que eso suceda.”

“Y ahí estás.”

Nos quedamos allí de pie por un momento, y atrapé la pista de una sonrisa en su rostro. Si él pudiera conseguir trabajar a través de su rabia, yo podría conseguir tener una buena actitud sobre esto.

Me dirigí a la puerta. “Eres todo un comediante.”

“Lo intento, Merit. Realmente lo hago.”

“Buenas noches, Morgan.”

“Solamente por una hora,” me recordó mientras cerraba la puerta y me dirigía de regreso a las escaleras.

Cuando alcancé el primer piso, el grupo de vendedores todavía estaba en el vestíbulo, impacientes mientras esperaban su turno con Nadia. Esperaba que tuvieran más paciencia con la gente de Navarro de la que yo tenía.


Cuando regresé a la Casa, Ethan y Luc me encontraron en la puerta.

Miré a Ethan, preparada para contar el cuento una última vez. Francamente, ser una Centinela proactiva involucraba repetir la misma información una y otra y otra vez. Pero el cuento necesitaba ser contado, así que aspiré e hice mi deber.

“Paulie Cermak está probablemente involucrado en el tráfico de drogas, y no es especialmente tímido sobre eso. Dijo que es solamente un jugador inferior. Su propiedad está en bastante mal estado, pero hay un brillante, Mustang vintage, en el garage.”

Casi dejo salir el resto, pero pensé lo suficiente como para mirar a Ethan, una pregunta en mis ojos: Podía decirle? Podía implicar a un miembro del PG después de la reprimenda que suponía había recibido de Darius? O lo estaba poniendo incluso en una peor situación?

“A esta altura,” dijo en voz baja, “no hay daño en la sinceridad.”

“En ese caso, fui a la Casa Navarro y le mostré a Morgan la foto de Cermak. Seis meses atrás, Morgan vio a Paulie salir de la oficina de Celina. Ella lo llamó un ‘proveedor’”

Observé cuidadosamente la expresión de Ethan, y todavía no estoy segura si allí vi alivio o ansiedad. Las noticias eran igualmente malas y buenas-teníamos un testigo que podía unir a Celina con el hombre que vendía V, pero era Celina. Ella tenía las manos limpias por lo que al PG se refería.

Luc miró alrededor con cautela, luego bajó su voz, como si estuviera esperando que Darius apareciera bailando el vals en cualquier momento, con los papeles de la custodia legal en mano. “Entonces Celina y Paulie son conocidos,” Luc dijo. “Eso hace que sea más probable que Celina sea la ‘Marie’ vista por la humana, y la mujer en el auto.”

“Pero no podemos probar eso,” Ethan dijo, metiendo sus manos en los bolsillos. “Y por mucho que me duela decirlo, que Paulie y Celina hayan tenido una reunión medio año atrás no significa que ella esté activamente involucrada en armar las raves o distribuir V.”

“Y es poco probable que de un paso adelante y ofrezca la evidencia en una bandeja,” Luc dijo.

“Cierto,” estuve de acuerdo, un plan formándose. “Es precisamente por eso que necesitamos sacarla.”

La mirada de Ethan saltó hacia mí. “Sacarla?”

“Probar que Paulie y Celina están conectados. Usarlo para llegar hasta Celina, sacarla, y probar que está involucrada en distribuir V y organizar las raves para ayudar esa tentación.”

“Y cómo propones hacer eso?” Ethan preguntó. “Qué carnada podemos ofrecer que tiente a Celina?”
La respuesta era fácil. “Yo”

Silencio.

“Ciertamente has crecido en tu posición,” Ethan dijo secamente. “Y tu voluntad de asumir riesgos en beneficio de la Casa.”

“Soy muy consciente de que puede patearme el trasero. Eso lo hace menos un riesgo y más una fatalidad.”

“Eres más fuerte que la última vez que se encontraron,” él señaló. “Has superado cambia-formas desde entonces.”

“Ella me dejó fuera de combate con una sola patada en el pecho,” señalé, mis costillas doliendo con simpatía. “Pero ese no es el punto. Cual sea la razón, como hemos discutido, ella está fascinada conmigo. Si Paulie le dice que la estaré esperando, probablemente tome ventaja.”

Ethan frunció el ceño. “Eso probablemente sea cierto.”

“Tengo que hacerlo,” le dije. “Hemos identificado a Paulie, y sabemos que está involucrado con Celina. Pero no podemos cerrar V-detener la distribución-hasta que tengamos pruebas, al menos suficiente evidencia para llevarle a Tate. No tenemos que llevarla al PG,” le recordé a Ethan. “Solamente necesitamos darle a Tate suficiente información para encerrar a Celina así la policía puede terminar el caso. Si no podemos confiar en el PG para que terminen con ella,” agregué en voz baja, “entonces, ayudemos a Tate a hacerlo.”

“Tiene un punto, jefe,” Luc agregó. “Ella es nuestro mejor medio para dejar a Celina fuera.”

Después de un momento, Ethan asintió. “Trabaja tu plan, Centinela.” Golpeó su reloj. “Pero primero, ve a vestirte.”

Solo entonces me di cuenta de que él ya estaba preparado para la cena, en un traje negro a la medida y con una angosta corbata negra. Eso significaba que estaría esperando por mí.

“Iré a cambiarme,” estuve de acuerdo. También subiría a usar el número de teléfono que Jeff me había dado para mandarle un mensaje a Paulie Cermak.

De un modo u otro, la encontraría.

Maldito PG, acabaría con ella.

Para mi sorpresa, no encontré un vestido colgando de mi puerta cuando regresé al segundo piso.

El último par de veces que tuve que hacer apariciones sociales con Ethan, él me había dado vestidos de alta costura, presumiblemente para no avergonzar a la Casa con mis usuales jeans y remeras. Al principio, me sentí ofendida con el gesto. Pero incluso una chica que encontraba placer en el jean y los Pumas podía apreciar un buen diseño cuando se le era presentado.

Esta vez, la puerta estaba vacía de todo menos del pequeño tablón de anuncios, y el armario llevaba las piezas habituales de mi guardarropa.

Oh, bueno. Probablemente era lo mejor. Realmente no tenía tiempo para ser la chica que necesitaba Lanvin simplemente para dejar la Casa.

Sin una nueva opción, me aseé y metí dentro de uno de los otros vestidos que Ethan me había dado. Era un vestido de cóctel negro, hasta la rodilla, sin mangas y falda con movimiento, la tela caía en pliegues horizontales de arriba hacia abajo.

Opté por los tacos negros que Ethan me había dado con el vestido, junto con la funda que iba debajo de la falda y sostenía la daga en su lugar contra mi muslo. Mi medalla Cadogan era mi único accesorio, y dejé mi cabello suelto, el oscuro cerquillo sobre mi frente.

Cuando estuve arreglada, le envié un mensaje a Paulie Cermak.

“DILE A MARIE QUE ESTOY LISTA PARA REUNIRME CON ELLA.”

Mensaje enviado, deslicé el teléfono en un pequeño bolso negro. Era hora de jugar con los chicos.



Traducido por Luu


Mil perdones por la demora! Para redimirme al menos un poquito, les voy a dejar dos capítulos :)

Publicar un comentario

  © Diseño LuxLune by JenV 2010

Back to TOP